La tartamudez (o disfemia) es un trastorno del habla que hace que el habla sea discontinua o que tenga un ritmo y una frecuencia interrumpidos. Las palabras se pueden prolongar o repetir, a veces acompañadas de signos físicos de dificultad, como parpadeo rápido de los ojos o temblor en los labios.[1] La tartamudez puede afectar a personas de todas las edades, aunque generalmente ocurre en niños varones.[2]

Método 1
Método 1 de 2:
Reducir los efectos de la tartamudez

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    Visita a un médico o a un patólogo del habla y el lenguaje. Los profesionales de la salud y los especialistas en problemas del habla pueden trabajar contigo o con tu hijo para superar los efectos de la tartamudez. Es mejor empezar el tratamiento lo más rápido posible que postergarlo, pues realizarlo más adelante en la vida puede ser más complicado. Ponte en contacto con el médico si notas cualquiera de los siguientes aspectos de la tartamudez:
    • Aparece durante la adultez.
    • Cualquier tensión muscular o dificultad visible para hablar.
    • Si afecta la vida social, la vida laboral o la calidad de vida.
    • Cualquier tartamudez que cause ansiedad, temor o pérdida de la autoestima requiere de tratamiento.
    • Si dura por más de seis meses.
    • Si ocurre con otros problemas del habla.
    • Si notas que empeora ya sea en ti mismo o en tu hijo.
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    Practica la fluidez controlada. Hablar rápido o de manera apresurada puede tener un efecto en la cantidad de tartamudez que se produzca en la conversación. Al disminuir la velocidad y al hablar de forma deliberada, una persona puede aprender con exactitud cuándo y qué es lo que desencadena la tartamudez.[3] [4]
    • Habla de manera lenta y sencilla. Trata de decir palabras de una sílaba, una a la vez. Trata de pronunciar cada palabra claramente antes de pasar a la siguiente.
    • Controla la manera en que hablas a medida que lo hagas y busca qué palabras o estados mentales pueden hacer que la tartamudez ocurra o empeore.
    • No temas hacer pausas o guardar silencio al hablar. Trata de ir a tu propio ritmo a medida que practicas.
    • Practica las palabras que notes que sean problemáticas.
    • Aumenta gradualmente la extensión de las palabras y de las oraciones. Con el tiempo, tendrás que esforzarte en implementar palabras problemáticas al hablar.
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    Pregúntale al médico acerca de los dispositivos electrónicos que reducen la tartamudez. Hay dos tipos principales de dispositivos actualmente que pueden ayudar con los problemas de tartamudez. Algunos de estos son lo suficientemente pequeños como para que una persona que tartamudea pueda usarlos durante el día.[5]
    • Un dispositivo reproduce con retraso la voz de una persona en un auricular. Este retraso hace que la persona disminuya la velocidad del habla, lo cual puede reducir la tartamudez.
    • Otro método hace que tu voz se escuche como si estuviera al unísono con la voz de otra persona. Escuchar tu voz de esta manera también puede reducir la tartamudez.
    • También puedes instalar y hacer uso de algunas aplicaciones para combatir la tartamudez que estén disponibles en iOS y Android.
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    Trabaja con un terapeuta cognitivo conductual. Al aplicar las técnicas y las prácticas de la terapia cognitivo conductual, una persona que tartamudea puede aprender qué estados mentales pueden ser responsables de empeorar la tartamudez. Un beneficio adicional de esta terapia es que puede ayudar a reducir la ansiedad, el estrés o los problemas de autoestima que puedan haber surgido a partir de la tartamudez.[6]
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    Relájate al hablar. Tomarte el tiempo para decir lo que quieras decir puede ayudarte a reducir la tartamudez. Trata de darte mucho tiempo al hablar y de permanecer tan calmado como puedas.[7]
    • No cambies siempre las palabras o lo que deseas decir.
    • Tómate tiempo para decir las palabras que deseas usar.
    • La relajación y la reducción de la ansiedad con respecto a hablar puede ayudar a reducir la tartamudez.
    • No fuerces las palabras. Dilas a tu propio ritmo. Forzar las palabras puede hacer que sean más difíciles de pronunciar.
    • Si tartamudeas a la mitad, no te pongas nervioso. Respira hondo y continúa. Haz como si nada hubiera pasado.
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    Descubre cuáles son las causas principales de la tartamudez. Hay tres causas de la tartamudez que se entienden hoy en día. Las dos causas principales se denominan evolutiva y neurogénica. La tercera, y la más rara, se llama psicogénica.[8]
    • La tartamudez evolutiva surge temprano en la vida de un niño, cuando este aprende a hablar. La mayoría de los niños tendrán algún nivel de tartamudez a medida que crecen, pero algunos tendrán problemas que persistan. Además, existe cierta evidencia de que la tartamudez de este tipo es genética y puede ser hereditaria.
    • La tartamudez neurogénica puede surgir después de un problema médico grave, como un accidente cerebrovascular o un traumatismo craneal. Las conexiones entre los centros del lenguaje del cerebro y los músculos que se emplean para hablar se debilitan o se desconectan.
    • La tartamudez psicogénica es producto de la exposición a un suceso emocionalmente traumático.
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Método 2
Método 2 de 2:
Hablar con alguien que tartamudea

