Es difícil imaginarse que un roble imponente puede provenir de una bellota diminuta, pero puedes cultivar uno tú mismo si tienes la paciencia suficiente. Busca una bellota que puedas plantar a principios del otoño, germínala y empieza a cultivarla en un recipiente. Luego, trasplántala a un lugar preparado. Cuida de tu roble en crecimiento de forma que las generaciones futuras puedan disfrutar de él por años.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Elegir y plantar bellotas

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    Recolecta bellotas a principios del otoño. Lo mejor es cosechar las bellotas entre principios y mediados del otoño, antes de que caigan del árbol.[1] Opta por bellotas que no tengan gusanos, agujeros ni hongos. Las bellotas apropiadas deben ser de color amarronado y deben quedarles ligeros matices de verde.[2] Sin embargo, la apariencia de las bellotas puede variar según el tipo de roble del que provengan. Una buena regla general es que las bellotas están listas para cosecharse cuando se les pueda separar de la tapa sin arrancarlas.[3]
    • Ten en cuenta que la tapa no forma parte de la bellota sino que es una cobertura protectora (aparte). Si retiras la bellota de la tapa, no la dañarás a menos que desgarres la bellota en sí.
    • En lo posible, busca árboles apropiados durante el verano. Necesitas árboles maduros cuyas bellotas se puedan alcanzar con facilidad con una escalera o un poste largo.
      • Algunas variedades de roble (por ejemplo, los robles rojos) tienen bellotas a las que les toma dos años madurar en lugar de uno. Debes tenerlo en cuenta al elegir árboles apropiados durante el verano, ya que las bellotas del algunos robles estarán listas en el otoño, en tanto que otras no lo estarán hasta el año siguiente.
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    Realiza una "prueba de flotación". Coloca las bellotas que hayas cosechado, sin tapas, en una cubeta con agua. Deja que se asienten por uno o dos minutos. Desecha las bellotas que floten, ya que no son buenas.[4]
    • Es posible que una bellota flote porque un gusano o larva se haya introducido en ella, creando un agujero de aire. De forma similar, un hongo puede hacer que una bellota flote.
    • Si en algún momento observas que la bellota está suave al tacto, también debes desecharla, ya que las bellotas suaves y pastosas están podridas.
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    Hiberna las bellotas restantes. Retira del agua las bellotas "buenas" y sécalas. Colócalas en una bolsa resellable grande que contenga aserrín húmedo, vermiculita, mezcla de turba u otro medio de cultivo que pueda retener la humedad. Deben poder caber hasta 250 bellotas en las bolsas particularmente grandes. Refrigera la bolsa por un mes y medio o más tiempo, lo que se necesite para que germine el roble nuevo.
    • A este proceso se le conoce como estratificación, y simplemente implica exponer una semilla a temperaturas bajas imitando las condiciones naturales que una semilla experimentaría si hubiera caído al suelo. Esto prepara la semilla para brotar en la primavera.
    • Revisa las bellotas de manera periódica. El medio de cultivo debe estar apenas húmedo. Si está demasiado húmedo, las bellotas podrían podrirse. Si está demasiado seco, es posible que no crezcan.
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    Vigila el crecimiento de las bellotas. Incluso cuando se refrigeren, la mayoría de las bellotas empezarán a germinar en presencia de humedad. Es posible que el extremo de la raíz empiece a salir de la cáscara a alrededor de principios de diciembre (finales del otoño y principios del invierno en el hemisferio norte). Independientemente de que la raíz haya salido, la bellota estará lista para plantarse después de alrededor de entre 40 y 45 días de almacenamiento.
    • Manipula con cuidado las plántulas, ya que las raíces emergentes se dañan con facilidad.
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    Planta cada bellota en una maceta o recipiente. Consigue macetas de jardinería (o, si prefieres, vasos grandes de poliestireno o cajas de leche) relativamente pequeñas de 5 cm (2 pulgadas) para las plantas. Llénalas con tierra para macetas de buena calidad (algunas fuentes recomiendan que también añadas musgo de turbera molido). Para fines de riego, deja aproximadamente 2,5 cm (1 pulgada) de espacio en la parte superior. Planta la bellota justo debajo de la superficie con la raíz hacia abajo.
    • Si vas a usar un vaso de poliestireno o una caja de leche, perfora agujeros a los lados del vaso cerca de la parte inferior de forma que el agua pueda escapar.
    • Si prefieres, también puedes hacer el intento de simplemente enterrar la bellota en el jardín. Entierra la raíz en un agujero poco profundo y coloca la bellota con suavidad hacia un lado encima de tierra apropiada que sea rica y suave. Esto funcionará únicamente si la raíz primaria de por sí está bien establecida, es larga y se ha desprendido de la bellota de la forma adecuada. Ten cuidado, ya que esto deja la plántula vulnerable a los ratones, las ardillas, etc. Lo mejor es envolver una jaula alrededor de la plántula para protegerla de los animales.
