Si has estado casado por un largo tiempo, podrías empezar a preguntarte qué ha ocurrido con la relación sólida y comunicativa que solías tener con tu cónyuge. Tal vez hayas afrontado tantas peleas y acusaciones que ya no escuches a tu pareja. Existen medidas que puedes adoptar para recuperar tu capacidad y deseo de escucharla.

Método 1
Método 1 de 3:
Cambiar el ambiente para escuchar mejor

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    Detén lo que estés haciendo. Si no estás mirando a tu cónyuge, no le estarás dando toda tu atención. Guarda tu iPhone o computadora, y apaga la televisión. Es casi imposible prestar suficiente atención a alguien cuando estás enfocado en diferentes cosas.[1]
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    Mírala cuando hable. Entablar contacto visual con tu cónyuge le indicará que estás concentrado solo en ella y listo para escuchar. Tu expresión facial también será importante. No le muestres el ceño fruncido ni la mires con desdén cuando empiece a hablar.[2]
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    No la interrumpas. Con frecuencia, pensamos que estamos escuchando a nuestra cónyuge cuando en realidad estamos ocupados elaborando nuestra respuesta o argumento en nuestra mente. Esto no será escuchar con eficacia, ya que solo estarás escuchando a tu cónyuge de forma parcial, porque tu foco principal estará en lo que planeas decir a continuación. Esto hace que empecemos a hablar por lo general antes de que sea nuestro turno. Para una cónyuge que necesita que su pareja la escuche, una de las cosas más perjudiciales es que esta la interrumpa a mitad de una oración varias veces.
    • Para escuchar con eficacia, es importante que no domines las conversaciones. Esto se relaciona con el hecho de no interrumpir y podría parecer evidente, pero las parejas suelen empezar a tener problemas con este concepto con el tiempo: no puedes escuchar si estás hablando. Ten paciencia y dale a tu cónyuge el tiempo que necesite para hablarte y desahogarse contigo.[3]
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    Dedica tiempo cada día a conversar. En ocasiones, todos nos sentimos ocupados y sobrecargados debido al trabajo, la escuela y las obligaciones familiares. Sin embargo, es importante que dediques incluso 10 minutos al día a sentarte y conversar con tu cónyuge. Esto brinda un doble beneficio. Para empezar, si le mencionas que quieres priorizar las conversaciones con ella, esto le demostrará que te importa la relación y estás dispuesto a ser proactivo para mejorarla. Por otro lado, los 10 o más minutos que reserves serán beneficiosos para su comunicación en general si usan el tiempo para informarse sobre su día y lo que sienten.
    • Procura garantizar que sus conversaciones sean productivas. No uses este tiempo íntimo para quejarte de que la casa está sucia, incluso si es cierto. Aprovecha este tiempo para hablar sobre un proyecto difícil o un acontecimiento próximo que ambos tengan. Luego pregúntale sobre su día y escúchala de forma activa.
    • Si en verdad tienen horarios opuestos que dificultan esta medida, podrían usar Skype o FaceTime como maneras de comunicarse.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Escuchar de forma activa

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    Presta atención a las pistas no verbales. Lucir como alguien dispuesto a escuchar a su cónyuge es casi tan importante como el acto de escucharla. ¿Estás haciendo movimientos inquietos, estás parado con los brazos cruzados o suspirando? Si es así, le estás comunicando a tu cónyuge con claridad que no la escuchas y no estás interesado en lo que tiene que decir. Siéntate erguido o párate mirándola y manteniendo el contacto visual. Piensa en la posición en la que estarías si tu jefe te estuviera hablando sobre algo importante, y sé igual de cortés con tu cónyuge.
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    Asegúrate de saber con exactitud qué está diciendo. Para garantizar que estés siguiendo lo que dice, tendrás que repetírselo. Esto no significa que debas decirle palabra por palabra lo que te acaba de mencionar. Esto solo quiere decir que debes escuchar el contenido y luego delimitar los hechos clave que le demuestren a tu pareja que estabas escuchando.
    • Por ejemplo, si te dice que está estresada por un proyecto importante en el trabajo, podrías decirle algo como “Ese proyecto suena intenso, y definitivamente tiene sentido que estés estresada. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?”. Al decirlo, le repetirás y validarás sus sentimientos, reconociendo que has escuchado sus inquietudes y ofreciendo tu ayuda con amabilidad.
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    Muéstrale empatía. Trata de comprender lo que siente, en especial si expresa una queja. Esfuérzate por entender su frustración. Por ejemplo, si se queja de que la cocina está sucia, piensa en su queja. ¿La cocina está sucia? Piensa en las maneras en las cuales abordar sus quejas, las cuales demuestren que en verdad la escuchas. Incluso si sientes que está reaccionando de forma excesiva, trata de buscar la verdad en lo que diga.[5]
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    Escucha las maneras en las que puedan acordar. Si tu cónyuge expresa una inquietud, trata de encontrar un punto en común sobre el problema. Incluso si crees que su inquietud es exagerada o que no es válida, el problema por lo general tendrá un poco de verdad si analizas la situación de forma objetiva. Buscar maneras de validar la inquietud de tu cónyuge muestra que estás escuchando y que te importa lo que diga. Como mínimo, siempre podrás reconocer lo que siente (y esto te importa), incluso si no estás de acuerdo con la lógica de ello.
    • Por ejemplo, si te comenta que nunca ayudas a alistar a los niños para la cama, podrías responder que entiendes lo que siente y ofrecerte a llevar a cabo las tareas para la hora de dormir esa noche. Podrías proseguir preguntando si ambos pueden sentarse y crear un horario o delegar obligaciones de modo que las tareas para la hora de dormir no dependan solo de una persona todo el tiempo.
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    No compares sus inquietudes con las tuyas. Si tu cónyuge se abre contigo sobre un problema, evita la necesidad de invalidar sus preocupaciones superándolas con algo más importante que ocurra en tu vida. Esto le enviará el mensaje claro de que no la estás escuchando y que no consideras que sus sentimientos y problemas son importantes. Recuerda que los problemas y los estresantes no son una competencia. Un buen oyente escuchará las inquietudes de su cónyuge y esperará su turno para mencionar aparte sus propios problemas.

