Si tienes fama de odiar a todo el mundo o si tus padres o tus amigos te han pedido alguna vez que dejes de ser tan negativo, es posible que haya llegado el momento de abandonar esta actitud y desarrollar una perspectiva más positiva. Para dejar de odiar a los demás, tendrás que prestar atención a todas las cosas buenas que hay en tu vida, además de esforzarte por apreciar lo que otras personas puedan ofrecerte. Aunque es posible que nunca llegues a ser la persona más sociable del mundo, puedes hacer un esfuerzo para dejar de odiar a los demás, dándole una oportunidad al amor y al entendimiento.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Deja de odiar a todo el mundo

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    Piensa bien de los demás en lugar de pensar lo peor. Probablemente, una de las razones por las que odias a todo el mundo sea que das por hecho que todos los que te rodean está ahí para hacerte daño, enfadarte o molestarte de alguna forma. Deja de ver a los demás como una molestia o una amenaza, y aprende a aceptar a las buenas personas que te rodean. De esta forma, acabarás dándote cuenta de que los demás pueden ayudarte a mejorar tu vida si les dejas.
    • Por supuesto, no todo el mundo va a mejorar tu vida, y cuando estés en el metro, atrapado entre la multitud, probablemente te sientas como si todas esas personas estuviesen ahí solo para molestarte. Sin embargo, se le das una oportunidad a cada persona por separado, verás que ninguna es tan mala como piensas, después de todo.
    • Para practicar, intenta dar por hecho que toda aquella persona que te hable tiene las mejores intenciones, en lugar de pensar lo contrario. Por supuesto, si un desconocido se te acerca en un callejón oscuro, deberás estar alerta y a la defensiva (por lo que pueda pasar), pero si tu compañero del trabajo o tu vecino te invitan a tomar una taza de café, deberás dar por hecho que solo quieren ser tus amigos, en lugar de pensar que hay alguna intención oculta por la que quieran pasar un rato contigo.
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    Aprende a disfrutar de las conversaciones banales. Es posible que también odies a los demás simplemente porque sueles verte obligado a hablar con ellos cuando preferirías estar solo. Bien, si este es tu punto de vista, es muy probable que sigas odiando a todos para siempre. En lugar de pensar de esta forma, aprende a disfrutar de las conversaciones y a conectar con otras personas en lugar de mirar a cualquiera que te hable como si estuviese haciéndote perder el tiempo o como si nada de lo que dijese te importara.
    • Sonríe más y sé simpático. Demuéstrale a la gente que estás dispuesto a conversar. De esta forma, los demás serán más sinceros contigo.
    • Busca una forma de encontrar cosas que tengas en común con la gente. De esta forma, comprobarás que no eres tan diferente de los demás como pensabas.
    • Ten en cuenta que no hay nada insignificante en las conversaciones banales. Estas conversaciones son necesarias para construir relaciones más profundas y llegar a conocer bien a la gente.
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    Haz cumplidos. Está claro que hacer cumplidos probablemente sea lo último que te interese si odias a los demás. Sin embargo, precisamente por eso debes acostumbrarte a alagar de forma sincera a las personas que verdaderamente te importen. Acostúmbrate a hacerle al menos uno o dos cumplidos al día a un conocido o a un extraño para demostrar que le prestas atención. Esto te ayudará a ser una persona más positiva y a mirar las cualidades buenas de los demás.
    • Además, nunca se sabe. Un cumplido cualquiera podría alegrarle el día a alguien, y hacerlo no cuesta nada. Tal vez tus palabras de halago sean la única interacción positiva del día para esa persona.
    • Si se trata de una persona a la que conozcas mejor, hazle cumplidos relacionados con su personalidad en lugar de hacer solo observaciones superficiales.
    • Además, cuanto mayor sea el número de personas a las que halagues, más atención y respuestas positivas recibirás de la gente, por lo que crearás energía positiva y disminuirás el odio en el universo.
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    Ábrete a la gente. Aunque pienses que abrirte a la gente es lo último que debes hacer si eres un misántropo autoproclamado, tal vez descubras que al abrirte un poco a los demás tienes más posibilidades de encontrar comprensión, compasión y amistad. De esta forma, no sentirás tanto odio hacia la gente y verás que merece la pena esforzarse para hacer nuevos amigos en el mundo.
