Así como los modales, la actitud y los estilos de vestidos cambian con el tiempo, así cambia también el concepto de lo que significa ser una dama. Si bien el término puede parecer anticuado, hay algunos aspectos en el comportamiento de una dama que no cambian: la elegancia, la amabilidad y el respeto a una misma y a los demás. Lee el presente artículo para saber cómo ser una verdadera dama en la actualidad.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Compórtate como una dama

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    Presenta a la gente. Si estás conversando con alguien y otra persona se aproxima, presenta a la persona con la que estabas conversando primero con la que acaba de llegar.
    • En el mundo de los negocios, el orden de presentación depende del nivel de “importancia” de la persona. En otras palabras, depende del puesto en la compañía, por ejemplo, debes presentar primero a la persona con mayor importancia a la persona con menos importancia, y viceversa.[1] Recuerda que el cliente siempre tiene una mayor importancia, independientemente de su título.
    • Agrega algunos detalles sobre la persona que vas a presentar, cuando sea posible. En lugar de solo presentarlo por el nombre, también menciona su título o cómo lo conociste. [2]
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    Di “por favor” y “gracias”. Aunque suena a cliché, olvidar decirlo (incluso por accidente) se notará y se verá de mala educación.[3]
    • Decir “gracias” en cualquier momento funciona a tu favor, demostrará que aprecias a esa persona.
    • Siempre agradece al anfitrión luego de asistir a una fiesta o cualquier ocasión especial en su casa. Considera enviar un mensaje de texto, llamada o correo electrónico agradeciéndole.
    • Siempre agradécele a alguien si te regala algo. Tal vez quieras considerar escribirle a la persona, agradeciéndole.
    • No abuses de las palabras “por favor” y “gracias”. Usarlas excesivamente puede perder su significado y hacerte parecer débil. Por ejemplo, si un mesero saca tu silla para que te sientes, desdobla una servilleta y luego sirve agua a tu vaso, entonces agradécele al final, no después de cada acción.[4]
    • Agrega detalles cuando le agradezcas a otros. En lugar de solo decir “gracias” a un amigo por ayudarte con un problema dile: “Muchas gracias por ser tan comprensivo. De verdad significa mucho para mí”. Así parecerás más sincero.
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    Debes saber cuándo decir “no”. Ser amable no significa ser pasiva y dejar que los demás se aprovechen de ti. Es importante aprender a decir “no” amablemente.[5]
    • Si alguien te ofrece alcohol o un cigarrillo y no estás interesada, entonces agradécele a la persona amablemente y rechaza la oferta. Aceptarla en contra de tu voluntad dará la impresión de que fácilmente te impresionas.
    • Del mismo modo, si un hombre intenta molestarte o se pone físicamente agresivo contigo, entonces defiéndete y dile que se aparte de ti. Si es necesario, busca ayuda.
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    Edúcate. Una dama es elocuente y sabe cómo llevar una conversación. Para lograrlo, deberás leer mucho y mantenerse al día con los sucesos actuales. Esto no necesariamente requiere de una buena educación, aunque alcanzar el máximo nivel de educación que puedas tener será una gran ventaja.[6]
    • Si no estás inscrita en una escuela, entonces busca otras alternativas para educarte. Lee muchos libros (de ficción y no ficción), lee las noticias, asiste a seminarios o debates.
    • Gracias a Internet, mucha gente tiene acceso a artículos académicos de diferentes temas y estos están al alcance de un clic.
    • Muchos campus universitarios permiten que las personas escuchen las clases sin recibir ningún crédito académico. Sin embargo, consúltalo con la universidad antes de aparecer en la clase.
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    Ten una buena postura. Pararse y sentarse derecha son señales de una verdadera dama. Como bono extra, tener buena postura es bueno para la espalda y fortalecerá el torso. Necesitarás un poco de práctica para acostumbrarte, especialmente si sueles encorvarte.[7]
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    Sé respetuosa con los demás. Ser una dama no es solo una cuestión de imagen o comportamiento perfectos, sino también de ser una buena persona.
    • Cuando converses con otra persona, dale toda tu atención. Esto le demostrará que eres amable y hará que la conversación sea más estimulante para ambas partes.
    • No interrumpas a los demás cuando hablen.[8]
    • Ofrece tu ayuda a aquellos que lo necesitan. Podría ser un simple acto de querer ayudar a otra persona como un anciano o algo más generoso como ser voluntaria en un refugio para desamparados o para animales.
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    Sé encantadora. Una verdadera dama no solo se sienta calladamente mientras el mundo gira a su alrededor. Ella participa con la gente, mantiene conversaciones estimulantes y coquetea sutilmente.
    • Si no sabes cómo ser encantadora, empieza por sonreír más a menudo con la gente con la que conversas y dale cumplidos a los demás. Personaliza tus cumplidos, por ejemplo, en lugar de halagar los zapatos de alguien, dile que tiene un gusto por la moda impecable.
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    No comas ni bebas excesivamente. Para ser una dama, hay que tener autocontrol y voluntad, y cada una de estas actividades son prueba de una indulgencia excesiva.[9]
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    Sé respetuosa cuando visites el hogar de otras personas. Si te invitan a una casa, deja que el anfitrión te diga dónde debes sentarte, dónde dejar tu bolso. No te quites los zapatos ni nada por el estilo.
    • Recuerda que algunas personas son más protectoras del ambiente de su hogar que otras.
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    Abre la puerta a los demás. No importa si eres hombre o mujer, ofrecerte a abrir la puerta a los demás es señal de respeto y amistad.[10]
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    Mantente calmada y evita alterarte si estás enojada. Mantén la calma y controla la situación racionalmente. Esto evitará que digas o hagas cosas en el calor del momento que lamentarás luego.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Vístete como una dama

