La motivación puede darte ese empujón adicional que necesitas para terminar algo. No obstante, no se da siempre cuando lo requieres. Si te cuesta empezar o completar una tarea, anímate un poco a ti mismo para continuar. Tener un poco de presión puede ser útil, así que pídele a un amigo, familiar o grupo que te ayude a rendir cuentas. Si intentas llevar a cabo algunos planes a largo plazo, asegúrate de tener objetivos claros y manejables para seguir motivado durante todo el proceso.

Método 1
Método 1 de 3:
Desarrollar entusiasmo

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    Recuerda por qué quieres hacer algo. A veces, necesitamos un poco de estimulo para ayudarnos a realizar tareas o proyectos. Di en voz alta o escribe por qué necesitas hacer algo. Repite para ti mismo los beneficios de terminar lo que debes hacer.[1]
    • Por ejemplo, puedes decir “Voy salir a correr ahora porque quiero estar más en forma” o “Debo hacer esta tarea para tener una buena calificación”.
    • Recuerda los riesgos que corres por postergar las cosas. Promete algo como “Si logro terminarlo, puedo salir del trabajo más temprano hoy” o “Si me deshago de esto, puedo trabajar en algo más divertido”.
    • Haz un tablero de visión con imágenes que representen lo que quieres lograr en tu vida. Esto te servirá como recordatorio de qué te importa en verdad.[2]
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    Divide tu trabajo en partes pequeñas. Es posible que te sientas amilanado por las horas de trabajo. Sin embargo, si divides tu día en pequeñas partes, puede ser más fácil lidiar con el trabajo. Empieza con las tareas más fáciles que puedas completar rápidamente para darte impulso. Por ejemplo, en vez de decir “Tengo que trabajar toda la mañana”, di “Escribiré este informe en una hora y luego iré a la reunión a las 11. Después, almorzaré”.[3]
    • Escribe los segmentos y tareas en una aplicación de calendario o planificador. Usa colores diferentes para marcar las secciones de tareas y tiempos diferentes. Esto puede dividir tu día y hacer que sea más fácil enfrentarlo.
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    Haz que tus actividades sean divertidas. Si estás reacio a realizar una tarea o actividad, puede ser difícil empezar. En este caso, encuentra una forma de hacer que la tarea sea más emocionante. Puedes incluir a otras personas o desafiarte de alguna nueva forma. Mezclar las cosas también puede ayudarte a terminarlas.[4]
    • Por ejemplo, si quieres estar en mejor forma, pero detestas ir al gimnasio, toma una clase de ejercicios, como kick boxing, Zumba o Barre.
    • Si vas a estudiar para un examen, compite con un amigo. Descubran quién puede responder más preguntas correctamente o resolver un problema más rápido.
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    Promete recompensarte cuando hayas terminado algo. Incluso si se trata solo de un pequeño logro, date palmaditas en la espalda. Puedes descansar brevemente del trabajo, comprar un bocadillo o café “latte”, ir por un masaje o celebrar con algunos amigos. Esto puede mantenerte emocionado y motivado para continuar con el siguiente paso.[5]
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    Tómate descansos ocasionales para evitar el agotamiento. Si bien es importante evitar distraerte, trabajar demasiado puede hacer que seas menos productivo. Programa descansos ocasionales durante el día. Asegúrate de hacer también pausas más largas en los fines de semana para descansar y revitalizarte.[6]
    • Por ejemplo, puedes tomarte cinco minutos cada hora para ir al baño o para estirarte.
    • Programa estos descansos de tal modo que tengas algo que esperar. Por ejemplo, puedes repetir para ti mismo “Si termino estos informes a las dos de la tarde, puedo tomar un descanso breve”.
    • Evita hacer múltiples tareas y distraerte revisando los correos electrónicos o tu celular. Si lo haces, tu productividad se verá afectada.
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    Repite para ti mismo que puedes lograr cualquier cosa. Puedes ser tu más grande crítico cuando se trata de la motivación. Para impulsarte a hacer lo que debes, repite para ti mismo afirmaciones positivas. Recuerda que puedes terminar esa tarea si te lo propones.[7]
    • Si te das cuenta de que piensas negativamente sobre esa tarea, oblígate a reexpresarlo como un comentario positivo. Por ejemplo, si te das cuenta de que piensas “Tengo demasiado trabajo hoy. Nunca lo terminaré”, piensa en su lugar “Si comienzo ahora, terminaré todo antes de la fecha límite”.

