Nuestras rodillas están conformadas por 3 huesos: el fémur, la tibia y la rótula. Entre ellas tenemos estructuras hechas de una substancia más blanda, la cual se llama cartílago y brinda amortiguación.[1] Determinadas enfermedades como la osteoporosis hacen que el cartílago protector se deteriore, y se considera que esto hace que los huesos se froten entre sí y generen un crujido o un chasquido denominado crepitación, el cual puede brotar junto con dolor. Aquí te brindaremos algunas estrategias para evitar y tratar esta condición dolorosa.

Parte 1
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Tratar la crepitaciones en las rodillas que se deban a la osteoartritis

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    Conoce los síntomas de la osteoartritis.[2] En comparación con el chasquido “normal” que puede brotar al estirarte (el cual no causa dolor), las crepitaciones en la rodilla generadas por la artritis suelen causar mucho dolor. Afortunadamente, existen varias maneras de identificar la osteoartritis:[3]
    • Identifica los signos de dolor, enrojecimiento, hinchazón y rigidez al caminar. La ubicación más común de la artritis es la parte interior de la rodilla.
    • Puedes sentir la presencia de una crepitación colocando una mano sobre la rodilla mientras doblas y estiras la articulación. Por lo general, las crepitaciones generan una sensación blanda pero crujiente.[4]
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    Disminuye la hinchazón local. Si la crepitación surge junto con dolor y signos de inflamación, cubre el área con compresas de hielo (envueltas con una toalla). Estas compresas son de utilidad para disminuir la hinchazón de un área inflamada y aliviar el dolor relacionado.
    • Asimismo, puedes aliviar el dolor con rapidez consumiendo cantidades pequeñas de AINE (antiinflamatorios no esteroides) de venta sin receta, como ibuprofeno (Advil) o naproxeno (Aleve). Sin embargo, no debes depender de estos medicamentos para aliviar el dolor a largo plazo, ya que pueden ser perjudiciales para los riñones y el tracto gastrointestinal.
    • El beneficio de los AINE (los cuales son medicamentos antiinflamatorios) es que no solo alivian el dolor, sino también la inflamación.
    • Podrías combinar un AINE con un analgésico de venta sin receta como Tylenol (paracetamol). Esto no aliviará la inflamación, pero definitivamente puede ser de utilidad para aliviar el dolor. Además, ambos medicamentos en conjunto (un AINE y Tylenol) pueden ser altamente eficaces y útiles para sobrellevar las actividades cotidianas sin sentir dolor.
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    Haz que te receten medicamentos antiinflamatorios. Entre los AINE de venta con receta tenemos a Indocin, Daypro, Relafen y muchos otros medicamentos.[5] Los antiinflamatorios de venta con receta actúan con más fuerza que los de venta libre y pueden combatir con más eficacia el dolor y la inflamación que surgen con las crepitaciones en las rodillas. No obstante, estos medicamentos más fuertes requieren la autorización de un doctor, lo que suele significar que este tendrá que someter a examen clínico tus crepitaciones en la rodilla.
    • Los AINE de venta con receta pueden contar con efectos secundarios. El principal es la irritación estomacal, pero en los casos graves (y en los de sobredosis), es probable que el paciente sufra úlceras estomacales y daño renal.[6] Siempre consume el medicamento según lo indicado, y no excedas la dosis que el doctor recomiende.
