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Una ristra es una forma organizada de almacenar ajos, que brinda aún más beneficios que el de su apariencia atractiva. Al elaborar una ristra, tendrás la ventaja de poder tomar uno o dos dientes cada vez que lo necesites y los ajos se conservarán fresco por más tiempo debido a una mejor circulación de aire. Es probable que la elaboración de una ristra te resulte un poco intimidante al principio, pero una vez que aprendas los trucos básicos, podrás elaborar estas divertidas trenzas en muy poco tiempo.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Hacer una ristra de ajo curado
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1Limpia las cabezas. No es necesario que limpies el ajo antes de curarlo, pero debes tomarte el tiempo para eliminar todos los residuos de suciedad antes de trenzarlo. En algunos casos, puedes pasar los dedos sobre las cabezas para eliminar la suciedad y otros residuos. Si las cabezas se encuentran particularmente sucias, puedes utilizar un paño suave para limpiarlas.[1]
- Si encuentras suciedad demasiado adherida que no logras limpiar con los dedos o un paño, trata de pasar un cepillo de dientes viejo sobre las cabezas. Debes realizar este procedimiento suavemente para que no magulles el ajo a medida que lo limpias.
- Si el ajo se encuentra extremadamente sucio, puedes remover un par de capas de cáscara seca.
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2Corta el ajo. Para asegurarte de conseguir una ristra prolija y atractiva, debes recortar las cabezas antes de comenzar a trenzarlas. Por lo general, existen raíces largas y desaliñadas adheridas a las cabezas, por lo que debes cortarlas a aproximadamente 6 mm (¼ de pulgada). Las raíces no son muy gruesas, por lo que puedes utilizar unas tijeras regulares para cortar el ajo.[2]
- Si notas que algunas de las hojas son dentadas o ásperas, también puedes recortarlas para que no dificulten la elaboración de la ristra.
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3Remoja los tallos. Al momento de elaborar la ristra, las hojas de las cabezas deben estar flexibles para que te resulte más fácil trenzarlas. El mejor método para hacerlas más flexibles es sumergirlas en agua. Llena un recipiente o un fregadero con agua tibia y sumerge los ajos de manera que solo las hojas queden sumergidas. Debes evitar remojar las cabezas. Deja que las hojas se asienten de 15 a 30 minutos aproximadamente, o hasta que las sientas más flexibles.[3]
- En lugar de remojar las hojas, puedes colocarlas entre dos toallas completamente húmedas. Una vez más, asegúrate de que las cabezas no se mojen y deja que las hojas reposen de 15 a 30 minutos.
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4Escoge las tres cabezas más grandes y entrecrúzalas. Para elaborar una ristra atractiva, necesitas aproximadamente 12 cabezas. Mientras escoges las que vas a utilizar, debes separar las tres cabezas más grandes para que comiences a hacer la ristra con ellas. Colócalas en una superficie plana con una cabeza en el centro, otra a la izquierda y otra a la derecha. Las hojas de la cabeza central deben apuntar hacia ti, mientras que las hojas de las otras dos deben estar cruzadas unas sobre otras para formar una “X” sobre la cabeza central.[4]
- Puedes utilizar un pedazo de cuerda para asegurar el lugar en el que las cabezas se superponen. Asegúrate de que el pedazo de cuerda que vas a utilizar sea lo suficientemente largo como para anudar las cabezas con suficiente exceso y asegurar las cabezas adicionales que coloques en la ristra.
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5Comienza a agregar más cabezas. Debes colocar una cuarta cabeza sobre el grupo formado de manera que coincida con la cabeza central. Utiliza la cuerda restante para asegurar la cuarta cabeza a la pila y facilitar la tarea cuando comiences a trenzarla. Luego, toma dos cabezas más y alinéalas con las dos cabezas diagonales de forma cruzada.
- Debes tomarte el tiempo de alinearlas tanto como puedas para facilitar el proceso de trenzado.
