Una salsa es un aderezo excelente que puede servirse solo o usarse para preparar un plato. Además, se puede conservar fácilmente en el congelador, ya sea de supermercado o casera. ¡Una vez que la hayas descongelado, deberás escurrir el exceso de líquido y añadirla a tus recetas para realzar su sabor!

Ingredientes

Salsa para congelar

Rinde 2 ½ L (10 tazas)

  • de 10 a 15 tomates maduros
  • 2 cebollas grandes
  • 8 dientes de ajo
  • 8 pimientos jalapeños
  • 2 pimientos verdes
  • ½ taza (120 g) de culantro picado
  • 1/4 de taza (60 ml) de jugo de lima o vinagre de sidra
  • 3 cucharaditas (20 g) de comino molido
  • 1 cucharadita (6 g) de cilantro molido
  • 2 cucharaditas (15 g) de azúcar granulada
  • 2 cucharaditas (15 g) de sal
  • ½ cucharadita de pimienta de cayena
  • 1 cucharadita (6 g) de pimienta negra

Método 1
Método 1 de 3:
Almacenar una salsa de supermercado

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    Pon a hervir a fuego lento el exceso de líquido para que espese sin que varíe el sabor. Vierte la salsa en un cacerola y haz que hierva a fuego de moderado a lento hasta que la mitad del líquido se haya evaporado. Esto demorará aproximadamente 45 minutos. Un salsa espesa se congela con mayor facilidad. Este procedimiento se utiliza en el caso de una salsa casera o una de supermercado. [1]
    • Si compraste una salsa consistente o en trozos, puedes omitir este paso o no quitarle tanto líquido.
  2. 2
    Deja enfriar la salsa a temperatura ambiente. Retírala del fuego y déjala enfriar a temperatura ambiente durante 1 hora aproximadamente antes de llevarla al congelador. Cubre la cacerola con una tapa ventilada que deje salir el calor. [2]
    • Si llevas la salsa al congelador antes de que se enfríe, puedes provocar condensación y la formación de hielo sobre el recipiente.
  3. 3
    Agrega una lata de pasta de tomate de 180 g para que la salsa tome consistencia rápidamente. Si no tienes tiempo de poner a hervir la salsa a fuego lento o quieres que quede más espesa, agrégale pasta de tomate a temperatura ambiente. Utiliza una lata por cada 2 ½ L (10 tazas) de salsa. [3]
    • Si quieres una salsa aún más consistente, añade 200 ml (6 oz) más de pasta.
  4. 4
    Coloca la salsa en recipientes aptos para uso en el congelador. Puedes guardarla en un envase hermético de plástico, en un recipiente de vidrio o en una bolsa isotérmica. Una vez que la salsa se haya enfriado, viértela en un recipiente dejando 2 cm (¾ de pulgada) de espacio en la parte superior, ya que aumentará su volumen durante el proceso de congelamiento.
    • Si quieres ahorrar espacio o vas a servir porciones individuales de salsa, utiliza bolsas para sándwich aptas para congelar y almacénalas. Antes de sellarlas asegúrate de quitarles todo el aire.
    • Si tienes pensado utilizar la salsa con frecuencia, sírvela en porciones de 250 ml (1 tz). De esta manera evitarás descongelar toda la salsa cada vez que necesites usarla.
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    Guarda la salsa en el congelador hasta por 4 meses. Para que tengas presente el tiempo que te durará la salsa, ponle una etiqueta indicando la fecha en que la estás poniendo a congelar. Si vas a congelar varios tipos de salsa, anota también si es ligera o picante. [4]
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Método 2
Método 2 de 3:
Preparar una salsa para congelar

