Hacer una coreografía para un baile es una experiencia hermosa y creativa. Sin embargo, debido a que se tienen que tomar tantas decisiones, puede ser un proceso un poco abrumador si nunca lo has hecho antes. No te preocupes: te guiaremos a través del proceso básico de principio a fin. Crearás tu propia rutina de baile en un abrir y cerrar de ojos.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Música

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    Elige una canción que te inspire para la rutina. La música guía la mayor parte de las decisiones y, por ende, debes elegir primero una canción. Puedes elegir cualquier canción que desees. Opta por tu nueva canción favorita, busca en sitios web de música en descarga continua para inspirarte o pídeles recomendaciones a tus amigos y parientes.[1]
    • Si tienes dificultades para elegir una canción, considera el tipo de pasos de baile que más te gusten. Por ejemplo, si te encantan los movimientos expresivos y modernos, como el popping, una canción de hip hop sería perfecta.
    • Intenta hacer una búsqueda en Google incluyendo algunas de tus preferencias básicas y fíjate en lo que obtengas. Por ejemplo, busca "canciones de R&B de mid tempo guiadas por el compás".
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    Reproduce la canción repetidas veces hasta absorberla por completo. Escúchala cada vez que puedas: en el autobús, en casa, al ir a trotar todos los días, antes de dormir, etc. Al escucharla, haz el intento de identificar las emociones que experimentes.[2] Anota tus pensamientos e ideas de forma que más adelante puedas consultar estas primeras sesiones de lluvia de ideas.[3]
    • ¿La canción cuenta una historia? De ser así, haz el intento de describir la trama en tus palabras.
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    Elige una sección corta de la canción para la rutina. En su mayoría, las canciones duran de 3 minutos en adelante, y esto es muy largo para una rutina. Por lo general, las canciones tienen secciones que no funcionarán bien para una rutina de baile. Podría ser que haya un cambio incómodo en el tempo, una sección instrumental repetitiva o un cambio en el ritmo que no te guste mucho. Elimina lo que no te guste hasta tener alrededor de entre 1 minuto y medio y 2 minutos de música.[4]
    • Si quieres que la rutina se mantenga interesante y retenga la atención del público, no superes los 2 minutos y medio.[5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Pasos de baile

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    Elige un estilo de baile que encaje con la vibra de la música. Puedes elegir de entre cientos de estilos. Para empezar, considera el tempo y los instrumentos de la canción. Por ejemplo, el ballet o el jazz complementarían mejor una canción lenta y orquestal. Si es una canción de R&B o de música latina, un estilo de baile como el hip hop, el break dance o un flamenco fogoso funcionaría bien.[6]
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    Planea las secciones básicas de la canción. No es necesario que seas muy técnico. Tan solo toma lápiz y papel y traza la estructura y el flujo básicos de la canción. Esto te será de ayuda para reducir el ámbito de pasos de baile para distintas partes de la canción más adelante.
    • Por ejemplo, si la introducción es lenta y sexi, tenlo en cuenta y anota unos cuantos pasos que podrían encajar (por ejemplo, una caminata seductora o una vuelta dramática).[8]
    • Como otro ejemplo, si la canción pasa a un coro contundente, podrías probar con pasos más dramáticos en esta parte (por ejemplo, arabesques o giros).[9]
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    Divide la canción en secciones de 8 tiempos. Consigue una hoja de papel pautado y un bolígrafo y reproduce la canción. Empieza a contar después de la introducción, cuando empiecen las voces. Escribe un 8 cada vez que cuentes 8 tiempos. Al terminar, sabrás con exactitud cuántas secciones de 8 tiempos debes coreografiar.[10]
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    Selecciona pasos de baile que encajen con las secciones de 8 tiempos. Escucha la canción e improvisa un poco de forma que puedas probar con distintos pasos, movimientos y secuencias. No olvides que trabajarás con secciones de 8 tiempos, así que cuenta en voz alta de ser necesario. Experimenta con mezclar movimientos en distintos patrones hasta que la rutina empiece a armarse.[11]
    • Ten en cuenta el propósito del baile, la vibra de la canción y el público. Por ejemplo, los pasos dramáticos o provocativos son excelentes para un recital individual, en tanto que, si vas a interpretar la rutina en la fiesta de cumpleaños de tu abuela, es probable que el perreo no sea una excelente opción.[12]
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    Coreografía transiciones fluidas entre las secciones principales. Las transiciones vinculan las secciones con fluidez. Nunca deben interrumpir la pieza. Si bien las transiciones no son las estrellas de la pieza, nunca deben ser aburridas ni sosas. Busca formas creativas de pasar de una sección a otra.[13]
    • Por ejemplo, en una rutina de hip hop, podrías hacer una transición entre cada sección usando el mismo contoneo del cuerpo y secuencia de palmadas para lograr un flujo cohesivo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Toques finales

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    Asegúrate de que la rutina tenga un principio, un medio y un final. Haz que cada sección tenga un tema o carácter unificador de forma que no parezcan desarticuladas o desconectadas. Puede serte de ayuda repetir determinadas secciones o variaciones de temas para que la rutina tenga una sensación cohesiva y unir todo.[14]
    • Por ejemplo, una rutina de hip hop podría empezar por unos pasos de alta energía, hacer una transición fluida a una sección de break dance y luego fluir hacia una parte final dramática de pasos en el suelo.
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    Anota la rutina de forma que no la olvides. Incluye tantos detalles sobre los pasos como te sea posible. No dudes en usar abreviaturas para ello, ya que nadie más verá este primer borrador. Anota los nombres de los pasos de cada sección o incluso garabatea muñecos pequeños de palitos que muestren distintos pasos. Haz lo que te funcione.[15]
    • Si detenerte a escribir interrumpe tu concentración, grábate durante estas sesiones, luego revisa las imágenes más adelante y anota todo.
    • Si tienes la intención de enseñarles la rutina a otros bailarines, toma nota de los pasajes que sean particularmente complicados que podría tomar un tiempo adicional explicar y demostrar.[16]
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    Practica la rutina todos los días hasta perfeccionarla. Después de terminar la coreografía, practícala con la mayor frecuencia posible para asegurarte de que todo fluya bien. Al hacerlo, es posible que determinados pasos o secciones no funcionen tan bien como lo hayas concebido, lo cual es normal. Esta es tu oportunidad para editar y perfeccionar esas partes. No dejes de practicar hasta que la rutina quede refinada y perfecta.[17]
    • Recuerda anotar las ediciones de forma que no las olvides.
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Consejos

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Acerca de este wikiHow

Val Cunningham
Coescrito por:
Instructora certificada de danza y yoga
Este artículo fue coescrito por Val Cunningham. Val Cunningham es una coreógrafa, instructora principal de danza e instructora certificada de yoga en The Dance Loft, un estudio de danza con sede en San Francisco, California. Val tiene más de 23 años de experiencia en instrucción de baile, actuación y coreografía, y se especializa en bailes de salón, latinos y swing. También está capacitada en house, hip-hop, jazz, ballet y danza moderna. Ella es parte de la ISTD (Sociedad Imperial de Profesores de Baile, por sus siglas en inglés), ProDVIDA (Professional Dance Vision International Dance Association), y tiene una certificación Zumba. Es miembro del Consejo Nacional de Danza de América. Este artículo ha sido visto 352 686 veces.
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