Los champiñones crudos se vuelven una especie de masa desagradable en el congelador, ya que las moléculas de agua en su interior se convierten en cristales de hielo y rasgan las paredes celulares.[1] Los métodos que presentamos a continuación requieren solo unos minutos de preparación y conservan la textura y el sabor de tus champiñones de manera mucho más efectiva.

Método 1
Método 1 de 3:
Escaldar los champiñones para su congelación

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    Escalda los champiñones para conservarlos fácilmente y a largo plazo. Aunque la cocción al vapor podría conservar más sabor en los champiñones congelados, la técnica de escaldar o sancochar seguirá manteniendo los champiñones en muy buen estado durante hasta 12 meses. Sin embargo, los expertos discrepan sobre los efectos de exponer los champiñones al agua.[2] [3] El único equipo que requiere este método es una olla con agua y una fuente de calor para que los champiñones permanezcan sabrosos durante hasta un año en el congelador.
    • Este método es especialmente útil si piensas usar los champiñones congelados para hacer sopa, ya que la textura ligeramente pastosa pasará desapercibida.
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    Pon a hervir una olla con agua. Necesitarás suficiente agua para cubrir los champiñones, además de una pequeña cantidad adicional ya que una parte se evaporará. Si quieres conservar el color de los champiñones, puedes añadir una cucharadita (5 ml) de jugo de limón por cada litro (cuarto de galón) de agua.[4]
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    Corta los champiñones (opcional). Mientras el agua está calentando, corta los champiñones en cuartos o rodajas. Hazlo si la receta que planeas hacer requiere champiñones cortados en trozos o rodajas.
    • Aunque podrías lavar los champiñones con agua corriente para quitarles la suciedad atascada, el agua hirviendo limpiará los champiñones durante la cocción.[5]
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    Echa los champiñones en el agua y hierve durante 1 a 2 minutos. Ya que los champiñones están a temperatura ambiente, es probable que el agua deje de hervir al momento de agregarlos. Espera hasta que el agua vuelva a hervir, luego apaga el fuego después de 1 o 2 minutos de hervor. No cocines completamente los champiñones, ya que esto podría dejarlos con una textura pastosa.
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    Traslada los champiñones al agua fría. Coloca los champiñones en un recipiente con agua fría para evitar que el calor los cocine demasiado. Espera hasta que estén fríos al tacto.
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    Cuela los champiñones y congélalos en recipientes herméticos. Los recipientes deben ser aptos para congelador, herméticos y deben tener una pequeña cantidad de aire en su interior en caso de que los champiñones se expandan durante la congelación. Los champiñones deben mantener su calidad durante hasta 12 meses.[6]
    • Añade los champiñones congelados directamente al plato que vas a preparar. Si vas a hacer sopa de champiñones, agrégalos 20 minutos antes de que la sopa esté lista.[7]

