Ayunar es el acto de abstenerse voluntariamente de comer por un periodo de tiempo. Algunas personas ayunan a manera de dieta y para perder peso, mientras que otras personas lo hacen para obtener claridad religiosa o espiritual. La intención es clave en este punto: ayunar va contra el impulso natural del cuerpo de alimentarse, así que tendrás que tener una idea clara de la razón por la que ayunas si piensas hacerlo. Antes de ayunar, bebe abundante agua, come frutas y verduras, y duerme mucho. Quizás la experiencia te brinde más claridad si tratas bien a tu cuerpo antes, durante y después del ayuno.

Parte 1
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Establecer la intención

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    Aclara tu propósito al ayunar. Pregúntate qué deseas aprender de la experiencia y usa este propósito para establecer una intención para el día. Quizás puedas aprovechar más el ayuno si hay un estímulo detrás de la disciplina. Considera si tienes alguna meta de desarrollo espiritual o mental, o si simplemente tratas de aprovechar los beneficios físicos. Medita acerca de un tema, una pregunta o una meta.
    • El ayuno desintoxica tu sistema. Abstenerse de alimento por un día puede ayudar a tu cuerpo a filtrar las toxinas, las obstrucciones sólidas y otros contaminantes que te agobian.
    • Ayuna para lograr un progreso. Quizás debas resolver un problema, comprender una situación, u obtener una idea o una conclusión. Ayunar puede poner la mente en un estado de simplificación que haga más fácil enmarcar tus problemas.[1]
    • Ayuna y practica al mismo tiempo la meditación profunda, el yoga o la privación sensorial para explorar las profundidades de la mente. Trasciende las distracciones del hambre con la disciplina y el enfoque.
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    Define el principio y el final del ayuno. Muchos ayunos religiosos tradicionales solo requieren que te abstengas de comer hasta la puesta del sol. Por ejemplo, si haces ayuno para un rito islámico, debes empezar 20 minutos antes del amanecer y puedes romper el ayuno 20 minutos después de que el sol se ponga. Sin embargo, el ayuno de 24 horas se ha vuelto una manera popular para mantener la salud y el vigor, especialmente entre los círculos de yoga. La meta de un ayuno de 24 horas es no comer nada después de la comida nocturna y abstenerse de comer hasta la comida nocturna del día siguiente.
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    Evita ayunar simplemente para bajar de peso. Ayunar puede hacer que las toxinas dejen tu cuerpo y ayudarte a digerir la comida de manera más eficiente, especialmente si te habitúas a hacerlo. Sin embargo, ayunar no te ayudará necesariamente a bajar de peso. Si ayunas todo el día, pero luego te atiborras con una comida llena de carbohidratos, tu metabolismo no se pondrá en marcha hasta después de la comida. No quemarás más grasa que la que quemarías si no ayunaras.
    • Si solo tratas de perder peso, trata de consumir una pequeña cantidad de calorías por la mañana en vez de ayunar directamente. Este bocado activará tu metabolismo para que tu estómago se alimente de las grasas almacenadas.
    • Considera hacer un ayuno de un jugo al día una vez a la semana. Con una dieta de un jugo, puedes dar a tu cuerpo los nutrientes necesarios para que no tengas que agotar los depósitos de azúcar de tu hígado y de tus músculos. De esta manera, te desintoxicarás sin romper el tejido muscular.[2]
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    Haz una práctica del ayuno. Considera ayunar por 24 horas una vez a la semana. Ayunar desencadena las propiedades de autocuración del cuerpo humano, es decir, tu salud general puede mejorar cuando le das un descanso al sistema digestivo y los órganos tienen tiempo para curarse a sí mismos. Ayunar con frecuencia puede hacer que digieras más eficientemente, mejorar tu claridad mental, fortalecer la mente y el cuerpo, eliminar las toxinas, mejorar la visión e infundirte una sensación general de bienestar.[3]

Parte 2
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Prepararte para ayunar

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    Bebe al menos 2 litros (0,5 galones) de agua el día previo al ayuno. El agua ayuda a equilibrar los fluidos orgánicos que ayudan a la digestión, absorción y transportación de nutrientes; a la circulación de la sangre; a la producción de saliva, y al mantenimiento de la temperatura del cuerpo. Esto no significa que debas beber de golpe mucha agua antes de ayunar. Lo único que lograrás será orinar mucho por un par de horas. En cambio, aumenta tu ingesta de agua durante las 72 horas previas al ayuno.[4]
    • El jugo, la leche, el té, el Gatorade y otras bebidas hidratantes también te prepararán para el ayuno. Trata de comer muchos alimentos con alto contenido de agua, especialmente frutas y verduras.
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    Come bien y nutre tu cuerpo el día previo al ayuno. No comas en exceso. Ciertamente, trata de comer porciones más pequeñas de las que usualmente comes.[5] Si es posible, come principalmente frutas y verduras para equilibrar tu organismo. Los alimentos con alto contenido de nutrientes y llenos de agua ayudarán a tu cuerpo a prepararse para ayunar. Evita los productos horneados, especialmente los que contienen mucha sal y azúcar.
    • Evita comer alimentos azucarados y altamente procesados el día previo al ayuno. Tu cuerpo no funcionará de manera apropiada si el azúcar predomina en tu organismo. Además, los alimentos procesados pueden demorar más en dejar tu organismo, lo que hace que sea más difícil tener una "limpieza" rápida.
    • Si eres diabético, consulta con un doctor antes de consumir mucha fruta.
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    Duerme bastante la noche previa al ayuno. Tu cuerpo no funcionará con su abastecimiento habitual de calorías y no podrás superar el cansancio con una dosis de energía del alimento. Si empiezas descansando, será mucho más fácil mantenerte bien durante el día. Además, es probable que saques más provecho del ayuno.

