El pastel de queso es un postre popular que a muchos les parece muy delicioso. Sin embargo, ¿qué pasa si preparas uno para una comida en dos semanas? ¿O qué pasa si sirves un pastel de queso y tienes algunas rebanadas restantes que no quieres comer ahora mismo? Por suerte, puedes congelar el pastel de queso y disfrutarlo más adelante. Puedes congelar todo el pastel de queso o rebanarlo primero. De cualquier modo, es importante que lo descongeles bien antes de servirlo y comerlo.

Método 1
Método 1 de 3:
Congelar un pastel de queso entero

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    Deja que todo el pastel de queso se enfríe 4 horas. La mayoría de las recetas de pastel de queso tienen un paso final que implica enfriarlo en la refrigeradora por lo menos 4 horas y a veces aún más. Asegúrate de dejar que el pastel de queso se enfríe por completo antes de congelarlo.[1]
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    Congélalo descubierto 1 hora aproximadamente. Coloca con cuidado el pastel de queso en la congeladora. Mantenlo ahí 1 hora y luego sácalo de nuevo.[2]
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    Pasa el pastel de queso de la olla al cartón. Consigue un pedazo de cartón duradero que sea al menos tenga el mismo largo y ancho que el pastel de queso. Envuelve el pedazo de cartón en papel de aluminio. Suelta los bordes del pastel de queso con un cuchillo romo y luego con cuidado levántalo de la olla en que se encuentra. Coloca el pastel de queso directamente sobre el cartón.
    • Si horneaste el pastel de queso en un molde desmontable, retira con cuidado los costados de la olla antes de sacar el pastel de queso.[3]
    • La mejor manera de sacar el pastel de queso es con tres espátulas y con la ayuda de un amigo.
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    Envuelve el pastel de queso en una envoltura de plástico y papel de aluminio. Para proteger el pastel de queso de las quemaduras ocasionadas por la congeladora, tendrás que mantenerlo separado del aire frío.[4] Envuelve todo el pastel de queso, incluido el cartón en el que se encuentra, con dos capas de envoltura de plástico seguido por una capa de papel de aluminio.[5]
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    Etiqueta y colócale fecha al pastel de queso. Escribe la fecha y el tipo de pastel de queso en el papel de aluminio con un plumón indeleble. De esta manera, puedes llevar un registro del tiempo que tu pastel de queso está congelado.[6]
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    Guárdalo en la congeladora hasta 1 mes. Vuelve a colocar el pastel de queso en la congeladora. Es posible que todavía puedas comerlo en 2 o 3 meses, pero sabrá mejor si lo comes en 1 mes.[7] Cuando pongas el pastel de queso en la congeladora, colócalo con cuidado para asegurarte de que no se aplaste con el peso de otros alimentos.[8]
    • Si descongelas el pastel de queso y te das cuenta de que está seco, la capa está húmeda y los bordes están marrones, lo más probable es que ya no sea seguro comerlo.[9]
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Método 2
Método 2 de 3:
Congelar rebanadas de pastel de queso

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    Enfría todo el pastel de queso. Enfría todo el pastel de queso en la refrigeradora el tiempo que la receta te lo indique o por un mínimo de 4 horas. Es importante que el pastel de queso esté completamente frío antes de congelarlo.[10]
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    Pon el pastel de queso descubierto en la congeladora durante 1 hora. Congela todo el pastel de queso en un lugar seguro en la congeladora donde no se dañe. Sácalo después de 1 hora.[11]
    • Si tu pastel de queso ya está en rebanadas, pon todas las rebanadas descubiertas en la congeladora durante 1 hora.
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    Mete un cuchillo en agua caliente y corta el pastel de queso en rebanadas. Llena un vaso con agua caliente y pon un cuchillo de acero en el vaso. Saca el cuchillo y corta el pastel de queso por la mitad. Vuelve a meter el cuchillo en el agua antes de cortarlo en cuartas partes. Sigue hasta que tengas 8 rebanadas.[12]
    • Meter un cuchillo en agua caliente antes y entre cada rebanada hará que el corte sea más fácil y sencillo.
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    Envuelve cada rebanada con papel de aluminio y ponla en una bolsa de congeladora. Coloca un pedazo de pastel de queso en una hoja de papel de aluminio. Envuélvelo por completo en la hoja de papel de aluminio, ponlo en una bolsa de plástico apta para la congeladora y sella la bolsa. Repite este proceso en cada rebanada de pastel de queso.[13]
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    Etiqueta y coloca la fecha en cada bolsa. Escribe la fecha y el tipo de pastel de queso en cada bolsa de plástico con un plumón indeleble. Esto te ayudará a recordar el tiempo que las rebanadas han estado congeladas.[14]
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    Congela las rebanadas hasta 1 mes. Vuelve a colocar las rebanadas en la congeladora y mantenlas congeladas por un máximo de 1 mes para garantizar el sabor más óptimo.[15] Pon las rebanadas en algún lugar de la congeladora donde no pongas cosas encima de ellas para que no se dañen.[16]
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Método 3
Método 3 de 3:
Descongelar y servir el pastel de queso

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    Pasa todo el pastel de queso a la refrigeradora durante la noche. Cuando estés listo para comer el pastel de queso, pásalo de la congeladora a la refrigeradora. Mantenlo ahí de la noche a la mañana para evitar que se condense y para mantener la estructura del pastel de queso intacta.[17]
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    Deja que todo el pastel de queso repose a temperatura ambiente por 30 minutos. Después de que se haya descongelado en la refrigeradora de la noche a la mañana, coloca el pastel de queso en el mostrador de la cocina media hora antes de servirlo. Lo ideal es que el pastel de queso se mantenga a temperatura ambiente o a 20 °C (70 °F) durante este tiempo.[18]
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    Pon una rebanada en el horno microondas por 45 a 60 segundos para descongelarla. Si dividiste el pastel de queso en rebanadas, saca una rebanada de su bolsa y retira su papel de aluminio. Ponla en un plato y caliéntala en el horno microondas por 45 a 60 segundos.[19]
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    Prepara o descongela cualquier cobertura o ingrediente adicional y ponlo en el pastel de queso. Prepara cualquier cobertura o ingrediente adicional, como fresas y crema batida o salsa de chocolate y nueces picadas, y ponlos en el pastel de queso. ¡Sírvelo y disfrútalo![20]
    • No congeles el pastel de queso con la cobertura o ingrediente adicional sobre él. Mantenlos separados hasta justo antes de servirlo y comerlo.
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Cosas que necesitarás

  • refrigeradora
  • congeladora
  • molde para tarta o molde desmontable
  • cartón grueso
  • papel de aluminio
  • cuchillo romo
  • espátulas (3)
  • envoltura de plástico
  • plumón indeleble
  • cuchillo de acero
  • vaso alto
  • agua caliente
  • bolsas de plástico
  • horno microondas
  • cobertura o ingredientes adicionales (opcional)

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Categorías: Tartas dulces
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