Existen diversos motivos por los que masticar los alimentos podría ser difícil. Esto podría deberse a una cirugía dental (como una endodoncia o la extracción de un diente), a fracturas en la mandíbula o los huesos faciales que requieren cerrar la mandíbula con alambres, y al dolor que sientes luego de que te colocan brackets. Asimismo, los tratamientos contra el cáncer o los procedimientos quirúrgicos llevados a cabo en la cabeza y el cuello también podrían obstaculizar tu capacidad de masticar. Masticar no es vital para mantener una dieta saludable o equilibrada; sin embargo, puede hacer que seguirla sea más difícil y menos agradable. No obstante, si planificas un poco y preparas tu comida, podrás seguir consumiendo una dieta nutritiva.

Método 1
Método 1 de 2:
Alistarte para una dieta restringida

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    Conversa con el doctor. El doctor podrá brindarte información específica sobre tus restricciones de comida y las texturas que tendrás que consumir (alimentos suaves y blandos, o papillas y líquidos). Asimismo, el doctor deberá indicarte el tiempo durante el cual tendrás que seguir una dieta modificada.
    • Pídele al doctor que te indique con exactitud qué es lo que puedes y no puedes comer. Es mejor ser muy precisos y obtener mucha información, en lugar de comer algo que podría provocarte dolor o una mayor lesión.
    • Asimismo, consulta si corres el riesgo de sufrir alguna insuficiencia de un nutriente o si existen tipos de alimentos o grupos alimenticios que deberás consumir todos los días o evitar por completo.
    • También podría ser beneficioso que acudas a un nutricionista certificado. Estos expertos en nutrición podrán diseñar una dieta específica para tu problema y brindarte ejemplos de los tipos de alimentos que consumirás, o podrán crear un plan de comidas que sea adecuado para ti. Pídele al doctor que te brinde una recomendación.
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    Elabora un plan de comidas. Si cuentas con un plan de comidas que puedas seguir, esto será de utilidad mientras consumas una dieta modificada o restringida. Esto ayuda a no tener que adivinar cuando planifiques las comidas diarias, y te brindará una estructura para una dieta adecuada.
    • Elabora un plan de comidas y bocadillos para una semana con alimentos que sean adecuados para tu situación. Es probable que tengas que ser ingenioso con diversas recetas, en particular si vas a seguir una dieta modificada por periodos de tiempo prolongados.
    • Una dieta blanda puede contar con las siguientes comidas: avena para el desayuno, estofado de carne para el almuerzo y pastel de carne con salsa y brócoli bien cocido al vapor para la cena.
    • Una dieta líquida o de papillas puede contar con las siguientes comidas: yogur con papilla de durazno para el desayuno, un batido vegetal (con leche, frutas congeladas, espinaca y proteínas en polvo) para el almuerzo y sopa de frijoles negros para la cena.
    • Es probable que el doctor tenga a la mano una muestra de un plan de comidas. Pregúntale si te puede dar una copia para que la lleves a casa y sigas ese plan, o para seguirlo por unos días.
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    Ve a comprar los abarrotes. Luego de elaborar tu plan de comidas y conversar con el doctor, ve a la tienda de abarrotes para comprar los alimentos adecuados para tu dieta. Si tienes a la mano los alimentos adecuados, esto hará que puedas seguir tu dieta modificada con una poco más de facilidad.
    • Ten en cuenta que se pueden usar diversas técnicas culinarias para lograr que incluso los alimentos duros o densos alcancen una textura que puedas consumir con seguridad. Por ejemplo, puedes cocinar las manzanas hasta obtener una compota o una papilla que puedas masticar y tragar con facilidad.
    • Asimismo, puedes comprar alimentos o productos que ya cuenten con la forma que necesitas y que deban cocinarse poco o nada en lo absoluto. Si solo puedes consumir alimentos en papilla o líquidos, puedes comprar sopas bajas en sodio como la sopa de tomates, la sopa de calabaza moscada o la de frijoles negros; las cuales son líquidos totalmente suaves.[1] Si puedes consumir alimentos más enteros, pero deben ser muy suaves o blandos, puedes comprar frutas o vegetales congelados (los cuales serán muy suaves y blandos luego de cocinarlos y calentarlos), o sopas y estofados del buffet de la tienda de abarrotes.
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    Compra los instrumentos de cocina adecuados. Si compras los instrumentos de cocina adecuados, esto podría hacer que puedas seguir tu dieta modificada o restringida con más facilidad. Además, te brindarán más flexibilidad con tus opciones de alimentos, así podrás preparar más comidas en casa.
    • Un procesador de alimentos es un instrumento genial que puede ser de utilidad para convertir los alimentos más resistentes y densos en pedazos pequeños, o para darles una consistencia casi similar a la de una papilla. Puedes usarlo para hacer papilla de frutas o vegetales, o para cortar en pedacitos los alimentos con proteínas (como los mariscos, el pollo o la carne roja). Este podría ser un buen instrumento si puedes consumir alimentos pequeños y cortados en pedazos, y si no tienes que consumir solo papillas.
    • Si debes consumir comidas totalmente líquidas o papillas, podría ser una buena idea usar una licuadora. Puedes colocar diversos alimentos en una licuadora y preparar comidas líquidas. Asimismo, las licuadoras son excelentes porque puedes colocar muchos alimentos crudos o duros y preparar batidos. Por ejemplo, puedes agregarle espinaca cruda a un batido y la consistencia seguirá siendo totalmente la de una papilla.
    • Una olla de cocción lenta es un buen instrumento para aquellos que buscan darle a los alimentos una consistencia muy suave, blanda o frágil. Estas máquinas cocinan a intensidad baja y de manera lenta en todo momento, y los alimentos pueden morderse con las encías o masticarse de manera sencilla para ingerirse.