Parte 3
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Ayunar

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    Concéntrate en tu intención. Fija tu atención en los temas o en las preguntas de las que quieras hallar respuesta. Concéntrate en examinarte, en explorar una idea, en entrar en contacto con tu espiritualidad o en simplemente dejarte llevar por un estado de disciplina canalizada. Si tu intención es desintoxicar el organismo, usa este propósito para resistir con firmeza las súplicas del hambre.
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    Si realizas un ayuno solo de agua, mantente hidratado. Bebe al menos medio litro de agua cada dos horas. El agua llenará tu estómago, repondrá tu energía y diluirá los ácidos del estómago que hacen que sientas hambre. Sin embargo, no bebas demasiada agua, ya que puede hacer que te sientas mal.
    • Algunas prácticas, como el ayuno islámico tradicional, prohíben que bebas agua entre la salida y la puesta del sol. En este caso, es muy importante que nutras tu organismo con agua antes y después del ayuno.
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    Mantente ocupado. La inactividad y el aburrimiento pueden hacer que tengas deseos de comer. En vez de eso, ocúpate en algo que sea apasionante, pero no demandante físicamente. Leer, escribir, meditar, hacer movimientos lentos de yoga, trabajar en la computadora, caminar en el bosque, ver televisión y manejar distancias cortas son buenas maneras de mantenerte ocupado durante un ayuno. Evita las actividades que requieran mucha energía (como hacer ejercicios intensos, ir al gimnasio, levantar pesas o correr distancias largas). El esfuerzo excesivo quemará muchas calorías y hará que tengas hambre innecesariamente.[6]
    • Evita pensar en comida. Trata de no pasar tiempo cerca de comida, fotos de comida u olores de comida.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Kristi Major

    Kristi Major

    Entrenadora personal certificada por ACE
    Kristi Major es una entrenadora personal certificada por el Consejo Americano de Ejercicio (ACE, por sus siglas en inglés) con sede en el Área de la Bahía de San Francisco. Kristi tiene más de 18 años de experiencia en entrenamiento personal y más de 90 horas de estudio de recertificación en acondicionamiento físico, salud, nutrición y suplementos. Tiene la certificación de RCP y AED por la Asociación Estadounidense del Corazón y tiene una licenciatura en Radiodifusión en Televisión.
    Kristi Major
    Kristi Major
    Entrenadora personal certificada por ACE

    Nuestra experta afirma: hacer un ayuno de un día una vez al mes puede ayudarte a restablecer tu cuerpo, de modo que no tengas tantos antojos de azúcar; y esto encojerá tu estómago. Sin embargo, no es recomendable hacer algo muy activo dicho día, ya que ejercerás tensión en tu cuerpo si no obtienes calorías. Planea ayunar en un día de descanso, y asegúrate de mantenerte hidratado con agua.

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    Mantente fuerte. Si tienes la necesidad súbita de rendirte, recuérdate a ti mismo por qué haces este ayuno. Ejercita la disciplina. Debes repetirte que el hambre no durará por siempre. Además, si te mantienes fuerte ahora, la recompensa será más grande que si cedes.
    • Hacia el final del ayuno, es probable que te sientas exhausto. En este punto tendrás que recurrir a las reservas. Si es posible, duerme una siesta o deja que los medios visuales se apoderen de tu cerebro. Una película de acción o un videojuego absorbente pueden hacer maravillas en esta situación.
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    Rompe el ayuno en el momento que has designado. Tómalo con calma y ten mucho cuidado de cuánto comes. Reduce tus porciones a la mitad. Es imperativo que no comas tanto como lo harías normalmente. Tu sistema digestivo no está totalmente operativo y no podrá tolerar una hamburguesa enorme en este momento. En cambio, come alimentos ligeros (como frutas, verduras y sopa). El agua y los jugos de fruta también son importantes.
    • Acuérdate de no comer y beber demasiado muy rápidamente. Come una manzana y un vaso de agua primero, y espera diez minutos. Luego, toma un tazón de sopa con un vaso de jugo de naranja.
    • Espacia el proceso por 30 minutos o una hora. Comer mucho de inmediato puede enviarte al baño por un buen tiempo, además de provocarte un dolor considerable. También puede ser peligroso para tu salud. Tómalo con calma.

Advertencias

  • Si empiezas a sentirte débil y fatigado, deja de ayunar. Esto puede ser un signo de mala salud o de que no te has preparado apropiadamente para el ayuno.
  • Evita ayunar si estás embarazada, enferma o tomas medicamentos. Tu sistema inmunitario está muy frágil, así que privarte de comida puede prolongar el tiempo de recuperación.[7]

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