Cuando tienes muchas cosas que hacer en muy poco tiempo, es fácil sentirte abrumado y dejar las tareas sencillas para después. Por suerte, puedes terminar las tareas rápidamente al mantenerte organizado con un horario, enfocarte en una tarea a la vez y planificar las tareas en un orden lógico. ¡Incluso puedes realizar grandes proyectos en poco tiempo si te mantienes enfocado y trabajas duro!

Método 1
Método 1 de 3:
Trabajar de manera más eficiente

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    Enfócate en hacer una sola tarea a la vez. Cuando tratas de hacer las cosas rápido, es posible que trates de hacer varias cosas al mismo tiempo. Sin embargo, hacerlo solamente te retrasará. Elige una tarea y trabaja solamente en ella hasta que se te haya terminado el tiempo o la hayas acabado. Luego, puedes pasar a la siguiente cosa que tengas que hacer.[1]
    • Incluso si tienes muchas tareas que hacer, solamente haz una a la vez y no vayas de un lado para otro entre ellas.
    • Por ejemplo, enfócate solamente en enviar correos electrónicos o terminar un informe. No termines una página del informe y luego envíes unos cuantos correos electrónicos para luego regresar a trabajar en el informe nuevamente.
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    Agrupa las tareas en base al lugar o la manera en que las haces. Trata terminar varias tareas consecutivas en el mismo lugar, como en la computadora o en el teléfono. De esta manera, puedes terminar de hacer todas las cosas que tienes que hacer en un lugar sin perder tiempo al empezar y detener tareas para moverte de un lugar a otro.[2]
    • Por ejemplo, si tienes que averiguar los números telefónicos de unos cuantos negocios locales y comprar algo en línea, puedes utilizar tu teléfono para buscar la información de contacto, y luego hacer el pedido mediante una aplicación. De esta manera, puedes dejar de lado el teléfono y enfocarte en completar otras tareas.
    • Si tienes que hacer unas cuantas llamadas telefónicas, hazlas de manera consecutiva, y luego tómate un descanso de usar el teléfono mientras terminas otras tareas.
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    Realiza las tareas más exigentes en la mañana. Trata de liberarte de las tareas más difíciles en la mañana cuando tienes mayor energía y motivación, lo cual te ayudará a terminarlas de manera rápida. Trázate la meta de terminar todas las tareas difíciles antes del mediodía, dejando la mitad restante del día para las tareas menos importantes y planificando las tareas del siguiente día.[3]
    • Por ejemplo, si tienes que terminar un ensayo final y también tienes que hacer algunas llamadas, debes planificar terminar el ensayo por la mañana y hacer las llamadas telefónicas por la tarde. De esta manera, el ensayo estará completo y podrás completar rápidamente las tareas más pequeñas.
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    Ponte un par de auriculares para bloquear el ruido distractor. Cuando tratas de trabajar rápidamente, las distracciones pueden arruinar tu horario. Usa un par de auriculares y escucha música, un audiolibro, un noticiero o un podcast para bloquear el ruido distractor.[4]
    • Esto es especialmente útil si trabajas con otras personas que hablan o que suelen ser ruidosas.
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    Date una recompensa con descansos frecuentes y cortos para refrescar tu energía. Evita cansarte al darle tanto a tu mente como a tu cuerpo tiempo para descansar a lo largo del día. Algunos expertos recomiendan 10 minutos de descanso por cada 50 minutos de trabajo, pero puedes adaptar este tiempo según sea necesario. En tu descanso, revisa tus mensajes de texto, ve por una taza de café, sal a caminar o come un bocadito.[5]
    • Incluso si sientes que no es necesario tomarte un descanso, tómate uno pequeño de cualquier forma. Párate y estírate, o date un tiempo para beber un poco de agua. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!

Método 2
Método 2 de 3:
Reducir el tiempo que pasas en las tareas del hogar

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    Prepara una cubeta para la limpieza o un “cinturón de herramientas” para limpiar a fondo. Llena una cubeta con todos los productos de limpieza que necesites o reutiliza un cinturón de herramientas viejo al llenarlo con brochas, toallas y productos de limpieza. Luego, lleva la cubeta o usa el cinturón alrededor de la casa mientras limpiezas para evitar ir de un lado a otro en busca de los suministros de limpieza.[6]
    • Cuando utilices un producto, recuerda regresarlo a la cubeta o reemplazarlo con uno nuevo la próxima vez que limpies.
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    Pídeles a las demás personas en la casa que te ayuden. Pídeles a tus hijos o a un compañero de habitación que te ayuden a hacer la lavandería, o haz trabajo en cadena para guardar los platos. Asignar diferentes trabajos a diferentes personas significa que una persona no terminará haciendo todo el trabajo, y todos sentirán que contribuyeron.[7]
    • Si tu casa o departamento tiene varios pisos, considera la posibilidad de tener una cubeta para cada piso para evitar tener que subir y bajar todos los productos por las escaleras.
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    Enfócate en completar una habitación a la vez. Empieza limpiando una habitación y no te detengas hasta que hayas terminado todo lo que tengas que hacer en esa habitación. Evita ir de una habitación a la otra, y planifica la limpieza de tal manera que puedas avanzar en orden para limpiar toda la casa.[8]
    • Por ejemplo, en las habitaciones, enfócate en recoger la ropa sucia, guardar la ropa limpia, tender la cama, quitar el polvo y pasar la aspiradora.
    • Una vez que termines de limpiar el dormitorio, dirígete al baño para rociar las superficies, limpiar el inodoro, limpiar el espejo, fregar el fregadero y la ducha, limpiar las superficies, y trapear el piso.
    • En la cocina, lava los platos, carga el lavavajillas, limpia los mostradores, limpia los electrodomésticos y trapea el piso.
    • Deja la sala de estar para el final, y recuerda limpiar el desorden, desempolvar la habitación, pasarles un trapo a las superficies y pasar la aspiradora por toda la habitación.
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    Pasa la aspiradora y trapea desde el rincón más alejado de la habitación hasta la entrada. Cuando tengas que limpiar los pisos, empieza en la esquina más alejada de la puerta, y avanza en líneas rectas y largas para cubrir la mayor parte del área posible. Trata de evitar volver a pasar el trapeador donde ya has limpiado y no te preocupes si te pierdes una pequeña área del piso entre las filas.[9]
    • Una vez que hayas terminado de trapear o pasar la aspiradora, podrás retirar la aspiradora o el trapeador de la entrada y continuar con la siguiente habitación.