Método 3
Método 3 de 3:
Mejorar tu persona

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    Deja tu agenda. ¿Tienes una idea del rumbo que quieras para la conversación con tu cónyuge? Si quieres escuchar con eficacia, tendrás que olvidarte de ello. Las conversaciones en las que dos personas participan de forma equitativa escuchando y respondiendo se desarrollan de manera natural. No te sientes a escuchar a tu cónyuge con la expectativa de guiar la conversación tal como quieres. Al hacerlo, no escucharás de verdad.
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    No sientas que tienes que solucionar su problema. En ocasiones, tu cónyuge solo querrá acudir a ti para desahogarse o hablar de sus problemas. Si sugieres soluciones rápidas y no solicitadas, esto menosprecia a tu cónyuge y minimiza sus inquietudes. No brindes consejos salvo que ella te pregunte qué opinas.
    • Esto aplica en especial a los hombres. Este suele ser un problema muy centrado en el género, ya que los esposos buscan solucionar los problemas de sus esposas en lugar de escucharlas hablar de sus problemas. Por ejemplo, si tu esposa se te acerca con inquietudes sobre un desacuerdo que ha tenido con su madre, resiste la necesidad de decirle que simplemente la llame y se disculpe. En lugar de ello, escúchala de forma activa y reconoce su problema.
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    Recuerda la importancia de ser un buen modelo a seguir. La manera en la que tu cónyuge y tú se comuniquen y se escuchen será el ejemplo para sus hijos cuando tengan una relación en el futuro. Los niños absorben la información; por ello, el ejemplo que les des sobre la mejor manera de comunicarse con su pareja debe centrarse en el respeto y la sinceridad.
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    No te pongas a la defensiva sobre las malas habilidades para escuchar en el pasado. Tu cónyuge podría mencionar que no la escuchabas en el pasado. Cuando lo mencione, será importante que no te pongas a la defensiva ni te enfurezcas. En lugar de ello, reconoce que no has sido tan atento como deberías haber sido y que te estás esforzando en ello. Pregúntale qué acciones específicas realizabas que le hacían sentir que no la escuchabas. De este modo, si tiene ejemplos específicos, tendrás aspectos concretos en los que podrás empezar a trabajar.
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    Pide disculpas con sinceridad. Si has descuidado a tu cónyuge en el pasado y no la has escuchado, una disculpa sincera puede ser de mucha utilidad. Asegúrate de tener una actitud arrepentida y que coincida con tus palabras. Evita los comentarios sarcásticos o pasivo agresivos que puedan percibirse más como un ataque encubierto en lugar de una disculpa sincera.
    • Di algo como “Sé que no te he estado escuchando. Reservemos un día para tomar un café, almorzar o cenar, y conversar. Quiero saber qué ocurre en tu vida”. Luego deberás proceder creando planes concretos al elegir una fecha y un lugar, y conseguir una niñera (si es necesario).
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    Pide comentarios. Pregúntale a tu cónyuge si siente que la escuchas. Deberás estar preparado para su respuesta. Lo ideal es que diga que sí, pero si se siente herida, es probable que no te brinde una respuesta amable. Preguntarle si siente que la escuchas o no puede ser difícil, pero es la medida más eficaz para determinar su percepción en torno a lo bien que la escuchas.
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    Prueba la terapia matrimonial. Si las cosas no funcionan a pesar de tus mejores esfuerzos por volverte un mejor oyente para tu cónyuge, ambos podrían beneficiarse al hablar con un profesional. Busca a un terapeuta o un miembro de tu iglesia, y conversa con él sobre sus problemas maritales relacionados con tus habilidades de escuchar y de comunicación. Estas personas están capacitadas para ayudar a las parejas en esta área, y esto puede ser de utilidad si no han podido controlar los problemas por su cuenta.[6]

Consejos

  • Recuerda que se requiere tiempo para solucionar los hábitos antiguos. Comunícale a tu cónyuge con claridad que la valoras y que te estás esforzando por solucionar tus problemas para escuchar. Pídele que te tenga paciencia y te avise si nota que no estás escuchando o estás retomando tus antiguos hábitos.

Acerca de este wikiHow

Candice Mostisser
Coescrito por:
Coach de citas
Este artículo fue coescrito por Candice Mostisser. Candice Mostisser es una coach de citas para NYC Wingwoman LLC, un servicio de coaching de relaciones con sede en la ciudad de Nueva York. 'NYC Wingwoman' ofrece servicios de búsqueda de parejas y de acompañantes, coaching personal e intensos campamentos de fin de semana. Se especializa en entrenar a otras personas sobre las mejores prácticas y estrategias para tener éxito en las primeras citas y en el mundo de las citas en línea. Este artículo ha sido visto 4059 veces.