Hoy en día son muchas las personas que buscan maneras de aumentar las posibilidades de tener un niño. Aunque no está garantizado que puedas elegir el sexo de tu bebé, existen numerosas opciones para darte la mejor probabilidad. Puedes emplear métodos caseros, como maximizar el conteo de espermatozoides y realizar cambios alimenticios. También puedes considerar someterte a procedimientos médicos, como la separación de espermas o la fecundación in vitro (FIV). Puedes probar varias opciones, según lo que creas adecuado para ti.

Método 1
Método 1 de 4:
Emplear métodos caseros

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    Ten sexo en la posición del perro. Algunos expertos recomiendan practicar las posiciones sexuales que fomentan la penetración profunda (por ejemplo, la posición del perro) cuando intentas concebir un niño. Esta teoría se basa en que la eyaculación durante las relaciones sexuales con penetración profunda coloca los espermatozoides lo más cerca posible del cuello uterino, lo que le da ventaja al esperma masculino.
    • Si la penetración es superficial, los espermas son depositados más lejos del cuello uterino, lo que implica que el esperma femenino (que sobrevive más tiempo en la vagina) tiene más ventaja.[1]
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    Busca el orgasmo femenino. El esperma masculino (que es más frágil que el femenino) suele morir más rápido en el ambiente ácido de la vagina. Provocar un orgasmo en la mujer mejora las probabilidades del esperma masculino debido a que durante el orgasmo femenino se libera flujo cervical adicional. El resultado es un ambiente más hospitalario para el esperma masculino, lo que aumenta sus posibilidades de llegar vivo al óvulo.
    • Además, algunos aseguran que las contracciones orgásmicas ayudan a empujar al esperma más rápido hacia el cuello uterino. Solo ten presente que esto no está comprobado científicamente.
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    Considera procrear un hijo antes de los 30 o 35 años de edad. Según ciertas investigaciones, mientras más viejos sean los padres, mayores son las posibilidades de tener una niña. En consecuencia, si buscas concebir un niño, lo mejor es empezar a una edad más temprana. Las mujeres tienen probabilidades más altas de tener un niño antes de los 30 años de edad y los hombres antes de los 35 años.[2]

Método 2
Método 2 de 4:
Probar un procedimiento de separación de espermas

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    Piensa en visitar una clínica que practique el método Ericsson. Se trata de una técnica usada para separar los espermas masculinos de los femeninos. Solo ten presente que muchos médicos e investigaciones cuestionan su eficacia.[3] Este método es tentador para algunas personas debido a que es relativamente más económico (cuesta más o menos entre 600 y $1200 por intento) que otras técnicas.
    • Busca una clínica en Internet o pídele al médico que te recomiende una cercana a ti. Luego, programa una cita para la próxima fecha de ovulación.
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    Visita la clínica para entregar una muestra de espermas y hacer que los procesen. Al llegar a la clínica el día de la ovulación de la mujer, su pareja entrega una muestra de espermas. Por lo general, el conteo de espermatozoides de un hombre es más elevado después de 2 a 5 días sin eyacular. Así que es probable que la clínica te pida abstenerte de relaciones sexuales durante 48 horas antes de tu cita.[4]
    • Cuando el hombre entrega su muestra de espermas, estos se colocan en un frasco pequeño con un tipo de proteína llamada albúmina. Los espermas nadan por la albúmina, pero el método Ericsson asume que los masculinos la atraviesan más rápido, ya que son más pequeños, más frágiles y más rápidos que los femeninos.
    • Esto supone que, después de esperar a que los espermas naden desde la parte superior del frasco hasta el fondo, el esperma cerca del fondo es principalmente masculino y el esperma cercano a la parte superior es femenino.
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    Sométete a la inseminación artificial. Para intentar tener un niño, el personal de la clínica toma una muestra del esperma del fondo del frasco de albúmina e insemina de forma artificial a la madre con dicho esperma. En este punto, si tiene suerte, ella logra concebir. Sin embargo, como ocurre con las relaciones sexuales, no está garantizado el embarazo con una sola exposición al esperma.
    • Existen diversos métodos de inseminación artificial, pero el más utilizado es la inseminación intrauterina (IIU). Esta consiste en inyectar el esperma directo en el útero por medio de un catéter.

