A nadie le gusta vomitar, pero si debes hacerlo, es necesario que encuentres un buen sitio. Si no puedes llegar a un inodoro o a otro lugar en el que puedas hacerlo rápidamente, una cubeta puede ser la mejor opción. Si sientes náuseas o si te preocupa que estés a punto de vomitar, asegúrate de estar preparado para tomar la cubeta y no vomites hasta que puedas alcanzarla.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Vomitar en la cubeta

  1. 1
    Consigue una cubeta. No es necesario que sea algo especial, solo debe servirte para vomitar en el interior. Debe ser lo suficientemente pequeña como para que puedas sostenerla en las manos y llevártela a la cara.
    • Si estás enfermo o si sientes náuseas, asegúrate de estar preparado. Mantén una cubeta cerca del lugar en el que descansas. Como mínimo, asegúrate de que puedas acceder fácilmente a esta.
    • Si tienes hijos que puedan vomitar, poner la cubeta cerca de la cama es una buena manera de estar preparado en caso de que no puedan llegar al baño. Asegúrate de que los niños sepan para qué es la cubeta a fin de que estén preparados si la necesitan.[1]
  2. 2
    Levanta la cubeta a la altura de tu cara. Si es posible, debes tratar de que la cubeta esté a un nivel que te permita mantener la cabeza mirando hacia adelante. Aunque la mayoría de las personas tienden a inclinar la cabeza hacia abajo, esto hace que sea más probable que el vómito entre a los conductos nasales, lo cual es un complemento desagradable al hecho de estar enfermo. Esta es la gran ventaja de usar un balde en vez de un inodoro.[2]
  3. 3
    Mantén el cabello hacia atrás. Asegúrate de que nada se interponga en tu camino antes de vomitar. El objetivo de la cubeta es evitar que el vómito se esparza por todas partes. Dejar que el cabello se interponga solo causará un desastre mayor.
    • Si tienes a un amigo o un familiar cerca, puede ser muy útil que te ayuden con esa tarea. De esta manera, puedes usar ambas manos para sostener el balde.
  4. 4
    Vomita. Una vez que estés en posición, puede ser mejor dejar que todo salga. Vomitar no se siente bien, pero puede ser una manera necesaria para el cuerpo de decirte que algo no anda bien. Mantén la cabeza mirando hacia adelante y respira lentamente cuando termines.[3]
    • No quites la cabeza de la cubeta hasta que sepas con seguridad que has terminado.
  5. 5
    Limpia la cubeta. Una vez que hayas terminado de vomitar, tendrás que limpiar la cubeta. El vómito, como otros fluidos orgánicos, puede contener gérmenes que conduzcan a una infección. Tira el vómito en el inodoro y jala de la cadena. Usa agua y jabón para enjuagar cualquier resto que quede en la cubeta. Usa toallas de papel para limpiar cualquier otra cosa y tíralas cuando hayas terminado.[4]
    • También puedes usar una solución de lejía en una proporción de 1:10 (1 taza de lejía mezclada con 9 tazas de agua) para desinfectar aun más. Si lo haces, asegúrate de mantener la mezcla en la cubeta durante 10 minutos y de mantener la habitación bien ventilada. No añadas ningún otro agente de limpieza.
    • Puedes ser más sencillo forrar el balde con una bolsa de basura antes de vomitar. Una bolsa de plástico de supermercado usada funcionará perfectamente. Simplemente forra el balde con la bolsa y, después de vomitar, tírala a la basura. Es ideal para una limpieza rápida y una menor acumulación de olores, pues puedes reemplazar la bolsa en cualquier momento. Asegúrate de que la bolsa no tenga agujeros.
    • Si te sigues sintiendo mal y no puedes limpiar completamente la cubeta, aléjate de esta. El vómito tiene un olor muy fuerte, lo cual puede hacer que vomites nuevamente.[5]
  6. 6
    Límpiate. Enjuágate la boca con agua hasta que el sabor desaparezca y lávate las manos o cualquier otra parte del cuerpo. Si es necesario, una ducha puede ser refrescante y, al mismo tiempo, hacer que estés limpio.
    Anuncio

Parte 2
Parte 2 de 2:
Posponer el vómito

  1. 1
    Toma un poco de aire fresco. Los espacios reducidos u otras situaciones aglomeradas, pueden aumentar las náuseas. Por lo tanto, si es posible, sal de la habitación por unos minutos (o al menos abre una ventana) y toma varias respiraciones profundas de aire fresco.[6]
  2. 2
    Usa acupresión. Similar a la acupuntura, la acupresión se basa en prácticas chinas tradicionales y usa los puntos de presión naturales del cuerpo. Aplicar presión ocasional al punto de presión P6 de la muñeca puede ayudar a aliviar las náuseas y el vómito.[7]
    • Con la palma de una mano mirando hacia arriba, coloca los tres primero dedos de la otra mano sobre la muñeca para palpar los dos tendones principales de debajo del pulgar. El punto que buscas está a unos tres dedos de distancia por debajo de la muñeca.
    • Aplica presión al punto haciendo un movimiento circular y asegurándote de presionar hacia abajo. Esto no debe causar ningún dolor o malestar, y puedes seguir aplicando presión durante dos o tres minutos.
    • Repite esta operación en la otra muñeca. Ubica el punto de presión en la otra muñeca y aplica presión haciendo un movimiento circular durante un par de minutos.
  3. 3
    Prueba técnicas de relajación. Desvía la atención de la incomodidad pensando en algo que te calme. Este método es más efectivo si has practicado la técnica antes de que surja la necesidad de aliviar las náuseas. Las siguientes técnicas pueden ayudar:[8]
    • La relajación autógena. Esta implica encontrar algo que distraiga a tu mente de las náuseas (o de cualquier otra cosa que sientas). Repite mentalmente una palabra o una frase que no esté relacionada con las náuseas. Trata de pensar en algo pacífico o relajante. A medida que repitas esta idea, haz que tu respiración sea más profunda y relaja los músculos.
    • La visualización. Imagina un lugar pacífico o relajante. Piensa en cómo experimentarían tus distintos sentidos este lugar, las cosas que podrías sentir, oler u oír, así como qué es lo que verías. Puede ayudar cerrar los ojos y sentarte mientras lo haces.
    • La respiración profunda. Busca un lugar silencioso para sentarte. Toma una respiración normal y luego una profunda. Inhala lentamente por la nariz y deja que el aire te llene los pulmones y el abdomen. Exhala lentamente, por la boca es mejor, pero puede ser por la nariz si es más cómodo para ti.[9]
    Anuncio

Consejos

  • Si puedes, dile a alguien que esté cerca de ti que vas a vomitar. Esa persona puede ayudarte sosteniéndote el cabello o limpiando todo posteriormente.
  • Toma agua antes y después de que vomites. Tomar agua antes puede ayudarte a posponer el vómito, al menos por un poco de tiempo. Vomitar deshidratará al cuerpo, así que tomar agua posteriormente puede reponer los líquidos.
Anuncio

Advertencias

  • Si no puedes evitar los vómitos regularmente, debes visitar a un médico para hablar de tu salud. Puede ser un signo de un trastorno más serio.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 2510 veces.
Categorías: Náuseas y vómitos
Anuncio