Método 2
Método 2 de 3:
Cocer al vapor los champiñones para su congelación

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    Usa este método para conservar la mayor cantidad de sabor. La mayoría de champiñones deben cocinarse antes de congelarlos para mantenerlos firmes. Los champiñones crudos contienen una cantidad significativa de agua, lo cual podría convertirlos en una especie de masa después de congelarlos y descongelarlos. Aunque podrías usar cualquier método de cocción, los champiñones al vapor mantendrán la mayor cantidad de sabor, conservarán una textura moderadamente firme y podrás usarlos en la mayoría de recetas con champiñones.[8]
    • Puedes congelar los champiñones cocidos al vapor durante hasta 12 meses.[9]
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    Enjuaga los champiñones para quitarles la suciedad. Enjuágalos con agua corriente. Revisa si hay suciedad sobre la superficie del sombrerete, debajo del sombrerete y en el tallo. Saca la suciedad con tus dedos limpios o ráspala con un cuchillo.
    • Si deseas, puedes quitarles el tallo y lavarlos por separado o desecharlos y congelar solo los sombreretes.
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    Corta en rodajas o en trozos los champiñones (opcional). Puedes cocer al vapor y congelar los champiñones enteros, cortarlos en cuartos o en rodajas. Los champiñones enteros tardarán un par de minutos en cocinarse, pero el objetivo principal de cortarlos en rodajas es para usarlos en recetas. Los champiñones congelados se añaden directamente a las recetas sin descongelarlos. Por lo tanto, podrías cortar los champiñones largos en trozos pequeños para usarlos posteriormente con mayor facilidad.
    • Si vas a usar una canasta vaporera o una cacerola para baño maría, asegúrate de que las rodajas de champiñones no sean demasiado pequeñas como para caerse por los agujeros.
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    Remoja los champiñones en jugo de limón y agua (opcional). El único objetivo de este paso es conservar el color de los champiñones, de lo contrario, estos se oscurecerán durante la cocción. Si quieres hacerlo, cubre los champiñones con 500 ml (1 pinta) de agua mezclada con 1 cdta (o 5 ml) de jugo de limón. Deja reposar durante 5 minutos, luego retíralos.[10]
    • Los expertos discrepan sobre si remojar (o incluso enjuagar) los champiñones daña su textura o sabor.[11] Si te preocupa esto, cepilla los champiñones con una mezcla de jugo de limón y agua para minimizar el posible efecto.
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    Haz una cacerola para baño maría si no dispones de una. Para cocer al vapor los champiñones, necesitarás una forma de mantener los champiñones por encima de la superficie del agua, de modo que solo entren en contacto con el vapor. Puedes usar una cacerola para baño maría o una vaporera, pero también es fácil hacer una:
    • Elige dos ollas. Una tiene que encajar completamente dentro de la otra. También puedes usar una canasta vaporera en vez de la olla más pequeña.
    • Usa un aro de metal, una tapa de frasco gruesa u otro objeto resistente al calor para levantar la olla pequeña de la superficie de la olla grande. Coloca el aro sobre la base de la olla antes de que el agua se caliente, luego pon la olla pequeña por encima de esta.
    • Ten a la mano una tapa para cubrir la olla grande. No es necesario que sea hermética, pero debe atrapar la mayor cantidad de vapor.
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    Pon a hervir 5 cm (2 pulgadas) de agua en una olla grande. Si tienes una cacerola para baño maría, vierte el agua en la olla inferior. O sino, échala en la olla grande del método descrito en el paso anterior. Esta cantidad de agua solo tardará unos cuantos minutos en hervir.
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    Coloca los champiñones en la olla pequeña. Ponlos en la canasta vaporera levantada si estás usando una. La olla pequeña no debe contener agua.
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    Cubre y cocina según el tamaño de los champiñones. Tapa la olla para atrapar el vapor y espera hasta que los champiñones estén cocidos. La mayoría de champiñones enteros tardarán cerca de 5 minutos para cocinarse, mientras que los champiñones pequeños o los cortados en cuartos tardarán 3 minutos y medio. Las rodajas estarán listas en 3 minutos o incluso menos si las cortaste finamente.[12]
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    Traslada los champiñones a una olla con agua fría. El calor seguirá cocinando los champiñones a menos que los enfríes de inmediato. Colócalos en una olla o un bol con agua fría y déjalos hasta que estén fríos al tacto.
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    Cuela bien los champiñones. Escurre el agua a través de una malla o un colador para colar los champiñones. Colocar el bol de agua directamente en el congelador formará una paleta de champiñones, lo cual casi nunca se utiliza en recetas.
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    Coloca en recipientes herméticos. Puedes usar bolsas para congelador, frascos, recipientes de plástico o cualquier otro recipiente hermético que no se raje al ser sometido a bajas temperaturas. Deja cerca de 1,25 cm (1/2 pulgada) de espacio entre los champiñones y la parte superior del recipiente, ya que podrían expandirse ligeramente.[13] Sella el recipiente para hacerlo hermético.
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    Congela durante hasta 12 meses. Los champiñones cocidos al vapor conservarán su sabor y textura durante hasta un año. Trata de no descongelarlos y volver a congelarlos, ya que esto reducirá su calidad y duración.[14]
    • Incorpora los champiñones congelados a cualquier receta que implique calentarlos, ya que se descongelarán a medida que se cocinan. Úsalos con moderación en salteados para no bajar demasiado la temperatura de la preparación.[15]