Método 3
Método 3 de 4:
Someterse a la fecundación in vitro (FIV)

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    Busca un hospital o una clínica que ofrezca el diagnóstico genético preimplantacional (DGP) y la fecundación in vitro (FIV). El DGP es un proceso médico que consiste en analizar la información genética de un embrión antes de implantarlo en el útero. También sirve para determinar el sexo del bebé. Si te interesa este proceso, primero contáctate con una clínica de tu zona que lo practique.
    • La combinación del DGP con la fecundación in vitro (FIV) es una de las pocas maneras de elegir el sexo del bebé con total seguridad. Sin embargo, también es uno de los métodos más costosos y de gran consumo de recursos.[5]
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    Realízate tratamientos de fertilidad. Si la clínica acepta practicar el DGP y la FIV, la mujer deberá empezar a prepararse para donar óvulos varias semanas o un mes antes de someterse al procedimiento. Por lo general, a ella se le administra fármacos para la fertilidad con el fin de estimular a los ovarios para que liberen más óvulos maduros.
    • Normalmente, el tratamiento con fármacos para la fertilidad dura 2 semanas y se aplica mediante una inyección o una pastilla.[6]
    • Dichos fármacos pueden provocar efectos secundarios leves que incluyen bochornos, náuseas, distensión abdominal, dolor de cabeza y visión borrosa.
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    Recibe inyecciones de hormonas. Aparte de tomar fármacos para la fertilidad, la mujer que va a donar óvulos también suele recibir inyecciones de hormonas cada día. Estas estimulan aún más la liberación de óvulos maduros.[7] Dado que algunas mujeres experimentan efectos secundarios fuertes como consecuencia de las hormonas, aquellas que las toman por primera vez estarán bajo una supervisión cuidadosa para garantizar que el procedimiento se lleve a cabo sin problemas.
    • También podría ser necesario tomar progesterona, una hormona que engruesa el revestimiento uterino para prepararlo para la FIV.
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    Dona óvulos. Mientras se estimula al cuerpo de la mujer para liberar más óvulos, se realizan ecografías para determinar en qué momento los óvulos estarán listos para su donación. Una vez que alcanzan la maduración completa, se lleva a cabo un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo para retirar los óvulos. Por lo general, las mujeres pueden retomar sus actividades cotidianas un día después.
    • Aunque este procedimiento se realiza bajo sedación, puede ser un poco incómodo. Por último, te prescriben analgésicos para aliviar el dolor postoperatorio.
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    Permite la fertilización de los óvulos. Si el hombre aún no tiene una muestra de espermas almacenada, ahora es momento de entregarla. Una vez lista la muestra, se procesan los espermatozoides para aislar los más sanos y de mejor calidad y combinarlos con los óvulos donados. Después de un día, se revisan los óvulos para ver si están fertilizados.
    • Como cualquier donación de espermas, en este caso, el hombre debe abstenerse de eyacular por 48 horas antes de entregar la muestra de espermas.
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    Permite que los embriones sean sometidos a una biopsia. Tras el crecimiento de los embriones por varios días, el médico extrae varias células de cada uno para evaluarlas y analizarlas. Luego, se saca el ADN de cada muestra celular para copiarlo por medio de un proceso llamado reacción en cadena de la polimerasa (RCP). Después, se analiza dicho ADN para determinar el perfil genético del embrión, lo que incluye el sexo del bebé que puede crecer del embrión.
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    Toma una decisión en función de los resultados del examen. Una vez que se hayan analizado las células de cada embrión, la clínica te informa cuáles son masculinos y cuáles son femeninos, además de brindarte otros datos importantes (como la presencia de enfermedades genéticas).
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    Sométete a la fertilización in vitro. Una vez que hayas elegido los embriones para intentar el embarazo, estos se trasladan al útero por medio de un tubo fino que pasa por el cuello uterino. Normalmente, solo se trasladan uno o dos embriones a la vez. Cuando un intento es exitoso, uno o más embriones se adhieren a la pared uterina y el embarazo se desarrolla como de costumbre.[8] Dentro de dos semanas, ya puedes hacerte una prueba de embarazo para saber si la fecundación in vitro ha tenido éxito.
    • No te desanimes si un intento de FIV ha fracasado. Por lo general, las mujeres poseen un índice de éxito por ciclo de 20 a 25 %. Los índices de éxito superiores al 40 % son muy raros. Muchas veces, las parejas del todo sanas necesitan someterse a varios intentos de DGP y FIV para alcanzar el embarazo deseado.
    • Si has fallado un ciclo, pregúntale a tu médico por qué cree que la transferencia no funcionó, qué querría cambiar la próxima vez y si hay algo que puedes hacer para aumentar tus probabilidades de éxito.[9]