    • No tienes por qué desnudar tu alma ante la primera persona que veas. Sin embargo, si te abres poco a poco a tus conocidos, esas relaciones podrían acabar convirtiéndose en amistad.
    • Tal vez te sientas como si odiases a los demás porque eres una persona solitaria que no es capaz de relacionarse con nadie. Sin embargo, si hablas más con la gente, verás que no eres tan diferente de ellos como piensas.
    • Cuando te abras a los demás, asegúrate de hacerles preguntas sobre ellos también. De esta forma, te resultará más fácil conectar con la gente.
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    Piensa en todas las formas en que la gente puede ayudarte. Otra forma de dejar de odiar a todo el mundo consiste en darse cuenta de que la mayoría de la gente que nos rodea puede ser un recurso sin explotar. Tu hermano mayor puede ayudarte a rellenar la solicitud para entrar en la universidad, tu profesor puede ayudarte a comprender la historia mundial, y tu amigo puede ayudarte a hacer unas galletas de chocolate perfectas. Si crees que todos los que te rodean están ahí simplemente para hacer de tu vida algo miserable, seguirás odiando a la gente, inevitablemente.
    • Una forma de entender que las personas pueden ser un gran recurso de ayuda para ti consiste en hablar más con ellas. Hablar más con la gente te hará ver cuánto pueden ofrecerte. Tal vez no descubras, por ejemplo, que tu vecino es un genio de las matemáticas hasta que no hables más con él.
    • Si los demás te ayudan, deberás ayudarles tú a ellos a cambio. De esta forma, te sentirás más conectado con la gente y serás menos propenso a odiar a los demás.
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    Haz actividades de voluntariado. Tal vez ofrecerte como voluntario para ayudar a otras personas sea lo último que quieras hacer si odias a todo el mundo. Sin embargo, si haces el esfuerzo de preocuparte por alguien más que por ti mismo y de colaborar para que tu comunidad mejore y crezca, pronto te acercarás a una perspectiva más empática, y empezarás a querer a los demás en lugar de odiarlos. Ya enseñes a otras personas a leer en una biblioteca local o trabajes como voluntario en una casa de acogida para perros, pronto te sentirás más conectado con el mundo a través de un simple acto de caridad.
    • Además, conocerás a otra gente que te ayudará a desarrollar una perspectiva más positiva y a dejar de verlo todo negro.
    • Con solo hacer unas cuantas actividades de voluntariado al mes podrás sentirte más abierto de mente y cambiar tu forma de ver el mundo.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Deja de odiar a una persona en concreto

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    Abandona tus sentimientos. Para dejar de odiar a una persona determinada, ya sea un antiguo amigo o un ex novio, es importante ser abierto y honesto con tus sentimientos antes de poder deshacerte de ellos. Habla con un amigo cercano de ello, escribe cómo te sientes o, simplemente, asegúrate de ser abierto y honesto respecto a los motivos por los que odies a esa persona. Tal vez descubras que, en realidad, esa persona no ha hecho nada malo, o que la verdadera razón para la que la odias no es la que pensabas.
    • Si te niegas a admitir el motivo por el que odias a esa persona, nunca serás capaz de lidiar con tus sentimientos negativos. Cuanto antes dejes que tus sentimientos salgan, antes empezarás a sentirte mejor.
    • Si sientes ganas de llorar, no tienes por qué avergonzarte de ello. Haz lo que necesites hacer para lidiar con la causa de tu odio.
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    Habla con la persona si crees que eso puede serte útil. Si la persona a la que odias fue en su momento un buen amigo o alguien importante para ti y crees que mantener una conversación constructiva puede ayudarte a sentirte mejor, deberás encontrar el momento y el lugar adecuados para hacerlo. Tal vez consigas llegar a una situación de entendimiento, cerrando un asunto pendiente, e incluso sientas alivio al poder expresar tus sentimientos y escuchar lo que la otra persona tenga que decir al respecto. Aunque esta conversación no sea una experiencia agradable, podrá ahorrarte meses de preocupación.
