La experiencia del parto de tu esposa puede ser una de las situaciones más estresantes que tengas que enfrentar en la vida. Sin embargo, debes comprender que esto es aún más estresante y doloroso para ella. Para atravesar esta situación de la mejor forma posible, debes aprender a ayudarla durante el parto. Cada nacimiento es diferente, y el hecho de no saber realmente qué es lo que sucederá es, en parte, lo que hace que la experiencia sea tan emocionante como aterradora. Tómate un tiempo para asegurarte de estar preparado y para brindarle el mayor apoyo posible a tu esposa.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Ayudar a tu esposa antes del parto

  1. 1
    Toma clases antes del parto. La mejor forma de ayudar a tu esposa antes del parto es informarte tomando clases antenatales (prenatales). Existen muchas opciones disponibles para los futuros padres y madres. Averigua cuáles son los tipos de cursos en tu área. Si la idea de tener un hijo te asusta, ten en cuenta que algunas investigaciones han demostrado que los hombres que han tenido una preparación prenatal (como las clases) han tenido una experiencia de parto más positiva.[1]
    • Averigua en tu centro comunitario o en tu parque distrital.
    • Pregúntale a tu médico.
    • Comunícate con una universidad o facultad cercanas.
    • Busca clases en internet.
  2. 2
    Reúne el material necesario. Asegúrate de contar con todos los elementos necesarios para que la experiencia de parto sea lo más positiva posible. Compra una maleta o un bolso de maternidad. Además de guardar cosas para el bebé y para tu esposa, lleva los artículos que tú puedas llegar a necesitar. Es mucho mejor prepararte con tiempo para estar listo cuando tu esposa entre en trabajo de parto. Prepara el bolso de maternidad al menos con dos semanas de anticipación.[2]
    • Cosas que debes incluir para tu esposa:
      • Aceite para masajes. Ten cuidado al escoger las fragancias.
      • Camisón, pantuflas y una bata, en el caso de que no quiera usar los artículos que le proporcione el hospital.
      • Rodillo o hielo para aplicar frío y presión en la zona lumbar.
      • Calcetines calientes.
      • Música relajante.
      • Objetos familiares (fotos, flores, estatuillas) en los que pueda concentrarse durante las contracciones.
      • Su jugo favorito o una bebida electrolítica equilibrada (como Gatorade) conservada en un refrigerador.
      • Cosméticos.
      • Artículos de tocador.
      • Sus refrigerios favoritos.
      • Sujetadores de lactancia.
      • Dinero para gastos imprevistos.
      • Ropa que usará para ir a casa cuando salga del hospital (adaptada a la maternidad).
    • Cosas que debes incluir para ti:
      • Copia del plan de parto.
      • Reloj con segundero.
      • Artículos de tocador (cepillo de dientes, refrescante bucal, desodorante, afeitadora).
      • Refrigerios y bebidas. Ten en cuenta que tu esposa podría estar sensible al olor de tu aliento.
      • Cambio de ropa.
      • Traje de baño para que puedas ayudar a tu esposa en la ducha.
      • Papel y lápiz.
      • Material de lectura o trabajos manuales para entretenerte cuando tu esposa no necesite ayuda.
      • Números de teléfono de las personas que quieras llamar durante o después del parto.
      • Cámara (de fotos o de video).
    • Cosas que debes incluir para el bebé:
      • Pañales.
      • Una manta para cuando nazca.
      • Ropa interior.
      • Ropa como sombrero, abrigo.
      • Una manta del tamaño de la cuna.
      • Asiento de auto de bebé.
    • Cosas que necesitarás para el viaje hacia el hospital:
      • Tanque lleno de combustible.
      • Manta y almohada en el auto.[3]
  3. 3
    Crea un plan de nacimiento. Al escribir un plan de parto, tu esposa estará más tranquila cuando vaya al hospital una vez que entre en trabajo de parto. En ocasiones, es posible controlar la ansiedad al tomarse un tiempo para planificar y ensayar lo que sucederá. Si lo repites una y otra vez, sabrás exactamente qué es lo que debes hacer cuando llegue el momento. También se ha demostrado que las mujeres que han desarrollado un plan de parto por adelantado tienen menos probabilidades de someterse a una cesárea.[4]
    • Toma estas decisiones junto a tu esposa.
    • Desarrolla un plan de compañero de parto. De esta manera, evitarás los contratiempos a la hora de planificar la ruta más rápida, no te perderás y tendrás la sensación de saber cuál es el camino que tomarás.
    • Consulta con tu médico al crear el plan. Existen muchos planes preestablecidos disponibles en internet, pero algunos son de dudosa calidad. Por lo tanto, lo mejor es planificar junto a un profesional.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Ayudar a tu esposa durante el trabajo de parto

