Rehabilitar a un gato que ha sido maltratado físicamente es una tarea inmensamente satisfactoria, pero requiere de una gran de paciencia. Si tienes en casa a un gato que ha sido maltratado, es poco probable que el gato socialice con las personas por voluntad propia. Debido a sus experiencias pasadas, asocia a los humanos con el dolor y les hace frente, ya sea escondiéndose para evitarlos o volviéndose agresivo cuando se acercan.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Crear un entorno seguro y calmado

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    Haz que el veterinario revise al gato tan pronto como lo lleves a tu casa. Cuando llevas un gato maltratado a una casa por primera vez, es una buena idea hacer que un veterinario lo revise.
    • Pídele al veterinario que revise si sus heridas físicas están completamente curadas y si existen algunos lugares que aún sean sensibles o dolorosos para el gato.
    • Esto te permite juzgar sus necesidades médicas y asegurar que se ha completado cualquier tratamiento que haya seguido. También te ayuda a saber si existen algunas partes de su cuerpo que debes evitar tocar.
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    Dale al gato todo lo que necesite. Lleva el gato a casa y ubícalo en una habitación tranquila que tenga todo lo que necesite. Esto incluye comida, agua, una cama y una caja de arena. Dale juguetes pero no te sientas mal si los ignora por varias semanas.
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    Dale tiempo al gato para que pueda adaptarse a su nuevo entorno. Esta primera etapa se centra en hacer que el gato se sienta seguro en su nuevo entorno, incluso si el espacio es relativamente pequeño.
    • Está bien dejar la puerta abierta siempre y cuando no hayan mascotas ruidosas alrededor que invadan su espacio y lo molesten. Si este es el caso, entonces cierra la puerta.
    • A medida en que recupera la confianza, investigará libremente el resto de la casa a su propio ritmo.
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    Asegúrate de que la habitación tenga muchos lugares para que el gato pueda esconderse. Los gatos se sienten seguros si están protegidos por todos lados pero pueden ver hacia afuera. Esta es la razón por la que los gatos aman tanto las cajas de cartón. Proporciónale una variedad de guaridas, tal vez cajas de diferentes tamaños que se encuentren de costado y haz que sean cómodas al agregarles una manta o un forro polar.
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    Permítele al gato que se esconda. Es posible que le tome días, semanas o meses dejar de esconderse pero recuerda que estás siguiendo su ritmo y no el tuyo.
    • Sin embargo, una vez que se dé cuenta de que este entorno es muy diferente al hogar abusivo, empezarás a notar cambios en él.
    • El primer paso es que él se dé cuenta de que existe un lugar en el que definitivamente estará seguro (su escondite) y una vez que tenga confianza en ello, es posible que empiece a explorar más ampliamente.
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    Asegúrate de que el gato pueda acceder fácilmente a la comida y el agua en su escondite. Los recursos, como la comida y el agua, son bienes de alto valor para un gato. Es probable que en el hogar abusivo estos se retuvieran o que haya sido muy peligroso salir a buscarlos. Por lo tanto, el estrés del gato se reduce enormemente si puede obtener estos recursos de manera fácil.
    • Si se esconde debajo de una cama, coloca un platillo de croquetas cerca de la esquina para que pueda comer sin tener que cruzar una habitación tenebrosa y desconocida para poder llegar a su comida.
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    Siempre deja que el gato tenga una ruta de escape. Si sale de su escondite, ten cuidado de no pararte entre él y su lugar seguro. Si le parece que le han cortado su ruta de escape es posible que entre en pánico.
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    No fuerces al gato a socializar con otras personas. Si descubres que el gato no confía en las personas, nunca lo obligues a socializar. Colócalo en su habitación segura cuando tus amigos vayan a tu casa o asegúrate de que ellos sepan que no deben mirar o acercarse al gato. Esto por lo menos reducirá la amenaza si el gato la percibe.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Conocerse el uno al otro