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6Comienza a trenzar los ajos. Con todas las hojas de las cabezas alineadas, es hora de comenzar a trenzar. Asegúrate de sujetar ambos grupos de hojas para cada sección a medida que comienzas a trenzar. Toma las dos hojas del lado derecho y crúzalas debajo de las hojas del medio para que se conviertan en las piezas centrales. Luego, toma las dos hojas de la izquierda y crúzalas por debajo de las hojas del medio. Repite este procedimiento de una a dos veces más.[5]
- Es probable que te resulte más sencillo utilizar más cuerda para asegurar la ristra antes de agregar más cabezas. Solo debes atar el nudo en la parte posterior para mantenerla ordenada.
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7Agrega más cabezas. Una vez que hayas comenzado la ristra, puedes agregar tres cabezas. Debes alinear las hojas con los extremos formados de las trenzas como lo hiciste con el segundo grupo, de manera que uno se alinee con la sección izquierda, otro con la central y otro con la derecha. Comienza a trenzar nuevamente por uno o dos pases y repite el proceso hasta que hayas agregado todas las cabezas.[6]
- Es una buena idea utilizar una cuerda para asegurar el grupo de cabezas después de haber agregado el último lote. De esta manera, facilitarás la elaboración del resto de la ristra. Para hacerla más decorativa, puedes formar lazo al terminar de atarla.
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8Termina de trenzar y asegura toda la ristra de ajos. Después de haber agregado todos los ajos, debes continuar trenzando las hojas hasta que llegues al final. Utiliza otra cuerda para atar el extremo y asegurar toda la ristra. Corta el extremo de las raíces con unas tijeras de manera que queden uniformes y prolijas. Luego, la ristra estará lista para que la cuelgues en la cocina.[7]
- También puedes aprovechar para recortar las raíces finas en la parte superior de las cabezas para darle a la ristra una apariencia más prolija.
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Parte 2
Parte 2 de 3:Curar ajos cosechados
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1Escoge un lugar adecuado para el proceso de curado. Si deseas conservar los ajos para darles un uso prolongado, debes curarlos después de cosecharlos. El proceso de curado está destinado a ayudar a que las cabezas se sequen, por lo que debes escoger la ubicación adecuada para guardarlas. Debes buscar un espacio seco y oscuro que cuente con una buena circulación de aire (por ejemplo, un porche, un estacionamiento techado, un granero o un garaje bien ventilado).[8]
- Asegúrate de no exponer los ajos que vas a curar a la luz solar directa, ya que el calor puede comenzar a cocinarlos y cambiar su sabor.
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2Forma grupos de ajos. Cuando estés listo para curar los ajos, es mejor que dividas la cosecha en porciones. Por lo general, es mejor formar grupos de 5 a 10 cabezas y atarlos con cuerdas envueltas y anudadas alrededor de los tallos. Luego, puedes colgarlos o colocarlos en estantes de malla para iniciar el proceso de curado de manera que el aire circule más fácilmente alrededor de las cabezas.[9]
- No deseches ni cortes las hojas al preparar los grupos de ajos. Las cabezas aún reciben su energía del resto de la planta hasta que toda la humedad se evapore.
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3Deja que los grupos de ajos se asienten de dos semanas a un mes. Para que los ajos se curen por completo, debes esperar hasta que toda la humedad se haya evaporado de las hojas y las raíces. Este procedimiento puede tardar de dos semanas a un mes. Sin embargo, si vives en un lugar demasiado húmedo, esto puede llevar más tiempo. Si las raíces se arrugan, las hojas se vuelven marrones y las cabezas han desarrollado varias capas de cáscara parecidas al papel, entonces el ajo ya está curado.[10]
- Si planeas hacer una ristra, a menudo este proceso resulta más sencillo si no dejas que los ajos se curen por completo. Debes dejar que se asiente por aproximadamente una semana y luego haces las ristras cuando los tallos aún se sientan flexibles.
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Parte 3
Parte 3 de 3:Cultivar y cosechar ajos
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1Espera la temporada adecuada. El mejor momento para plantar ajos es en otoño aproximadamente de cuatro a seis semanas antes de que el suelo se congele en el área. Cuanto más frío sea el clima en el área, más pronto debes plantarlos a inicios del otoño. Eso significa que los ajos generalmente están listos para cosechar a principios o mediados del verano, que puede ser entre los meses de julio y agosto. Debido a que los ajos crecen bajo tierra, puede resultar difícil determinar cuándo se encuentran listos. El truco consiste en observar las plantas y verificar si aproximadamente ⅓ de las hojas lucen amarillas y marchitas.[11]
- La tierra seca alrededor de las plantas es otra señal de que los ajos están listo para la cosecha.
