Los mangos son deliciosos y jugosos y constituyen excelentes bocadillos o adiciones para otras recetas, como los batidos, la avena, los pasteles y las salsas. Si tienes una gran cantidad de estas frutas sabrosas, debes conservarlas para poder disfrutarlas durante todo el año. Envasa los mangos para conservar grandes cantidades en un jarabe simple ligeramente dulce. También puedes congelarlos para añadirlos con facilidad a los batidos o deshidratarlos para crear un bocadillo dulce y fácil de llevar que a todos les encantará.

Ingredientes

Mango envasado

  • 18 mangos maduros, pelados y cortados en cubitos
  • 1/2 taza (100 g) de azúcar blanca
  • 2 tazas (500 ml) de agua
  • 3/4 de taza (180 ml) de jugo de limón

Rinde 3 litros o 3 cuartos de galón (6 pintas)

Método 1
Método 1 de 3:
Envasar el mango

  1. 1
    Pela el mango. Colócalo verticalmente sobre una tabla de cortar y sostén la parte superior del mango con la mano no dominante. Con un cuchillo de pelar o un pelador de verduras, corta tiras largas de la cáscara. Trata de hacer el corte lo más superficial posible de modo que no cortes demasiada pulpa. Repite el proceso hasta que hayas pelado todo el mango.[1]
    • La pulpa del mango puede volverse muy resbaladiza una vez que se corta, así que ten cuidado mientras trabajas para que esto no ocurra y te cortes por accidente.
    • En vez de tirar la cáscara del mango, añádela a tu pila de composta.
  2. 2
    Separa el mango de la semilla y córtalo en trozos pequeños. La semilla del mango es un hueso grande y duro que se localiza directamente en el centro de la fruta. Desde el tallo del mango, corta de forma vertical para retirar las “mejillas” de la fruta de la semilla. Utiliza un cuchillo de sierra, puesto que los dientes facilitarán el corte de la pulpa y reducirán la probabilidad de aplastar la fruta. Hazlo en cada lado del mango. Coloca las porciones cortadas en la tabla de cortar y córtalas en trozos de 2,5 cm (1 pulgada).[2]
    • Si sientes resistencia al cortar el mango, estás tocando el hueso. Es muy difícil de cortar. En cambio, la pulpa es muy suave y se corta con facilidad.
  3. 3
    Divide los trozos de mango entre frascos de 1/2 a 1 litro (una pinta o un cuarto de galón). Asegúrate de utilizar frascos limpios y secos para los mangos. Por lo general, 3 mangos cortados en cubitos cabrán en un frasco de 1/2 litro (1 pinta) o 6 mangos cortados en cubitos cabrán en un frasco de 1 litro (un cuarto de galón), así que prepara cuántos frascos necesitarás como corresponda. Una vez que los mangos estén en cubitos, distribúyelos de manera uniforme entre los frascos. Cada frasco necesitará algo de espacio para el jugo de limón y el jarabe simple, así que deja al menos de 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de espacio libre para los líquidos.[3]
    • Si vas a preparar una tanda más pequeña de mangos envasados y solo tienes unos cuantos mangos para conservar, busca frascos aún más pequeños, como de 250 ml (8 onzas).
  4. 4
