Aunque la canela tiene muchos usos en la cocina, también puede usarse para mejorar la salud gracias a su alto contenido de antioxidantes y a sus propiedades antiinflamatorias.[1] Aún deben hacerse algunas investigaciones para poder entender la totalidad de sus beneficios. De cualquier modo, si quieres usarlo con propósitos de salud o simplemente por su sabor, el aceite de canela le dará más sabor a tu vida cotidiana. Este aceite no solo es útil en la comida, sino que también puedes usarlo en el cuerpo para aprovechar sus supuestas propiedades antisépticas y curativas, al igual que en el hogar con propósitos de limpieza y para controlar a los insectos. Simplemente deja en infusión un poco de canela fresca en un aceite base y tendrás un aditivo con sabor a canela listo para usarlo siempre.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Elegir los ingredientes

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    Elige la canela. Puedes hacer el aceite de canela con palitos de canela o con canela molida. Visita los supermercados locales para saber lo que hay disponible. Si encuentras un comerciante local de especias, quizás pueda proveerte canela de mayor calidad que la que comprarías en un mercado.
    • Si puedes, elige palitos de canela. Estos emitirán un sabor más intenso que la canela molida. Además, algunas personas afirman que la canela molida no es tan fuerte ni ofrece los mismos beneficios para la salud.[2]
    • Dales un vistazo a los distintos tipos de canela. Busca canela de Ceilán si quieres que el sabor sea más suave y prueba la canela Cassia si quieres que sea un poco más fuerte o con más sabor a madera.[3]
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    Busca un aceite base. El aceite de oliva es uno de los más comunes para hacer aceite de canela, pero cualquier aceite neutro que tenga un sabor suave funcionará bien. Ten en cuenta el valor nutricional, los beneficios de salud y los perfiles de sabor de tus aceites favoritos para saber cuál se ajusta a tus necesidades.[4]
    • El aceite de oliva no se descompone rápidamente y es excelente para cocinar y hornear. Sin embargo, su sabor intenso podría cambiar el sabor de la canela.
    • El aceite de almendras es un aceite más ligero y con sabor a nuez que también puede usarse a temperaturas altas.
    • El aceite de canola no tiene un sabor fuerte y suele usarse para freír o para hornear, pero no contiene el mismo valor nutricional que otros.
    • El aceite de coco tiene un sabor ligero a coco y es mejor usarlo con moderación por su gran contenido de grasas saturadas.
    • El aceite de linaza contiene abundantes micronutrientes, como ácidos grasos Omega-3, y su sabor es suave. Sin embargo, no resiste el calor, así que se recomienda usarlo para hacer aderezos, salsas o para ingerirlo directamente.
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    Elige un método de almacenamiento. Debes guardar el aceite en unos frascos limpios de vidrio. Busca algunos frascos que tengan sellos de goma en las tapas y elige el tamaño adecuado según lo que necesites. Mientras más aceite quieras usar, más grande deberá ser el frasco.
    • Recuerda que el aceite de canela durará el mismo tiempo que el aceite base. La mayoría de los aceites que se usan en la cocina no duran más de un año. Revisa la fecha de vencimiento y elige los recipientes donde quepa la cantidad de aceite que usarás antes de que se ponga rancio.[5]
    • Usa frascos limpios con los sellos intactos. Revisa el borde de la tapa para ver si contiene el sello de goma o si está dañado.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Dejar en infusión el aceite

