Al igual que con cualquier otro comportamiento destructivo que altera la vida cotidiana, ver pornografía puede convertirse en una adicción. A continuación, te presentamos algunas medidas que puedes tomar para averiguar si en efecto tienes algún problema del que debes preocuparte. Además, te proporcionamos algunas maneras de entender mejor este problema y algunos consejos para cambiar tus hábitos y disminuir la tentación progresivamente. No tengas miedo de pedir ayuda a adultos responsables y a profesionales de la salud mental, ya que estos representan recursos invaluables para superar esta terrible adicción.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Entender tu adicción a la pornografía

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    Identifica los síntomas. Verifica si tu consumo de pornografía es relativamente normal o podría considerarse una adicción. Identifica estas señales y síntomas para que tengas una idea más clara de cuánto domina tu vida cotidiana:[1]
    • No puedes dejar de ver pornografía (o tienes comportamientos asociados con esta) a pesar de que has intentado dejarla.
    • Te sientes enojado o irritable cuando te piden que dejes de ver pornografía (incluso cuando te lo propones a ti mismo).
    • Ocultas una parte o la totalidad de tu material pornográfico a tus familiares y amigos.
    • Sientes que llevas una doble vida debido a que consumes pornografía clandestinamente.
    • Continúas consumiendo pornografía a pesar de sus consecuencias negativas (por ejemplo, problemas en tus relaciones o en la escuela).
    • Pierdes la noción del tiempo porque estás absorto viendo pornografía.
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    Conoce los efectos no examinados de esta adicción. Para entender mejor lo que te está sucediendo, debes conocer lo que podría estar en juego. Probablemente es más sencillo convencerte a ti mismo de que todo el mundo consume pornografía y que tal vez no tienes un problema después de todo. Los siguientes efectos potenciales de la adicción a la pornografía muestran los peligros reales que conlleva este problema:[2]
    • Relaciones íntimas destruidas o con problemas
    • Dificultad para mantenerse interesado en las relaciones o las perspectivas de salir a conocer nuevas personas
    • Sentimientos de vergüenza o culpabilidad
    • Problemas en el trabajo o la escuela (bajas calificaciones)
    • Alto riesgo de involucrarse en actividades sexuales peligrosas o insalubres (con un riesgo mayor de contraer enfermedades de transmisión sexual)
    • Incapacidad futura de excitarse en situaciones que no tengan que ver con la pornografía
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    Evita mortificarte. Debido a que esta adicción implica material lascivo, podrías estar tentado a pensar que eres impuro, pervertido o inmoral por no haber resuelto el problema en primer lugar. Sin embargo, si le añades culpabilidad a esta mezcla de sentimientos solo harás que sea más difícil encontrar la confianza que necesitas para resistir la tentación y lanzarte a realizar otras actividades.[3]
    • Los métodos populares (como pellizcarte a ti mismo cada vez que veas pornografía) solo generan un efecto de fruta prohibida que hace que sea aún más difícil renunciar a esta adicción.[4] Lo que es peor, llegarás a tener una perspectiva negativa de tu propia sexualidad, lo que puede complicar aún más que descubras las raíces fundamentales de tu adicción.
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    Conoce los factores desencadenantes. Un desencadenante es algo que te incita a ver pornografía.[5] Puede ser un momento determinado de tu rutina diaria (por ejemplo, antes de irte a dormir) o un anuncio que contenga una actriz con poca ropa. Es importante que conozcas los factores desencadenantes para que sepas cuando redoblar tus esfuerzos para no ver pornografía. Luego, puedes reemplazarla viendo algo que desvíe con éxito tu atención hasta que el impulso desaparezca por sí solo.
    • Por ejemplo, si ves un anuncio y te dan ganas de ver pornografía, juega una partida de tu videojuego favorito en su lugar. Es probable que no puedas evadir el anuncio por completo, pero puedes comenzar a reemplazar la pornografía por un hábito menos dañino.
    • Después de un tiempo es probable que no tengas que realizar este tipo de esfuerzo para evitar ciertos desencadenantes ni reemplazar rigurosamente la pornografía por otra cosa con el mismo comportamiento alternativo todas las veces. Sin embargo, cuando intentes dejar el hábito al principio, debes dedicarte a desviar tu atención en los momentos de mayor tentación.
    • Si existen factores desencadenantes que puedes evitar por completo, hazlo. Esto podría disminuir tu uso de pornografía más fácilmente. Solo ten cuidado de no pasar mucho tiempo evitando cierto tipo de música o ciertos amigos que te influencian a ver pornografía. Si tratas de introducir estos desencadenantes nuevamente en tu vida luego de evitarlos intensamente, corres el riesgo de recaer en el vicio.[6]