    Añade 1/4 de taza (60 ml) de jugo de limón a cada frasco. Si vas a utilizar frascos de 1 litro (un cuarto de galón), utiliza 1/4 de taza (60 ml) de jugo de limón. Si vas a utilizar frascos de 1/2 litro (una pinta), añade 2 cucharadas de jugo de limón. Dado que los mangos tienen un nivel de acidez más bajo que la mayoría de las otras frutas envasadas, es esencial añadir un poco más de ácido a cada tanda para que puedan conservarse de forma segura.[4]
  5. 5
    Prepara un jarabe simple con agua y azúcar blanca. El típico jarabe simple consta de una proporción de azúcar y agua de 1 a 1, pero dado que los mangos ya son tan dulces, puedes hacer que la proporción sea mucho más baja. Para 3 litros (3 cuartos de galón o 6 pintas), calienta 1/2 taza (100 g) de azúcar blanca y 2 tazas (500 ml) de agua en una cacerola pequeña. Revuelve el líquido hasta que el azúcar se disuelva por completo.[5]
    • No es necesario que las medidas sean exactas para este jarabe simple. Si lo prefieres más dulce, utiliza un poco más de azúcar.
  6. 6
    Vierte el jarabe en cada frasco, dejando 1,3 cm (1/2 pulgada) de espacio libre. Una vez que el azúcar se haya disuelto por completo en el agua, vierte con cuidado el jarabe en partes iguales entre los frascos. No olvides dejar un poco de espacio en la parte superior para poder procesar los frascos de forma segura. Si necesitas más jarabe, prepara otra tanda para llenar adecuadamente los frascos.[6]
    • Si trasladas el jarabe mientras está caliente, ten cuidado de no quemarte.
  7. 7
    Pon las tapas en los frascos, teniendo cuidado de retirar las burbujas de aire. Pasa una espátula de silicona (nunca utilices utensilios de metal cuando estés envasando) por el borde interior del frasco. Empuja hacia adentro contra la fruta para permitir que escapen las burbujas de aire atrapadas. Hazlo alrededor de todo el borde del frasco. Después, asegura las tapas de los frascos.[7]
    • Utilizar utensilios de metal puede rayar o romper el vidrio.
    • Las burbujas de aire atrapadas pueden crear mucha presión adicional durante el procesamiento de los frascos e impedir que se sellen de forma adecuada.
  8. 8
    Procesa los frascos en un baño de agua por 15 a 20 minutos. Debes procesar los de 1/2 litro (una pinta) por 15 minutos y los de 1 litro (un cuarto de galón) por 20 minutos. Si tienes un baño de envasado, utiliza ese aparato y sigue las instrucciones. De lo contrario, utiliza una olla sopera profunda o una olla de hierro fundido llena de suficiente agua hirviendo para sumergir los frascos por completo. Coloca una tapa sobre la olla mientras se procesan los frascos. Utiliza pinzas de silicona para sumergirlos y retirarlos con cuidado.[8]
    • Debes sumergir los frascos en agua al menos de 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas).
  9. 9
    Guarda el mango envasado en un lugar frío por 1 o 2 años. Una vez que los frascos se hayan procesado, déjalos enfriar en la encimera por 2 o 3 horas. Cuando los guardes, mantén los frascos lejos de la luz solar y en un lugar que esté a menos de 24 °C (75 °F). Si al abrir un frasco, el mango huele mal o notas alguna decoloración, es hora de tirar toda la tanda que preparaste. Guarda los frascos abiertos en el refrigerador.[9]
    • Etiqueta los frascos con cinta de enmascarar y la “fecha de conservación” para saber qué frascos de mangos debes utilizar primero.