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    No termines las oraciones. Si hablas con alguien que tartamudea, puedes sentir la tentación de terminar una oración por él. Esto puede ser aún más frustrante para la persona que tartamudea. Evita interrumpirla para terminar lo que creas que está a punto de decir.[9] [10]
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    Mantén las cosas en calma. Al hablar con un adulto o con un niño que sufra de tartamudez, mantener la conversación tranquila y relajada puede ayudar. Hablar despacio y sin prisa, permite que ambos se comuniquen sin presión, lo cual ayuda a reducir los efectos de la tartamudez.[11]
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    Mantente atento durante una conversación. Al hablar con una persona que tartamudea, pon la misma atención y cuidado que pondrías a cualquier conversación. Mantén el enfoque en el orador, haz un contacto visual apropiado y practica buenas técnicas para escuchar mientras hablen.[12]
    • No asumas que sabes lo que va a decir la persona, lo cual hará que pierdas el interés.
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    Bríndale halagos y aceptación a un niño que tartamudee. Si hablas con un niño que tartamudea, nunca lo critiques ni te frustres con él. Tratar mal a alguien que tartamudea solo conducirá a un aumento de los problemas de autoestima y de confianza.[13]
    • Halaga a un niño cuando hable claramente. Si tartamudea, nunca lo castigues ni lo critiques.
    • Acéptalo tal y como es, ofreciéndole estímulo y apoyo.
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Consejos

  • Tómate el tiempo cuando trabajes en reducir la tartamudez o la disfemia. Mejorar puede ser un proceso lento.
  • Mantente positivo a medida que trabajes en reducir la tartamudez.
  • Siempre sé considerado al hablar con alguien que tartamudea. Nunca completes las oraciones por él.
  • Habitúate a leer en voz alta.
  • Siempre respira profundamente antes de hablar.
  • Si tartamudeas mientras hablas, guarda silencio por un momento, respira profundamente y luego sigue hablando.
  • Nunca te burles de las personas que tartamudean por ninguna razón. Se sentirán desanimadas y tartamudearán más.
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Acerca de este wikiHow

Devin Fisher, CCC-SLP
Coescrito por:
Patólogo del habla y lenguaje
Este artículo fue coescrito por Devin Fisher, CCC-SLP. Devin Fisher es un patólogo del habla y el lenguaje que reside en Las Vegas, Nevada. Se especializa en terapia del habla y el lenguaje para personas con trastornos de afasia, deglución, voz, articulación, fonología social-pragmática, habla motriz y fluidez. Además, trata el deterioro de la comunicación cognitiva, retraso del lenguaje y la enfermedad de Parkinson. Tiene una licenciatura y maestría en patología del habla y el lenguaje de la Universidad de Fontbonne. También tiene un sitio web y un blog relacionados donde brinda información y recursos sobre terapia del habla y el lenguaje tanto para médicos como para clientes. Este artículo ha sido visto 4489 veces.
Categorías: Autoayuda
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