Si te lesionas el tobillo, deberás revisar los síntomas que estás experimentando para determinar si tienes una fractura, esguince o distención. La mayoría de las lesiones de tobillo son esguinces, pero es importante que un médico determine la magnitud total de la lesión.[1] Entonces, deberás administrar los primeros auxilios para proteger al tobillo hasta que un médico pueda tratarlo. Después de evaluarlo, diagnosticarlo y tratarlo de manera adecuada, podrás comenzar la rehabilitación.

Parte 1
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Identificar un tobillo fracturado

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    Observa si sientes dolor dentro y alrededor del tobillo. Un hueso fracturado provocará inmediatamente dolor e inflamación intensos. Una fractura por estrés puede causar un dolor que se incrementa con el paso del tiempo. El dolor deberá disminuir cuando apoyes el tobillo, pero no desaparecerá.[2]
    • Si el tobillo está fracturado, entonces lo más probable es que no pueda soportar peso en lo absoluto.
    • Si el tobillo está sensible alrededor de la parte externa o posterior, entonces el médico deberá evaluarlo.
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    Toma nota de cualquier pérdida de función que experimentes en el tobillo. Esta es una buena manera de saber si el tobillo está fracturado o si solo tiene un esguince. Cuando un hueso está fracturado, será casi imposible moverlo, mientras que si tiene un esguince aún podrás moverlo. El dolor, la inflamación y las células inflamatorias que provocan que el tobillo se inflame contribuyen a esta pérdida de función.[3]
    • Además, un tobillo fracturado puede alterar la coordinación debido a que puede afectar la capacidad del cerebro para conocer la posición de la extremidad.
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    Verifica si hay inflamación. Si te has fracturado, el cuerpo intentará proteger al tobillo lesionado de un daño mayor enviando muchas células inflamatorias (“curativas”) hacia el área afectada. Las células inflamatorias transportan paquetes para reparar la lesión. Desafortunadamente, estas células también provocan inflamación y molestia.[4]
    • Lo creas o no, el tobillo lesionado se beneficia indirectamente de la inflamación, incluso si provoca que sientas dolor y frustración. La inflamación impide que el tobillo involucrado tenga amplios grados de movimiento. Por lo tanto, promueve una rápida recuperación.
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    Busca enrojecimiento o moretones en el tobillo y la zona circundante. El enrojecimiento o rubor en el tobillo afectado significa que hay una afluencia de sangre en el área. La sangre transporta células hacia el área para promover una rápida curación.[5]
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    Supervisa cualquier cambio de temperatura que sientas en el área que rodea al tobillo. Cuando hay una gran afluencia de sangre hacia el tobillo, también provoca que este se sienta muy caliente. Es posible que sientas como si tuvieras una fiebre que únicamente está en el tobillo.

Parte 2
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Administrar primeros auxilios

