El ajo suele ser considerado como una hierba, pero en realidad es un bulbo con un sabor fuerte, pariente de la cebolla. Se lo emplea en una gran variedad de formas y preparaciones, algunas veces para aplicaciones medicinales. El ajo fresco es común en las tiendas y en los jardines. Ya sea que lo compres en una tienda o lo cultives tú mismo, puedes hacer que dure más si lo almacenas correctamente. Esta guía te enseñará a almacenarlo de forma que permanezca fresco.

Método 1
Método 1 de 2:
Almacenar ajo fresco

  1. 1
    Compra o cultiva ajo que sea fresco y firme. Esto es importante ya que entre más fresco esté el ajo más durará.[1]
    • El bulbo del ajo debe ser firme, con piel seca como el papel y no debe tener brotes. Si el bulbo es suave significa que se pasó de maduro y no durará mucho sin importar como lo almacenes.
    • Evita el ajo arrugado o que esté en la sección refrigerada de las tiendas.
  2. 2
    Seca los bulbos de ajo casero antes de almacenarlos. Secar el ajo antes de almacenarlo permitirá que el sabor se desarrolle y se vuelva más concentrado.
    • Lava los ajos recién desenterrados y deja que se sequen en un lugar oscuro y seco por aproximadamente una semana.
    • Puedes colgar tu ajo del tallo para que se seque.
  3. 3
    Almacena el ajo en temperatura ambiente. Mucha gente comete el error de ponerlo en el refrigerador, pero en realidad el ajo se preserva mejor en temperatura ambiente, alrededor de 15 °C (60 °F).
    • Refrigerar el ajo es mala idea, ya que hace que el bulbo se deteriore. El refrigerarlo lo pone húmedo y puede salirle algo de moho.
    • El ajo fresco cortado o picado puede ser almacenado en el refrigerador en un recipiente sellado mientras lo usas, pero debes usarlo lo antes posible.
    • Congelar no es recomendado porque cambia la consistencia y sabor del ajo.
  4. 4
    Guarda el ajo en un lugar con buena circulación de aire. Almacenar los bulbos de ajo en un lugar debidamente ventilado les permite “respirar” y alargara su vida útil.[2]
    • Los bulbos de ajo se pueden dejar en una canasta de malla o alambre, una canastica que tenga huecos de ventilación o incluso una bolsa de papel.
    • No almacenes tus bulbos de ajo fresco en bolsas plásticas o recipientes sellados. Esto causa brotes y moho.
  5. 5
    Almacena el ajo fresco en un lugar seco y oscuro. La alacena de la cocina o algún rincón sombreado del mesón de la cocina es perfecto para esta función.
    • Mantén el ajo lejos de la luz solar y la humedad para evitar brotes.
  6. 6
    Una vez hayas partido el bulbo usa el ajo rápidamente. La vida útil del ajo se acorta considerablemente cuando rompes el bulbo para sacarle un diente.
    • Si el ajo empieza a tomar una consistencia suave, o los dientes empiezan a mostrar brotes verdes en la mitad, entonces es hora de botar el ajo.
    • Bulbos de ajo sin romper pueden durar hasta 8 semanas si los almacenas correctamente. Los dientes separados del bulbo solo duran unos 3 a 10 días.
  7. 7
    Ten en cuenta que almacenar un “ajo de temporada” es diferente a almacenar ajo común y corriente. El ajo de la última cosecha de tu cultivo casero necesita ser refrigerado enseguida lo desentierras.
    • Estos bulbos de ajo son cosechados a principios de verano y tienen un sabor suave. No es necesario secarlos y puedes dejarlos en el refrigerador por hasta una semana.
    • El ajo de temporada tiene un sabor más suave que el ajo corriente y puede ser usado en lugar de la cebolla o el puerro cuando cocines.

