Un gatito huérfano estará indefenso y vulnerable, y no podrá encargarse de sus necesidades más básicas. Como su nuevo dueño, tendrás que velar por sus necesidades de higiene, ya que la madre no estará allí para cuidarlo. Si lo mantienes limpio, esto reducirá el riesgo de que se enferme. Al bañarlo, esto también hará que aprenda a acicalarse y será una parte importante del proceso de entablar un vínculo entre ambos. Por lo general, las madres se encargan de bañar a los gatitos usando la lengua para limpiarlos y estimularlos a hacer sus necesidades. La madre no estará cerca, por lo que tendrás que imitar las acciones que realizaría.

Método 1
Método 1 de 3:
Imitar la limpieza de una gata madre

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    Limpia las áreas manchadas del gatito si solo está un poco sucio. Esto bastará para limpiarlo a la perfección, salvo que haya dado vueltas sobre el lodo. Los gatitos huérfanos lucen muy desarreglados. Bajo circunstancias normales, la madre se encargaría de limpiarlos, pero si no está presente, serás tú quien deba encargarse de ello. Si le limpias el cuerpo y el trasero a diario, esto lo mantendrá feliz y limpio.[1]
    • Si le pasas un paño húmedo, esto también imitará a la limpieza con la lengua que recibiría normalmente de su madre.
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    Humedece un paño suave y seco con agua tibia. Verifica que este no sea áspero y que no irrite al gatito, y humedécelo con agua tibia. Usa una mano para exprimirlo antes de empezar a limpiar al animal. Esto hará que el paño húmedo tenga casi la misma temperatura que tendría la lengua de la madre.[2]
    • Podrás conseguir champús especiales para gatitos en la mayoría de las tiendas de mascotas, pero por lo general bastará con usar solo agua, salvo que el gatito esté muy sucio. Consulta con el veterinario si no sabes con certeza si deberías lavarlo de manera rutinaria con un champú específico.
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    Límpialo con cuidado en la dirección en la que crezca el pelo. Lo mejor será empezar desde las patas delanteras y la cara, proseguir con el lomo y el abdomen, y terminar con las patas traseras. Pasa el paño con movimientos breves y reiterados. Cubre aproximadamente 7,5 cm (3 pulgadas) del cuerpo del animal con cada pasada, y limpia cada sección de su cuerpo 2 o 3 veces. Esto imitará el método que la madre emplearía para bañar a sus crías.
    • Sé muy minucioso al limpiar las patas traseras de los gatitos, ya que ellos no pueden encargarse de dicha área por sí solos. Asimismo, esta es la zona que más se ensucia.
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    Limpia cualquier otra área sucia. Luego de haber limpiado la mayor parte del cuerpo, tendrás que buscar otras áreas del pelaje que puedan estar manchadas. Por ejemplo, este podría haber desarrollado mechones enredados con lodo o heces. Toma el paño húmedo para frotar el área manchada de atrás hacia adelante en incrementos de 1,5 cm (media pulgada).[3] Una vez que esté limpio, deberás absorber el exceso de agua con una toalla seca a fin de evitar que el animal se enferme al enfriarse.
    • Al terminar, su pelaje deberá estar mayormente seco, ya que el paño que hayas usado solo habrá estado un poco húmedo.
    • Si aún tiene el pelo húmedo, tendrás que secarlo presionando un poco el área húmeda con una toalla seca.
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    Limpia el trasero de los gatitos pequeños luego de cada comida. Los gatitos de 3 semanas de edad necesitarán que estimulen su ano y sus genitales para así poder miccionar y defecar. Tendrás que hacerlo justo después de su hora de comer. Una vez que el gatito haya comido, deberás usar un paño limpio húmedo para masajearle todo el cuerpo, prestando mucha atención al abdomen y la región genital.[4]
    • Por lo general, será la madre la que se encargue de ello. No obstante, será tu responsabilidad en el caso de un gatito huérfano. Si no le limpias debajo de la cola, no podrá excretar.
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    Masajea por debajo de su cola hasta que miccione y defeque. Masajéale el ano y el orificio urinario con movimientos cortos y reiterados. Estos movimientos deberán imitar las lamidas que la madre realizaría para bañar a los gatitos.[5]
    • Los gatitos miccionarán y defecarán en el paño con el que los frotes, por lo que podrías optar por usar papel toalla desechable.
    • Estos desarrollan la habilidad de ir al baño por sí solos aproximadamente a las 3 semanas de edad. En este punto, podrás empezar a entrenarlo para hacer sus necesidades en el lugar designado.
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Método 2
Método 2 de 3:
Cepillarlo en seco