Método 3
Método 3 de 3:
Saltear los champiñones para su congelación

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    Usa este método para lograr la textura más firme o si disfrutas su sabor. Este método conservará el sabor y textura de los champiñones congelados durante menos tiempo que cocerlos al vapor y escaldarlos. Varias fuertes indican que el tiempo de conservación varía de 1 a 9 meses, dependiendo muy probablemente del tipo de aceite o manteca que utilices.[16] [17] [18] Sin embargo, este método mantendrá los champiñones más firmes que los demás métodos y te ahorrará tiempo en comparación con saltear los champiñones congelados cada vez que los uses.[19]
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    Lava y seca los champiñones. Pasa los champiñones por agua corriente para retirar cualquier suciedad o musgo. Luego, sécalos con una toalla de papel o un trapo limpio para evitar que las gotas de agua salpiquen el aceite caliente.
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    Corta los champiñones en rodajas o trozos. Como vas a saltearlos a fuego alto, los champiñones gruesos y enteros se cocinarán por fuera, pero permanecerán semicrudos en el interior. Evítalo cortando los champiñones en trozos de aproximadamente igual tamaño.
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    Calienta aceite en una sartén. Solo vas a cocinar parcialmente los champiñones y terminar el proceso cuando los uses congelados en recetas. Debido a ello, no es necesario ser demasiado exacto en las medidas. Más o menos 1 a 2 cucharadas de aceite (15 a 30 ml) serán suficientes para una sartén mediana.[20] [21]
    • Si deseas añadir más sabor, agrega ajo y cebollas picadas o especias al aceite.
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    Cocina los champiñones a fuego medio alto. Fríe los champiñones en el aceite hasta que estén casi totalmente cocidos. La cocción solo debe tomar 3 o 4 minutos para obtener champiñones más suaves y oscuros.
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    Deja enfriar los champiñones antes de congelarlos. Estos deben enfriarse a temperatura ambiente antes de envolverlos para su almacenamiento. La grasa del aceite o manteca se degradará en el congelador más rápido que los champiñones, así que lo mejor es almacenar o tirar el exceso de aceite en este punto.
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    Congela los champiñones en un recipiente hermético. Presiona los champiñones hasta que encajen en el recipiente de modo que no haya espacio entre ellos para evitar las quemaduras por congelación.[22] Los champiñones con superficies expuestas al aire podrían cambiar de color y perder parte de su sabor, pero aun así debes dejar un poco de espacio en el recipiente antes de sellarlo. Los champiñones podrían expandirse durante la congelación y el espacio les permitirá hacerlo sin correr el riesgo de romper el frasco o bolsa.
    • Incorpora los champiñones a tus recetas tal como están o descongélalos en una sartén o microondas si vas a usar una gran cantidad. Ten cuidado de no cocinarlos en el microondas, o podrían ponerse gomosos.
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    Listo.

Consejos

  • Anota la fecha de cuándo almacenaste los champiñones, para que puedas usar primero los champiñones más antiguos.
  • Aunque algunos expertos recomiendan no lavar o remojar los champiñones debido a la cantidad de agua que absorben, las pruebas demuestran que este efecto es mínimo. Sin embargo, este tema sigue siendo una controversia y es posible que haya un efecto en el sabor o el tiempo de cocción.[23]

Advertencias

  • Hay miles de variedades de champiñones y una pequeña parte de estos no se conservará en buen estado después de escaldarlos o cocerlos al vapor. Si estás usando champiñones Agaricus (o champiñones de París) con sombreretes abiertos o una variedad inusual que nunca antes has tratado de congelar, el método de salteado es tu mejor opción.[24]

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Resumen del artículoX

Para congelar champiñones hasta por un año, blanquéalos haciendo hervir una olla con agua y 1 cucharadita de zumo de limón. Hierve los champiñones por 1 o 2 minutos, y luego colócalos en un tazón con agua fría hasta que estén fríos. Drénalos y congélalos en un recipiente sellado. Para conservar los champiñones salteados, lávalos y córtalos, y luego saltéalos en aceite por 3 o 4 minutos. Una vez que se enfríen, colócalos en un recipiente resellable y congélalos por 3 o 4 meses. Cuando estés listo para cocinarlos, podrás agregarlos directamente en la olla sin descongelarlos.