Si crías pollos, todos los días encontrarás huevos nuevos en el gallinero. Al recolectarlos pueden estar cubiertos de lodo, material del nido y excremento de pollo, y necesitarás limpiarlos. Primero intenta cepillar los huevos con un estropajo o un cepillo seco para ver si puedes limpiarlos. Si este método no funciona, probablemente necesites lavarlos con agua caliente.

Método 1
Método 1 de 3:
Mantener limpios los huevos

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    Recolecta los huevos diariamente para que no se ensucien tanto. Revisa la caja nido al menos una vez al día para ver si hay huevos puestos. Toma los huevos inmediatamente después de que los veas, para que no queden cubiertos de excremento o suciedad cuando la gallina se siente sobre ellos. Tira los huevos rotos en seguida para que la caja nido no se ensucie demasiado.

    Recolecta los huevos cada día a la misma hora para que no olvides ni dejes ninguno.

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    Coloca las cajas nido más abajo que el área donde duermen las gallinas. Las gallinas dormirán en la percha más alta dentro del gallinero, por lo que los huevos pueden romperse más fácilmente ahí. Coloca las cajas nido de manera que queden más abajo que las perchas para evitar que las gallinas rompan o aniquilen los huevos por accidente.

    Consejo: coloca las cajas nido en el lado más alejado a la entrada del gallinero, para que las patas de las gallinas no estén tan sucias al poner huevos. Esto ayudará a mantener los huevos un poco más limpios.

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    Cambia el material del nido cada 1 a 2 semanas para que se mantenga limpio. Revisa el heno o la base que usas en las cajas nido para ver si sigue limpio. Si notas mucho lodo, excremento de gallina o plumas, reemplaza el material del nido para que esté fresco. Si el material del nido no luce sucio después de 2 semanas, de cualquier manera reemplázalo para evitar el crecimiento de bacterias.[1]
    • Si hay excremento o lodo atrapado en el fondo de la caja nido, usa un raspador de pintura para retirarlo.
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    Baña a la gallina si tiene sucia la cloaca. La cloaca está en la parte trasera de la gallina y es por donde pone los huevos. Llena un recipiente de almacenamiento poco profundo con agua y un chorrito de jabón para trastes, y mézclalo hasta que quede espumoso. Coloca a la gallina dentro del recipiente y enjabona sus plumas. Después de lavar su parte trasera, pon a la gallina en otro recipiente de almacenamiento lleno de agua limpia para enjuagar el jabón. Seca a la gallina con una toalla antes de usar un secador de pelo en la configuración más baja.
    • Si la cloaca de la gallina se ensucia mucho otra vez, consulta al veterinario para saber si tiene alguna infección bacteriana.

Método 2
Método 2 de 3:
Cepillar los huevos en seco

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    Desecha los huevos que estén quebrados o rotos. Clasifica los huevos que hayas recolectado y revisa si el cascarón tiene algún daño. Busca grietas o roturas mediante las que las bacterias puedan ingresar fácilmente al huevo. Deshazte de todos los huevos que estén dañados para que no contamines los que están bien.[2]

    Si los huevos están cubiertos por una gruesa capa de otros huevos rotos o excremento de pollo, puede ser más fácil tirarlos que limpiarlos.

