Un gato puede aprender el comportamiento de pedir cosas a través del refuerzo positivo: el gato se queja, le das lo que quiere (comida, mimos, tu asiento cálido y cómodo, etc.), y aprende que este comportamiento es recompensado. Para quitarle este hábito, empieza por consultarle al veterinario para asegurarte de que no haya problemas médicos o psicológicos involucrados. Luego, esfuérzate por crear una rutina consistente, recompensa su buen comportamiento e ignora sus peticiones, y mantenlo ocupado cuando estés en casa o fuera de ella.

Método 1
Método 1 de 3:
Descartar problemas médicos o psicológicos

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    Programa un chequeo veterinario para detectar enfermedades como parásitos, hipertiroidismo y diabetes. Asegúrate de que el gato esté sano antes de tratar de abordar su comportamiento. Algunas veces, los quejidos o maullidos constantes pueden ser un indicio de enfermedad o trastorno. Llévalo al veterinario para que le realicen un chequeo médico y menciona su comportamiento.[1]
    • Si un gato está hambriento todo el tiempo y pide más comida, a veces la causa puede ser un problema como la diabetes felina o el hipertiroidismo. Quizás también pueda tener parásitos intestinales que le “roban” los nutrientes que consume.
    • Si un gato maúlla mucho, puede ser una señal de que tiene un trastorno como una enfermedad renal o una tiroides hiperactiva.[2]
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    Consulta con un veterinario sobre los requisitos nutricionales del gato. Es posible que el gato pida comida porque simplemente no lo alimentas lo suficiente o porque la comida que le das no le proporciona la nutrición suficiente. Habla con un veterinario sobre el tipo de alimento y la rutina de alimentación ideales para el gato, según factores como la edad, la raza y la salud en general.[3]
    • Dale al gato una comida para gatos de alta calidad que le proporcione una nutrición equilibrada.
    • Además, asegúrate de que tenga acceso a agua limpia y fresca en todo momento.
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    Programa una evaluación de trastorno alimentario u otro problema psicológico. Los gatos pueden desarrollar “comportamientos de alimentación anormales psicógenos” que generan el comportamiento de petición frecuente y otros problemas relacionados con la alimentación. Describe las rutinas de alimentación del gato y cualquier desencadenante de este comportamiento u otros comportamientos problemáticos al veterinario.[4]
    • Estos trastornos pueden hacer que un gato se niegue a comer hasta el punto de estar desnutrido, o que coma en exceso (y sin embargo pida más) hasta el punto de causarle problemas de salud.
    • En ocasiones, las intervenciones médicas pueden ser necesarias, pero cambiar las rutinas y los comportamientos en el hogar puede ayudar a superar estos trastornos.
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    Pregúntale al veterinario si el gato puede tener un problema de comportamiento de búsqueda de atención. Este es un tipo particular de “comportamiento de alimentación anormal psicógeno” en el que el gato come en exceso (o no come) y se queja contigo como una forma de exigir tu atención. Esta puede ser una respuesta a estar excesivamente aburrido o ignorado, o puede desarrollarse en gatos a los que se les presta demasiada atención y simplemente quieren más.[5]
    • Más allá de asegúrate de que el gato reciba la atención y la estimulación mental adecuadas, la mejor manera de abordar este problema es recompensar las conductas positivas y redirigir o ignorar las negativas (como la petición de atención).
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Método 2
Método 2 de 3:
Establecer rutinas y recompensas positivas

