Las arvejas dulces son el sueño de todo amante de las arvejas. A diferencia de las otras variedades, a las cuales debes quitarles la cáscara para extraer las arvejas suaves, las dulces se pueden consumir sin quitarles la vaina. Estas también son muy fáciles de cultivar, lo que las vuelve una opción favorita entre los horticultores, los cocineros y los jardineros casuales. Tan solo planta las semillas en un lugar templado y con sombra, y asegúrate de regarlas con frecuencia. En 2 o 3 meses, tendrás un cultivo de arvejas deliciosas y crujientes que podrás comer crudas o en tus recetas saludables favoritas.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Elegir un lugar para plantarlas

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    Siembra las arvejas dulces al final de la temporada de clima frío. Ellas se desarrollan en las temperaturas más frescas. Puedes colocar las semillas en el suelo desde la última helada del invierno, justo antes del inicio de la primavera. Incluso las plantas jóvenes serán lo suficientemente resistentes como para sobrevivir una o dos heladas leves en este periodo.[1]
    • La temperatura del suelo ideal para las arvejas dulces es 7 °C (45 °F), pero puedes empezar a plantarlas tan pronto como el suelo se descongele lo suficiente como para escarbar.
    • Debido a que les va mejor en el clima templado, no les irá tan bien en los climas húmedos y cálidos.
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    Busca un área de tierra saludable. Reserva un espacio abierto en una esquina del jardín, en donde las arvejas puedan recibir mucha luz solar de forma indirecta. La tierra que uses para plantar debe ser oscura y tener un alto contenido de nutrientes. También debe ser lo suficientemente suelta como para fomentar el drenaje y la evacuación adecuados del agua luego de una lluvia intensa o el riego semanal.
    • Usa un aireador de mano o una herramienta similar para hacer una serie de agujeros en la parte superior de la tierra, alrededor de la planta. Estas aberturas ventilarán la tierra.
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    Agrégale un inoculante a la tierra para fomentar un crecimiento saludable. La tierra muy fría y con pocos nutrientes puede no tener el nitrógeno que las arvejas dulces necesitan para desarrollar un tamaño saludable. Puedes remediarlo al rociarle un inoculante natural a la tierra antes de plantar. Uno de estos compuestos también puede ser de ayuda si notas que las plantas se desarrollan a una velocidad muy lenta.[2]
    • Asimismo, puedes cubrir las semillas con un inoculante antes de sembrarlas.[3]
    • Estos son aditivos estrictamente orgánicos que pueden mejorar la capacidad de absorber nitrógeno del suelo en las plantas con problemas. Puedes conseguirlos en todas las tiendas que vendan implementos de jardinería.
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    Asegúrate de que reciban suficiente luz solar. Lo ideal es que las plantas se encuentren en un lugar en el que puedan recibir alrededor de 6 horas de sol al día. Sin embargo, también les irá bien en un lugar con sombra parcial.[4]
    • El exceso de luz solar puede calentar el suelo alrededor de la planta, lo que generará condiciones de desarrollo poco favorables.
    • Si las has plantado en un recipiente aparte, tendrás la ventaja de poder llevarlas a áreas con más o menos luz, según sea necesario.[5]
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Parte 2
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Plantarlas