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    Esteriliza los frascos. Antes de hacer el aceite, esteriliza los frascos para evitar las bacterias no deseadas en el aceite. Lávalos con agua tibia y jabón para platos, y luego dales un baño en agua hirviendo.[6]
    • Quita primero las tapas y lava con agua tibia el interior y el exterior de cada frasco y cada tapa. Usa jabón para platos y enjuágalos bien.
    • Después de enjuagar los frascos y las tapas con agua tibia, transfiérelos de inmediato a una olla con agua hirviendo. Mantén los frascos sin tapa. Asegúrate de tener el agua suficiente para sumergir los frascos abiertos por completo.
    • Saca los frascos y colócalos boca arriba sobre una bandeja limpia. Sumerge la punta de una pinza de metal en el agua hirviendo por dos o tres minutos, y luego usa la pinza esterilizada para retirar los frascos.
    • Deja que los frascos se enfríen antes de tocarlos.
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    Inserta los palitos canela. Si usas palitos de canela, colócalos de forma vertical en el frasco. Mete todos las que puedas. Para un frasco de un litro, quizás debas poner más de una docena.
    • Si un palito es muy largo como para caber en el frasco, córtalo con cuidado por la mitad con un cuchillo de cocina e inserta ambas mitades en el frasco.[7]
    • Puedes usar unos guantes nuevos de goma o de nitrilo para llenar el frasco y así evitar transferir las bacterias de las manos.
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    Agrégale el aceite. Vierte el aceite base en el frasco hasta que queden sumergidas todos los palitos. Si el tamaño del frasco lo permite, trata de dejar al menos 1 cm (½ pulgada) de aceite sobre los palitos de canela.
    • Usa un cuchillo limpio de mantequilla o un palillo para manipular los palitos de canela si el aceite no baja hasta el fondo del frasco.
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    Prepara la canela molida. Si vas a usar canela molida, deberás cocinarla en el aceite antes de colocar todo en el frasco. Usa aproximadamente ¼ de taza de canela molida por cada taza de aceite base.[8]
    • Mezcla ambos ingredientes en una cacerola a fuego medio-bajo. Mezcla el aceite y la canela hasta que se combinen. Luego, déjalos hervir durante 3 a 5 minutos antes de retirarlos.
    • Deja enfriar la mezcla hasta por 10 minutos.
    • Después de cocinar y enfriar el aceite, colócalo en un frasco esterilizado y déjalo en infusión.
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    Deja el aceite en infusión. Sella los frascos de forma hermética y colócalos en un área seca y cálida, como el alféizar de una ventana. Deja reposar los frascos hasta por tres semanas. De esta forma, la canela transferirá su sabor y sus nutrientes al aceite.
    • Mientras más tiempo dejes reposar los frascos, más fuerte será el sabor del aceite. Prueba el sabor cada semana aproximadamente y déjalo en infusión hasta que tenga la fuerza que quieras.
    • Puedes usar de inmediato el aceite hecho con canela molida o puedes dejarlo reposar para que su sabor sea más fuerte. Prueba el aceite cuando haya pasado una semana porque la canela molida requiere menos tiempo en infusión.
    • Agita el frasco todos los días. De esta forma, ayudarás a infundir el aceite base con la canela y evitarás que se forme moho en la superficie.
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    Cuela el aceite. Cuando termine la infusión, usa un pedazo de estopilla para colar el aceite de canela en otro frasco esterilizado. Coloca la estopilla en el borde del nuevo frasco y sujétala con la mano o con una banda elástica mientras viertes el aceite.
    • Para sacar el aceite restante, deja que la canela caiga en la estopilla. Luego, exprímela con fuerza sobre la canela para extraer el aceite restante.
    • Quizás se forme un desorden, así que será mejor que lo hagas sobre un tazón grande o en el fregadero.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Almacenar y usar el aceite

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    Sella y guarda el aceite. Después de transferir el aceite al frasco nuevo, séllalo con una tapa que tenga un sello intacto de goma. Guarda el aceite en un lugar seco y fresco, como en la despensa o el refrigerador.
    • Si prefieres, puedes transferir el aceite a una botella decorativa, pero asegúrate de esterilizarla de la misma forma que los frascos.
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    Refrigera el aceite. Según el tipo de aceite base que uses, puedes extender la vida útil del aceite de canela hasta el doble si lo guardas en el refrigerador.[9]
    • El aceite de oliva dura hasta tres años por sí solo, así que no es necesario que lo refrigeres.
    • Si has usado aceite de coco como base, ten en cuenta que se volverá sólido a una temperatura baja. Deberás calentarlo a fuego bajo para volverlo líquido.
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    Usa el aceite. Puedes usar el aceite de canela para cocinar, por vía tópica o en el hogar. Algunas investigaciones afirman que es útil consumir 5 gramos de canela al día si sufres de diabetes tipo 2 y algunos naturópatas la han usado para tratar muchas cosas, desde los quistes ováricos hasta la infestación de insectos en el casa.[10]
    • Trata de usar cantidades pequeñas de aceite de canela para cocinar y aprovechar sus beneficios para la salud y su sabor intenso. Por ejemplo, si una receta te indica que debes usar ½ taza de aceite, puedes usar ¼ de taza de aceite normal y ¼ de taza de aceite de canela.
    • Usa el aceite de canela por vía tópica como relajante muscular después de hacer ejercicio o si sientes un poco de dolor.[11]
    • Úsalo para saltear o como ingrediente en un adobo o aderezo para aportar un sabor único.
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Consejos

  • Si piensas usar el aceite de canela como un suplemento de salud, consulta primero con un profesional médico para saber cuál es la dosis adecuada e informarte de los posibles peligros.
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Cosas que necesitarás

  • palitos de canela
  • un frasco de vidrio con boca ancha y una tapa con sello hermético
  • un aceite base
  • estopilla

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Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
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Categorías: Remedios caseros
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