¿Cuántas veces has comprado productos agrícolas frescos con el propósito de consumirlos durante toda la semana, solo para darte cuenta de que se han echado a perder cuando quieres usarlos? Esto suele suceder en muchos hogares y el almacenamiento inadecuado empeora las cosas. Si aprendes a guardar mejor los productos frescos, lograrás que duren más tiempo y no tendrás que preocuparte por tener un tiempo limitado para disfrutar de las frutas y los vegetales que más te gusten.

Método 1
Método 1 de 3:
Almacenar las frutas

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    Guarda los tomates en la encimera de la cocina a temperatura ambiente. Los tomates suelen perder el sabor y la frescura si se exponen al aire frío. Por otro lado, el calor excesivo puede hacer que se pudran. Para proteger los tomates y asegurarte de que conserven el sabor, cubre un tazón grande con unas toallas de papel y mete allí los tomates.[1]
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    Guarda las manzanas en el cajón de los vegetales del refrigerador. Las manzanas necesitan mantenerse frías y debes guardarlas separadas de otras frutas en el refrigerador. Mételas en una bolsa plástica antes de colocarlas en el cajón. En este cajón, mantendrán la temperatura adecuada y, a la vez, conservarán su textura y su sabor.[2]
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    Guarda los limones y las uvas en bolsas, y luego mételos en el refrigerador. Estas frutas tienden a pudrirse cuando están al aire libre. La clave para que duren más tiempo es mantenerlas frías. Ambas frutas deben empacarse de manera distinta, así que tenlo en cuenta cuando las guardes.
    • Los limones debes guardarlos en bolsas plásticas. Asegúrate de que la bolsa quede bien cerrada para evitar que los limones queden expuestos al aire. De esta forma, conservarán su humedad y evitarás que se pongan duros y secos.[3]
    • Las uvas puedes dejarlas en la bolsa donde las compraste o pasarlas a una nueva. Las bolsas de papel son las mejores para almacenarlas debido a sus propiedades absorbentes.[4]
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    Congela las cerezas o guárdalas en el refrigerador. Las cerezas se conservan bien a una temperatura baja. De hecho, se ha comprobado que cualquier temperatura más alta que la del refrigerador daña las cerezas. Si tienes pensado comerlas pronto, puedes refrigerarlas. Sin embargo, si no planeas usarlas de inmediato, guárdalas en el congelador. ¡Solo asegúrate de empacarlas primero en una bolsa![5]
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    Limpia las bayas frescas con agua y vinagre antes de guardarlas. El vinagre funciona como desinfectante para las bayas. Si tienes una centrifugadora de ensaladas, puedes usarla para secarlas de inmediato.[6]
    • Coloca las bayas limpias y secas en un táper (o en otro recipiente que tenga tapa),con unas toallas de papel en el fondo para que absorban el exceso de líquido que salga de las bayas. Asegúrate de guardar el táper ligeramente abierto para que las bayas se ventilen.[7]
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    Guarda las naranjas y otras frutas cítricas en bolsas y en el refrigerador. Es muy fácil guardar las frutas cítricas, ya que estas se conservan bien en los cajones del refrigerador y a temperatura ambiente.[8]
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    Deja las frutas verdes en la encimera. Esto incluye las peras, los aguacates y las bananas, que suelen comprarse antes de que se maduren lo suficiente para su consumo. Si las dejas a temperatura ambiente, estimularás su maduración para poder comerlas antes.[9]
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    Guarda las frutas maduras en el refrigerador. El ambiente frío ralentiza o detiene el proceso de maduración, lo cual es excelente para los aguacates, las bananas, las manzanas y otras frutas que se maduran a un ritmo acelerado. De esta forma, serán comestibles durante más tiempo.[10]