Método 2
Método 2 de 3:
Congelar trozos de mango

  1. 1
    Congela los mangos enteros si están muy blandos para abrirlos y cortarlos. Si tienes un mango que se está poniendo muy maduro pero aún no estás listo para utilizarlo, congélalo antes que se eche a perder. Coloca todo el mango en una bolsa apta para congelador, etiquétala con la fecha y guárdalo en el congelador. Cuando estés listo para utilizarlo, sácalo del congelador y deja que se descongele en la encimera por 1 o 2 horas.[10]
    • Puedes pelar y cortar el mango mientras aún está congelado o esperar hasta que se haya descongelado para cortarlo.
    • Si tratas de cortar y picar un mango muy maduro, podrías terminar con una sustancia más parecida a un puré que a un trozo, lo que es muy difícil de congelar.
  2. 2
    Pélalos y córtalos para congelarlos y utilizarlos en el futuro. Con un cuchillo de sierra, pela la cáscara del mango, separa la pulpa del hueso duro y córtala en trozos pequeños de 2,5 cm (1 pulgada) o córtala en tiras largas de 1,3 cm (1/2 pulgada) de grosor o más. Mientras más grande sea el trozo o la tira, más fácil será retirar el mango de la bandeja para hornear una vez que se haya descongelado. Los trozos más pequeños pueden volverse muy quebradizos y romperse o pegarse a la bandeja.[11]
    • La congelación es una excelente forma de conservar los mangos recién maduros, sobre todo si tienes una gran cantidad de ellos y no quieres que se echen a perder antes de poder utilizarlos.
  3. 3
    Espárcelos en una o dos bandejas para hornear forradas. Forra una bandeja para horno con papel pergamino para facilitarte la tarea de retirar el mango congelado. Espárcelo de modo que cada trozo esté separado de los demás. Si los trozos de mango se tocan, se congelarán en grupos. Utiliza todas las bandejas que necesites para contener todo el mango o trabaja en tandas si no tienes suficientes bandejas o espacio disponible.[12]
    • Asegúrate de que la bandeja para hornear pueda entrar en el congelador. Si necesitas una bandeja más pequeña, utiliza un plato de comida o un plato de servir pequeño para lograr el mismo efecto.
  4. 4
    Coloca la bandeja en el congelador por 2 o 3 horas. Colócala en el congelador lo más uniformemente posible para que el mango no se deslice. No pongas nada por encima del mango ni apiles las bandejas una sobre la otra.[13]
    • Congelar el mango en bandejas para hornear es un paso esencial. Si colocas el mango cortado en cubitos en una bolsa y lo congelas sin utilizar primero el método de la bandeja para hornear, el mango solo se congelará en un gran trozo.
  5. 5
    Traslada el mango de la bandeja a una bolsa para congelador con la ayuda de una espátula. El papel pergamino facilitará mucho la tarea de retirar el mango de la bandeja para hornear, pero aun así, podría ser necesario utilizar un poco de fuerza para raspar cada trozo. Traslada el mango directamente de la bandeja a una bolsa para congelador con cierre.[14]
    • Etiqueta la bolsa con la fecha de almacenamiento para saber qué mangos debes utilizar primero.
  6. 6
    Guárdalo en el congelador hasta por 1 año. Observa si hay alguna decoloración o quemadura por congelación (razón por la cual es importante utilizar bolsas con cierre para congelador). Técnicamente, el mango aún debe estar en buenas condiciones, pero el sabor se verá afectado.[15]
  7. 7
    Haz batidos con mango congelado o deja que se descongele para utilizarlo en otras recetas. Echa el mango congelado directamente a la licuadora con otros ingredientes o saca la cantidad deseada y deja que se descongele en un plato sobre la encimera por 1 hora. El mango queda muy bien en ensaladas y salsas. También puedes probarlo en muffins y pasteles.[16]
    • El mango congelado puede ser un poco más pastoso que el mango fresco. La textura cambia un poco cuando se congela y se vuelve menos firme.
    • Sin importar cómo utilices el mango, te sentirás feliz de haberte tomado el tiempo de congelarlo para poder disfrutarlo todo el año.