Método 2
Método 2 de 3:
Rendir cuentas

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    Encuentra un compañero a quien rendirle cuentas. Este será alguien que compruebe de vez en cuando cómo vas con tus objetivos. Pregúntale a un amigo, mentor o colega si estaría dispuesto a ser este compañero.[8]
    • Programa las reuniones o llamadas de antemano para tener una fecha definida en que debes lograr una objetivo. Esto puede motivarte a completar algo para esa fecha.
    • Envíale tu tarea a ese compañero para que te dé alguna retroalimentación. Dale tu consentimiento para ser honesto y minucioso con su comentario.
    • Este compañero también puede enviarte recordatorios ocasionales como “Recuerda que ibas a presentar tu propuesta para el final de la semana” o “¿Ya has solicitado la financiación?”.
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    Crea una lista de tareas para ti mismo. Mantén la lista en algún lugar visible, como en tu escritorio o el monitor de tu computadora. Cada vez que completes una tarea, táchala de la lista. Esto puede motivarte un poco. Cuando hayas terminado todo, sentirás una gran sensación de satisfacción que te mantendrá con energía para el próximo proyecto.[9]
    • Hay varias aplicaciones de listas de tareas que puedes descargar en tu celular, como Recordatorios de Apple, To-Do de Microsoft y Tareas de Google. Incluso puedes establecer recordatorios para mantenerte encaminado.
    • Ten una lista de tareas diarias para terminarlas durante el día. En el caso de proyectos más grandes, ten una lista separada para marcar tus objetivos a corto y largo plazo.
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    Únete a un grupo de trabajo que se enfoque en las mismas actividades. Un grupo puede ayudarte a mantenerte encaminado mientras te respalda, te da una retroalimentación y te felicita para seguir avanzado. Busca grupos en línea por medio de las redes sociales o revisa en el centro, biblioteca o municipalidad de tu comunidad local.[10]
    • Ya sea que estés escribiendo una novela o una tesis, verifica si hay grupos de escritura en tu localidad.
    • Los grupos para ir a correr, hacer senderismo o realizar otras actividades son una buena forma de conocer gente mientras te mantienes al día con tus objetivos para mejorar tu estado físico.
    • Los grupos de estudio te pueden ayudar a aprender los materiales didácticos. Tus compañeros de clases pueden ayudarte a entender los temas difíciles. Asimismo, trabajar juntos puede hacer que estudiar sea más divertido.
    • Si quieres aprender una nueva habilidad, únete a una clase. Las personas allí pueden ayudarte a mantenerte motivado mientras todos aprenden juntos.
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    Crea una rutina para ti mismo. Establece un horario que funcione para ti, pero sé constante todos los días. Intenta hacer las mismas actividades o tareas a la misma hora cada día. Incluso si no te sientes bien para hacer una tarea, tener una rutina puede ayudarte a tener una actitud adecuada para cumplirla.[11]
    • Por ejemplo, si quieres crear tu propio sitio web, puedes pasar una hora cada tarde trabajando en el código.
    • Descubre en qué hora del día trabajas mejor. Por ejemplo, si trabajas mejor por las mañanas, programa las tareas más difíciles para ese momento del día.
    • Sin importar cuál sea tu rutina, debes realizarla sí o sí independientemente de cómo te sientas. Incluso si estás de mal humor, debes tratar de seguir con lo programado.
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    Decide de antemano cómo lidiarás con los contratiempos. Planifica los problemas y obstáculos antes de que ocurran. Esto hará que estés más preparado para solucionarlos en vez de dejar que se interpongan en tu trabajo.[12]
    • Si obtienes una retroalimentación negativa en un proyecto, es posible que te desmotives. Si es así, encuentra actividades que te ayuden a calmarte. Por ejemplo, podrías salir a caminar, hacer garabatos en un papel o llamar a un ser querido.
    • Si tu computadora se malogra con frecuencia y necesitas escribir un informe, ten el número de un técnico o una tienda de informática a mano. Identifica dónde puedes pedir prestado una laptop o usa una computadora pública en una librería. Si tu computadora se malogra al final, estarás preparado.