    • Sé abierto y honesto a la hora de expresar tus sentimientos. Di todo lo que tengas que decir, siempre y cuando no insultes a la otra persona ni alimentes el drama. Te sentirás mejor al dejar salir todos esos sentimientos.
    • Si la otra persona no quiere hablar contigo, no tiene sentido forzar la conversación. Simplemente acabarás sintiéndote más frustrado si la otra persona no quiere hablarte.
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    Aprende a perdonar. Las personas que tienden a odiar a los demás suelen pasar el tiempo enfadados o molestos por el daño que otra gente les ha hecho. Por supuesto, si realmente te han hecho daño, es importante que entables una conversación sobre el tema y que expongas tu punto de vista, pero si sueles ser rencoroso y nunca aceptas realmente las disculpas ni escuchas a los demás cuando piensas que han cometido un error, nunca serás capaz de superar tu odio.
    • Trabaja para fomentar la empatía e intentar analizar la situación metiéndote en la piel de la otra persona. Intenta descubrir por qué motivo te ha hecho daño esa persona.
    • Asegúrate de escuchar realmente a la persona que te pida perdón. Si no estás preparado para escuchar sus disculpas, pídele algo de tiempo para calmarte.
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    Evita cotillear sobre esa persona. Aunque tal vez pienses que propagar tu odio por determinada persona puede ayudarte a superar la situación, si lo haces solo conseguirás sentirte peor en general. Es posible que, al hablar del tema, la otra persona te dé la razón y refuerce tus sentimientos negativos, por lo que acabarás pensando que tu odio está justificado. Además, hablar de cuánto odias a alguien solo hará que te sientas más irritado y lleno de odio.
    • Por supuesto, si estás en una situación complicada con la persona en cuestión y realmente necesitas consejo, puedes hablar con alguien sobre el tema. Pero si solo quieres quejarte, cotillear y empeorar la situación, hablar del tema no te ayudará precisamente a superar tu odio.
    • Además, si esa persona se entera de que estás cotilleando sobre ella, es posible que empiece a hablar mal de ti también, lo cual no hará más que alimentar este círculo cerrado de odio.
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    Préstale más atención a la gente que te guste. Una forma de intentar desviar la atención de esa persona a la que no soportas consiste en pasar más tiempo con gente que te guste. Aunque seas ese tipo de persona que odia prácticamente a todo el mundo, debe de haber al menos una o dos personas en tu vida que realmente te gusten. Haz el esfuerzo de pasar más tiempo con esas personas y de pensar en toda la felicidad que aportan a tu vida. Esto te ayudará a olvidar a la persona a la que tanto odias, o a superar tus sentimientos negativos hacia ella mucho más rápido que si lo intentas por ti mismo.
    • Evita hablar de la persona a la que odias. Intenta ser positivo y no dejarte llevar por tu odio, empeorando la situación.
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    Haz cosas que te hagan feliz para superar tu odio. Una forma de dejar de odiar a alguien en concreto consiste en concentrarse en algo bueno. Puede ser practicar yoga, salir por ahí con amigos, cocinar, centrarse en los estudios, leer por placer, pasear o hacer cualquier cosa que te haga sonreír. Si no tienes nada que hacer aparte de pensar en cuánto odias a esa persona, probablemente sigas reteniendo esos sentimientos negativos durante mucho tiempo.
    • Aunque puede ser difícil distraerte cuando odias a alguien, hacer un esfuerzo para superar tus sentimientos negativos y ocuparte de otras cosas puede ser mucho más eficaz que sentarte y seguir preocupado.
    • Intenta hacer algo no te haga pensar en la persona a la que odias y que no alimente tus sentimientos negativos.
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    Ten en cuenta que esto puede llevar tiempo. Debes ser paciente y dejar algo de tiempo para que tu odio por esa persona empiece a desaparecer. Es probable que tengas que tomarte algo de tiempo para asimilar y aceptar totalmente lo que haya pasado antes de seguir adelante. No te frustres contigo mismo si necesitas varias semanas o, incluso, meses, para cruzarte con esa persona sin sentir odio hacia ella, o incluso ira. Esto es totalmente normal.