Parte 2
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Realizar cambios a largo plazo

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    Reduce lentamente tu consumo con el paso del tiempo. En vez de dejarlo "de golpe", es mejor que decidas reducir tu consumo de pornografía hasta dejar de verla por completo. Establece objetivos en periodos determinados. Decide si deseas dejar de ver pornografía por completo o convertirte en un consumidor más moderado.[7] Realiza este procedimiento para que la transición ocurra sin problemas, ya que solo tendrías que enfrentar pequeños retos conductuales a un ritmo más holgado.
    • Por ejemplo, supongamos que tu meta es ver pornografía solo 3 veces a la semana. Podrías empezar por disminuir tu consumo a una vez al día en los momentos en que te sientes más tentado (por ejemplo, antes de irte a dormir).
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    Corta tus fuentes. Evita la tentación de ver más veces de las que te permite tu objetivo. Podría serte útil limitar o reducir tu acceso a la mayoría de fuentes pornográficas. A continuación, te presentamos algunas ideas más específicas que puedes utilizar en función de tus hábitos personales:
    • Si por lo general utilizas DVD, raya los discos utilizando un bolígrafo o un clip antes de arrojarlos a la basura.
    • Si utilizas revistas, arranca las páginas y pásalas a través de una trituradora de papel o una papelera de reciclaje.
    • Si ves pornografía en Internet, utiliza una extensión para el navegador u otro software que te ayude a limitar los sitios que puedes explorar. Estos censores (como StayFocused o Net Nanny) funcionan como lo hacen los controles parentales. Poco a poco puedes bloquear estas páginas web por completo si así lo decides. Además, estos censores controlan el tiempo que pasas en las páginas escogidas.
    • Si utilizas una computadora de escritorio, también puedes bloquear las páginas que visitas con frecuencia modificando el archivo hosts a un archivo hosts de edición del sistema de Windows.
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    Corrige tu entorno. Existen muchas cosas que puedes hacer para asegurarte de configurar tu entorno de tal manera que el consumo de pornografía se haga más difícil y tengas menos tentaciones.[8] Comienza con tu propia computadora o teléfono (si además utilizas ese dispositivo).
    • Elimina los virus y los programas malignos de tu computadora que te bombardean con anuncios pornográficos.[9] Recuerda que además debes eliminar los archivos que tienes almacenados.
    • Trata de ubicar el equipo en un espacio común de la casa, ya que la privacidad normalmente te estimula a ver pornografía.[10] Esta puede ser una medida temporal hasta que te acostumbres a ver menos pornografía. Podrías tomar por sorpresa a tu familia, pero te entenderán si les haces saber que estás tratando de pasar menos tiempo solo en tu habitación.
    • Evita estar con amigos que comparten y promueven un consumo intensivo de pornografía.
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    Controla tu progreso. No te desanimes y recuerda reconocer tu esfuerzo para sentirte con energía en los momentos difíciles. Dado que superar la adicción requiere mucho tiempo y esfuerzo (y por lo general conlleva algunas recaídas), debes tener una perspectiva objetiva de cuánto has progresado para que no seas tan duro contigo mismo en los momentos difíciles.
    • Intenta controlar tu consumo con la misma extensión de navegador que utilizas para colocar los controles sobre el acceso a pornografía. Si utilizas DVD o revistas, establece un horario para ver este material.
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    Concentra tu atención en otras actividades. Fórjate un hábito o pasatiempo nuevo para reemplazar el tiempo que pasas viendo pornografía. Si no lo haces, te será mucho más difícil resistir la tentación.[11] Busca nuevas formas de mantenerte ocupado durante los momentos de calma para que no tengas tiempo de ver pornografía. Adopta un pasatiempo que siempre has querido tener (como obtener una destreza artística o practicar algún deporte). Además, puedes invertir ese tiempo en ti mismo, ya sea cultivando el hábito de la lectura, ejerciendo algún voluntariado o contribuyendo en tu vida de alguna otra manera.
    • Puedes tener en cuenta alguna actividad de la que te guste hablar mucho. Realiza algo que te haga sentir orgulloso y que se lo puedas mostrar a tus padres y amigos (por ejemplo, ponerte en forma o aprender a tocar un instrumento musical).
    • Si no sabes conducir un auto, puede serte útil conseguir una bicicleta u otro medio de transporte. Esto te dará la libertad de salir de casa y realizar otras actividades en lugar de ver pornografía.
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    Retoma el contacto con tus amigos y colegas. Una buena manera de asegurarte de seguir participando en actividades nuevas es realizarlas con amigos o con las personas que te rodean. De esta manera, tendrás una responsabilidad social para ceñirte a dichas actividades, sin mencionar que tendrás la oportunidad de relacionarte mejor con otras personas a través de cosas nuevas. Si te relacionas bien con personas que te edifican, la pornografía se convertirá en una distracción menor, ya que recordarás que existen otras formas mucho más gratificantes de pasar el tiempo.

