El salmón es un pescado delicioso que se puede hacer frito, asado o hervido para un almuerzo saludable. Sin embargo, cocinarlo en casa puede ser difícil, ya que es muy fácil cocerlo de más. Revisar el color y textura del pescado puede ayudarte a tener idea de cuándo estará listo, aun así, usar un termómetro es la manera infalible de lograr la cocción deseada. Puedes prevenir el exceso de cocción preparando el salmón de la manera correcta, de forma que jamás vuelvas a terminar con un salmón seco.

Método 1
Método 1 de 3:
Examinar el color y textura

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    Presiona la punta de un cuchillo contra la parte más gruesa del salmón. Necesitarás ver el interior del pescado para saber si está cocinado a buen término. Para echar un vistazo dentro del salmón utiliza la punta de un cuchillo filoso, empuja la punta hacia abajo procurando llegar a la mitad del pedazo de salmón.[1]
    • Puedes utilizar un tenedor; sin embargo, este suele dañar más el salmón, lo que afectará tu presentación.
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    Examina el color del salmón. Mientras que por fuera el pescado debe ser de un color blanco opaco, beige, o café, dependiendo del método de cocción, el centro debe ser de un tono rosa translúcido.[2] Si el centro del salmón es opaco, probablemente está cocido de más. Si el centro es completamente translúcido, es probable que le falte cocción.[3]
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    Revisa qué tan fácil se rompe el pescado. No querrás que el salmón se deshaga. Si se descama, seguramente es porque está seco y cocido de más. En lugar de eso, el salmón debe resistir la descamación, pero también separarse en pedazos cuando lo presiones con el cuchillo.[4]
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    Quita el salmón del calor y deja que termine de cocinarse varios minutos. Si el salmón está opaco al exterior y ligeramente translúcido por dentro y se rompe un poco al picarlo, está casi listo. Se seguirá cocinando por varios minutos luego de quitarlo del calor, así que quítalo de la estufa, horno o parrilla y déjalo reposar por 5 minutos antes de servirlo.[5]
    • Debido a que el salmón se sigue cocinando fuera del calor, está bien que lo quites antes de estar bien cocido. Si esperas a que el centro sea ligeramente rosa translúcido y que el pescado se rompa ligeramente con el tenedor, debería quedar perfectamente cocinado luego de asentarse.
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Método 2
Método 2 de 3:
Revisar la temperatura

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    Introduce un termómetro en la parte más gruesa del salmón. Un termómetro de lectura inmediata es lo mejor para revisar la temperatura del salmón. No obstante, asegúrate de poner la sonda del termómetro en la parte más gruesa del salmón, esto debido a que es la parte a la que más tiempo le lleva cocerse.[6]
    • Puedes comprar un termómetro de lectura inmediata en la mayoría de las tiendas de artículos para el hogar y suministros de cocina.
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    Verifica que la temperatura sea de al menos 43 °C (110 °F) pero menor a 60 °C (140 °F). Si la temperatura es menor a 43 °C (110 °F), el salmón estará esencialmente crudo. Entre los 43 °C y 52 °C (entre 110 °F y 125 °F), el pescado estará en un término medio crudo. Entre los 52 °C y 60 °C (125 °F y 140 °F), estará entre medio y bien cocido. No querrás que alcance una temperatura superior a los 60 °C (140 °F), porque entonces se secará y endurecerá.[7]
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    Quita el salmón del calor y déjalo reposar varios minutos. Cuando hayas alcanzado el término en el que lo deseas, quita el pescado de la estufa, horno o parrilla. Déjalo reposar de 5 a 10 minutos para que termine de cocinarse y luego sírvelo.[8]
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Método 3
Método 3 de 3:
Preparar el salmón correctamente

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    Evita quitarle la piel a menos que lo vayas a hervir. Quitar la piel del pescado removerá la barrera que lo protege del calor del sartén y de que se cueza demasiado. Si vas a freír tus filetes de salmón, entonces está bien dejarles la piel[9]
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    Sazona el salmón justo antes de cocinarlo. Agregar la sal y pimienta es la clave para un pescado delicioso, pero si agregas la sal mucho antes de cocinar, esta le quitará toda la humedad, lo que podría provocar una cocción excesiva. En vez de eso, agrega la sal y pimienta al salmón justo antes de cocinarlo.[10]
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    Cocina el salmón con el lado con piel hacia abajo. Incluso si le dejas la piel al salmón, corres el riesgo de cocinarlo de más si es que no lo colocas del lado correcto en el sartén, la parrilla o la charola para hornear. Evita colocar el pescado con el lado de la carne hacia abajo o se cocinará mucho más rápidamente.[11]
    • Para garantizar que se cocine de forma uniforme, coloca un objeto pesado, como un plato o tazón, sobre el salmón mientras se cocina.[12]
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    Listo.
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Consejos

  • Cuando cocines salmón, elige piezas que sean del mismo tamaño para que estén listas al mismo tiempo. Un corte del centro suele ser la mejor opción para asegurar un grosor uniforme.
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Cosas que necesitarás

  • cuchillo filoso
  • termómetro de lectura inmediata

Acerca de este wikiHow

VT
Coescrito por:
Vanna Tran
Cocinera experimentada
Vanna Tran es coautor(a) de este artículo, un(a) miembro de confianza de la comunidad de wikiHow. Vanna Tran es una cocinera de casa que empezó a cocinar con su madre a una edad muy temprana. Ha atendido eventos y ha organizado cenas pop up en el área de la Bahía de San Francisco por más de 5 años. Este artículo ha sido visto 63 664 veces.
Categorías: Salmón
Resumen del artículoX

Para determinar si el salmón está cocido, primero introduce la punta de un cuchillo en la parte más gruesa del salmón de modo que puedas ver su interior. Si el interior sigue luciendo totalmente translúcido, deja que se cocine por más tiempo. Espera hasta que el interior luzca ligeramente translúcido y rosado, lo que significa que ya estará cocido. También podrás introducir un termómetro en la parte más gruesa del salmón para determinar si ya se ha terminado de cocinar. Cuando el termómetro brinde una lectura de entre 43 y 60 °C (110 y 140 °F), retira el salmón del fuego y deja que repose por unos minutos antes de servirlo.

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