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    Evita intentar hacer contacto con el gato durante los primeros dos a tres días. Durante los primeros dos a tres días minimiza el contacto con el gato. Asegúrate de que tenga todo lo que necesite y que la caja de arena esté limpia, cambia su agua y llena su plato de comida, pero solo eso.
    • Permítele acostumbrarse a las nuevas vistas, sonidos y olores a su alrededor. Está bien si quiere salir voluntariamente e investigar, pero si no, entonces déjalo hacer lo que quiera.
    • Siempre habla con una voz gentil y calmada, incluso cuando te agreda y se ponga violento contigo.
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    Evita hacer contacto visual. Nunca confrontes al gato mirándolo fijamente en su escondite. El contacto visual directo hace que un gato se sienta amenazado porque en el lenguaje de los gatos, una mirada fija directa es un desafío de autoridad.
    • Para ellos, mirar fijamente es una señal de que el gato que la hace quiere ser el jefe, y esto es lo último que un gato maltratado necesita en una nueva casa donde quieres que se sienta en confianza y seguro.
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    Empieza a construir una relación al sentarte en la misma habitación que el gato. Después de que hayan pasado de dos a tres días, pasa algo de tiempo en la misma habitación que el gato. Coge un buen libro y una bolsa de bocadillos para gatos, siéntate a leer y ten algunos bocadillos en tu mano.
    • La idea es permitir que se acostumbre a tu compañía y vea que no estás haciendo nada más, aparte de sentarte tranquilamente.
    • En algún momento, si se siente lo suficientemente valiente, es posible que salga de su escondite.
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    Arrójale un bocadillo. Permite que te vea por un par de minutos y luego arrójale un bocadillo en su dirección. Si lo come, genial, pero si regresa a su escondite, no te preocupes. Se espera que esto pase.
    • Esta es la etapa en la que se necesita mucha paciencia, porque tendrás que estar preparado para sentarte de esta forma todos los días por una hora o más si es necesario.
    • Incluso puede tomarles semanas a algunos gatos para tener la confianza para empezar a comer los bocadillos.
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    Atrae al gato cerca de ti con un rastro de bocadillos. Una vez que el gato tome un bocadillo que esté lejos, empieza a dejar el bocadillo un poco más cerca cada vez, estableciendo un camino que lo atraiga cerca de ti.
    • Básicamente, el propósito es hacer que se acerque lo suficiente para comer el bocadillo de tu mano y que te permita en algún momento acariciarlo gentilmente.
    • De esta forma, haz que el gato siga los bocadillos. Esto ayudará a que te asocie con cosas placenteras.
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    Considera echarte en el piso para evitar intimidar al gato. Un consejo para ganar la confianza del gato cuando se aventure a salir de su escondite es echarte en el piso.
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    Cuando un humano está de pie, es una vista impositiva para un gato. Si te echas en el piso, te ves menos intimidante lo que hace que, para el gato, sea más seguro acercarse.
    • No olvides mantener esos bocadillos a la mano para que puedas colocarlos en el suelo conforme el gato se acerque.
    • Como se mencionó anteriormente, mientras el gato explora, nunca cortes su ruta de escape en caso de que necesite regresar precipitadamente.
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    Sé paciente. Recuerda que detrás del miedo y la timidez está un gato adorable que necesita volver a aprender a tener confianza en sí mismo y confiar en los demás. Esto toma tiempo pero si eres paciente y amable, los gatos pueden devolverte esa amabilidad por mil veces. En los meses por transcurrir, se podrá obtener mucho placer al reconocer el inmenso cambio que se puede lograr en estos animales.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Lidiar con comportamientos negativos