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    Retira la suciedad y los residuos de los cascarones usando un estropajo. Sostén el huevo con la mano cuidadosamente, para que no lo tires o lo rompas por accidente. Usa la mano dominante para cepillar ligeramente la superficie del huevo con un estropajo o una esponja. Trabaja en movimientos circulares sobre toda la superficie del huevo para desprender cualquier residuo adherido. Una vez que cepilles toda la suciedad o excremento del cascarón, el huevo será seguro para comer.[3]
    • También puedes usar un cepillo para huevos o un trozo pequeño de lija grano 220 para limpiar los huevos.
    • Después de limpiar cada 4 o 5 huevos, desinfecta o reemplaza el estropajo en 3,8 l (1 galón) de agua mezclados con 1 cucharada de cloro.
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    Almacena los huevos a temperatura ambiente o en el refrigerador. Una vez que limpies los huevos colócalos en un cartón de huevo reutilizable, de forma que el extremo más grande quede boca arriba. Si son huevos recién puestos, puedes elegir almacenarlos en la encimera a temperatura ambiente durante 2 semanas o en el refrigerador por hasta 1 mes.[4]
    • Puedes comprar cartones de huevo reutilizables en línea.
    • Si no tienes un cartón de huevo reutilizable, también puedes poner los huevos en un recipiente grande.

    Advertencia: no almacenes en la encimera los huevos comprados en la tienda, ya que normalmente los lavan antes de que los compres y tienen un cascarón más frágil que es más susceptible a las bacterias.

Método 3
Método 3 de 3:
Lavar los huevos

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    Llena un recipiente con agua que tenga una temperatura mínima de 41 a 44 °C (106 a 111 °F). Usa un recipiente poco profundo, ya que no necesitarás sumergir los huevos por completo. Usa un termómetro para asegurarte de que la temperatura del agua esté entre 41 y 44 °C (106 y 111 °F), de forma que sea menos probable que las bacterias contaminen los huevos. Coloca el recipiente en una encimera o mesa cercana al fregadero.[5]
    • Si lavas los huevos con agua fría, atraerán bacterias dañinas al interior del cascarón y se contaminarán.
    • Evita usar agua con una temperatura mayor a 44 °C (111 °F) ya que puede comenzar a hervir los huevos.
    • Si planeas vender los huevos revisa las normas alimentarias de tu estado, ya que pueden exigir que uses un detergente o desinfectante cuando laves los huevos.
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    Humedece y limpia los huevos individualmente con un estropajo. Sumerge los huevos en el agua caliente uno a la vez y agítalos por algunos segundos para aflojar la suciedad. Saca el huevo del agua y usa un estropajo o un cepillo para huevos para limpiar el cascarón. Si necesitas mojar el huevo de nuevo, sumérgelo en el agua otra vez.[6]

    No dejes los huevos remojándose en el agua, ya que esto los pone en riesgo de absorber bacterias dañinas como la salmonela.

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    Coloca los huevos en una toalla y sécalos. Después de lavar los huevos, colócalos sobre una toalla suave y sécalos para que no queden gotas de agua sobre ellos. Mantén los huevos en la toalla y permite que se sequen por completo antes de almacenarlos.[7]
    • Si lo prefieres también puedes usar toallas de papel.
    • Si la toalla se moja mucho, reemplázala con una seca para que los huevos no queden húmedos.
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    Guarda los huevos lavados en el refrigerador. Pon los huevos en un cartón de huevos reutilizable o en un recipiente grande y mételos al refrigerador. Mantenlos lejos de cualquier alimento con olor fuerte, como cebollas o pescado, ya que pueden absorber el aroma y cambiar su sabor. Guarda los huevos en el refrigerador hasta por 1 mes.[8]
    • Los huevos lavados con agua no pueden almacenarse a temperatura ambiente debido a que han perdido su brillo, que es la cubierta protectora al exterior del cascarón.

    Consejo: escribe la fecha en los huevos con un lápiz, para que puedas recordar cuándo caducan.

Consejos

  • Si planeas vender los huevos, verifica las normas estatales o nacionales, ya que pueden contener reglas sanitarias específicas.

Advertencias

  • No uses agua fría cuando laves los huevos, ya que puede atraer bacterias dañinas al interior del cascarón y contaminarlos.[9]

Cosas que necesitarás

Cepillar los huevos en seco

  • estropajo
  • recipiente o cartón de huevos

Lavar los huevos

  • recipiente
  • agua tibia
  • estropajo o cepillo para huevos
  • toalla
  • cartón de huevos

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