La citronela es un elemento básico de la cocina tailandesa y a menudo se encuentra incluida en muchos platillos tailandeses populares. Puedes comprar manojos de 2 o 3 tallos de citronela en tiendas por departamento y en cualquier mercado asiático o supermercado. Por sí misma, la citronela es gruesa y tosca, y debes prepararla de cierto modo antes de utilizarla en la elaboración de alimentos. Una vez hayas comprado la citronela, prepararla no debería tomar más de 15 minutos.

Método 1
Método 1 de 2:
Recortar y trozar la citronela

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    Corta 1 cm (1⁄2 pulgada) de la parte inferior, usando un cuchillo de cocina afilado. La parte inferior de la base de un tallo de citronela es dura y no tiene sabor. Para quitarla, coloca el tallo en una tabla de cortar. Luego, usa un cuchillo de cocina (como un cuchillo de chef o un cuchillo de pelar) para recortar 1 cm (1⁄2 pulgada) de la parte inferior. La base puede ser bastante dura, por lo que quizás tengas que ejercer mucha presión sobre el cuchillo.[1]
    • Desecha la base una vez la hayas cortado. O, si lo prefieres, añádela a una pila de composta del jardín.
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    Corta 15 o 20 cm (6 u 8 pulgadas) de la parte superior de los tallos. La parte superior, y de color verde oscuro, también es dura y gomosa, y por lo general carece de sabor. Usa el cuchillo de cocina para cortarla. Una vez has retirado la base y el tallo, te debe quedar la parte verde clara de la citronela, la cual solo tiene 13 o 15 cm (5 o 6 pulgadas) de largo.[2]
    • Algunos supermercados venden tallos de citronela a los que ya se les ha retirado la parte superior verde. De ser el caso, puedes saltar este paso.
    • Si has cortado las partes superiores de los tallos de citronela, puedes conservarlas y utilizarlas para hacer té de citronela.[3]
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    Corta por la mitad el resto de la citronela, empezando por la parte superior hasta llegar a la parte inferior. Alinea la hoja del cuchillo de modo que vaya de manera vertical a lo largo de la mitad del tallo, desde la parte superior hasta la parte inferior. Corta el tallo por la mitad, aplicando presión primero en la punta de la hoja y luego moviendo esta última hacia abajo para que toda su longitud corte la citronela. Debes tener dos mitades iguales una vez hayas hecho el corte.[4]
    • Intenta hacer las mitades tan iguales como puedas, para asegurarte de que la citronela se cocine de manera uniforme. Las mitades no tienen que ser exactamente iguales, pero si una es visiblemente más grande que la otra, demorará más tiempo en cocinarse.
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    Presiona la uña del pulgar en el interior de la citronela para encontrar puntos blandos. Si miras dentro de las mitades, notarás que estas tienen múltiples capas hojaldradas y con un gran parecido a las cebolletas. Solo las partes más blandas de la citronela son buenas para cocinar. Por ello, usa la uña del pulgar e hinca el interior y las capas exteriores para encontrar puntos blandos.[5]
    • Asimismo, usa el pulgar y presiona a lo largo del núcleo de capas gruesas que forman el tallo cortado a la mitad. Notarás que la mayor parte de la base es demasiado firme como para comerla.
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    Retira el núcleo grueso y las duras capas exteriores de la citronela. Toma el cuchillo de cocina y corta las partes duras del núcleo. Terminarás cortando algo de 5 cm (2 pulgadas) en la mayoría de tallos. Luego, retira las duras capas exteriores de la citronela, aquellas que no pudiste marcar fácilmente con la uña del pulgar. En la mayoría de los casos, terminarás desechando 1 o 3 de las capas exteriores.[6]
    • Repite el proceso con la segunda mitad de citronela. Debes retirar aproximadamente la misma cantidad de núcleo y de capas exteriores en ambos tallos.
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    Troza el resto de tallo de citronela en pedazos de 6 mm (1⁄4 de pulgada). Las dos pequeñas mitades de tallo que te quedaron deben ser blandas y comestibles. Coloca una mitad sobre la tabla de cortar y usa el cuchillo para cortarla en trozos pequeños. En lugar de levantar el cuchillo y moverlo después de cada corte, solo desliza la citronela bajo la hoja. Cada sección que cortes debe tener solo 6 o 3 mm (1⁄4 o 1⁄8 de pulgada) de largo.[7]
    • Asimismo, troza el segundo tallo de citronela. Procura no cortarte los dedos con el cuchillo de chef.
    • ¡En este punto, la citronela está completamente cortada y lista para usarse en los platillos de tu elección!
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    Guarda los trozos de citronela en el refrigerador hasta por 3 semanas. Si no vas a consumir toda la citronela de inmediato, sella los trozos sobrantes en una bolsa de plástico. Coloca la bolsa en el refrigerador, en un lugar donde puedas verla y no te olvides de ella. Aunque la mayor parte de la citronela seguirá en buen estado durante 3 semanas, los tallos trozados que ya eran antiguos cuando los compraste podrían ser comestibles solo por 2 semanas.[8]
    • Si no tienes una bolsa de plástico a la mano, puedes envolver los restos de citronela en un pedazo de papel film delgado.
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    Congela la citronela hasta por 6 meses para un uso a largo plazo. Al igual que la citronela trozada, congela la citronela cortada en una bolsa hermética. Guardar la citronela cortada en el congelador es una buena idea si piensas cocinar muchos platos tailandeses durante un largo periodo de tiempo, y no quieres cortar citronela varias veces a la semana.[9]
    • Recuerda anotar la fecha en la bolsa, de modo que sepas cuando la congelaste. Escribe algo como: “Citronela trozada. 1 de mayo del 2019”.
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Método 2
Método 2 de 2:
Escoger tallos de citronela