Método 2
Método 2 de 3:
Almacenar los vegetales

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    Deja las papas en un área seca y fresca de la cocina. Nunca guardes las papas en el refrigerador porque el frío alterará su sabor. Además, debes conservarlas lejos de la estufa y otras partes cálidas de la cocina porque el calor estimulará la producción de brotes. Asegúrate de empacarlas en bolsas, sin importar si compras pocas papas o una cantidad grande.
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    Poda los tallos de los espárragos y las hojas de las zanahorias, y luego colócalos en una taza grande con agua. Ambos vegetales necesitan humedad para mantenerse frescos.
    • Debes dejar unos 5 cm (2 pulgadas) de líquido para cubrir los tallos cortados de los espárragos. Después de agregarles el agua, puedes usar una bolsa plástica como cobertor.[11]
    • Las hojas de la zanahoria seguirán creciendo y, con el tiempo, harán que la zanahoria se marchite. Si quieres comerlas, resérvalas en otro lugar. Mientras tanto, la humedad del agua hará que las zanahorias sigan siendo comestibles.[12]
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    Refrigera los champiñones en su empaque. Si compraste champiñones ya cortados y empacados, lo único que debes hacer es meterlos en el refrigerador. Después de abrirlos, asegúrate de envolver en celofán los que no uses. Pincha la envoltura para que los champiñones puedan ventilarse de una forma adecuada.[13]
    • Coloca los champiñones frescos en bolsas de papel. Las bolsas de papel son mucho más absorbentes y proporcionan una mejor ventilación. Por el contrario, las bolsas plásticas tienden a guardar mucha humedad y esto estimula que los productos se pudran.
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    Coloca las coles de Bruselas y los pimientos en la encimera. Estos dos tipos de vegetales no necesitan un tratamiento especial para conservar su frescura.
    • No les quites las hojas secas a las coles de Bruselas sino hasta que vayas a comerlas. Las hojas cubren los núcleos, y esto hace que sigan siendo comestibles y mantengan su frescura.[14]
    • Aunque puedes refrigerar los pimientos, parece que esto reduce su tiempo de vida y solo serán comestibles durante unos pocos días.[15]
    • Puedes congelar las coles de Bruselas si son demasiadas como para que se mantenga frescas.
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    Enjuaga los vegetales de hojas y envuélvelos en una toalla de tela o de papel. El agua eliminará la tierra y la toalla absorberá el exceso de agua. Puedes guardar los vegetales en la toalla y colocar un elástico en ambos lados hasta que vayas a comerlos. Esto hará que se mantengan en buenas condiciones.[16]
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    Pela y desgrana el maíz, y luego congélalo en bolsas. El maíz suele madurarse si le dejas las hojas, lo cual disminuye su sabor. Si no tienes pensado usar el maíz pronto, será mejor que lo desgranes y lo guardes para después.[17]
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    Guarda la coliflor en bolsas y métala en el refrigerador. La coliflor es otro vegetal que no necesita mucho mantenimiento y es fácil de almacenar. Debes guardarla en una bolsa plástica normal, y meterla en uno de los cajones del refrigerador.[18]

Método 3
Método 3 de 3:
Almacenar las hierbas y las especias frescas

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    Lava las hierbas en un tazón o una centrifugadora de ensaladas. Lava las hierbas con agua fría y luego colócalas en la centrifugadora o sécalas. Asegúrate de que se sequen por completo después de lavarlas, porque podrían pudrirse si quedan expuestas a demasiada agua.[19]
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    Mantén húmedas las hierbas duras y guárdalas en el refrigerador. Puedes identificar las hierbas duras por su textura. Estas se sentirán como si fueran las ramas de un árbol. Enróllalas en una toalla de papel ligeramente húmeda, mételas en una bolsa apta para congelar o en un táper hasta que vayas a usarlas. Las hierbas debes guardarlas en el cajón de los vegetales del refrigerador.[20]
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    Recorta las hierbas suaves y mantenlas en agua. Para saber si las hierbas son suaves, siente si las hojas son flexibles y abundantes. Asegúrate de cortarles los tallos. Después, puedes transferirlas a un recipiente pequeño con agua. Déjalas en la encimera y cámbiales el agua cada dos días. Estas hierbas necesitan una gran cantidad de humedad para mantenerse suaves.[21]
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    Guarda el ajo en un área de la cocina que sea oscura y donde no haya humedad. La humedad y la luz pueden hacer que el ajo empiece a echar brotes y se pudra. También debes asegurarte de que tenga suficiente ventilación.[22]

Consejos

  • Antes de comprar los productos agrícolas, observa que no tengan señales de descomposición. Si ves que alguna fruta o un vegetal tiene manchas oscuras o magulladuras, o se siente blando, no lo tomes. Estas señales indican que ya ha empezado a descomponerse y no podrás mantenerlo fresco.
  • Guarda todos los productos que compres en cuanto llegues a casa. Mientras más rápido guardes los productos en el lugar adecuado, menos probable será que se arruinen pronto, sobre todo si el clima en dónde vives es extremo.
  • Usa los productos lo antes posible. Existen muchas maneras de almacenar los vegetales y las frutas que harán que conserven su frescura, pero no durarán para siempre. Trata de consumir los productos que compres lo antes posible.
  • Lleva la cuenta del tiempo que los productos durarán naturalmente. En el caso de los vegetales de hojas, únicamente puedes esperar que duren un par de días antes de que se estropeen. Muchos otros tipos de productos pueden conservarse bien hasta una semana o un poco más.[23]
  • Ábreles algunos agujeros a las bolsas para que los vegetales puedan ventilarse. Estos necesitarán aire y suficiente espacio para mantener su frescura.[24]
  • Limpia el refrigerador con frecuencia. Un refrigerador abarrotado no puede funcionar de la forma correcta porque no tiene espacio suficiente para que la temperatura circule. Una vez por semana, trata de sacar la comida vieja o en mal estado.

Advertencias

  • Debes guardar las papas y las cebollas por separado. Estos dos vegetales producen una reacción química entre sí que afecta su textura y su sabor, y hace que las papas echen brotes.
  • Nunca coloques los vegetales y las frutas en un solo recipiente o en una sola área. Muchas frutas, como las manzanas, se caracterizan por producir mucho etileno, un gas que estimula la maduración. Si guardas todos los productos en el mismo lugar, todos quedarán expuestos y empezarán a pudrirse con mayor rapidez.[25]

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