Las prostaglandinas son un tipo de lípido que produce el cuerpo, lo que puede provocar dolor e inflamación.[1] Aunque la inflamación es una parte normal del proceso de recuperación, el exceso de prostaglandinas puede causar dolor crónico e incomodidad. Esto puede ser muy problemático para las mujeres, puesto que las prostaglandinas se producen durante la menstruación. Por fortuna, es posible controlar los niveles de prostaglandinas con algunos cambios sencillos en tu alimentación. Prueba los pasos que te recomendamos a continuación para ver si tu dolor disminuye y no dudes en consultar con tu doctor si no notas ninguna diferencia.

Método 1
Método 1 de 2:
Consumir los alimentos adecuados

La alimentación puede tener un impacto significativo en la salud en general y esto también se aplica a los niveles de prostaglandinas. Ciertos alimentos y cambios en la dieta pueden limitar de forma natural la producción de prostaglandinas del cuerpo. Por suerte, dichos cambios no son difíciles y algunas opciones saludables pueden marcar una gran diferencia. Trata de incluir más de los siguientes alimentos en tu alimentación para ver si esto te da resultado.

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    Sigue una dieta generalmente saludable y rica en frutas y verduras. Esto puede parecer un paso simple, pero de verdad funciona. Los estudios muestran que una dieta saludable que sigue las recomendaciones normales puede reducir los niveles de prostaglandinas en general. En particular, las dietas ricas en frutas y verduras presentan los mejores resultados.[2] Trata de seguir la dieta más saludable posible para controlar los niveles de prostaglandinas.
    • También incluye muchos granos enteros, legumbres, proteínas magras, pescado, soya y frutos secos en tu alimentación.
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    Bloquea el estrógeno con una alimentación rica en fibra. En ocasiones, el cuerpo reabsorbe el estrógeno, lo que estimula la producción de prostaglandinas. A esto se le llama reciclaje hormonal. Por fortuna, la fibra puede unirse al estrógeno y evitar que el cuerpo lo reabsorba. Tu dieta debe ser rica en fibra para evitar que el estrógeno genere una mayor producción de prostaglandinas.[3]
    • Algunas buenas fuentes de fibra son los frijoles, las verduras de hoja verde, los frutos secos y los granos enteros.
    • Trata de consumir tanta fibra de origen vegetal como sea posible, puesto que los productos de origen animal estimulan la producción de prostaglandinas.
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    Incluye el omega 3 para combatir la inflamación. Los ácidos grasos omega 3 pueden evitar la producción de prostaglandinas y a la vez ayudar a reducir el omega 6, un componente básico de las prostaglandinas. La mejor fuente de omega 3 es el pescado, así que come unas cuantas porciones de pescado cada semana.[4]
    • Otra forma de obtener más omega 3 son los suplementos de aceite de pescado.
    • Si eres vegetariano o vegano, puedes consumir omega 3 a través del aceite y las semillas de chía y linaza.[5]
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    Consume más granadas. Aunque todas las frutas y verduras son beneficiosas para ti, las granadas son las mejores para reducir las prostaglandinas. Los nutrientes presentes en esta fruta pueden inhibir la producción de prostaglandinas y disminuir los niveles generales en el cuerpo.[6] Incluye algunas granadas en tu alimentación para disfrutar de sus beneficios.
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    Mezcla miel con agua para probar un tratamiento natural. Esto parece extraño, pero la miel puede disminuir de forma natural los niveles de prostaglandinas. Añade 1/7 de cucharadita de miel natural por 1 kg (2 libras) de tu peso corporal a 250 ml (1 taza) de agua. Toma esta mezcla una vez al día por 15 días.[7]
    • Por ejemplo, si pesas 90 kg (200 libras), añade 15 cucharaditas de miel al agua.
    • Hay mucha azúcar en esta cantidad de miel, así que este no es un tratamiento a largo plazo.
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    Toma extracto de mangostán. En un estudio, los extractos de la planta de mangostán redujeron las prostaglandinas en las ratas. Aunque no hay pruebas de que tenga el mismo efecto en humanos, puedes probarla si lo deseas. Toma un extracto de etanol al 40 % de esta planta para ver si funciona.[8]
    • No existe una dosis universal para el mangostán, así que siempre sigue las instrucciones del paquete o consulta con tu doctor.[9]

Método 2
Método 2 de 2:
Evitar los alimentos inflamatorios

Por supuesto, también debes eliminar algunos alimentos para lograr los mejores resultados. Dado que las prostaglandinas son parte de la respuesta inflamatoria del cuerpo, eliminar los alimentos inflamatorios también ayuda a disminuir los niveles en el cuerpo. Evita dichos alimentos para ver si esto te ayuda.