Método 2
Método 2 de 2:
Planificar y cocinar las comidas adecuadas

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    Consume alimentos blandos con proteínas. Las proteínas son nutrientes esenciales para tu dieta. Es poco recomendable dejar de consumir proteínas por más de uno o dos días, ya que esto puede provocar una pérdida de peso no deseada o la pérdida de la masa muscular.[2] Si consumes proteínas adecuadas en una dieta blanda o de solo líquidos, esto podría ser difícil o podría no despertar tu apetito, lo que dependerá de las restricciones en tu dieta o las modificaciones requeridas.
    • Si tienes que consumir una dieta compuesta únicamente por líquidos o papillas, puedes incluir proteínas como las que se encuentran en los siguientes alimentos: frijoles aplastados en una sopa (como la sopa de frijoles negros), tofu aplastado en sopas, hummus o sopas enlatadas y estofados aplastados hasta alcanzar una consistencia totalmente líquida.[3]
    • Asimismo, puedes procesar las carnes (carne molida, pollo o mariscos) hasta que alcancen una consistencia blanda. Si agregas un poco de caldo o salsa, esto puede hacer que los alimentos adopten una textura más líquida.[4]
    • Si puedes consumir alimentos suaves o blandos y no requieres una dieta líquida o de papillas, consumo alimentos como los siguientes: pastel de carne o albóndigas aplastados con salsa, pescado al horno blando (como la tilapia o el salmón), atún o ensalada de huevo, tofu aplastado, huevos revueltos, frijoles aplastados, estofados o sopas, y carnes guisadas o rostizadas (como el pecho o a carne asada) que estén blandas y se desarmen en pedazos.[5]
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    Consume productos lácteos para obtener otra fuente de proteínas. Muchos productos lácteos van bien con las dietas restringidas o modificadas. Los lácteos están repletos de proteínas, calcio y vitamina D; y pueden ser de utilidad para mantener una dieta equilibrada con más facilidad.
    • Incluye al yogur común o el griego en tu dieta diaria. Los yogures son alimentos blandos excelentes y adecuados para una dieta de alimentos blandos o en papillas. Es probable que el yogur común pueda masticarse e ingerirse con más facilidad, ya que cuenta con una consistencia más diluida, a diferencia del yogur griego. Determina qué tipo es más adecuado para ti.
    • El requesón es otro alimento lácteo con un contenido muy alto de proteínas, el cual encajará en tu dieta líquida o de alimentos blandos. Si tienes que aplastar tus alimentos por completo, coloca el requesón en una licuadora o un procesador de alimentos para que obtenga la consistencia de la papilla.
    • Si bebes leche o se la agregas a diferentes alimentos (sopas, estofados o batidos), contarás con otra fuente de proteínas fácil de ingerir.
    • Si eres intolerante a la lactosa o alérgico a la leche, prueba otros lácteos, como las leches de soya o almendra, los yogures y los quesos.
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    Cocina y prepara las frutas y los vegetales hasta que estén blandos. Muchas frutas y vegetales son demasiado duros o densos como para masticarlos o ingerirlos, en particular si están crudos o un poco cocidos al vapor. Por lo general, tendrás que cocinar estos alimentos para modificarlos y brindarles la consistencia adecuada.
    • Prueba las frutas y los vegetales congelados. Muchas veces, estos alimentos son bastante suaves y blandos luego de descongelarlos, cocinarlos o calentarlos. Entre estos alimentos tenemos a los siguientes: el brócoli, la coliflor, las coles de Bruselas o las bayas congelados.
    • Coce al vapor los vegetales hasta que puedas aplastarlos con la parte posterior de tu tenedor o hasta hacer fácilmente una papilla que cuente con la consistencia adecuada. Muchas veces se puede hacer que los vegetales (como el brócoli) logren una consistencia blanda al cocerlos al vapor por más tiempo. Entre estos tenemos a los siguientes: papas o calabacín aplastados, zanahorias o frijoles cocidos al vapor, o vegetales cocidos al vapor por más tiempo.
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    Escoge los granos con cuidado. Los alimentos elaborados con granos (como el pan, el arroz o la pasta) no siempre son adecuados para una dieta blanda o de alimentos aplastados. Estos alimentos pueden ser un poco pegajosos o blandos, y a diferencia de los otros alimentos, requieren que mastiques más. Escoge bien cuando consumas alimentos elaborados con granos.
    • Entre las buenas opciones para una dieta blanda o líquida tenemos a la avena, la crema de trigo o cualquier otro cereal caliente. Es probable que tengas que aplastar algunos alimentos para darles una consistencia más líquida o suave.
    • Asimismo, puedes licuar algunos granos (como la avena) para preparar un batido.
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    Prepara sopas o batidos. Para aquellos que necesitan una dieta con alimentos aplastados o incluso una dieta blanda, una idea excelente consiste en preparar sopas y batidos en casa. Puedes personalizarlos al agregarles una gran variedad de alimentos y nutrientes.
    • Si vas a preparar una sopa o un batido, puedes agregar diferentes frutas o vegetales. Si los agregas, esto será de utilidad para incluir en tu dieta algunas porciones de estos alimentos ricos en nutrientes.
    • Las sopas son una muy buena fuente de proteínas magras y vegetales. Cocina todos los alimentos hasta que estén blandos y formen una papilla, si es necesario.
    • Los batidos pueden prepararse con una gran variedad de alimentos, como los lácteos, las frutas, los vegetales e incluso la mantequilla de nueces. Licúalos hasta que tengan una consistencia líquida y suave.
    • Asimismo, puedes agregarles proteína en polvo sin sabor a las sopas y los batidos, así consumirás una dosis adicional de proteínas.
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    Compra batidos sustitutos de comidas. Si estás en apuros o necesitas algunas comidas rápidas, puedes comprar algunos batidos sustitutos de comidas. Muchos de estos suplementos cuentan con proteínas, calorías y vitaminas adecuadas.
    • Existen diversos batidos sustitutos de comidas. Busca bebidas que coincidan con tus metas de consumo de calorías y proteínas.
    • Muchos batidos sustitutos de comidas vienen preparados previamente o en polvo. Puedes agregar el polvo en los batidos para elevar su nivel nutricional.
    • Ten cuidado con las bebidas que contengan muchos azúcares agregados o un alto contenido de calorías. Estas podrían hacer que subas de peso si no tienes cuidado.
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    Compra suplementos vitamínicos líquidos. Podrías tener que consumir un suplemento multivitamínico líquido, según el tiempo durante el cual tengas que seguir una dieta modificada o restringida. Esto podría ser de utilidad para cubrir tus objetivos nutricionales al seguir una dieta prolongada.[6]
    • Busca un suplemento líquido que sea multivitamínico y multimineral al 100 %, así consumirás el suplemento más integral.
    • Puedes agregarles tus vitaminas a tus comidas o bebidas, o puedes consumirlas solas.
    • Siempre consulta con el doctor antes de empezar a consumir algún suplemento.