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    Limpia cualquier herida antes de vendar el tobillo. Si tienes cortes o una fractura abierta, retira cualquier desecho y limpia la herida cuidadosamente. Usa un limpiador antiséptico para minimizar el riesgo de infección. Después, llama al médico para hacer una cita.
    • Mientras llega el momento de la cita con el médico, puedes seguir el acrónimo PRICE como guía para los primeros auxilios. PRICE viene del inglés y significa: Protect (Protección), Rest (Reposo), Ice (Hielo), Compress (Compresión) y Elevate (Elevación).
    • Usa un vendaje elástico o una férula en el tobillo para protegerlo hasta que puedas ir con un especialista en pies.[6]
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    Protege al tobillo de un daño mayor usando una férula. La férula más básica es un objeto plano y resistente, como un regla, que puedas presionar contra el hueso fracturado. Puedes mantenerla en su lugar con gasa o cinta médica, esto ayudará a evitar que el hueso roto se mueva.
    • Si no tienes una férula, pero tienes puestos unos zapatos que le dan soporte a los tobillos, como botas de senderismo o botas normales, ajusta los cordones lo más que puedas para mantener el tobillo inmóvil mientras te diriges al hospital.
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    Deja que el tobillo repose. Si continúas caminando y apoyando peso sobre el tobillo afectado te lesionarás. No deberás moverte mientas esperas la ayuda. Si estás en una situación en que necesitas abandonar el área en la que estás, pídeles a otras personas que te apoyen mientras cojeas para irte o busca una rama o palo resistente que puedas usar como muleta.
    • Deberás continuar en reposo incluso después del tratamiento inicial. Los primeros tres días después de la lesión deberán dedicarse al reposo. Espera la autorización del médico antes de retomar cualquier actividad que involucre el uso del tobillo.
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    Aplica hielo en el tobillo para aliviar el dolor y la inflamación. Usa una compresa fría, una bolsa de hielo o incluso una bolsa de vegetales congelados para enfriar el tobillo lesionado. El hielo disminuye el flujo de sangre hacia el tobillo, lo que reduce la inflamación. El frío también enmascarará el dolor que sientes. Ponte hielo en el tobillo durante 15 a 20 minutos cada hora.[7]
    • Si puedes, usa hielo triturado, ya que al colocarlo puede seguir los contornos del tobillo.
    • Evita aplicar el hielo directo sobre la piel, dado que las temperaturas frías pueden quemarte la piel al igual que el calor.
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    Comprime el tobillo con vendajes elásticos. La compresión del área afectada reduce el flujo de sangre hacia la lesión. Por lo tanto, habrá menos células inflamatorias disponibles que causen inflamación. Si te pones una férula en el tobillo y la envuelves con un vendaje elástico, ya estarás comprimiendo el tobillo.
    • También puedes omitir la férula y envolver el tobillo con vendajes elásticos mientras te diriges al hospital.
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    Eleva el tobillo. Cuando elevas el tobillo, puedes reducir el flujo de sangre hacia esa área. Debido a esto, la inflamación en el tobillo disminuirá. Puedes elevar el tobillo al sentarte o al recostarte. Intenta elevar el tobillo tan pronto como puedas, después de lesionarte.[8]
    • Al sentarte: el tobillo deberá estar por encima del nivel de la cadera.
    • Al recostarte: el tobillo deberá estar por encima del nivel del corazón y el pecho.
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    Toma acetaminofén para controlar el dolor. Además de usar el acrónimo PRICE, también puedes tomar acetaminofén para regular el dolor. Toma tabletas de 325 a 650 mg, 1 tableta cada 4 horas, a menos que tengas órdenes previas del médico para evitar el acetaminofén.
    • No tomes otros analgésicos como el ibuprofeno hasta que hayas ido al hospital. Los analgésicos como el ibuprofeno adelgazan la sangre y pueden causar problemas si requieres una cirugía.