Método 2
Método 2 de 2:
Almacenar el ajo mediante la preservación

  1. 1
    Congela el ajo. Aunque a algunos no les gusta la idea de congelar el ajo porque se dice que le cambia el sabor, congelarlo puede ser una buena opción si no usas ajo frecuentemente o tienes uno que otro diente sobrante y no quieres que se dañe. Hay dos maneras de congelar un ajo:
    • Puedes congelar el diente entero sin pelar si lo envuelves en plástico o aluminio, o meterlos en una bolsita para congelador y meterlos en el congelador. Luego puedes sacar los dientes a medida que los vayas necesitando.
    • Otra alternativa es pelar los dientes de ajo, machacarlo o cortarlo en pedazos finitos y guardarlo en una bolsita para congelador, o envolverlo en plástico. Si el ajo se vuelve un bloque cuando lo congelas, puedes rallarlo para sacar el ajo que necesitas.
  2. 2
    Almacenar el ajo en forma de aceite. Hay algo de controversia alrededor del tema de almacenar ajo como aceite, ya que almacenar aceite con infusión de ajo en una temperatura ambiente, se ha asociado con el crecimiento de la bacteria clostridium botulinum que puede causar una enfermad fatal, llamada botulismo. Sin embargo, si el aceite de ajo se almacena en el congelador, se elimina todo riesgo.
    • Puedes pelar individualmente los dientes de ajo y sumergirlos completamente en aceite en una jarra de vidrio o un recipiente plástico. Sella la jarra firmemente con una tapita y llévala directamente al congelador. Usa una cuchara para raspar hasta el último poco de ajo si es necesario.
    • Otra alternativa es hacer un puré de ajo con aceite de oliva. Mezcla una porción de ajo pelado por cada dos porciones de aceite de oliva en una licuadora o procesador de comidas. Pasa el puré a tu congelador y ponle una tapa de cierre hermético y ponlo en el congelador. Este método es muy conveniente para cocineros, ya que el aceite no permite que el puré se congele y se puede sacar del congelador directo para esparcirlo en un una sartén.
  3. 3
    Sumergirlo en vino o vinagre. Si encurtes dientes de ajo pelado en vino o vinagre los puedes dejar en el refrigerador por hasta cuatro meses. Vinagre blanco, vino rojo o blanco sirven para este propósito. Para almacenar ajo de esta manera puedes llenar una jarra de vidrio con ajo pelado y luego echarle tu vinagre o vino para que llene el espacio sobrante. Llena la jarra firmemente y ponla en el refrigerador.
    • Para darle un sabor extra a tu ajo encurtido, puedes agregar una cucharadita de sal por cada tasa de vinagre. También puedes usar hierbas secas como hojuelas de pimienta roja, orégano, romero o hojas de laurel. Agita bien la jarra para mezclar todos los ingredientes.
    • Aunque el ajo encurtido debería durar hasta cuatro meses si lo refrigeras, si llegas a ver alguna señal de moho en la superficie del líquido vacía el recipiente. Nunca guardes ajo encurtido a temperatura ambiente, porque se enmohece muy rápidamente.
  4. 4
    Ajo seco. Otra manera fácil de preservar el ajo es secarlo. Cuando el ajo se seca se condensa, por lo tanto, aunque guardes una gran cantidad de ajo no ocupará mucho espacio en tu despensa. Si lo vas a usar para cocinar el ajo seco absorberá el agua y le dará gran sabor a tu plato.
    • Puedes secar el ajo en un deshidratador de comida si pelas los dientes y los cortas a lo largo por la mitad. Solo deberías usar ajos gorditos y sin golpes para deshidratar. Ponlos en la bandeja de tu deshidratador y sigue las instrucciones del fabricante para tener la temperatura óptima. Sabrás que el ajo está completamente seco cuando se ponga crujiente y frágil.
    • Si no tienes un deshidratador, puedes usar el mismo procedimiento usando tu horno. Pon los dientes de ajo cortados por la mitad en la bandeja, el horno o un plato para hornear y ponlos a temperatura 60 grados C por dos horas. A las dos horas baja la temperatura a 54 grados y sigue horneando hasta que el ajo este completamente seco.
  5. 5
    Haz sal de ajo. Puedes usar el ajo seco para hacer sal de ajo, esto le aportará un delicioso y sutil sabor a ajo a tus platos cada vez que cocines con sal. Para hacer la sal de ajo, simplemente mezcla el ajo seco en un procesador de comidas hasta que se convierta en un polvo finito. Pon cuatro porciones de sal marina y una parte de sal de ajo y procésala por un minuto o dos para que se mezclen.
    • No proceses la sal y el polvo de ajo por más de dos minutos o formará grumos.
    • Almacena la sal de ajo en una jarra de vidrio con una tapa de cierre ajustado y ponla en una despensa fría y oscura.

Vídeo
Al hacer uso de este servicio alguna información podría compartirse con YouTube.


Consejos

  • Los tazones de cerámica que tienen huecos para circular el aire están hechos específicamente para guardar bulbos de ajo, y los encuentras en muchas tiendas y cocinas.

Advertencias

  • Si vas a almacenar tu ajo en aceite de oliva, nunca dejes la jarra en temperatura ambiente, ya que esto produce la peligrosa bacteria conocida como “clostridium botulinum”.

Acerca de este wikiHow

wikiHow es un "wiki", lo que significa que muchos de nuestros artículos están escritos por varios autores. Para crear este artículo, autores voluntarios han trabajado para editarlo y mejorarlo con el tiempo. Este artículo ha sido visto 164 428 veces.
Resumen del artículoX

Para almacenar ajos frescos, colócalos en un lugar bien ventilado, como una canasta de alambre o un recipiente con agujeros de ventilación. Luego, busca un lugar oscuro y seco para poner los ajos, como la alacena de la cocina. Si quieres almacenarlos por mucho tiempo, envuélvelos en plástico autoadherente, colócalos en una bolsita para congelador y guárdalos en el congelador.