    • Si la persona a la que odias y tú están en el mismo círculo social o salen por los mismos sitios, intenta evitarla en todo lo posible hasta que seas capaz de controlar la situación.
    • Si te ves obligado a ver a esa persona regularmente (por ejemplo, en clase), tendrás que hacer un esfuerzo por ignorarla o por ser lo más cordial y prudente que te sea posible.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Desarrolla una perspectiva positiva

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    Medita. Aunque la idea te parezca cursi, o demasiado mística, la meditación puede ayudarte realmente a encontrar la paz contigo mismo y con el mundo. Esta práctica puede ayudarte a abrir tu mente a una perspectiva más generosa y positiva, y a dejar pasar los pequeños problemas sin importancia. Con solo acostumbrarte a meditar entre 10 y 20 minutos al día, podrás hacer que cada jornada brille más, y no sentirás tanto odio por todo aquel que se encuentre a tu alrededor. Aquí tienes los pasos que debes seguir:
    • Busca un sitio tranquilo y silencioso, y siéntate en el piso.
    • Cierra los ojos y concéntrate en relajar todas las partes de tu cuerpo de una en una.
    • Concéntrate en la respiración, pensando en el aire que sale y entra en tu cuerpo.
    • Esfuérzate por evitar cualquier pensamiento, preocupación o queja que ocupe tu mente.
    • Haz este ejercicio una o dos veces al día durante 10 minutos como mínimo, hasta que empieces a sentirte en paz, relajado y dejes de juzgar tanto a los demás.
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    Pasa algo de tiempo en la naturaleza. Pasar algo de tiempo rodeado de naturaleza puede ser eficaz para sentirse más agradecido y olvidarse de los pequeños problemas. Pasar solo unas horas a la semana sentado en el parque, salir de paseo por el bosque, caminar por la playa o sentarte a observar un apacible lago te ayudará a darte cuenta de lo pequeño que eres dentro del contexto que te rodea, y verás que el mundo es demasiado grande y hermoso como para malgastar la mayor parte de tu tiempo odiando a personas que no han hecho nada malo.
    • Puedes hacer esto solo para sentirte tranquilo y meditar durante la experiencia. Evita cualquier pensamiento negativo y concéntrate en el presente y en disfrutar del mundo que te rodea.
    • También puedes llevar a algún amigo que vaya contigo a pasear, hacer senderismo o salir a correr, y disfrutar tanto de la naturaleza como de la compañía de otras personas.
    • No tienes por qué ser un gran aficionado a las actividades al aire libre para salir de casa. Si no te gusta nada el senderismo, ve simplemente a dar un paseo por el vecindario y ver cómo las hojas de los árboles cambian de color o cómo se abren las flores.
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    Haz una lista de agradecimiento. Si piensas en todas las cosas por las que debes estar agradecido, desarrollarás una perspectiva más positiva y no serás tan propenso a odiar a los demás. Dedica solo 15 minutos al día a sentarte y escribir todas las cosas por las que debas estar agradecido. Puedes incluir cualquier cosa, desde tu salud hasta tu gatito, o tu amable y servicial vecino, Miguel. Nade es demasiado insignificante para hacer que te sientas agradecido, así que asegúrate de incluir hasta el más mínimo detalle por el que debas sentir gratitud.
    • Tómate tu tiempo para revisar la lista. Léela en voz alta si lo necesitas. Esto te ayudará a reafirmar que debes dejar de sentir tanto odio hacia los demás y que tienes muchos motivos para ser feliz.
    • Acostúmbrate a añadir elementos a la lista una vez a la semana. De esta forma, comprenderás que debes convertir la gratitud en un hábito.
    • Pega la lista sobre la cama si quieres. Esto te ayudará a mantener una actitud positiva.
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    Pasa tiempo con otras personas positivas. Otra forma sencilla de desarrollar una perspectiva positiva consiste en pasar más tiempo con personas que estén felices consigo mismas y con el mundo que les rodea. La felicidad es contagiosa, y si pasas más tiempo con personas que te hagan reír, hablando de cosas que les gusten, y te hagan sentirte mejor contigo mismo, te resultará más fácil sentirte bien con el mundo y dejar de odiar a los demás.