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    Cepíllale el pelaje si no necesita un baño minucioso. El uso de un peine o cepillo es un método que se emplea con frecuencia para limpiar a los gatitos huérfanos. El cepillado será de utilidad para estimular la circulación sanguínea subcutánea, y podría mejorar el estado de la piel. Este también deberá imitar las lamidas que la madre realizaría para limpiarlo.
    • Este método no será adecuado para los gatitos rescatados si están demasiado sucios y manchados. No obstante, si el tuyo no está muy sucio o no parece haber algún signo de contaminación en el pelo, podrás limpiarlo con un cepillo.
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    Acude a una tienda de mascotas para comprar un cepillo. Antes de elegir un cepillo adecuado para él, tendrás que revisarle la piel y el pelo con cuidado a fin de detectar la presencia de pulgas. Si las tiene, tendrás que comprar un peine de dientes delgados contra pulgas.[6] Por otro lado, si no encuentras ninguna, podrás limpiarlo adecuadamente con un cepillo común para mascotas.
    • Incluso la presencia de unas cuantas pulgas puede provocar una enfermedad grave, pero la mayoría de los productos químicos contra estos insectos serán demasiado fuertes para los gatitos. Consulta con el veterinario para que te aconseje.
    • También deberás conversar con él si no sabes con certeza qué cepillo elegir.
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    Cepilla al animal en la dirección en la que crezca el pelo, desde la cabeza hasta la cola. Si lo haces en la dirección contraria, esto puede generarle una irritación y una pérdida de pelo innecesarias. Pasa el cepillo por su pelaje con movimientos cortos de aproximadamente 5 cm (2 pulgadas). Esto imitará la manera en la que la madre lo lamería para limpiarlo. Cepíllale bien todo el pelo, incluido el del abdomen, el lomo y la parte trasera.
    • Deberás limpiar el cepillo de vez en cuando durante el proceso, ya que la suciedad y el pelo podrían aglomerarse en él y volverlo menos eficaz.
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    Mantén al gatito tranquilo mientras lo cepillas. Ellos se sienten seguros y calientes cuando su madre los acicala. Deberás evocar la misma sensación en el gatito huérfano sosteniéndolo con cuidado (nunca lo aprietes). No hagas movimientos bruscos ni repentinos, en especial cuando lo estés sosteniendo. Cepíllalo con calma y lentitud, y háblale con un tono de voz tranquilo y relajante cuando lo acicales.
    • Él podría lucir nervioso durante las primeras cepilladas, pero se tranquilizará cuando empiece a confiar en ti.
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Método 3
Método 3 de 3:
Bañar a un gatito sucio o lleno de pulgas