Parte 3
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Buscar ayuda médica

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    Visita a un médico para que realice un diagnóstico adecuado. El médico te examinará el tobillo y probablemente te realizará pruebas diagnósticas como radiografías. Esto le permitirá determinar si el tobillo tiene una fractura, esguince o distención.
    • Si el tobillo está fracturado, es probable que el médico te ponga una férula. Si tienes un esguince o distención, puede ponerte una férula o vendaje para que lo uses hasta que haya sanado. En casos raros las lesiones graves pueden requerir cirugía.
    • Es posible que el médico te prescriba analgésicos para los días posteriores a la lesión. En algunos casos te puede recomendar que tomes analgésicos de venta libre.
    • Incluso si acudes con un médico de atención primaria o a la sala de urgencias, es probable que te deriven con un especialista en pies para el tratamiento.[9]
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    Pide que te pongan una escayola en el tobillo si tienes una fractura. Una escayola es una bota de cemento que inmoviliza el pie y permite que los extremos del hueso del tobillo fracturado se unan de manera natural. El médico te colocará la escayola y luego la retirará cuando el hueso haya sanado. Este procedimiento no es doloroso.[10]
    • Lo más probable es que tengas que usar la escayola durante 4 a 8 semanas.
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    Permite que te realicen una reducción cerrada si tienes el tobillo fracturado y dislocado. La reducción cerrada es una maniobra realizada por médicos para regresar un hueso a su lugar adecuado sin tener que realizar una cirugía. Es importante regresar el tobillo a su lugar para que puedas moverlo como siempre una vez que sane. Normalmente, es un cirujano ortopédico el encargado de realizar la maniobra.[11]
    • Después de la reducción, se requiere una escayola para asegurar que los huesos permanezcan en su lugar. En casos extremos de inestabilidad en la articulación del tobillo, se tendrán que insertar placas y tornillos de metal externamente (llamado fijación externa) o internamente (llamado fijación interna) para mantener los huesos en su lugar.
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    Habla con el médico acerca de una cirugía si tienes una lesión grave. Esto puede incluir fracturas múltiples o una dislocación grave. Hacerte una cirugía ayudará a regresar los huesos al lugar adecuado y mantenerlos en ese lugar. En el lado positivo, hacerte una cirugía acelerará el tiempo de recuperación, si bien tienes que esperar por la escayola, te recuperarás unos días después de la cirugía.[12]
    • La cirugía de tobillo se divide en dos partes. Primero te someten a una reducción abierta, durante la que los huesos se regresan al lugar adecuado. Después, mediante fijación externa, se perforan los huesos para colocar placas de metal y tornillos y así garantizar el movimiento ínfimo de los huesos afectados.

Parte 4
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Recuperarte después del tratamiento médico

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    Descansa un poco. Independientemente del tipo de tratamiento que hayas recibido, deberás descansar por un par de días. El cuerpo ha pasado por una experiencia traumática y necesita tiempo para recuperarse. Sigue el acrónimo PRICE para asegurarte de darle al tobillo los cuidados delicados que necesita.
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    Considera tomar algunos medicamentos de venta libre. Si sientes mucho dolor después del tratamiento médico, toma algún analgésico como acetaminofén o ibuprofeno. Si el médico te ha prescrito un analgésico distinto, sigue sus instrucciones.
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    Usa muletas para apoyarte. En los primeros días, deberás realizar caminatas cortas en casa usando las muletas que el médico te ha dado. Al inicio puede resultar bastante incómodo, pero te acostumbrarás a ellas. No deberás ejercer presión sobre la pierna lesionada a menos que el médico te indique lo contrario. Ni siquiera deberás poner la pierna lesionada en el suelo durante los primeros días.
    • No participes en cualquier actividad en la que debas cargar peso mientras la fractura está sanando, a menos que el médico te indique que está bien. Algunas fracturas son capaces de soportar peso bajo ciertas circunstancias, por ejemplo, cuando se usa una bota especial.
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    Evita que la escayola se moje. Si mojas la escayola contacta al ortopedista de inmediato para que te haga una nueva. Esto es muy importante porque si se acumula agua al interior de la escayola (entre la escayola y la piel), puede afectar a la piel y generar una infección muy rápidamente.
    • Otro problema de que se moje la escayola es que puede aflojarse, lo que significa que no mantendrá al tobillo en su lugar adecuadamente.
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    Haz una cita con el terapeuta físico. Mientras el tobillo sana, necesitarás comenzar a recuperar la fuerza en ese tobillo. Para hacerlo, necesitarás asistir a terapia física y realizar ejercicios que te ayuden a desarrollar la movilidad y flexibilidad del tobillo.