- Si no estás seguro, puedes sacar una o dos cabezas de ajo para examinarlas. Estas deben tener un buen tamaño y las cáscaras deben estar completamente llenas.
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2Afloja la tierra alrededor de las cabezas. Si la tierra se encuentra demasiado sólida alrededor de los ajos, puede resultarte difícil sacarlos del suelo. Antes de tratar de levantar las cabezas, debes utilizar un tenedor de jardinería o una pala pequeña para aflojar con cuidado la tierra alrededor de manera que puedas sacarlas fácilmente. No debes excavar demasiado cerca de las cabezas, ya que podrías dañarlas.[12]
- Debes tener cuidado al utilizar el tenedor o la pala alrededor de las cabezas. El ajo es delicado, por lo que puede magullarse con facilidad.
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3Levanta los ajos del suelo. Es probable que sientas la tentación de sacar las cabezas del suelo por los tallos, pero podrías dañar los ajos si los extraes con demasiada fuerza. En vez de esto, debes utilizar una pala o un tenedor de jardinería para levantarlas suavemente de la tierra. Coloca con cuidado las cabezas cosechadas en un recipiente (por ejemplo, un balde) para mantenerlas a salvo mientras continúas sacando el resto de los ajos.[13]
- Por lo general, es mejor utilizar una pala para levantar los ajos del suelo, ya que es más fácil dañarlos si utilizas una herramienta puntiaguda (como un tenedor de jardinería).
- Evita exponer los ajos al sol después de la cosecha. Coloca el recipiente que contiene las cabezas en la sombra o cúbrelo con una sábana.
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Consejos
- Debes trenzar los ajos antes de que se sequen por completo para que las hojas sean lo suficientemente flexibles como para manipularlas.
- Guarda los ajos frescos a bajas temperaturas de 0 a 2 °C (de 32 a 35 °F), o a temperatura ambiente de 16 a 21 °C (de 60 a 70 °F).
- Para que una ristra de ajos luzca más limpia, debes retirar la capa exterior de la cabeza.
Advertencias
- Una vez que se ha curado, el sabor del ajo por lo general se intensifica, así que debes comenzar por utilizar una pequeña cantidad al cocinar y agregar más si es necesario.
- Si elaboras más de una ristra, es mejor que conserves las adicionales en la despensa u otro espacio fresco y seco de la cocina. Cuelga solo la que vas a utilizar.
- El ajo se almacena mejor en un lugar fresco y seco, por lo que no debes exponer la ristra a la luz directa del sol ni colocarla cerca de la estufa o el radiador.
Cosas que necesitarás
- ajo
- unas tijeras
- una cuerda
- un cepillo de dientes viejo
- un paño suave
- toallas
Referencias
- ↑ http://www.bloomingfieldsfarm.com/garbrdhow.html
- ↑ https://www.garlicfarm.ca/garlic-harvesting-pospisil.htm
- ↑ https://www.garlicfarm.ca/garlic-harvesting-pospisil.htm
- ↑ http://www.preservingyourharvest.com/MakingGarlicRopes.html
- ↑ http://www.preservingyourharvest.com/MakingGarlicRopes.html
- ↑ http://www.preservingyourharvest.com/MakingGarlicRopes.html
- ↑ http://www.preservingyourharvest.com/MakingGarlicRopes.html
- ↑ http://www.gardenbetty.com/2011/07/a-guide-to-curing-and-storing-garlic/
- ↑ http://www.gardenbetty.com/2011/07/a-guide-to-curing-and-storing-garlic/
- ↑ https://cedarcirclefarm.org/tips/entry/time-to-harvest-your-garlic
- ↑ http://www.motherearthnews.com/organic-gardening/growing-garlic-zmaz09onzraw.aspx
- ↑ http://www.motherearthnews.com/organic-gardening/growing-garlic-zmaz09onzraw.aspx
- ↑ http://www.almanac.com/plant/garlic
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