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    Desarrolla rutinas constantes en torno a los comportamientos relacionados con el comportamiento de petición. Si el gato siempre recibe comida cuando te la pide, deja de proporcionársela en respuesta al comportamiento de petición. En su lugar, establece dos horarios de alimentación constantes cada día que siempre se cumplan y no alimentes al gato fuera de esos horarios.[6]
    • Tampoco dejes la comida disponible para él todo el día. Dale al gato un tiempo razonable para comer, como 30 minutos, cada vez que lo alimentes. Luego, retira el plato de comida hasta la próxima hora de comer.
    • Como alternativa, si el gato ruega para salir al aire libre, programa sesiones regulares de tiempo al aire libre supervisado todos los días, o incluso puedes instalar una gatera para permitir que salga por su cuenta.
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    Distrae al gato cuando empiece a pedir cosas. Cuando el gato empiece a pedirte cosas, levántalo tranquila y silenciosamente, llévalo a otra habitación y trata de distraerlo con un juguete o un juego. Tan pronto como deje de lloriquear o maullar, elógialo acariciándolo o diciéndole “buen gatito” y juega con él o abrázalo durante unos minutos.[7]
    • El objetivo es desviarlo del comportamiento de petición hacia un comportamiento positivo que puedas recompensar.
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    Ignora al gato si sigue pidiéndote cosas. Si el gato vuelve a pedirte cosas después de que lo hayas redirigido una vez, ignóralo mientras continúe con este comportamiento. No le prestes atención negativa, como decirle “no” o señalarlo con el dedo. En su lugar, actúa como si no estuviera ahí cada vez que se queja.[8]
    • El gato tiene que aprender que no vas a responder a su comportamiento de petición, enseñándole que no hay recompensa.
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    Premia con entusiasmo el buen comportamiento que no es de petición ni súplica. Tan pronto como el gato deje de suplicar por sí solo, préstale toda tu atención y elógialo verbal y físicamente. Este refuerzo positivo debe ser inmediato para que lo asocie adecuadamente con el comportamiento anterior (por ejemplo, no suplicar).[9]
    • Si bien ocasionalmente puedes usar golosinas para recompensar su comportamiento deseable y tranquilo, no caigas en la trampa de dárselas todo el tiempo. En su lugar, confía en los elogios verbales y físicos (como las caricias). De lo contrario, el gato puede deducir que puede molestare para que le des golosinas en lugar de ganárselas.
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Método 3
Método 3 de 3:
Mantener al gato feliz y ocupado

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    Interactúa y juega con el gato con regularidad. Si el gato pide atención, ¡trata de darle más de la que pide! Tírate al suelo y arrastra una cuerda para que la persiga, o simplemente acarícialo y háblale mientras se acurruca en tu regazo. Ten como objetivo jugar entre 15 a 20 minutos con él al día.[10]
    • Los gatos pueden tener la reputación de ser distantes, pero les gusta llamar la atención, ¡al menos cuando es en sus propios términos!
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    Dale un tiempo al aire libre con supervisión. Es más fácil de lo que piensas adiestrar a un gato con una correa, y usarla le permitirá caminar y explorar juntos el aire libre de forma segura. ¡Ambos harán algo de ejercicio y pasarán tiempo a solas juntos![11]
    • Si el gato no está con correa al aire libre, mantenlo en un patio cerrado y supervisa su actividad. Mejor aún, juega con él en el jardín.
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    Ocupa al gato con juguetes y rompecabezas para limitar su aburrimiento. Es cierto que una simple bola de hilo o un ratón de juguete pueden ser un gran elemento de juego para él. Sin embargo, puedes crear algunos juguetes, laberintos y rompecabezas aptos para gatos para mantenerlo mentalmente estimulado.[12]
    • Los rompecabezas de comida simples, los cuales requieren que el gato se esfuerce un poco para comer, pueden hacer que la hora de comida sea más divertida e interactiva.
    • Sin embargo, no uses juguetes y rompecabezas como sustitutos del tiempo a solas con el gato. En su lugar, ¡juega con él!
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    Mantén los niveles de estrés del gato al mínimo. Tómate un tiempo para considerar si el gato ha empezado a quejarse o pedirte cosas en respuesta a las turbulencias de la vida. Los cambios en el hogar, como la llegada de un nuevo bebé o una mascota adicional, pueden causar estrés que resulta en conductas de petición. Del mismo modo, las renovaciones en el hogar, las mudanzas o cambiar la atención que le dabas al gato por tu trabajo u otros proyectos pueden ser factores estresantes para los felinos.[13]
    • Si no puedes eliminar o mejorar lo que sea que genera el estrés, al menos pasa más tiempo con el gato y tranquilízalo lo más que puedas.
    • Cuando sepas que se avecina un gran cambio, trata de presentarle lentamente al gato la nueva realidad en lugar de mostrársela de una sola vez.
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Consejos

  • Si el gato fue adoptado de la calle, es posible que haya aprendido que la comida no es fácil de conseguir, y el comportamiento de petición, especialmente si se la entregas, puede ser una señal de su determinación de evitar el hambre. Esto puede mejorar con el tiempo si lo alimentas con una dieta nutritiva y constante.
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años.
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