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    Corta de 10 a 15 tomates en cuartos y quítales las semillas. Corta cada tomate por la mitad y luego en cuartos con un cuchillo afilado. Coloca uno de los cuartos sobre la encimera con la parte redondeada hacia arriba. Luego, desliza el cuchillo lo más cerca de la pulpa que sea posible para retirar las semillas y el centro de cada tomate.[5]
  2. 2
    Pica en cubos los tomates, cebollas y pimientos verdes. Se necesitan 2 cebollas grandes y 2 pimientos verdes. Dependiendo de la consistencia que deseas obtener una vez terminada la salsa, los cubos pueden variar de grosor. [6]
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    Corta finamente 8 pimientos jalapeños. Corta los jalapeños en trozos más pequeños que el resto de ingredientes, ya que tienen un sabor más fuerte que puede resultar incómodo si se usa en grandes cantidades. [7]
    • Las semillas del jalapeño retienen la mayor parte del calor, así que si quieres una salsa más picante déjales las semillas, de lo contrario, si quieres una salsa más suave, retíralas.
    • Evita tocarte los ojos después de haber manipulado los pimientos.
    • Puedes reemplazar los jalapeños por cualquier ají picante dependiendo si quieres una salsa suave o picante.
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    Tritura 2 dientes de ajo. Aplasta cada diente de ajo con la parte inferior del cuchillo y mantenlo allí mientras picas. Para triturarlo completamente mueve el cuchillo de un lado a otro. [8]
    • Si quieres evitar que el olor de ajos se impregne en tus manos, utiliza un prensador de ajos.
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    Mezcla todos los ingredientes en una cacerola grande. Mezcla el tomate, la cebolla, los pimientos y el ajo. Luego, agrega ½ taza (120 g) de culantro picado, ¼ de taza (60 ml) de jugo de lima o vinagre de sidra. 3 cucharaditas (20 g) de comino molido, 1 cucharadita (6 g) de cilantro molido, 2 cucharaditas (15 g) de azúcar granulada, 2 cucharaditas (15 g) de sal, ½ cucharadita de pimienta de cayena y 1 cucharadita (6 g) de pimienta negra. Mueve los ingredientes con una cuchara de madera o de plástico.[9]
  6. 6
    Hierve la salsa a fuego medio y muévela completamente. Asegúrate de que todas las especias estén totalmente integradas de tal forma que la combinación de sabores se cocine uniformemente.[10]
  7. 7
    Pon a hervir la salsa a fuego lento durante 45 minutos como mínimo. No tapes la salsa durante la cocción de tal forma que aproximadamente la mitad del líquido se evapore. Si quieres que tenga más consistencia puedes ponerla a hervir a fuego lento por más tiempo.[11]
  8. 8
    Déjala enfriar por completo antes de almacenarla. Retira la salsa del fuego y déjala enfriar a temperatura ambiente. Te darás cuenta de que ya enfrió cuando deje de humear y se sienta fría al tacto.[12]
    • Si guardas la salsa tibia puedes provocar condensación durante el proceso de congelamiento y se formará hielo dentro del recipiente.
  9. 9
    Almacena la salsa en bolsas aptas para congelador por 6 meses. Coloca la salsa dentro de la bolsa dejando un espacio vacío de 12 mm (½ pulgada) en la parte superior de tal forma que tenga lugar para expandirse. Para que no tengas que descongelarla toda la salsa cada vez que la necesites, sirve porciones de 250 ml (1 taza). Almacena todas las bolsas en el congelador. [13]
    • Como alternativa, puedes guardar la salsa en un envase hermético. Una vez que se congele aumentará su volumen, por eso en este caso también debes dejar un espacio libre en la parte superior del envase.
    • Etiqueta el envase o la bolsa con la fecha de preparación de la salsa.
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Método 3
Método 3 de 3:
Descongelar y utilizar la salsa

  1. 1
    Descongela la salsa en el refrigerador durante 24 horas antes de utilizarla. No la dejes a temperatura ambiente. El día previo a la fecha en que tienes pensado utilizarla, trasládala del congelador al refrigerador. [14]
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    Escurre el exceso de líquido. Durante el descongelamiento es posible que la salsa pierda agua. En ese caso, vierte el exceso de líquido en el fregadero para que quede más compacta.[15]
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    Marina un bistec con salsa. Coloca el bistec y la salsa en el mismo recipiente y deja que repose a temperatura ambiente durante 1 hora. Otra posibilidad es dejar marinar el bistec en el refrigerador dentro de un recipiente con tapa de tal forma que absorba completamente todos los sabores. Cocina la carne a la parrilla a fuego medio hasta que alcance la temperatura deseada. [16]
    • Para que el consumo de carne sea seguro, es necesario que el bistec alcance una temperatura interna de 60 °C (145 °F).
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    Mezcla la salsa con enchiladas. Lleva al fuego el pollo o la carne en una cacerola hasta que se cocine bien. Rellena unas tortillas con el pollo y colócalas en una cacerola de 30 x 20 cm (13 x 9 pulgadas). Cúbrelas con frijoles negros, choclo, salsa, salsa para enchiladas y queso. Cocínalas durante 20 minutos y ponles queso y salsa encima. [17]
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    Utíliza la salsa para preparar una pizza mejicana. Puedes utilizar como base una masa de pizza precocida o tortillas. Extiende la salsa sobre la base con una cuchara y cúbrela con carne de tacos, frijoles y queso. Cocina la pizza por 15 minutos a 180 ºC (350 ºF). [18]
    • Si quieres darle un sabor más fresco, agrégale encima lechuga y tomate cortado en cubos.
    • Puedes usar lo que te sobre de salsa para untar la pizza.
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    Cubre los tacos con salsa. Pon a dorar en una cacerola la carne o el pollo con aderezo para tacos. Sírvelos con queso, lechuga y verduras frescas. Antes de comerlos cúbrelos con salsa y crema agria. [19]
    • Para darles más sabor incorpora la salsa con la carne durante la cocción.
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Consejos

  • La salsa congelada puede tener un sabor y consistencia distinto, por eso es mejor usarla como ingrediente para preparar una receta en un lugar de servirla como salsa para untar.[20]
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Cosas que necesitarás

  • cacerola
  • cocina
  • cuchillo afilado
  • tabla de picar
  • cucharas medidoras
  • bolsas o envases aptos para congelador
  • congelador

Acerca de este wikiHow

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Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
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