Tener las rodillas hiperextendidas puede hacer que caminar, mover o ejercitarse sea doloroso y lento. La hiperextensión de rodilla es, en realidad, un término general que designa una gran variedad de lesiones que resultan de los deportes de contacto, el baile e incluso el yoga. Pueden ser muy graves, así que siempre haz que te revise un médico. En la mayoría de los casos, se puede tratar la lesión en casa con descanso, compresión, elevación, hielo y calor. Por otro lado, los ejercicios de rodilla supervisados por un terapista físico podrían fortalecer los músculos que la rodean. También puedes mantenerte flexible y en movimiento con ejercicios de bajo impacto.

Método 1
Método 1 de 4:
Hacerse un tratamiento médico

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    Ve al médico para que te revise la lesión. Cuéntale a tu médico o al profesional de la salud que te atiende sobre los síntomas que tienes, como dolor, hematomas, hinchazón o arqueo de la rodilla. El médico evaluará su rango de movimiento moviendo tu pierna de atrás hacia adelante. También podría tomarte unos rayos X o una resonancia magnética de la rodilla.[1]
    • Explícale a tu médico cuál fue la causa de la lesión, así como el tiempo que te ha durado el dolor.
    • La hiperextensión de la rodilla puede provocar lesiones y roturas en el ligamento cruzado anterior (LCA) y el ligamento cruzado posterior (LCP). Una lesión grave del ligamento podría requerir una cirugía.
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    Toma un analgésico antiinflamatorio. En la mayoría de los casos el médico te recomendará un antiinflamatorio no esteroideo (AINES), como el ibuprofeno (por ejemplo, Motrin o Advil) o el naproxeno (por ejemplo, Aleve) para aliviar el dolor. Estos son de venta sin receta. En los casos más graves, el médico podría indicarte un medicamento con prescripción para el dolor. Tómalo de acuerdo a las indicaciones del médico.[2]
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    Hazte una cirugía de rodillas si tienes una rotura de ligamentos. Si se te rompe un LCA o un LCP, es posible que el médico te recomiende una cirugía para restaurarlo. Para reparar el ligamento, en este procedimiento se injerta una muestra de tejido tuyo o de algún donante en la rodilla lastimada.[3]
    • Recuperarse de una cirugía de LCA o LCP puede tomar entre 2 y 9 meses. Al principio, tal vez tengas que caminar con muletas.[4]
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    Si fuera necesario, que te refieran al terapista físico. Una vez que el dolor haya disminuido y puedas moverte con mayor facilidad, es posible que el médico te refiera al terapista para que comiences un programa de rehabilitación. Este programa te ayudará a recuperar flexibilidad y extensión en la rodilla sin lastimarte más.[5]
    • En el caso de un problema menor de hiperextensión, es posible que no necesites una terapia física. El médico podría recomendarte ejercicios de bajo impacto por unas cuantas semanas.

Método 2
Método 2 de 4:
Tratar la rodilla en casa

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    Disminuye los deportes y otras actividades físicas intensas. No dejes de moverte por completo. Caminar y realizar tareas normales ayuda a que tu rodilla sane. Dicho esto, date un respiro de la actividad que pudiera haberte causado la lesión, además de cualquier otro ejercicio vigoroso, como bailar, correr, o hacer yoga o deportes de contacto.[6]
    • El médico te dirá en qué momento podrás retomar las actividades. Las lesiones menores podrían curarse entre 2 a 4 semanas, mientras que las más graves, entre 4 y 12 meses.[7]
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    Usa una rodillera de compresión para que limite el movimiento. Un poco es bueno, pero quizás tengas que usar una rodillera durante la fase intensa de curación para realizar actividades cotidianas normales. Esta medida evitará que muevas mucho la rodilla o le pongas mucho peso. Puedes comprar una rodillera en una tienda de implementos médicos, una farmacia o alguna tienda deportiva.[8]
    • Ten la rodillera puesta durante todo el día.
    • Una rodillera de neopreno protegerá tu rodilla y, a la vez, le proporcionará una compresión ligera, lo que podría hacer que el dolor y la hinchazón disminuyan mientras sana.
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    Eleva la rodilla mientras descansas. Échate en el sofá o la cama con la pierna elevada sobre una pila de almohadas o libros, lo que disminuirá la hinchazón y ayudará a que la rodilla sane. Cuando duermas, ten la pierna sobre una almohada.[9]
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    Ponte hielo en la lesión durante 20 minutos para que el dolor disminuya. Toma un paquete de hielo del congelador o llena una bolsa de plástico con hielo. Envuelve el paquete con una toalla o una tela y ponlo sobre tu rodilla. Tenlo ahí por 20 minutos mientras descansas y elevas la pierna. Una vez que lo retires, espera 20 minutos y póntelo nuevamente. Repite el proceso las veces que fuera necesario.[10]
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    Aplícate calor en la rodilla para mejorar su flexibilidad. Toma una almohadilla térmica y ponla en una configuración media. Otra alternativa es calentar un paño húmedo en el microondas durante 20 segundos. Debe quedar caliente pero no mucho. Aplica el calor sobre la rodilla en intervalos de 20 minutos, al tiempo que la mantienes en alto.[12]