  1. 1
    Conserva la calma. Esto es lo mejor que puedes hacer. Más que nada, ¡conserva la calma por tu esposa! Esto la ayudará a estar más tranquila.
  2. 2
    Sé el defensor de tu esposa. Este es tu trabajo principal, dado que sabes exactamente qué es lo que desea. Además, es muy importante que puedas cumplir con sus deseos, en el caso de que ella no pueda hacerlo.[5]
  3. 3
    Mide las contracciones. Después de asegurarte de mantener la calma, esta es la segunda tarea más importante que debes enfrentar. Los padres pueden sentir la necesidad de hacer algo, sin importar lo que sea, y contar los segundos entre las contracciones es una tarea fundamental. Esto no solo te ayudará a mantenerte enfocado y a aliviar a tu esposa, sino que también te permitirá proporcionarle información importante al médico.[6]
  4. 4
    Comprende cómo puedes ayudar a tu esposa durante las primeras etapas del trabajo de parto. Existen ciertas cosas que puedes hacer por ella que marcarán una gran diferencia en su nivel de comodidad y en el éxito de la experiencia de parto en general. Tómate un tiempo para memorizar estos consejos útiles:[7]
    • Apoyo emocional. El apoyo emocional es un aspecto crucial durante el parto. Escúchala con atención, valida sus emociones, haz preguntas y tranquilízala para que se sienta más cómoda.
    • Micción. Procura que orine al menos una vez por hora. Recuérdale que vaya al baño. Esto le permitirá mantenerse en movimiento, lo cual puede ser de ayuda durante el trabajo de parto.
    • Haz que cambie de posición a menudo.
    • Los elogios y el ánimo (no la simpatía) la ayudarán a atravesar la situación.
    • Es mucho mejor que esté fuera de la cama (caminar, tomar una ducha) a que esté recostada.
    • La relajación es la clave.
    • Tócala para aplicarle presión o darle un masaje.
  5. 5
    Permite que los profesionales se ocupen del resto.[8] Existe un momento durante la mayoría de los partos en que el futuro padre debe dar un paso hacia atrás. Este es un trabajo que está por fuera de sus capacidades. Dependiendo del tipo de parto, es posible que puedas estar presente durante el mismo. Pide estar con tu esposa, siempre que te sientas capaz de hacerlo.
    • No dejes a tu esposa en las últimas etapas del parto si no tienes que hacerlo.
    • En algunos países, los padres no pueden permanecer en la sala de parto.
    • Si la madre se someterá a una cesárea con anestesia total, el padre no podrá estar en la sala de parto.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Ayudar a tu esposa después del parto

  1. 1
    Presta atención a su estado de ánimo. La melancolía y la depresión posparto son problemas reales. La melancolía suele ser normal, pero ten cuidado con los síntomas de la depresión posparto. Estas pueden ser señales de un problema grave que requiere la asistencia de un profesional.
    • Síntomas de la melancolía:
      • cambios de humor
      • ansiedad
      • tristeza
      • irritabilidad
      • sensación de agobio
      • llanto
      • concentración reducida
      • problemas de apetito
      • problemas para dormir
    • Síntomas de la depresión posparto:
      • depresión o cambios de humor severos
      • llanto excesivo
      • dificultad para conectarse con el bebé
      • aislamiento de los familiares y amigos
      • pérdida del apetito o consumo excesivo y repentino de alimentos
      • insomnio o hipersomnia (falta de sueño o sueño excesivo)
      • fatiga abrumadora
      • ira o irritabilidad intensa
      • sensación de inutilidad, vergüenza, culpa o incapacidad
      • reducción en la capacidad de pensar, concentrarse o tomar decisiones[9]
  2. 2
    Festejen juntos. Es posible que desees invitar a todas las personas a que conozcan al bebé. Sin embargo, ten cuidado de no exagerar. El simple hecho de tener un bebé ya es lo suficientemente estresante, por lo que no es necesario agregar un caos generado por dichas celebraciones. Ocúpate de la limpieza y pídeles a las personas que se retiren antes de que sea demasiado tarde.[10]
  3. 3
    Comparte las responsabilidades de manera equitativa. La crianza de los hijos es un trabajo de a dos (o más) personas. Asegúrate de hacer tu parte, pero no exageres. Al formar una pareja equitativa, podrás hacer que la experiencia posterior al parto sea mucho más positiva. Esto es especialmente importante durante las primeras semanas después del parto, dado que las madres suelen necesitar mucho tiempo para recuperarse. Es posible que necesite tomar siestas frecuentes, experimente dolores y sienta un cansancio generalizado.[11] En estos momentos, recuérdale todo el trabajo que ha realizado durante el parto y ayúdala con todo lo que puedas.
    • Procura involucrarte con el bebé tanto como sea posible. La madre no debe ser la única que se levante por la noche para ver cómo está; tú también debes estar presente.
  4. 4
    Cuídate. Trata bien a tu esposa, pero asegúrate de cuidarte. En ocasiones, los padres tienen una gran necesidad por ayudar y terminan ignorando sus propias necesidades. Procura descansar y sentirte bien para apoyar a tu esposa. ¡No te agotes!

Consejos

  • Acepta que hay un límite con respecto a lo que puedes hacer. No dejes de apoyar a tu esposa durante el parto, pero, si ella te aleja y parece que no estás haciendo bien tu trabajo, procura dar un paso hacia atrás. No te enojes; solo respira y simplemente permanece allí para ella.
  • Sé paciente.
  • Apoya a tu esposa y procura estar siempre para ella.

Acerca de este wikiHow

Lacy Windham, MD
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Lacy Windham, MD. La Dra. Windham es ginecóloga y obstetra certificada por el colegio oficial en Tennessee. Asistió a la escuela de medicina en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee en Memphis y completó su residencia en la Escuela de Medicina Eastern Virginia en 2010, donde fue galardonada con el premio "Residente más destacado en medicina fetal materna", y el premio "Residente más destacado en oncología" y el premio "Residente más destacado en general". Este artículo ha sido visto 10 337 veces.
Categorías: Parto