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    Recibe una inyección de cortisona. La cortisona es una hormona esteroide que el cuerpo produce de manera natural en respuesta al estrés. Ten en cuenta que no es el tipo de esteroide que los atletas y fisicoculturistas consumen (a veces en exceso). Esta suprime al sistema inmunitario del cuerpo, lo que disminuye la inflamación de manera considerable. Si las crepitaciones en la rodilla son dolorosas, el doctor podría optar por inyectar cortisona de manera directa en la articulación de la rodilla, así aliviará el dolor y la inflamación.
    • Se ha demostrado que las inyecciones de cortisona son útiles para el tratamiento de los “brotes” periódicos de crepitaciones en las rodillas. No obstante, las inyecciones reiteradas y frecuentes en la articulación pueden deteriorar el cartílago, lo que agravará el dolor relacionado con las crepitaciones. Por este motivo, las inyecciones de cortisona no son adecuadas como tratamiento a largo plazo.[7]
    • No se recomienda recibir inyecciones de cortisona más de una vez cada tres meses, pero pueden emplearse durante todo el tiempo que sean eficaces, lo que en determinados casos puede ser varios años.
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    Sométete a un tratamiento llamado “viscosuplementación”. Se lubricará y se estabilizará el movimiento de la articulación usando algo llamado “líquido sinovial”, el cual se encuentra en el interior de la articulación de la rodilla. En algunos pacientes con osteoartritis, el líquido sinovial se vuelve “menos espeso”; es decir, menos viscoso. Esto puede provocar una fricción adicional y un movimiento anormal de la articulación. En este caso, el doctor podría sugerir una “viscosuplementación”. Esta consiste en un procedimiento que comprende la inyección de líquido nuevo con el fin de fortalecer y lubricar la articulación de la rodilla.
    • Por lo general, este tratamiento implica recibir de 3 a 5 inyecciones en varias semanas.
    • Ten en cuenta que aproximadamente la mitad de los pacientes sometidos a una viscosuplementación pueden llegar a aliviar sus síntomas.[8]
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    Usa una rodillera. En ocasiones, a los pacientes que sufren de artritis en la rodilla se les recomienda usar soportes médicos especiales. Estos soportes desvían el peso lejos de la parte interior de la rodilla, en donde las crepitaciones ocurren mayormente.[9] Las rodilleras también pueden estabilizar y brindarle soporte a la articulación de la rodilla, lo que garantizará que esta se doble de manera saludable y la protegerá para no sufrir mayores daños o irritación.
    • Las rodilleras de venta libre se comercializan por precios bajos, pero la mayoría de rodilleras de calidad médica suelen estar hechas a la medida para la articulación del comprador y, por consiguiente, pueden costar más. Si te interesa comprar una rodillera, conversa con el doctor para que te informe sobre los precios.
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    Consulta con el doctor sobre la cirugía. La cirugía podría ser una opción en los casos graves de crepitaciones en la rodilla relacionadas con la artritis. Si el dolor de rodilla ha deteriorado gravemente tu calidad de vida y ya has probado otros tratamientos no quirúrgicos, puedes conversar con el doctor sobre las opciones para una cirugía de rodilla.
    • Existen diversos tipos de cirugías de rodilla que el doctor podría sugerirte. Entre las opciones comunes tenemos al reemplazo de rodilla total o parcial, la reparación del cartílago, la artroscopia de rodilla y la osteotomía de rodilla.[10]
    • Ten en cuenta que las cirugías de rodilla pueden ser útiles para un paciente, pero podrían no dar resultados para otros. Es muy complicado tratar la artritis, por lo que tendrás que conversar con el doctor sobre todas las opciones antes de tomar una decisión.