Parte 3
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Buscar ayuda psicológica

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    Considera someterte a terapia. Un profesional de la salud mental puede brindarte herramientas adicionales para hacer frente a las dificultades de superar una adicción.[12] Si decides acudir a un terapeuta, recuerda que nadie te va a juzgar ni regañar por tener un problema. De hecho, mientras más honesto seas en cuanto a los detalles de tu problema, mejor podrá ayudarte tu terapeuta.
    • Una ventaja importante de hacer terapia es que podrás lidiar con el dolor de tu pasado que probablemente contribuye a la raíz de tu adicción.[13]
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    Pide ayuda a tus familiares. Esto puede resultar embarazoso, especialmente debido a la naturaleza de tu adicción. Sin embargo, al realizar esto demuestras que tienes la fuerza y la capacidad de detectar y resolver los problemas en tu vida. Si quieres evitar detallar la razón por la que necesitas ayuda, pide que te deriven a un terapeuta diciendo algo ambiguo (por ejemplo, "No me he estado sintiendo bien conmigo mismo últimamente" o "Me siento desconectado de todo el mundo").
    • Si no te sientes cómodo pidiéndole ayuda a tus padres, intenta pedírsela a tu consejero escolar u otro adulto de tu confianza.
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    Pregúntale a tu terapeuta o médico si tu adicción indica un problema de salud. En algunos casos, la adicción a la pornografía puede ser el resultado de un desequilibrio hormonal que intensifica el impulso sexual. Si sientes que tu obsesión por consumir pornografía no se ve afectada a pesar de todas las medidas que has tomado para recuperarte, podrías tener un problema subyacente que solo un médico puede diagnosticar.
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    Busca grupos que se enfoquen en adolescentes.[14] Existen muchos adolescentes que luchan contra la adicción a la pornografía. Al unirte a uno de estos grupos de apoyo, te darás cuenta de que no estás solo. Esto es especialmente importante ya que la adicción a la pornografía es algo que se realiza en la clandestinidad, lo que hace que el problema incremente.[15] El grupo te ayudará a rendir cuentas de tus metas y además constituirá un espacio en el que puedes compartir tu historia y recibir consejos detallados para enfrentar mejor el problema. Prueba con un programa de 12 pasos en tu localidad para superar todo tipo de adicciones. Sexo Adictos Anónimos (Sex Addicts Anonymous) y Adictos al Sexo y al Amor Anónimos (Sex and Love Addicts Anonymous) son dos grupos que acogen a personas con adicción a la pornografía.
    • Además, existen muchos grupos en Internet a los que puedes unirte si no puedes asistir a las reuniones presenciales.
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    Maneja las recaídas con delicadeza. Es comprensible que te decepciones si recaes más allá de los límites que te has establecido. De hecho, una recaída puede ser indicio de que necesitas concentrarte mejor en tus habilidades a la hora de enfrentar el problema y tomarte más en serio los cambios en tu estilo de vida para defenderte mejor de la adicción. Sin embargo, debes asegurarte de no caer en un consumo excesivo de pornografía debido a que te sientes frustrado por haber recaído.[16] Ten en cuenta los siguientes aspectos, ya que se consideran signos de progreso a pesar de las recaídas:
    • Tienes recaídas de baja gravedad. Por ejemplo, tratas de ver pornografía en Internet pero cierras la página rápidamente antes de engancharte en una odisea sin fin.
    • Ha transcurrido una cantidad significativa de tiempo entre una recaída y otra.
    • Tienes la determinación de recuperarte rápidamente después una recaída haciendo uso de los métodos detallados en este artículo y los que te sugiere tu terapeuta.

Consejos

  • Ten paciencia contigo mismo y recuerda tu progreso constantemente.
  • Es natural que te sientas tentado, así que toma un descanso de vez en cuando.
  • Habla sobre tu problema con personas de tu confianza que puedan entenderte y pídeles que te ayuden a controlarte.
  • Cada vez que tengas la tentación de ver pornografía, cuestiónate lo siguiente: "¿Realmente tengo que hacer esto?".

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 138 897 veces.
Categorías: Adolescentes | Adicciones