Parte 5
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Rehabilitar el tobillo

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    Rehabilita el tobillo para recuperar fuerza y rango de movimiento. Usar una escayola o realizarte una cirugía para volver a juntar los huesos solo es la mitad del proceso de recuperación. La rehabilitación (también conocida como terapia física) es igual de importante para recuperar la estabilidad, movilidad y función del tobillo. La rehabilitación incluye ejercicios para la estabilidad y movilidad de la articulación del tobillo, fortalecimiento y estiramiento de los músculos de la pantorrilla.[13]
    • Se deberá entrenar la estabilidad antes de la movilidad. Los ejercicios de estabilidad refuerzan el grado máximo de movimiento permisible en el tobillo sin riesgo de lesiones. La estabilidad también es necesaria para soportar la presión externa que se aplica al tobillo.
    • Por lo general, toma de 6 a 8 semanas que una fractura de tobillo sane.
    • Es posible que el ortopedista te permita realizar movimientos de rango de movimiento tan pronto como a las 4 semanas. También es posible que te cambie la escayola por una bota removible.
    • Acude al médico para que realice un seguimiento y pueda evaluar qué tan bien está sanando el tobillo.
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    Realiza ejercicios para la estabilidad de la articulación del tobillo. Habla con el médico y el terapeuta físico antes de realizar cualquier ejercicio. Los ejercicios para la estabilidad de la articulación del tobillo normalmente se realizan una semana después de la cirugía o cuando se retira la escayola. Este es un tutorial de un sencillo ejercicio para la estabilidad de la articulación del tobillo:
    • Párate frente a una pared de forma que estés a una distancia de un brazo de ella. Empuja contra la pared. Mira hacia el frente formando una papada, mantén las escápulas hacia abajo y hacia atrás. Mantener esta posición, garantizará que la columna esté alineada correctamente.
    • Mete la barriga como si alguien intentará golpearte en el estómago. Aprieta los músculos de los glúteos. Al realizar esta maniobra entrenarás los músculos del tronco y de la cadena posterior. Todos ellos son vitales para entrenar la alineación adecuada de la articulación del tobillo y prevenir una nueva lesión.
    • Levanta el pie sano del suelo. Mantén esta posición durante 30 segundos. Pararte sobre una pierna te pondrá en una situación de inestabilidad. Esto entrenará al tobillo lesionado para resistir las fuerzas de inestabilidad. Resiste el impulso de mirarte el pie. Mirar hacia adelante durante el movimiento, permitirá que también entrenes la propiocepción.
    • Es común que experimentes un tambaleo en los primeros intentos. Descansa durante un minuto y luego repite este proceso dos veces. Hazlo una vez con la otra pierna para garantizar que reciba el mismo entrenamiento de fuerza.
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    Realiza un ejercicio de movilidad para la articulación del tobillo. La movilidad de la articulación del tobillo es muy importante en las actividades diarias como caminar, subir un tramo de escaleras, manejar, entre otras. El objetivo es restaurar la movilidad del tobillo para lograr los patrones de movimiento normales. Los ejercicios de movilidad para la articulación del tobillo normalmente se realizan cuando se ha instaurado la estabilidad del tobillo. “El Alfabeto” es un ejemplo de este tipo de ejercicios:
    • Siéntate en una silla y extiende la pierna con el tobillo lesionado de forma que quede paralela al suelo. Imagina que el pie afectado es un bolígrafo y dibuja las letras del alfabeto en el aire de la A a la Z y viceversa.
    • Es probable que sientas rigidez en el tobillo. Trabaja con ella, pero no tan duro como para que sientas dolor. Deberás enfocarte en el movimiento del tobillo y no en la fluidez de los trazos.
    • Descansa por 2 minutos y repite el movimiento dos veces.