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    Elimina las grasas saturadas de tu dieta. Las dietas ricas en grasas tienden a aumentar la producción de prostaglandinas, pero las grasas saturadas son el principal culpable. Trata de reducir su consumo al máximo para disminuir los niveles de prostaglandinas en general.[10]
    • Las fuentes comunes de grasas saturadas son las carnes rojas, la piel de aves de corral, los productos lácteos enteros, la mantequilla y la manteca de cerdo, el helado y los aceites de coco.[11]
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    Reduce tu consumo de omega 6. Aunque el omega 3 puede ayudar a disminuir las prostaglandinas, el omega 6 en realidad puede aumentarlas. Esto se debe a que es el componente básico de los lípidos como las prostaglandinas. Trata de reducir la cantidad de fuentes de omega 6 en tu dieta.[12]
    • Algunas fuentes de omega 6 son el cártamo, las semillas y el aceite de girasol, el maíz, los porotos de soya, las pecanas, las nueces de Brasil y el aceite de ajonjolí.[13]
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    Come menos alimentos procesados y preenvasados. Estos alimentos tienden a ser bajos en fibra y también aumentan la cantidad de estrógeno en el cuerpo, lo que estimula la producción de prostaglandinas. Haz todo lo posible por eliminarlos de tu dieta y sustitúyelos con comidas frescas.[14]
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    Reduce tu consumo de carne y productos de origen animal. Los productos de origen animal tienden a aumentar el estrógeno en el cuerpo, lo que da lugar a una mayor producción de prostaglandinas. Trata de disminuir la cantidad de carne y lácteos en tu dieta para evitar producirlas en exceso.[15]
    • Las mujeres con dietas ricas en productos de origen animal también tienden a experimentar el empeoramiento de los dolores menstruales, así que reducir su consumo puede ser útil.
    • Los productos de origen animal como la carne roja también tienen un contenido elevado de grasas saturadas, lo que a su vez estimula la producción de prostaglandinas.[16]

Consideraciones médicas

Tener lo niveles de prostaglandinas elevados puede provocar dolor crónico, así que en definitiva es un problema difícil de afrontar. Por suerte, la dieta puede tener un impacto significativo en la producción de prostaglandinas del cuerpo. Seguir una dieta saludable puede suprimir las prostaglandinas, mientras que evitar los alimentos inflamatorios puede evitar la formación de una mayor cantidad. Estos cambios simples pueden marcar una gran diferencia. Si no notas ninguna mejora, acude al doctor para analizar otras opciones de tratamiento disponibles.[17]

Consejos

  • Si sientes mucho dolor, sobre todo durante la menstruación, también puedes tomar analgésicos AINE (antiinflamatorios no esteroideos) para aliviarlo. Estos medicamentos actúan sobre las prostaglandinas para reducir el dolor.[18]

Advertencias

  • Siempre habla con el doctor antes de hacer cambios importantes en tu alimentación. Si no sigues la dieta adecuada, podrías terminar desnutrido.

Acerca de este wikiHow

Zora Degrandpre, ND
Coescrito por:
Doctora en salud natural
Este artículo fue coescrito por Zora Degrandpre, ND. La Dra. Degrandpre es una médico naturista con licencia en Vancouver, Washington. También es revisora de subvenciones para los Institutos Nacionales de Salud y el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa. Recibió su doctorado en neuropatía en el Colegio Nacional de Medicina Natural en 2007. Este artículo ha sido visto 33 199 veces.
Categorías: Dieta y estilo de vida

Descargo de responsabilidad médica

El contenido de este artículo no pretende ser un sustituto del consejo, examen, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre debes comunicarte con tu médico u otro profesional de salud calificado antes de comenzar, cambiar o suspender cualquier tipo de tratamiento de salud.