Parte 2
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Evitar que las crepitaciones en la rodilla se agraven

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    Debes contar con el diagnóstico correcto. El dolor de rodilla puede deberse a diversos motivos, como la osteoartritis (causa más común que se debe a un “desgaste” mecánico de la articulación de la rodilla con el tiempo), la artritis reumatoide (generada por problemas autoinmunes), la artritis infecciosa, las lesiones anteriores en la rodilla, la disfunción de la rótula, etc.[11] Es esencial que acudas a un doctor para determinar el diagnóstico correcto, ya que el tratamiento y el plan de control más eficaces dependerán del problema específico en tu rodilla.
    • Del mismo modo, si por ejemplo te han diagnosticado una osteoartritis que no mejora con los tratamientos, conversa con el doctor sobre la posibilidad de descubrir otros posibles diagnósticos.[12]
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    Controla tu peso. Cada 450 g (1 lb) que subas ejercerán una presión adicional aproximada de hasta 3 kg (6 lb) en la articulación de la rodilla. Por este motivo, las personas con sobrepeso suelen desarrollar la artritis con más frecuencia que las que poseen un peso saludable. Puedes evitar un dolor de rodilla en el futuro (y aliviar los síntomas que ya padezcas) si intentas mantener un peso saludable principalmente a través de la dieta (el dolor de rodilla podría limitar el ejercicio).
    • A las personas con artritis se les recomienda no consumir alimentos procesados o fritos, azúcares, carbohidratos refinados, sal, conservantes y aceite de maíz; ya que estos pueden empeorar la inflamación de la articulación de manera directa o a través del aumento de peso.
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    Haz ejercicio. Los músculos que están cerca de la articulación actúan como amortiguadores, ya que brindan soporte a las articulaciones y las estabilizan tanto en situaciones que requieren esfuerzo físico (como los deportes y el ejercicio) como en las actividades cotidianas. Mientras mayor fuerza tengan los músculos, mayor será la cantidad de tensión que puedan absorber. Puedes evitar las crepitaciones (o reducirlas si ya las padeces) haciendo ejercicios de fortalecimiento para desarrollar poco a poco los músculos que se encuentran cerca de la articulación.
    • En el caso de las crepitaciones en la rodilla, la contracción de muslo es un ejercicio grandioso para fortalecer los músculos que se encuentran cerca de la articulación de la rodilla. Coloca una toalla enrollada debajo de la rodilla y ajusta los músculos de los muslos. Mantén la postura por 5 segundos, relájate y vuelve a hacerlo 10 veces.
    • Puedes fortalecer la articulación y al mismo tiempo restringir el movimiento en ella realizando ejercicios isométricos como elevaciones de pierna recta (con la rodilla tensa), ejercicios para el cuadríceps o sentadillas de pared. Esto evitará que empeores el estado de la articulación y que el dolor y la inflamación aumenten.
    • Asimismo, puedes realizar ejercicios cardiovasculares de bajo impacto como manejar bicicleta o nadar (recomendados como mínimo 3 veces a la semana), ya que estos mejorarán la fuerza muscular del muslo y la pantorrilla. Estos ejercicios también pueden ser de utilidad para bajar de peso, lo que aliviará más el dolor de las crepitaciones.
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    Emplea una combinación de compresas frías y calientes.[13] Se ha demostrado que ambas son de utilidad para aliviar el dolor que suele relacionarse con las crepitaciones en las rodillas. Prueba empleando el frío o el calor para determinar qué te sirve.
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    Sé cauteloso si consideras consumir suplementos dietéticos. Existen determinados suplementos nutricionales (como el sulfato de glucosamina y el sulfato de condroitina) que algunos pacientes con artritis consumen para tratar o evitar las crepitaciones.[14] No obstante, la FDA no regula estos suplementos y la ciencia no ha comprobado que funcionen. Asimismo, existe poca información sobre los efectos secundarios de su consumo a largo plazo. Se están llevando a cabo estudios clínicos para evaluar estos suplementos para consumo médico. Por el momento, antes de consumir estos suplementos dietéticos, debes conversar con el doctor o alguien de confianza que ya los haya consumido.

Acerca de este wikiHow

Troy A. Miles, MD
Coescrito por:
Cirujano ortopédico
Este artículo fue coescrito por Troy A. Miles, MD. El Dr. Miles es un cirujano ortopédico especializado en reconstrucción de articulaciones en adultos en California. Recibió su maestría en la Facultad de Medicina Albert Einstein en 2010, seguido de una residencia en la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón y una beca en la Universidad de California, Davis. Es miembro diplomático de la Junta Estadounidense de Cirugía Ortopédica y es miembro de la Asociación Estadounidense de Cirujanos de Cadera y Rodilla, la Asociación Estadounidense de Ortopedia, la Asociación Estadounidense de Cirugía Ortopédica y la Sociedad Ortopédica del Pacífico Norte. Este artículo ha sido visto 73 718 veces.