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    Consigue algunas semillas. Hay diversas variedades de arvejas dulces, incluidas las de tipo arbusto (como las sugar bon, sugar anne y sugar lace), las cuales crecen en racimos con hojas a una altura baja; y las de tipo enredadera más grandes (como las sugar daddy y las arvejas dulces originales), las cuales tienen tallos verticales. Puedes cultivar cualquiera de estas especies con facilidad en casa usando los mismos métodos de cultivo básicos.[6]
    • Consigue variedades de arveja dulce en el centro de jardinería, el invernadero o el vivero de tu localidad.
    • Si tienes poco espacio en el jardín, una variedad de tipo enredadera podría ser mejor. Dado que crecen más verticales, ocuparán menos espacio en general.
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    Planta las semillas a 2,5 cm (1 pulgada) de profundidad en la tierra. Escarba un agujero poco profundo y coloca un puñado pequeño de semillas, manteniéndolas separadas a una distancia de 13 cm (5 pulgadas). Presiónalas con suavidad en la tierra con la yema del dedo. Vuelve a colocar la tierra y presiónala de forma ligera para compactarla.[7]
    • Usa etiquetas de plantas para llevar un control de varias plantas de arvejas.
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    Separa cada fila de plantas a aproximadamente 30 cm (1 pie). Las arvejas dulces de tipo arbusto requerirán un poco de espacio, ya que suelen extenderse una vez que brotan de la tierra. En el caso de las especies de tipo enredadera, podrás agruparlas más cerca (a 15 cm o medio pie), ya que su estructura vertical hará que las raíces no se sofoquen entre sí a medida que crezcan.[8]
    • También tienes la opción de plantarlas en una maceta independiente. Tan solo asegúrate de que el recipiente mida como mínimo 30 cm (12 pulgadas) de ancho por 30 cm (12 pulgadas) de profundidad, para acomodar el sistema de raíces en expansión.
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    Usa enrejados para darles soporte a las arvejas de tipo enredadera. Sin una estructura de soporte, las plantas grandes pueden volverse muy pesadas y caerse, lo que paralizará su desarrollo y creará complicaciones en el jardín. Un enrejado simple puede darles a las enredaderas algo sólido a lo cual aferrarse y permitir que alcancen todo su potencial.[9]
    • Puedes comprar enrejados prefabricados en la mayoría de los centros de jardinería y las tiendas de mejoras del hogar. Estos suelen ser lo suficientemente grandes como para darles soporte a varias plantas al mismo tiempo.
    • Incluso algo tan sencillo como una estaca alta o un entramado mejorará las probabilidades de las plantas durante las etapas tempranas de crecimiento esenciales.
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    Riégalas con frecuencia, pero no demasiado. Por lo general, las arvejas dulces son plantas que requieren muy pocos cuidados y pueden desarrollarse sin problemas en la humedad que reciben de las lluvias ocasionales. Si vives en un área seca y calurosa, regarlas una vez a la semana bastará para darles el agua necesaria a las raíces. Cuando irrigues las plantas, solo usa una cantidad de agua suficiente como para humedecer por completo la parte superior de la tierra sin dejar que se empape demasiado.[10]
    • Las arvejas dulces no necesitan tanta agua como otros tipos de plantas comestibles. El objetivo principal es tan solo evitar que la tierra se seque.
    • No las riegues en exceso. Esto puede estancar el crecimiento o causar problemas más graves (como las raíces podridas) que podrían matarlas.[11]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Proteger y cosechar las arvejas

