Los limones son una fruta cítrica versátil que se puede usar en una variedad de comidas dulces y saladas como guarnición o como ingrediente principal. Por desgracia, al igual que la mayoría de frutas, los limones pueden malograrse bastante rápido, durando solo de 2 a 4 semanas, e incluso mucho menos tiempo si los cortas.[1] En lugar de permitir que esta fruta con muchas vitaminas se malogre, debes considerar congelarla para aumentar su longevidad.

Método 1
Método 1 de 5:
Congelar limones enteros

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    Coloca los limones en una bolsa con cierre hermético. Coloca tus limones dentro de una bolsa con cierre hermético. Cierra la bolsa cuando esté ¾ llena y retira todo el aire de la misma. Una vez que no haya aire en la bolsa, ciérrala por completo. Retirar el aire ayudará a mantener tus limones frescos y liberar espacio en tu congelador.[2]
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    Coloca la bolsa de limones en tu congelador. Deja que la bolsa de limones repose en el congelador hasta que estén completamente congelados. Dependiendo de la temperatura de tu congelador, esto puede tomar de 2 horas hasta una noche entera. Utiliza limones frescos para las comidas que harás en el transcurso de la semana, y congela los otros limones con anticipación para cuando necesites usarlos.
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    Sumerge los limones en agua fría durante 10 minutos para descongelarlos. Los limones enteros que son descongelados por lo general serán blandos, y no podrás cortarlos. Esta suavidad hace que queden inservibles como guarnición. Sin embargo, todavía puedes usar la cáscara o el jugo de limón.[3]
    • Los limones estarán bien durante 3 a 4 meses en el congelador.[4]
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Método 2
Método 2 de 5:
Congelar rodajas de limón

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    Corta el limón en rodajas o gajos. Cortar el limón en porciones antes de congelarlo eludirá la consistencia suave del limón para que puedas usarlo en cosas como cócteles y guarniciones. Corta el limón sobre una tabla de cortar alrededor de 6,3 ml (¼ de pulgada) de anchura para hacer rodajas de limón. Para cortar el limón en gajos, haz un corte longitudinal y un corte ancho. Esto creará 4 gajos de limón del mismo tamaño.[5]
    • También puedes cortar rodajas de limón a la mitad para crear rodajas de limón en forma de media luna.
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    Extiende tus rodajas de limón en una bandeja para horno y colócala en el congelador. Asegúrate de que las rodajas de limón tengan espacio entre ellas. Poner tus rodajas de limón en una bandeja para horno les permitirá congelarse individualmente. Si te saltas este paso, tus rodajas o gajos de limón se congelarán juntos en un solo bloque. Mantén las rodajas de limón en el congelador durante 2 a 3 horas, o hasta que los limones se hayan congelado completamente.
    • Sabrás que tus limones están congelados cuando estén duros, y la pulpa no bote jugo cuando los presiones.
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    Transfiere los limones a una bolsa con cierre hermético. Después de que tus limones estén completamente congelados, puedes transferirlos a una bolsa con cierre hermético para liberar espacio en tu congelador. Coloca la bolsa en el congelador y saca las rodajas a medida que las necesites.
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Método 3
Método 3 de 5:
Congelar cáscara de limón en el congelador

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    Utiliza un rallador o un rallador especialmente para cítricos para rallar la cáscara del limón. La cáscara de un limón es la piel y contiene los aceites naturales que produce un limón. Para extraer la cáscara de limón, utiliza una herramienta de cocina para obtener la cáscara de la superficie del limón.[6]
    • También puedes quitar la cáscara de los limones enteros congelados.
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    Coloca la cáscara rallada de limón en una bolsa con cierre hermético. Una vez que hayas terminado de rallar tus limones, trasfiere la cáscara a una bolsa con cierre hermético o una bolsa de congelador. Puedes usar el resto de los limones en recetas que hagas durante la semana, o puedes cortarlos en rodajas y congelarlas también.
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    Coloca la bolsa dentro del congelador. Deja que la cáscara se quede en el congelador durante un par de horas o de la noche a la mañana hasta que se congele. Cuando estés listo para usarla, puedes sacar lo que necesitas y colocar el resto de regreso al congelador.
    • Rallar cáscaras de limón después de que estén congelados ayudará a evitar que los aceites de la corteza se derramen en tu tabla de cortar.[7]
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Método 4
Método 4 de 5:
Congelar jugo de limón

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    Exprime los limones. Exprime tus limones usando un exprimidor de limones que puedes comprar en cualquier tienda por departamento. Si no tienes un exprimidor, puedes cortar los limones en cuartos y aplastarlos sobre la pupa con un tenedor para extraer parte del jugo.[8] El objetivo es aplastar la pulpa y extraer el líquido que está en la fruta.
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    Mide 250 ml (1 taza) de jugo de limón. Vierte cuidadosamente el jugo de limón a una taza medidora sobre un fregadero. Medir el jugo de limón te permitirá mantener medidas más exactas para las receta.[9] Asegúrate de quitar las pepas que pueden haber caído cuando exprimías el limón.
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    Vierte el jugo de limón en bandejas de cubitos de hielo. A medida que viertas el jugo de limón en bandejas de cubitos de hielo, asegúrate de tomar nota de cuántos cubos de hielo hacen una taza completa. Esto te permitirá realizar mediciones más exactas cuando tengas que usar el jugo de limón en recetas particulares.
    • Estos cubitos de hielo de jugo de limón también pueden darle sabor al agua.[10]
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    Coloca los cubitos de hielo en el congelador y deja que se congelen. Deja que los cubitos de hielo se queden en el congelador hasta que esté congelados. Si no congelas jugo de limón recién exprimido, se puede malograr de 2 a 4 días.[11] Mantener el jugo de limón congelado en cubitos de hielo te permitirá tener un jugo de limón fresco por un periodo más largo de tiempo.
    • Si necesitas usar bandejas de cubitos de hielo, puedes transferir los cubos de jugo de limón a una bolsa con cierre hermético.
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Método 5
Método 5 de 5:
Preparar los limones para congelarlos

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    Lávate las manos antes de manipular alimentos. Utiliza un jabón de mano y agua tibia para sobarte las manos. Las manos no lavadas pueden introducir toxinas y bacterias a la cáscara de la fruta. También puedes utilizar guantes para evitar introducir cosas a los limones.[12]
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    Friega los limones con un cepillo. Utiliza un cepillo de dientes, un cepillo de uñas o un cepillo de vegetales para fregar la superficie de los limones. Asegúrate de utilizar esta herramienta únicamente para limpiar verduras o frutas de ahora en adelante. Esto quitará toda la suciedad y posibles productos químicos de la superficie de la fruta.[13]
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    Lava los limones. Antes de congelar tus limones, querrás lavarlos con agua fría para quitar los pesticidas en su cáscara. También puedes utilizar un limpiador de vegetales para limpiar tus vegetales.[14] Una vez que los limones estén limpios, sécalos con un trapo o una toalla de papel.
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    Utiliza una solución de vinagre para eliminar los pesticidas de los limones. Los limones y otras frutas pueden contener productos químicos dañinos, como pesticidas, en su superficie. Elimina los productos químicos al remojar los limones en una solución de 10 % de vinagre y 90 % de agua durante 15 a 20 minutos. Una vez que ya estén remojados, enjuágalos Conagua fría y sécalos con un trapo.[15]
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