Método 3
Método 3 de 3:
Deshidratar el mango en el horno

  1. 1
    Precalienta el horno a la temperatura más baja que esté disponible. Los hornos en su mayoría pueden alcanzar temperaturas tan bajas como 90 °C (200 °F) o tal vez un poco más bajas. Sin importar cuál sea esa temperatura en tu horno, precaliéntalo de acuerdo con ella. El mango necesita cocinarse a fuego bajo durante mucho tiempo para deshidratarse de forma adecuada sin que corra el riesgo de quemarse.[17]
    • Si tienes un deshidratador de alimentos, sigue las instrucciones que vienen con el aparato para secar el mango de forma adecuada.
  2. 2
    Pela y corta el mango en tiras finas de igual tamaño. Con un cuchillo de sierra, corta cuidadosamente la cáscara del mango. Corta las mejillas del hueso duro y luego corta la pulpa en tiras finas del mismo tamaño. Trata de crear tiras finas de 0,5 cm (1/4 de pulgada) de grosor para que se deshidraten más rápido.[18]
    • Mientras más finas sean las tiras, más rápido se deshidratarán. Mantener las tiras de tamaño uniforme es importante para garantizar que todas se cocinen al mismo tiempo y con la misma consistencia.
  3. 3
    Forra varias bandejas para horno y esparce el mango de manera uniforme. Forra las bandejas con papel pergamino. Esto te facilitará mucho la tarea de retirar las tiras secas de las bandejas una vez que estén listas. Coloca el mango de manera uniforme de modo que haya un poco de espacio entre cada tira.[19]
    • Según la cantidad de mangos que vayas a deshidratar, podrías necesitar una o dos bandejas para hornear. Si los mangos no caben en las bandejas, trabaja en tandas durante el transcurso de un día para terminar de deshidratar todo.
  4. 4
    Dale la vuelta al mango cada 30 a 60 minutos y hornéalo durante 4 horas en total. Cada vez que des vuelta a las tiras de mango, verifica su cocción. La mayoría de los hornos tardarán de 3 a 4 horas en deshidratar el mango por completo, pero si lo cortaste muy finamente, no tardará tanto.[20]
    • Ten cuidado al retirar las bandejas del horno para no quemarte por accidente.
  5. 5
    Retíralo del horno una vez que todos los trozos estén gomosos. Al momento de agarrar un trozo de mango y apretarlo, no debe haber ninguna fuga de humedad. Al doblarlo, verifica que se sienta gomoso o correoso. Por supuesto, puedes morder un trozo para ver si tiene la consistencia que deseas.[21]
    • Deshidratar el mango te permitirá conservarlo durante mucho tiempo, debido a que has retirado toda la humedad que puede provocar el crecimiento de bacterias en el futuro.
  6. 6
    Guárdalo en un recipiente hermético durante 6 a 12 meses. Si lo mantienes en el refrigerador, incluso puede durar de 1 a 2 años. Presta atención a cualquier decoloración, dureza excesiva o mal olor, ya que estos son signos de que es hora de tirar el mango deshidratado.[22]
    • Etiqueta el recipiente con la fecha de “almacenamiento” para poder tener en cuenta cuánto tiempo debe durar en buenas condiciones.
  7. 7
    Cómelo como bocadillo o añádelo a recetas que requieran frutas secas. Las tiras de mango son ricas por sí solas. Puedes añadirlas a tu propia mezcla casera de frutos secos o cortarlas en cubitos para utilizarlas en recetas para hornear. También son excelentes adiciones para la avena y los panqueques.[23]
    • Para un bocadillo delicioso, sumerge el mango deshidratado en chocolate oscuro derretido. Deja que se seque en papel pergamino y disfrútalo a tu gusto.

Consejos

  • Los mangos son costosos cuando están fuera de temporada. Abastécete de estas frutas deliciosas durante el verano para envasarlas, congelarlas o deshidratarlas y disfrutarlas todo el año.
  • En vez de tirar la cáscara de mango a la basura, colócala en tu pila de composta como una alternativa ecológica.

Cosas que necesitarás

Envasar el mango

  • un cuchillo de sierra
  • una tabla de cortar
  • frascos de 1/2 o 1 litro (una pinta o un cuarto de galón) con tapas
  • tazas medidoras
  • una cacerola pequeña
  • una cuchara
  • una espátula de silicona
  • un baño de envasado o una olla sopera profunda con tapa
  • pinzas de silicona
  • cinta de enmascarar

Congelar trozos de mango

  • un cuchillo de sierra
  • una tabla de cortar
  • bandejas para hornear
  • papel pergamino
  • una espátula
  • bolsas de almacenamiento para congelador

Deshidratar el mango en el horno

  • un cuchillo de sierra
  • una tabla de cortar
  • bandejas para hornear
  • papel pergamino
  • un recipiente hermético

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 4388 veces.