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    Retira las plagas con la mano. A algunos insectos les gusta alimentarse de las hojas y las vainas de las plantas de arvejas en floración, como las orugas de cydia nigricana, las babosas y los escarabajos del pepino. Si encuentras a alguno de estos invasores en las arvejas dulces, tan solo retíralo con la mano. También puedes usar insecticidas naturales como el piretro (preparaciones de piretrinas) para controlar las plagas sin dañar las plantas.[12]
    • Si preferirías no tratar las plantas con insecticidas, mezcla agua fresca con un poco de aceite vegetal y unas gotas de detergente líquido suave en una botella rociadora para aplicársela a los insectos siempre que los veas.[13]
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    Usa abono orgánico para evitar las enfermedades. Si bien las arvejas dulces son plantas robustas, algunas especies son propensas a las infecciones como la fusariosis, las áreas podridas, la roya y el moho. Cubrir la tierra con una capa espesa de materia orgánica y airearla con frecuencia bastará para evitar que estos problemas ocurran.[14]
    • Considera producir tu propio abono orgánico con una mezcla de materiales de desecho orgánicos como sobras de frutas y vegetales, granos de café, cáscaras de huevo, hojas y periódico triturado.
    • Para evitar que se pudran o desarrollen moho por la humedad, riega las arvejas en la primera parte del día para que tengan la oportunidad de secarse por completo antes de que la temperatura descienda.[15]
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    Poda las plantas según sea necesario. Retira las arvejas caídas, arrugadas o muy maduras tan pronto como las notes. Esto mantendrá a la planta saludable y liberará espacio para nuevas vainas, lo que generará una cosecha más productiva.[16]
    • Adopta el hábito de revisar las plantas en intervalos de unos días para identificar los brotes muertos o en proceso de morir.
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    Planea cosechar las arvejas después de 60 a 100 días. Por lo general, las arvejas de arbusto y de enredadera tardan alrededor de 2 o 3 meses en producir vainas comestibles. Sin embargo, puedes empezar a recolectarlas en cualquier momento, siempre y cuando las vainas se hayan desarrollado por completo. Las plantas más jóvenes serán delicadas y suaves, mientras que las más maduras se ensancharán y ofrecerán la textura crujiente y satisfactoria por la que son conocidas y adoradas.[17]
    • El tiempo de cultivo exacto podría variar, lo que dependerá del clima y las condiciones de plantación. Es común que las arvejas dulces crezcan hasta 30 cm (1 pie) por semana.
    • Para determinar en qué momento alcanzan su mejor punto, es mejor emplear tu propio criterio en lugar de un número establecido.
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    Recolecta las arvejas cuando alcancen su tamaño completo. Una vez que las vainas se ensanchen y se vuelvan firmes, extráelas con la mano. Una arveja dulce de tamaño completo tendrá una longitud de 2,5 a 5 cm (1 o 2 pulgadas) y arvejas redondas y voluminosas que serán visibles desde afuera de la vaina.[18]
    • Las plantas de enredadera suelen producir más vainas en promedio que las de arbusto pequeñas.
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    Guarda las arvejas en la refrigeradora. Coloca las vainas recolectadas en una bolsa de papel o plástico, y guárdalas en el cajón de vegetales de la refrigeradora o en una de las repisas inferiores. Si las mantienes frías, pueden durar hasta dos semanas. Sin embargo, tendrán el mejor sabor si las consumes (ya sea cocidas o crudas) de inmediato.[19]
    • No las guardes a temperatura ambiente. Los entornos cálidos harán que sus azúcares naturales se descompongan con rapidez, lo que las dejará blandas y sin sabor.
    • Puedes congelarlas en una bolsa de cierre hermético en lugar de disfrutarlas en las siguientes semanas.[20]
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Consejos

  • Adopta el hábito de cosechar vainas maduras dejando un día. Mientras más recolectes, más rápido se reabastecerán las enredaderas.
  • Si lo prefieres, puedes recolectarlas un poco antes, mientras las vainas sigan planas. En esta etapa, tendrán una textura similar a la de los tirabeques.
  • A las arvejas dulces se les puede quitar la cáscara como las demás variedades o puedes comerlas enteras (ya sea un poco cocidas o crudas).
  • ¡Recuerda quitarles los hilos fibrosos antes de comerlas!
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Advertencias

  • Si esperas demasiado para recolectarlas, tendrán un sabor más apagado y una textura menos crujiente.
  • Las arvejas dulces tienen un sistema de raíces delicado que no alcanza una gran profundidad por debajo de la superficie de la tierra, por lo que debes tener cuidado cuando ares o airees alrededor de las plantas.
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Cosas que necesitarás

  • semillas de arvejas dulces
  • inoculante para fijación de nitrógeno
  • abono orgánico
  • piretrina u otro insecticida natural
  • enrejado o estacas de jardinería altas
  • espátula
  • aireador manual
  • refrigeradora (para almacenamiento)

Acerca de este wikiHow

Lauren Kurtz
Coescrito por:
Horticultora profesional
Este artículo fue coescrito por Lauren Kurtz. Lauren Kurtz es especialista en naturalismo y horticultura. Lauren ha trabajado para Aurora, Colorado administrando el jardín Water-Wise en el Centro Municipal de Aurora para el Departamento de Conservación del Agua. Recibió una licenciatura en estudios ambientales y de sostenibilidad en la universidad Western Michigan en 2014.
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