Consejos

  • Siempre conversa con el doctor antes de iniciar algún tipo de dieta. Asimismo, pídele que te brinde toda la información posible sobre las restricciones en tu dieta.
  • Si no planificas de manera cuidadosa, las dietas líquidas podrían hacer que tengas dificultades para consumir una dieta que brinde una nutrición equilibrada. Dedica un tiempo a concentrarte en tu plan de comidas, así te cerciorarás de consumir una dieta nutritiva.
  • Prueba diferentes recetas o busca en Internet algunas nuevas y consejos para dietas líquidas o blandas.
  • Tras la reparación de un diente por caries puedes hacer esta dieta líquida o blanda sólo por unas horas hasta que se endurezca completamente el empaste.
  • Si sabes inglés, puedes consultar estas fuentes de recetas para dietas de alimentos aplastados o dietas blandas y suaves: Pureed and Soft Diet Eating Guide & Recipes y Puree Recipe Guide

Advertencias

  • Es probable que no sea saludable ni seguro que consumas una dieta líquida por largos periodos de tiempo. Siempre consulta con un doctor o un dentista para determinar cuándo podrás comer alimentos sólidos o si es seguro consumir la dieta líquida por un tiempo prolongado.

Acerca de este wikiHow

Chris M. Matsko, MD
Coescrito por:
Médico de medicina familiar
Este artículo fue coescrito por Chris M. Matsko, MD. El Dr. Chris M. Matsko es un médico retirado con sede en Pittsburgh, Pennsylvania. Con más de 25 años de experiencia en investigación médica, el Dr. Matsko recibió el Premio a la Excelencia de la Universidad de Pittsburgh Cornell. Tiene una licenciatura en Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Cornell y un doctorado en medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Temple en 2007. El Dr. Matsko recibió una certificación de Escritura de Investigación en la Asociación Americana de Escritores Médicos (AMWA, por sus siglas en inglés) en 2016 y una Certificación de Escritura y Edición Médica en la Universidad de Chicago en 2017. Este artículo ha sido visto 24 135 veces.
Categorías: Dientes y boca