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    Alista los suministros para bañarlo. Tendrás que limpiarlo de inmediato si está muy sucio y cubierto con lodo, tierra u otros residuos. Si lo dejas sucio por demasiado tiempo, se sentirá incómodo y esto puede causarle erupciones.[7] Para limpiar a un gatito muy manchado, tendrás que darle un baño en lugar de solo asearlo con un paño. Alista los suministros antes de empezar a bañarlo. Estos son algunos artículos que necesitarás:
    • un paño limpio y toallas
    • jabón para manos suave (sin químicos ni limpiadores fuertes)
    • una tina o un lavabo
    • Consulta con el veterinario sobre los productos que podrías usar si el gatito tiene pulgas.
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    Abre el grifo del agua para adaptar la temperatura de la misma. Esta deberá estar a una temperatura aproximada de 35 °C (95 °F).[8] Esta temperatura ayudará al gatito a mantenerse caliente y cómodo. Para medirla, tendrás que tocar el agua con la mano, colocarla en tu muñeca y sentir lo caliente que esté en tu piel.
    • Será importante que la mantengas a una temperatura razonable. Ten en cuenta que el gatito tendrá piel sensible. Si el agua está demasiado caliente, esto podrá quemarla con facilidad; por otro lado, si está fría, esta puede bajar la temperatura de su cuerpo.
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    Llena una tina o un lavabo a la mitad con agua tibia. Deberás llenarla con una capa aproximada de 10 cm (4 pulgadas) antes de colocar al gatito. No sumerjas a un gatito huérfano en demasiada agua, ya que podría estar muy débil como para evitar ahogarse. En lugar de ello, usa la mano para mojarle la parte trasera y la zona inferior del vientre.[9]
    • Mójalo con cuidado y usa movimientos suaves y lentos mientras lo sostengas. Esto hará que se sienta seguro.
    • Luego de haberlo bañado por unos días sosteniéndolo en el lavabo, podrás dejar que se pare en el agua por unos segundos en cada baño.
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    Lava a un gatito sin pulgas con un champú suave para mascotas. Primero deberás aplicar una cantidad pequeña de champú en un paño. Luego deberás frotarlo con cuidado sobre todo el cuerpo del gatito, limpiando el rostro, el abdomen, las patas y el lomo.[10] Empieza a aplicarle champú en la cabeza y desciende hacia el lomo, el vientre y la cola. Trata de retirar las heces o la orina del pelaje frotándolo con un paño.
    • Evita que el agua y el jabón le entren a los ojos, las orejas y el rostro. Esto podría irritar las áreas sensibles y asustarlo.
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    Enjuágalo por completo. Luego de extender el champú en su cuerpo, deberás enjuagarlo bien vertiendo tazas con agua de forma lenta sobre su cuello y lomo. Limpia el jabón de su rostro usando un paño húmedo. Muévete con cuidado para hacerlo sentir seguro y no salpicarle el agua en los ojos.[11]
    • No coloques su cabeza directamente debajo del grifo. Esto lo asustará y hará que tengas más dificultades para controlarlo cuando vuelvas a bañarlo en el futuro.
    • Si luce nervioso o asustado, deberás hablarle con un tono de voz calmado.
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    Envuélvelo con una toalla cuando termines. El baño solo deberá tomar de 5 a 10 minutos. Al terminar, deberás secarle el cuerpo con una toalla seca. Luego envuélvelo con otra toalla suave y seca, y déjalo en un lugar cálido hasta que se seque. Si parece tener frío o escalofríos, deberás apoyarlo en tu cuerpo a fin de mantenerlo tranquilo y caliente.
    • Podrás frotar la toalla suave en la dirección en la que crezca el pelo, así acelerarás el proceso de secado. Esto también aumentará la fricción y lo calentará.
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Consejos

  • Podría ser de utilidad que le pidas a un amigo que te ayude conforme limpies al gatito. Esto permitirá que uno se concentre en limpiar mientras el otro ayuda a mantener tranquilo al animal.
  • Si el gatito tiene pulgas, consulta con el veterinario sobre la manera de eliminar los parásitos. Lo más probable es que te recomiende un champú antipulgas con el cual puedas lavarlo. El cepillado ayudará a eliminar estos insectos en los gatitos salvajes rescatados.[12] Nunca uses uno de estos champús sin antes consultar con el veterinario, ya que los químicos pueden ser tóxicos para los gatitos pequeños.
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Acerca de este wikiHow

Melissa Nelson, DVM, PhD
Coescrito por:
Doctora en Medicina Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Melissa Nelson, DVM, PhD. La Dra. Nelson es una veterinaria que se especializa en Medicina de Animales de Compañía y Animales Grandes en Minnesota, donde tiene más de 18 años de experiencia como veterinaria en una clínica rural. Recibió su título de médica veterinaria en la Universidad de Minnesota en 1998. Este artículo ha sido visto 26 910 veces.
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