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    Huele los tallos de citronela para escoger el que tenga más fragancia. Los tallos con mayor fragancia también tienen más sabor. No te avergüences: toma un manojo y huele bien la base y el tallo. Un buen manojo debe tener una fragancia aromática con un ligero toque de limón. Algunos consideran que la citronela fresca tiene incluso un ligero olor a jabón.
    • Aunque muchos supermercados venden tallos de citronela precortados y trozados en pequeños cubos, es mejor dejarlos en la estantería. La citronela precortada suele haber perdido la mayor parte de su potente sabor.
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    Busca tallos con bases de color verde claro y puntas de color verde oscuro. La base de un tallo de citronela se parece un poco a la base de las cebolletas o chalotas. Las bases de los tallos más sanos y sabrosos tendrán un tono blanco verdoso pálido. Cuando la base se divida en varios tallos, el color verde debería ser más oscuro. Este es un buen indicio de que el tallo está fresco y tiene mucho sabor.
    • Si toda la longitud del tallo es verde claro, es probable que no tenga mucho sabor y quizás esté en mal estado o en camino de estarlo.
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    Busca tallos que estén bien agrupados y firmes al tacto. En una citronela sana, los múltiples tallos que salen de la base deben estar bien agrupados. No debe haber espacios visibles entre tallos. Esta es una señal de lo fresca que está la citronela e indica que tendrá un buen sabor.[10]
    • Si los tallos parecen estar desprendiéndose o están sueltos y blandos al tacto, es probable que no estén en buenas condiciones y no tendrán un buen sabor.
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Cosas que necesitarás

  • 1 manojo de citronela
  • cuchillo de cocina
  • tabla de cortar
  • bolsas de plástico (opcional)
  • contenedor de plástico (opcional)
  • marcador indeleble (opcional)
  • contenedor de composta (opcional)

Consejos

  • Si no tienes tiempo para cortar los tallos de citronela después de comprarlos, puedes guardarlos sin cortar dentro del congelador hasta por 6 meses. Colócalos en una bolsa hermética o en un contenedor de plástico, y marca la fecha con claridad.[11]
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