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    Mantén tu higiene personal. Así te mantendrás viéndote y oliendo bien, y lo más importante, podrás prevenir infecciones y otras enfermedades.[11]
    • Báñate todos los días. Si no quieres lavarte el cabello todos los días, usa una gorra de baño y lava tu cuerpo con jabón y agua.
    • Lávate los dientes todas las mañanas y por la noche. Lavarse los dientes después de cada comida puede mejorar la salud y la apariencia de los dientes y las encías.
    • Usa desodorante. Oler lo mejor posible, así como verte lo mejor posible es importante.
    • Mantén un régimen de depilado o afeitado. Eliminar el vello de tu cuerpo puede mejorar tu imagen y hacerte sentir más atractiva, además dejará tu piel suave.
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    Vístete elegantemente. Esto significa que debes vestirte apropiadamente para la ocasión, tipo de cuerpo y edad. Usa tu propio juicio para determinar que ropa se ve más apropiada en ti.
    • Compra menos ropa, pero de mejor calidad que sea duradera. Usar prendas baratas y pasadas de moda no serán buenas para tu nueva imagen.
    • No trates de ponerte ropa que no te queda.
    • Comienza a usar faldas o vestidos en lugar de pantalones. Estas prendas resaltarán tu feminidad y mostrarán tus curvas mejor que los pantalones, y te sentirás mucho más elegante y femenina. No hay nada que exprese más tu feminidad que una chica que use una falda elegante cuando todas sus amigas usan jeans.
    • No dejes tus piernas descubiertas. Siempre ponte pantimedias.
    • No te sientas obligada a usar tacones y te resultan incómodos. Los zapatos planos son igual de adecuados.
    • No te pongas pantalones deportivos a menos que te dirijas al gimnasio o vayas a ejercitarte. Usar esos pantalones en el día sugiere que no le pones atención a tu aspecto físico.
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    Mantén tu ropa limpia y planchada. Plancha tu ropa para quitar arrugas y asegúrate de lavar tu ropa si está manchada.
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    No uses demasiado maquillaje ni ropa reveladora. La elegancia implica minimalismo: usa un maquillaje que acentúe tu belleza, no que la cubra.[12]
    • No muestres demasiado escote ni uses blusas que muestren el abdomen. Este tipo de ropa sugiera que no te vistes para ti, sino para atraer a los hombres.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Etiqueta apropiada para la mesa