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    Realiza elevaciones de pantorrilla. Este ejercicio va dirigido a los músculos de la pantorrilla, el tendón de Aquiles y los ligamentos de la articulación del tobillo. Imita el movimiento que realiza el pie diariamente en actividades como caminar, correr, subir un tramo de escaleras y alcanzar objetos a lo alto. Para hacerlo:
    • Párate con los metatarsos al borde de un escalón y los talones colgando. Mantén la barriga adentro, la cabeza erguida y apoya las manos contra una pared o barandal.
    • Levanta los metatarsos de los pies como si te pusieras de puntillas. Intenta ponerte de puntillas lo más alto que puedas. Los talones deberán elevarse por encima del escalón. Mientras haces esto, exhala para mantener normal la presión arterial.
    • Desciende lentamente hasta que los talones estén algunos centímetros por debajo del borde del escalón. Mientras haces esto, inhala. Mediante este ejercicio se trabajan los músculos de la pantorrilla en todo su rango de movimiento sin dejar atrás algún punto débil. Repítelo 10 veces para formar una serie. Descansa durante un minuto y realiza dos series más.
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    Prueba los enrollamientos de toalla. Las plantas de los pies contienen muchos músculos pequeños. Estos músculos están rodeados por un recubrimiento llamado fascia plantar. La movilidad de la fascia plantar es decisiva para prevenir una lesión en el tobillo. Los enrollamientos de toalla ayudarán a que la fascia se mantenga relajada a pesar del estrés diario en el pie. Para realizarlos:
    • Siéntate en una silla o sofá. Incluso puedes hacerlo mientras miras el televisor o lees un artículo en wikiHow. Coloca una toalla mediana y delgada sobre el suelo a lo largo. Pon el pie en el extremo de la toalla.
    • Atrae el otro extremo de la toalla hacia ti únicamente enrollado los dedos del pie. El talón deberá estar plantado en el suelo todo el tiempo. Repite este ejercicio tres veces más y cambia al otro pie.
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    Aumenta la flexibilidad con un estiramiento de pantorrilla. La flexibilidad es tan importante como la fuerza en lo que se refiere a la salud de los tobillos. El estiramiento de pantorrilla va dirigido principalmente a los músculos de la pantorrilla y el tendón de Aquiles. Ambos son vitales para que el tobillo tenga una gran flexibilidad. Para ello, haz lo siguiente:
    • Párate frente a una pared y empuja contra ella con los brazos. Deberás mantener los brazos al nivel del pecho y a la altura de los hombros. Deberás dirigir las escápulas hacia atrás y hacia abajo.
    • Pon el pie derecho detrás del pie izquierdo y mantén recta la pierna derecha. El talón deberá estar en contacto con el suelo y los dedos apuntando hacia adelante durante todo el estiramiento.
    • Flexiona el pie izquierdo hacia adelante para estirar los músculos de la pantorrilla derecha. Deberás sentir un estiramiento o una leve molestia que sea tolerable en los músculos de la pantorrilla derecha. Si sientes dolor, detente.
    • Mantén esta posición durante 30 segundos si eres menor de 40 años. Si eres mayor de 40 años deberás mantener el estiramiento durante 60 segundos. Los músculos se vuelven más rígidos a medida que envejecemos. Mantener los estiramientos por más tiempo ayudará a relajar los músculos.
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    Intenta realizar rodamientos con pelota de tenis. Los rodamientos con pelota de tenis alivian el estrés acumulado en los músculos del pie y la fascia plantar. Para hacerlos:
    • Coloca una pelota de tenis normal sobre el suelo. Siéntate en una silla y coloca la parte media del pie sobre la pelota de tenis.
    • Rueda la pelota en círculos. Hazlo por 1 minuto en dirección a las manecillas del reloj, seguido de 1 minuto en sentido contrario a las manecillas del reloj. Rueda la pelota hacia atrás y adelante durante 1 minuto. Rueda la pelota de lado a lado durante 1 minuto.
    • Cambia al otro pie. Realiza este procedimiento tres veces con cada pie.

