Existen muchas variables, como la humedad, el calor y los insectos, que pueden afectar en gran medida la calidad de la harina. Los diferentes tipos de harina tienen diferentes vidas útiles, y aprender a almacenar cada una es importante para aprovecharlas al máximo. Con ciertas estrategias, como usar recipientes herméticos y mantener la harina en un lugar fresco y seco, podrás almacenar la harina en una manera eficiente.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Almacenar harinas refinadas

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    Transfiere las harinas refinadas a un recipiente hermético. Las harinas refinadas, como las harinas con levadura, de uso múltiple, de pastelería y de panadería, son las que que se usan. Como puedes usar esta harina con frecuencia, debe almacenarse en un recipiente hermético que evite que entre aire, humedad e insectos.[1]
    • Los recipientes de almacenamiento en seco, las bolsas Ziploc y los envases sellados son buenas opciones para almacenar la harina.
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    Almacena la harina refinada en un lugar fresco y seco. Las harinas refinadas tienen una vida útil de 1 a 2 años, por lo tanto, siempre debes almacenarlas en un lugar fresco y seco. Pon el envase de harina en un armario o en la despensa.[2]
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    Busca un aroma agrio para saber si la harina está rancia. Si no está seguro si la harina se haya puesto rancia, huélela para ver si aún está fresca. Las harinas refinadas tienden a tener un olor agrio cuando se han deteriorado.[3]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Almacenar harinas especiales

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    Coloca las harinas integrales, de nueces y otras harinas alternativas en el congelador para un almacenamiento a largo plazo. Las harinas integrales, como la cebada, el trigo, la quinua, el mijo y la harina de avena, tienen una vida útil de algunos meses. Las nueces y las harinas alternativas se enrancian incluso más rápido que las harinas integrales porque contienen mucho aceite. Si deseas mantenerlas frescas por más tiempo, almacena estas harinas en el congelador, para que el aceite de la harina no se oxide tan rápido cuando se expone al aire.[4]
    • Si almacenas estos tipos de harina en el refrigerador, prolongarás su vida útil a seis meses, mientras que al almacenarlos en el congelador la prolongarás a 12 meses.
    • Transfiera la harina a un recipiente hermético antes de congelarla.
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    Almacena la harina que no contiene cereales y almidones en un gabinete. Estos tipos de harina pueden mantenerse frescos en la despensa o gabinete durante al menos un año y, a menudo, durante más tiempo. Asegúrate de que la harina esté en un recipiente de almacenamiento en seco o en un recipiente hermético si es posible que se vaya a almacenar durante un largo período de tiempo.[5]
    • Almacena estas harinas en un recipiente de almacenamiento en seco o en bolsas de plástico selladas colocadas en el congelador.
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    Busca un olor desagradable para saber si la harina está rancia. Oler la harina es la mejor manera de verificar si todavía está fresca. Al comprar la harina por primera vez, huélala para reconocer cómo debe oler cuando está fresca. Cuando la harina se ha echado a perder, puede tener una variedad de olores desagradables según el tipo de harina que sea. Los olores más comunes tienen un olor agrio o fermentado.[6]
    • Las harinas integrales huelen a goma quemada cuando se vuelven rancias.
    • Las harinas alternativas tendrán un sabor amargo cuando se hayan echado a perder. Cuando la harina está fresca, debe tener un olor dulce.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Mantener la harina fresca

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    Usa la harina antes de su fecha de caducidad. Si bien algunas fechas de vencimiento pueden ser flexibles, la fecha está en conformidad con las regulaciones de alimentos. Es un buen indicador de cuándo es el momento de deshacerse de la harina. Al comprar harina nueva, verifica la fecha de vencimiento antes de salir de la tienda por dos razones:
    • Para asegurarte de que compras un producto fresco, y
    • Para ayudarte a decidir sobre el tamaño de la bolsa que deseas comprar, para poder usarla antes de la fecha de caducidad.[7]
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    Almacena la harina en un recipiente hermético o sellado. Para asegurarte de que la humedad, el aire y los insectos no entren en la harina, almacena cada tipo en un recipiente hermético. Estos se pueden encontrar en cualquier hipermercado o tienda de artículos para el hogar, así como en línea.[8]
    • Los recipientes de almacenamiento en seco son la opción más popular para almacenar la harina, pero también puedes separar la harina en bolsas de plástico y almacenarla en un recipiente hermético.
    • Puedes sellar al vacío la harina para evitar que el aire la estropee.
    • Puedes almacenar la harina en su envase de papel original al envolver bien el envase con una papel film, y luego colocas la harina en el congelador del refrigerador para su almacenamiento a largo plazo.
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    Llena el recipiente hermético lo más lleno posible. Mientras más aire haya en el contenedor, más rápido será la posibilidad de que la harina se enrancie. Para evitar que esto suceda, pon tanta harina como sea posible en el recipiente hermético antes de sellarlo.[9]
    • Transfiere la harina a un recipiente más pequeño una vez que hayas usado una cantidad significativa.
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    Coloca la harina sellada en un lugar fresco y oscuro. La harina se pone rancia rápidamente cuando se deja al sol o en un lugar cálido y luminoso. Encuentra un lugar fresco y oscuro para poner el contenedor de harina, como una despensa o un gabinete. Mantén la harina alejada de los aparatos que también se calientan, como estufas, hornos y microondas.[10]
    • La vida útil de la harina se basa en cuánto tiempo puede permanecer en este ambiente fresco y oscuro. Si la vida útil de la harina es de 1 a 2 años, debería estar bien guardada en una despensa o gabinete durante este tiempo.
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    Pon la harina en el refrigerador o congelador para un almacenamiento a largo plazo. La vida útil de la harina se puede prolongar si mantienes la harina en el refrigerador, e incluso más tiempo en el congelador. Asegúrate de que la harina esté bien sellada antes de colocarla en el refrigerador o congelador para que no se humedezca.[11]
    • Si compraste harina al por mayor y sabes que no la iras a usar por un tiempo, el congelador es un gran lugar para almacenarla. Como no tiene un paquete con una fecha de caducidad cuando compras al por mayor, es mejor si compras las cantidades que planeas usar a corto plazo.

Consejos

  • Trata de comprar solo la cantidad de harina que necesitas para evitar que el exceso de harina se enrancie.[12]
  • Para almacenar la harina en el refrigerador, el congelador o incluso en un gabinete, usa recipientes cuadrados. Estos ocupan menos espacio que los circulares.[13]

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