Método 3
Método 3 de 4:
Fortalecer los músculos alrededor de la rodilla

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    Habla con el terapista físico o el médico antes de ejercitarte. Antes de iniciar cualquier ejercicio nuevo, asegúrate de que no haya problema hablando con tu terapista o médico. Quizás te sugieran ejercicios para hacer.[13]
    • Tómalo de a pocos al principio. Incluso si eras una persona activa antes de la lesión, forzar tu rodilla muy pronto podría provocar que la hiperextensión empeore.
    • No debes sentir dolor durante o después del ejercicio. Si sucede, detén lo que estés haciendo y pon tu rodilla a descansar.
    • El terapista físico podría aconsejarte que hagas tus ejercicios hasta 3 veces al día.[14]
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    Realiza elevaciones de pierna extendida. Échate de espaldas en el suelo. Flexiona tu rodilla fuerte y extiende la que está lastimada. Levanta unos cuantos centímetros la pierna extendida. Mantén esta postura entre 3 y 5 segundos. Desciende la pierna lentamente hacia el suelo. Cambia de pierna y repite el movimiento entre 8 y 10 veces por cada una.[15]
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    Sostente en una silla para hacer flexiones de isquiotibiales. Agarra el respaldar de una silla con las dos manos. Sostén tu peso en la pierna fuerte. Luego, lleva el talón de tu rodilla débil hacia arriba hasta que toque tus nalgas. Mantén la postura entre 3 a 5 segundos antes de bajar la pierna. Cambia y haz el movimiento con la otra pierna. Repítelo entre 8 y 10 veces por cada una.
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    Párate sobre una plataforma. Párate al costado de una plataforma de 15 cm (6 pulgadas). Sube una pierna y eleva la otra de modo que quede suspendida fuera de la plataforma. Sostén la postura entre 3 y 5 segundos antes de regresar al suelo. Cambia de piernas y repite el movimiento unas 10 veces con cada una.[16]
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    Desciende a una posición de media sentadilla. Extiende los brazos frente a ti o sostén el respaldar de una silla. Pon los pies a la altura de las caderas, luego bájalas como si fueras a sentarte en una silla. Solo desciende unos cuantos centímetros y mantén la postura entre 3 y 5 segundos antes de levantarte nuevamente. Repite el movimiento entre 8 y 10 veces.[17]

Método 4
Método 4 de 4:
Mejorar tu movilidad

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    Realiza paseos cortos durante el día. Una caminata larga podría ser mucha actividad al principio. Más bien, realiza la mayor cantidad de caminatas cortas que puedas durante el día. Camina por toda la cuadra en la mañana o la noche. Durante el almuerzo, camina por el edificio. Tómate varios descansos en el día para ir al baño o beber agua.[18]
    • Si usas muletas, habla con tu médico sobre la mejor forma de mantenerte activo durante el periodo de recuperación.
    • Caminar en una caminadora o una elíptica podría contribuir a que te fortalezcas mientras te estés recuperando de una rodilla hiperextendida.
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    Haz ejercicios en la piscina. Nadar es una actividad suave que no fuerza las articulaciones de tus rodillas. Da vueltas en la piscina. Si nadar es mucho esfuerzo para ti, solo prueba caminar en la piscina. El agua aliviará la tensión de tus rodillas.[19]
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    Maneja una bicicleta. Manejar bicicleta es una actividad de bajo impacto excelente que puede hacer que tus rodillas se muevan mientras sanan. Puedes usar una bicicleta normal o una estacionaria. Comienza despacio, montando bicicleta entre 5 y 10 minutos. Ve avanzando hasta que puedas hacer de 20 a 30 minutos a la vez.[20]

Advertencias

  • Si el dolor o la hinchazón empeoran o si tu rodilla empieza a arquearse cuando te paras, ve al médico lo más pronto posible.

Acerca de este wikiHow

Sarah Gehrke, RN, MS
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Sarah Gehrke, RN, MS. Sarah Gehrke es enfermera registrada y terapeuta de masajes licenciada en Texas. Sarah tiene más de 10 años de experiencia enseñando y practicando flebotomía y terapia intravenosa (IV) utilizando apoyo físico, psicológico y emocional. Recibió su licencia de Terapeuta de Masajes en el Instituto de Terapia de Masajes de Amarillo en 2008 y un master en Ciencias de Enfermería en la universidad de Phoenix en 2013. Este artículo ha sido visto 19 499 veces.