Método 3
Método 3 de 3:
Administrar tu tiempo

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    Anota todas las tareas que tienes que terminar. Planificar con anticipación te ayudará a darte una idea realista de cuánto puedes hacer en un día. Piensa en todas las cosas que tienes que hacer, y anótalas en una lista de cosas por hacer, o ten una lista en desarrollo en tu teléfono.[10]
    • Para algunas personas, tener una lista escrita es más útil debido a que pueden tachar cada tarea a medida que la terminan.
    • Si no te distrae tener que usar un teléfono, puedes utilizar una aplicación de recordatorio o lista de cosas por hacer para hacer una lista virtual. Luego, puedes eliminar cada tarea a medida que la terminas, y no tendrás que preocuparte acerca de perder la lista.
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    Estima cuánto te tardará hacer cada tarea. Date el tiempo suficiente para terminar la tarea, pero no sobreestimes cuánto te tomará. Trata de asignar un tiempo de 15, 30 o 60 minutos para terminar esa tarea. El tiempo que estimes debe corresponder a la cantidad de trabajo que demanda cada tarea.[11]
    • Por ejemplo, aspirar la casa podría tomarte 15 minutos, dependiendo de cuántas habitaciones tengas que aspirar.
    • Escribir un informe de negocios podría tomar más tiempo, como 60 minutos, ya que requiere investigación y redacción.
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    Establece un límite de 5 a 10 minutos para terminar las tareas más pequeñas. Cosas como hacer llamadas telefónicas o enviar correos electrónicos pueden consumirte mucho tiempo. Cuando hagas tu horario diario, dedica un corto periodo de tiempo para completar tantas tareas pequeñas como sean posibles en ese marco de tiempo. Esto evitará que consuman la mayor parte de tu día.[12]
    • Por ejemplo, si tienes que hacer muchas llamadas telefónicas y enviar muchos correos electrónicos, dedica 10 minutos a hacer tantas llamadas telefónicas como puedas, dándole prioridad a las más importantes primero.
    • Si tienes muchos correos electrónicos que responder, separa 10 minutos para responder a la mayoría de los correos electrónicos urgentes, y luego deja el resto para un día en donde tengas más tiempo libre.
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    Usa un cronómetro para asegurarte de respetar tus límites de tiempo. Configura un cronómetro en tu teléfono o usa un temporizador para recordarte cuánto tiempo llevas haciendo la tarea. Si asignaste 30 minutos a una tarea, configura el cronómetro a 30 minutos y verifica tu progreso cuando el tiempo se acabe. Si estás cerca de terminar, tómate entre 5 y 10 minutos adicionales para completar la tarea.[13]
    • Si te falta menos de ¾ del camino para terminar la tarea, revisa tu horario para ver qué tareas puedes posponer para terminar la que estás haciendo.
    • Como alternativa, puedes dejar de trabajar en una tarea si no es necesario completarla ese día.
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    Revisa nuevamente tu horario después de una distracción. Si te distraes durante el día, ¡no te preocupes! Consulta tu horario para ver cuánto tiempo perdiste, y elimina las tareas que no son tan importantes. Dale prioridad a las tareas que tienes que completar ese día, y deja de lado cualquier cosa que pueda esperar.[14]
    • Si tienes que pedir una extensión de la fecha límite para entregar una tarea, asegúrate de explicar la situación. No esperes a que te den una extensión, ¡y si te la dan, no la uses para posponer las cosas hasta la nueva fecha límite!
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    Presta mucha atención al calendario y las fechas límites. Algunas veces, tener una fecha límite puede hacer que trabajes más rápido para “ganarle al reloj”. Esto también te ayudará a organizar tu trabajo para terminarlo con anticipación.[15]
    • Si la fecha límite es lejana, puedes dividir el trabajo en varios días. Sin embargo, si está cerca, es posible que tengas que dedicar unos cuantos días a trabajar únicamente en completar el proyecto.

Consejos

  • Si te distraes o no cumples con tu horario, ¡no te rindas! Enfócate en la siguiente tarea de tu lista y sigue avanzando.

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