Método 3
Método 3 de 3:
Lograr objetivos a largo plazo

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    Establece un objetivo final, específico y claro para ti mismo. A veces, es difícil motivarnos cuando no estamos seguros de a dónde queremos ir. Establece un objetivo final, claro y viable que puedas lograr.[13]
    • Por ejemplo, si estás en la escuela, tu objetivo final puede ser ingresar a cierta universidad o sacar una pasantía específica.
    • Si quieres tener tu propia empresa, decide qué tipo será. ¿Quieres vender un producto, consultar otras compañías o brindar servicios en tu comunidad?
    • Sé específico con tus objetivos. Por ejemplo, si quieres viajar por el mundo, ¿a dónde quieres ir primero? ¿Prefieres ir de mochilero o te gustaría viajar en crucero? ¿Quieres ver el mundo todo al mismo tiempo o quieres hacerlo en varios viajes pequeños?
    • No dejes que tus objetivos te distraigan de los otros aspectos importantes de tu vida. Ten en claro cuánto debes esforzarte en cada objetivo que tengas.
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    Divide tu objetivo en unos más pequeños. Una vez que sepas específicamente tu propósito, ten parámetros cortos para lograrlo en el camino. Escribe una serie de pasos que te ayuden a lograr tu objetivo. Esto hará que sea más manejable, logrando así que cumplas cada tarea.[14]
    • Por ejemplo, si tu sueño es tener tu propia casa, puedes tener pequeños objetivos para ahorrar dinero, crear un buen historial de crédito, solicitar una hipoteca y encontrar una casa en algún vecindario.
    • Si quieres renunciar a tu trabajo para vender artesanías por Internet, quizás necesites establecer una tienda en línea, tener un inventario suficiente para vender y promocionar tu mercancía.
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    Encuentra un modelo que haya logrado ese objetivo con anterioridad. Si conoces a alguien que haya logrado el mismo objetivo, intenta seguir su ejemplo. Usa su historia para darte mayor motivación para seguir adelante.[15]
    • Puede tratarse de alguien que conoces en la vida real, como un familiar, jefe, profesor o consejero. También puede ser una persona famosa, como un líder empresarial o científico.
    • Si lo conoces en persona, pregúntale cómo logró su objetivo. Si es un personaje famoso, intenta encontrar entrevistas o biografías que puedan mostrarte la forma en que lo hizo.
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    Coloca frases motivadoras en lugares visibles. Puedes tener un cartel en la pared de tu oficinal, colocar una nota adhesiva en el espejo de tu baño o colocar una nota en tu refrigerador. Dondequiera que necesites más motivación para seguir adelante, coloca una frase inspiradora o positiva para seguir esforzándote.[16]
    • Mantén la frase en algún lugar relacionado con tus objetivos. Por ejemplo, si quieres perder peso, colócala cerca de tu balanza o el espejo de tu baño. Si estás terminando un proyecto grande en el trabajo, colócala en tu cajón o en tu computadora.
    • Busca citas en libros, sitios web o vídeos motivadores. Puedes comprar carteles en Internet o hacer los tuyos usando lápiz y papel.
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    Imagina tus objetivos y sueños. Toma asiento e imagínate logrando tu objetivo durante unos minutos al día. Imagina tenerlo, hacerlo, lograrlo o serlo. ¿Cómo se siente? Luego de unos minutos, ¿cómo te sientes? Usa esta energía para empezar con el siguiente paso.[17]
    • Especifica los detalles tanto como sea posible. ¿Dónde estás? ¿Qué haces? ¿Qué vistes? ¿Cómo te ves? ¿Quién está contigo?
    • Un tablero de visión puede ayudarte a esforzarte en tus objetivos. Haz un collage o imagen de tus objetivos y sueños. Colócalo en algún lugar donde lo veas todos los días, como en tu oficina o refrigerador. Esto puede motivarte un poco cada día.

Advertencias

  • Consúltale a un médico si esta falta de motivación está asociada a los sentimientos de depresión, ansiedad, soledad, llanto o pensamientos de herirte a ti mismo o los demás.

Acerca de este wikiHow

Sydney Axelrod
Coescrito por:
Coach de vida certificada
Este artículo fue coescrito por Sydney Axelrod. Sydney Axelrod es una coach de vida certificada y la propietaria de Sydney Axelrod LLC, un negocio de coaching de vida centrado en el desarrollo profesional y personal. A través del coaching individual, cursos digitales y talleres grupales, Sydney trabaja con sus clientes para descubrir su propósito, navegar por las transiciones de la vida, y establecer y lograr objetivos. Sydney tiene más de 1000 horas de certificaciones de coaching relevantes y tiene una licenciatura en Administración de Empresas en Marketing y Finanzas otorgada por la Universidad de Emory. Este artículo ha sido visto 48 806 veces.
Categorías: Autoayuda
Resumen del artículoX

Para motivarte, hazte la promesa de darte un premio cuando termines alguna tarea de tu lista de tareas pendientes, como salir a tomar un café o salir con tus amigos. También, programa varias pausas regulares para que tengas algo que puedas esperar con ansias. Por ejemplo, si vas a estudiar o trabajar en un proyecto, haz una pausa de 10 minutos por cada hora. Si vas a tratar de mantenerte motivado para trabajar en una tarea extensa y difícil, divídela en pasos más pequeños y manejables para que sientas que avanzas mientras la haces.