    • Piensa en esto: ¿La mayoría de tus amigos te desanima y alimenta tu actitud negativa? Si es así, aunque no debas renunciar a ellos por completo, tendrás que buscar gente más positiva con la que pasar el tiempo.
    • Aunque no te guste hacer vida social, debes intentar pasar algo de tiempo con personas optimistas al menos una vez a la semana. Esto te ayudará a cambiar tu punto de vista y a comprender que el mundo no va tan mal, después de todo.
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    Refuerza tu confianza en ti mismo. Aunque no quieras admitirlo, es posible que uno de los motivos por los que te cueste tanto superar tu odio sea que una de las personas a las que no soportas eres tú mismo. Pregúntate a ti mismo si realmente te gusta cómo eres y lo que puedes ofrecer a los demás, o si hay algo en lo que puedas mejorar. Después, concéntrate en corregir los fallos que puedas solucionar y en aceptar lo que no puedas cambiar, esforzándote por recordar constantemente todas las cosas buenas que puedes ofrecerle al mundo.
    • Reforzar tu seguridad en ti mismo puede llevarte años, pero una vez que hagas el esfuerzo de enfrentarte a tus inseguridades, lo tendrás más fácil para dejar de odiar a los demás.
    • Una cosa que puedes hacer es pasar tiempo con gente que te haga sentirte bien contigo mismo. Si toda la gente que te rodea está desanimándote constantemente, probablemente nunca consigas reforzar tu seguridad en ti mismo.
    • Trabaja para proyectar seguridad a través de tu lenguaje corporal. Mantente erguido, mira a las personas a los ojos, y evita encorvarte o cruzar los brazos sobre el pecho. Deja que la gente vea que estás feliz de ser quien eres.
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    Concéntrate en cosas que te haga ilusión hacer. Si piensas que nunca pasa nada bueno en tu vida, seguirás odiando a todo el mundo, por supuesto. Sin embargo, si buscas algo que te haga ilusión, ya sea pasar el fin de semana con tu familia o iniciar una carrera de medicina una vez que termines la secundaria, te resultará más fácil abandonar tu actitud negativa y a sentirte más feliz con el mundo.
    • Haz una lista con todas las cosas buenas que están por llegar, aunque sea algo tan simple como tu programa favorito al volver de la escuela. Empieza por cosas sencillas y ve ampliando la lista con objetivos más importantes. De esta forma, verás que hay muchas cosas buenas en el mundo, después de todo.
    • Acostúmbrate a hablar sobre las cosas buenas de la vida en vez de sacar solo temas de conversación negativos. Esto te ayudará a ser más extrovertido y optimista. Además, si compartes con los demás las cosas que te gustan, tus amigos te apoyarán y harán que tu entusiasmo crezca aún más.
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    Intenta hacer cosas que verdaderamente te gusten. Serás menos propenso a odiar todo lo que te rodea si pasas más tiempo haciendo algo que verdaderamente te importe. Puede tratarse de tocar el violín, trabajar en una novela, entrenar para un maratón, o arreglar el jardín. No tienes que ser el mejor en la actividad que más te guste. Si sacas tiempo para practicar regularmente alguna actividad que te guste realmente, dejarás de sentir tanto odio por los demás.
    • Si no hay nada que tenga sentido en la vida para ti, seguirás siendo una persona negativa. Sin embargo, si pasas aunque sea media hora o una hora al día haciendo algo que verdaderamente te guste, desarrollarás una actitud más positiva en general.
    • Si crees que no hay nada que te guste realmente, es posible que esta apatía sea parte del problema. Intenta buscar clases nuevas, preguntarle a la gente por sus aficiones, y prueba a inscribirte en alguna actividad de la que puedas disfrutar al salir del trabajo o de la escuela para ver si encuentras algo que sea de tu agrado.

Consejos

  • Ríete de tus sentimientos negativos y de todo aquello contra lo que estés luchando.
  • Nunca seas demasiado emocional.
  • No hagas ver que estás preocupado.
  • Ten confianza en ti mismo.


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Categorías: Control de la ira