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    Identifica a qué le tiene miedo el gato para que puedas evitarlo. La agencia de rescate puede darte alguna idea del tipo de abuso que sufrió el gato. Si no es así, observa cómo reacciona y a qué parece temerle más. Una vez que hayan identificado sus temores, puedes realizar pasos para evitar exponerlo a estos.
    • Cuando el gato esté asustado, sus ojos se dilatarán y las pupilas crecerán y se tornarán oscuras. Es posible que el pelaje de su cabeza se erice, que mantenga su cola recta y que su pelaje esté erizado, así que se verá como una escobilla. Colocará sus orejas hacia atrás y las apegará a su cráneo.
    • Si puede huir, es probable que se escabulla manteniéndose cerca del piso y moviéndose rápidamente. Si se siente atrapado, arqueará su espalda, bufará y escupirá.
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    Evita tocar las "áreas prohibidas" del gato. Las "áreas prohibidas" son comunes en gatos maltratados. Por ejemplo, si a un gato le golpearon y rompieron la pelvis anteriormente, no sabrá que ser acariciado en las caderas es algo placentero, sino que lo asociará con dolor. Por lo tanto, es muy probable que bufe o trate de huir cuando le vayas a tocar allí.
    • Si sabes dónde no le gusta que lo toquen, respétalo y no intentes acariciarle allí. No insistas en forzar el contacto físico en esa área con la idea errónea de que se acostumbrará.
    • Tal vez en los próximos años te permita hacerlo, pero hasta entonces necesitas ganar su confianza, ¡y eso significa que debes hacer exactamente lo que él quiere!
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    Lidia con el comportamiento dependiente. Algunos gatos rescatados se vuelven dependientes de sus nuevos dueños. El dueño representa seguridad y el gato tiene miedo de que lo abandones.
    • Si este es el caso, coloca algunas de tus prendas de vestir en su cama para que tenga tu esencia para consolarse.
    • Algunas veces incluso ayuda tener otra mascota para que le haga compañía. Esto también ayuda al gato maltratado ya que verte interactuar gentilmente con otro animal lo tranquiliza.
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    Lidia con cualquier agresión. Algunos gatos fueron tan maltratados que se volvieron agresivos. Estos gatos pueden ser peligrosos ya que pueden infringir las reglas normales de los gatos de no agredir, a menos que se les provoque, y podrían atacarte solo porque te has acercado. Para él, el hecho de que te acerques puede ser una provocación.
    • Parte de la dificultad con este tipo de agresión es que es impredecible. Es posible que estos gatos no te den las típicas señales de advertencia como gruñir, bufar, sacudir su cola, aplanar sus orejas y dilatar sus pupilas. En lugar de ello es posible que te ataquen sin advertirte.
    • Sin embargo, muchos de estos gatos pueden ser persuadidos con paciencia y tiempo. Su agresión se basa en el miedo, y atacar es su mejor forma de defensa. Se requiere que los gastos sepan que no hay presión para obtener sus recursos y que aprendan a confiar en las personas para que puedan volverse menos agresivos.
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    Considera que la seguridad sea lo primero. No puedes forzar al gato a no ser agresivo, como se mencionó anteriormente, es una cuestión de enseñarle que no eres una amenaza.
    • Si tienes dudas, aléjate del gato, no lo retes para probar que no estás intimidado. Eso provocará que el gato te arañe o muerda y que esté muy enfadado.
    • En lugar de ello, retírate y permite que se calme.
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    Usa feromonas felinas para reducir los niveles de estrés del gato. No existen atajos milagrosos, pero las feromonas faciales felinas por lo menos pueden ayudar a reducir los niveles de estrés del gato.
    • Las feromonas son químicos que el gato libera cuando se siente relajado y feliz. Los gatos producen estas feromonas naturalmente para comunicarse entre ellos, pero existen versiones sintéticas disponibles a la venta. Por ejemplo, Feliway.
    • Echa Feliway en su cama o utiliza el difusor Feliway en la habitación en la que pasa la mayor parte del tiempo, ya que esto le ayuda a tranquilizarse. Las feromonas marcan el área como un lugar relajado. Es parecido a poner música relajante y llenar el aire con lavanda en un spa.

Consejos

  • Las reglas básicas para cuidar a un gato maltratado son proporcionarle al gato todo lo que necesite (comida, agua, un lugar para dormir y una caja de arena) sin que tenga que esforzarse para conseguirlo, y proporcionarle un entorno calmado y tranquilo para que pueda ganar confianza.

Advertencias

  • La mayoría de los gatos maltratados que se han liberado de la situación abusiva, responden retirándose a un lugar que perciben como seguro, se alojan allí y están reacios a salir. Desconfían de las personas, son tímidos y depresivos. Si intentas consolar a un gato maltratado en su guarida, incrementarás su estrés y es posible que te ataque de forma agresiva.
  • Incluso con meses de rehabilitación, el daño psicológico causado por el abuso puede ser demasiado grande para que el gato se integre totalmente en una vida familiar normal.

Referencias

  1. Comportamiento felino: guía para veterinarios. Bonnie Beaver. Editorial Saunders. Segunda edición.

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