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    No empieces a comer antes de que la cena empiece. Si estás en un restaurante, espera a que la cena de todos haya llegado antes de empezar a comer.[13] Si estás en la cena de una fiesta, espera al anfitrión a que desdoble su servilleta y empiece a comer.
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    No hables con la boca llena. No solamente es de mala educación, sino que también arruina el apetito de los demás.[14]
    • Evita eructar, pasarte la lengua por los labios o mostrar impaciencia en la mesa.
    • Si tienes que toser o estornudar en la mesa, asegúrate de cubrir tu boca con una servilleta.
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    Excúsate si es necesario. Si tienes que levantarte de la mesa e ir al baño, deja que los demás sepan adónde vas.
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    No envíes mensajes de texto ni hables por teléfono. No solo interrumpirás a los demás si estás en un restaurante, sino que es poco respetuoso para los demás comensales, especialmente si uno de ellos ha cocinado para ti. Espera a terminar la comida para devolver la llamada.
    • Pon tu celular en modo de silencio durante las cenas formales.
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    Quita tus codos de la mesa. Esta regla es válida únicamente al momento de comer. Si la comida aún no ha llegado o si estás en la mesa hablando y tomando un vaso de agua u otra bebida, entonces es aceptable descansar los codos en la mesa.
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    Divida tu comida en bocados pequeños. Además de ser saludable comer bocados pequeños, podrás masticar y tragar rápidamente los alimentos en caso de que alguien te haga una pregunta cuando tengas la boca llena. Nada es más frustrante (y vergonzoso) que alguien te haga una pregunta justo después de haberte metido un gran pedazo de comida a la boca.
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    Toma solo las cosas de la mesa que estén a tu alcance. Si no, pídele a alguien que te lo pase.
    • Siempre pasa la sal y la pimienta juntas, aunque la persona solo te pida una de ellas. Estos artículos deben estar juntos siempre.
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    Recuerda usar servilleta. Límpiate los dedos o la boca cuando sea necesario.
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    Agradece apropiadamente. Asegúrate de agradecer a la mesera o el mesero del restaurante, y agradece al anfitrión si estás en la cena de una fiesta. Elogia la comida cuando cenen con la persona que ha cocinado.

Consejos

  • Recuerda que ser una dama no significa necesariamente afectar tu estilo personal o creatividad. No sigas reglas o guías en las que no creas genuinamente.
  • Una dama acepta a todos y no señala diferencias que podrían incomodar a los demás. Por ejemplo, si alguien camina de forma diferente, no le pregunta acerca de ello hasta que lo conoce bien. En otras palabras, las damas practican la aceptación y la tolerancia todo el tiempo.
  • Considera tomar una clase de etiqueta.
  • Ve películas clásicas para encontrar algo de inspiración.
  • Una dama tiene una voz agradable y autoritaria. Si tu voz es nasal, aguda, monótona, si hablas con fritura vocal o con entonación ascendente, si la gente con frecuencia te pide que repitas lo que has dicho, porque no puede entenderte, busca ayuda. Muchos centros de estudios superiores y escuelas de negocios ofrecen cursos relacionados a este tema para mujeres profesionales.
  • ¡Siéntate con las piernas cruzadas todo el tiempo!
  • Una dama cruza las piernas en el tobillo, no en la rodilla, ya que puede ser revelador cruzar las piernas por la rodilla.
  • Cuando hayas terminado tu cena, coloca la servilleta al lado del plato.
  • Si te sucede algo vergonzoso, es mejor no decir mucho al respecto. Solo pide ayuda amablemente.
  • Excúsate si necesitas eructar, ausentarte o algo más.

Acerca de este wikiHow

Tami Claytor
Coescrito por:
Coach de etiqueta
Este artículo fue coescrito por Tami Claytor. Tami Claytor es asesora de etiqueta, consultora de imagen y propietaria de Always Appropriate Image and Etiquette Consulting en Nueva York. Con más de 20 años de experiencia, Tami se especializa en impartir clases de etiqueta a personas, estudiantes, empresas y organizaciones comunitarias. Tami ha pasado décadas estudiando culturas a través de sus extensos viajes por los cinco continentes y ha creado talleres de diversidad cultural para promover la justicia social y la conciencia intercultural. Tiene una licenciatura en Economía con especialización en Relaciones Internacionales de la Universidad de Clark. Estudió en la Ophelia DeVore School of Charm y en el Fashion Institute of Technology, donde obtuvo su Certificación de Consultora de Imagen. Este artículo ha sido visto 299 984 veces.
Categorías: Autoayuda