Método 4
Método 4 de 4:
Recurrir a métodos no comprobados

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    Aumenta la cantidad de espermas masculinos maximizando el conteo de espermatozoides. Se cree que los espermas masculinos son más frágiles pero más rápidos que los femeninos. También se piensa que a mayor cantidad total de espermatozoides, mayores son las probabilidades de que un esperma masculino alcance primero el óvulo. Prueba lo siguiente:
    • La producción de espermas se encuentra en su máximo nivel cuando los testículos están un poco más fríos que la temperatura corporal. Los hombres deben evitar los jacuzzis y las laptops calientes en sus regazos.
    • No fumes ni tomes. Los hombres que fuman y toman mucho presentan mayores probabilidades de tener un conteo bajo de espermatozoides. Si tienes problemas para dejar el cigarrillo, consulta con el médico.
    • No consumas drogas ilegales porque pueden reducir la producción de espermas.
    • Evita ciertos fármacos. Son diversos los fármacos que afectan la fertilidad del hombre. Consulta con tu médico en caso de dudas.[10]
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    Ten sexo lo más cerca posible de la fecha de ovulación. Por lo general, trata de tener sexo en el periodo que abarca entre 24 horas antes de la ovulación y 12 horas después de esta. Durante dicho periodo, las probabilidades de concebir un niño son más altas, debido a que se cree que los espermas masculinos son más rápidos.[11]
    • Evita las relaciones sexuales los días previos a la ovulación. Se piensa que así el esperma masculino estará más concentrado.
    • Para averiguar tu fecha de ovulación, calcula el día que sea cerca de 2 semanas antes de tu próxima menstruación esperada. También puede ayudarte un kit de ovulación disponible en la farmacia.
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    Incluye más calcio y magnesio en tu alimentación. Algunas mujeres afirman que han logrado concebir un niño tras cambiar su alimentación. Si deseas probarlo, ingiere alimentos ricos en calcio. Consume leche, yogur y verduras de hoja verde como la col rizada. Puedes aumentar tu consumo de magnesio optando por los alimentos como las almendras, los plátanos y el tofu.[12]
    • No olvides consultar con el médico antes de hacer cualquier cambio importante en tu alimentación.
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    Reduce tu consumo de sodio y potasio. Aunque que esto no cuenta con un respaldo científico, realizar otros cambios en la alimentación podría aumentar las posibilidades de concebir un niño. Para consumir menos sodio, limita los alimentos como las papas fritas, los pretzels y las salsas para pastas envasadas.[13]
    • Para reducir tu consumo de potasio, limita los frijoles blancos, los melones y las remolachas.
    • Recuerda que no está comprobado que los cambios en la alimentación aumenten las posibilidades de tener un niño.
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    Considera tomar jarabe para la tos antes de las relaciones sexuales. Es posible que los ingredientes presentes en los jarabes para la tos comunes adelgacen el revestimiento uterino, lo que facilita el paso del esperma masculino más frágil. Si deseas probarlo, sigue las instrucciones de la dosis y toma el jarabe poco antes de tener sexo.
    • Asegúrate de no tomarlo por más tiempo de lo recomendado en la etiqueta sin antes consultarlo con el médico.
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    Crea un ambiente hospitalario para el esperma masculino utilizando la planta de incienso. Esta hierba ha servido como tónico para los ovarios y el útero desde hace siglos en la medicina china. Tiene la capacidad de ayudar al cuerpo a absorber más nutrientes, lo que podría fomentar un ambiente más hospitalario para el esperma masculino menos resistente.[14]
    • Ve a una tienda de productos saludables y pregúntale al herborista cuál es la mejor forma de utilizar el incienso.
    • No olvides consultar con el médico antes de probar cualquier aceite esencial.

Advertencias

  • Ningún método de selección del sexo es 100 % confiable. La mayoría de ellos se basan en anécdotas y no cuentan con el respaldo de la ciencia.

Acerca de este wikiHow

Aimee Eyvazzadeh, MD, MA
Coescrito por:
Especialista en obstetricia, ginecología y fertilidad
Este artículo fue coescrito por Aimee Eyvazzadeh, MD, MA. Aimee Eyvazzadeh es una especialista en fertilidad y fundadora de The Egg Whisperer Show, un programa de cuidado de la fertilidad que se enfoca en la educación sobre fertilidad en el Área de la Bahía de San Francisco. Su trabajo ha aparecido en revistas como People, Forbes y Marie Claire, y ha aparecido en Today Show, Good Morning America y CNN. Recibió un doctorado en Medicina en la Universidad de California, Los Ángeles, en 2001, completó una residencia en Obstetricia y Ginecología en la Facultad de Medicina de Harvard en 2005, y terminó una beca de investigación en Endocrinología e Infertilidad Reproductiva en la Universidad de Michigan, donde también completó un maestría en Salud Pública. Este artículo ha sido visto 276 412 veces.