Consejos

  • Sé paciente con tu cuerpo. No lo presiones demasiado mientras se recupera o puedes arriesgarte a que el tobillo se dañe aún más.
  • Si tienes mucho dolor toma acetaminofén.
  • Para reducir el riesgo de una fractura, evita caminar o correr en superficies irregulares, usa zapatos adecuados y evita ejercitarte cuando sientas cansancio.
  • Puedes reducir el riesgo de una fractura de tobillo manteniendo un peso saludable y evitando fumar, ya que tener sobrepeso y fumar aumentan el riesgo de una fractura.

Advertencias

  • Si piensas que te has fracturado el tobillo acude al hospital de inmediato.
  • No tomes medicamentos como el ibuprofeno antes de ver al médico, ya que pueden adelgazarte la sangre.

Referencias

  1. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3348693/
  2. https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/broken-ankle/symptoms-causes/syc-20450025
  3. F. Charles Brunicardi, Dana K. Andersen, Timothy R. Billiar, David L. Dunn, John G. Hunter, Jeffrey B. Matthews, Raphael E. Pollock. Schwartz, Principios de Cirugía, Novena Edición. Nueva York: The McGraw-Hill Companies, Inc., 2009.
  4. Dan L. Longo, Anthony S. Fauci, Dennis L. Kasper, Stephen L. Hauser, J. Larry Jameson y Joseph Loscalzo. Harrison, Principios de Medicina Interna 18ª edición. Nueva York: The McGraw-Hill Companies, Inc., 2011.
  5. https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/broken-ankle/symptoms-causes/syc-20450025
  6. Neal Blitz, DPM, FACFAS. Podólogo certificado por el colegio oficial. Entrevista a especialista. 22 April 2020.
  7. F. Charles Brunicardi, Dana K. Andersen, Timothy R. Billiar, David L. Dunn, John G. Hunter, Jeffrey B. Matthews, Raphael E. Pollock. Schwartz, Principios de Cirugía, Novena Edición. Nueva York: The McGraw-Hill Companies, Inc., 2009.
  8. Neal Blitz, DPM, FACFAS. Podólogo certificado por el colegio oficial. Entrevista a especialista. 22 April 2020.
  9. Neal Blitz, DPM, FACFAS. Podólogo certificado por el colegio oficial. Entrevista a especialista. 22 April 2020.
  1. F. Charles Brunicardi, Dana K. Andersen, Timothy R. Billiar, David L. Dunn, John G. Hunter, Jeffrey B. Matthews, Raphael E. Pollock. Schwartz, Principios de Cirugía, Novena Edición. Nueva York: The McGraw-Hill Companies, Inc., 2009.
  2. Dan L. Longo, Anthony S. Fauci, Dennis L. Kasper, Stephen L. Hauser, J. Larry Jameson y Joseph Loscalzo. Harrison, Principios de Medicina Interna 18ª edición. Nueva York: The McGraw-Hill Companies, Inc., 2011.
  3. http://orthoinfo.aaos.org/topic.cfm?topic=a00391
  4. Dan L. Longo, Anthony S. Fauci, Dennis L. Kasper, Stephen L. Hauser, J. Larry Jameson y Joseph Loscalzo. Harrison, Principios de Medicina Interna 18ª edición. Nueva York: The McGraw-Hill Companies, Inc., 2011.

Acerca de este wikiHow

Neal Blitz, DPM, FACFAS
Coescrito por:
Podólogo certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Neal Blitz, DPM, FACFAS. El Dr. Neal Blitz es un podólogo y cirujano de pie y tobillo que dirige consultorios privados en la ciudad de Nueva York y en Beverly Hills, California. El Dr. Blitz es conocido como The Bunion King® y es el creador del procedimiento Bunionplasty® (cirugía plástica para juanetes) que ha revolucionado la cirugía de juanetes. Tiene más de 17 años de experiencia en podología y se especializa en cirugía mínimamente invasiva de pie y tobillo. El Dr. Blitz recibió un diploma en Medicina Psicológica de la Facultad de Medicina Podiátrica de Nueva York, luego completó una residencia enfocada en la cirugía electiva y reconstructiva de pie y tobillo en el Centro Médico Sueco, y recibió una beca de investigación de AO Trauma en Dresden, Alemania, enfocada en traumatismo y técnicas reconstructivas. Está certificado por el colegio oficial en cirugía del pie y cirugía reconstructiva del pie y tobillo, y también es ciplomado de la Junta Estadounidense de Cirugía del Pie y Tobillo y miembro del Colegio Estadounidense de Cirujanos de Pie y Tobillo (FACFAS, por sus siglas en inglés). Este artículo ha sido visto 2934 veces.