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    Riega la plántula. Riega la planta hasta que salga agua por los agujeros en la parte inferior del recipiente. En las semanas siguientes, riégala con frecuencia sin dejar nunca que la tierra se seque. En esta etapa de su vida, debes mantener las plántulas adentro. Colócalas en un alféizar que mire al sur, en donde puedan absorber el sol de invierno. Es posible que no observes de inmediato un crecimiento rápido por encima de la tierra. Esto se debe a que, durante la primera etapa de su vida, la planta desarrolla la raíz primaria debajo de la superficie de la tierra.
    • Si vives en el hemisferio sur, coloca las plántulas en cambio en un alféizar que mire al norte.
    • Si la plántula no recibe mucho sol, utiliza una luz suplementaria de cultivo en interiores para brindarle una mayor luz solar.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Trasplantar la plántula

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    Monitorea el crecimiento de la planta. Las fuentes de jardinería varían en cuanto a los siguientes pasos que se deben seguir. Algunas recomiendan plantar las plántulas directamente en el suelo después de que crezcan en una maceta o vaso por unas semanas,[5] en tanto que otras recomiendan incrementar de manera gradual la cantidad de tiempo al día que la planta esté expuesta al clima al aire libre antes de plantarla por último en el suelo. Otras recomiendan trasplantar la plántula a una maceta más grande, dejar que crezca más y luego por último plantarla en el suelo. No hay una sola forma correcta de decidir cuándo trasplantar una plántula al suelo, pero hay cualidades que debes buscar que pueden informar tu decisión de trasplantar la plántula. Las buenas candidatas para trasplantarlas tienen las siguientes características:
    • aproximadamente entre 10 y 15 cm (4 a 6 pulgadas) de alto con hojas pequeñas
    • raíces blancas de aspecto saludable
    • apariencia de estar volviéndose más grandes que su recipiente
    • crecimiento sustancial de la raíz primaria
    • entre varias semanas y varios meses de edad
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    Acostumbra a las plántulas antes de plantarlas al aire libre. Colocar las plántulas al aire libre sin acostumbrarlas puede matarlas. Alrededor de una o dos semanas antes de plantar las semillas al aire libre, coloca las plántulas afuera por unas horas. Incrementa con lentitud la cantidad de tiempo al día que dejes las plántulas afuera por la siguiente semana o dos. Luego, las plántulas estarán listas para plantarlas al aire libre.
    • Asegúrate de que las plántulas estén protegidas del viento para evitar que se tumben.
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    Elige un lugar para plantar. El lugar lo es todo. Elige un lugar para el roble en donde tenga espacio para crecer y no vaya a ser un estorbo cuando sea grande. Al elegir el lugar para el roble, estas son algunas cosas que debes considerar:
    • La disponibilidad de luz solar. Al igual que todas las plantas fotosintéticas, los robles necesitan luz solar para sobrevivir. Por ende, evita plantarlos en zonas sombreadas.
    • La ubicación de las aceras, conductos de agua, tuberías enterradas, etc., cercanos. No querrás tener que matar el árbol si se debe hacer alguna obra en tu jardín.
    • El efecto de sombra del árbol cuando haya crecido por completo. Si quieres que el roble a la larga le brinde sombra a tu casa, plántalo al oeste o el suroeste para maximizar el efecto de sombra que tendrá en el verano a la vez que reduces al mínimo la sombra en el invierno.[6]
      • Nota: en el hemisferio sur, el árbol debe estar del lado oeste o noroeste de la casa para lograr el efecto de sombra.
    • La vegetación cercana. Las plantas compiten unas con otras por el sol, la humedad y otros recursos. Evita plantar un roble joven justo al lado de una vegetación sustancial. De lo contrario, es posible que no alcance la madurez.
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    Prepara el lugar para plantar. Una vez que hayas elegido un buen lugar para el árbol, despeja la vegetación menor en un círculo de 90 cm (3 pies). Con una pala, excava la tierra en la zona a una profundidad de alrededor de 25 cm (10 pulgadas), desintegrando los terrones grandes, de haberlos.[7] Si la tierra no está húmeda, quizás debas humedecerla tú mismo o esperar hasta después de que haya llovido para plantar el árbol.
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    Excava un agujero. En el centro del círculo de 90 cm (3 pies), excava un agujero de aproximadamente 60 a 90 cm (1 o 2 pies) de profundidad y 30 cm (1 pie) de ancho. La profundidad exacta del agujero dependerá de la longitud de la raíz primaria de la plántula. Debe tener aproximadamente la profundidad suficiente como para que quepa.
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    Trasplanta el roble. Con la raíz primaria mirando hacia abajo y las hojas hacia arriba, coloca con suavidad el roble en el agujero que hayas preparado. Asegúrate de que el agujero tenga la profundidad suficiente como para que quepan las raíces del roble. Vuelve a colocar la tierra alrededor de la planta apisonándola ligeramente. Riega la plántula después de plantarla.
    • Apisona la tierra alrededor de la plántula de roble, colocándola formando una pendiente en dirección opuesta a la plántula de forma que el agua no se asiente en el tronco del árbol. Esto puede ser dañino.
    • Extiende un anillo circular de mantillo aproximadamente 30 cm (1 pie) alrededor del árbol para ayudar a que la tierra retenga la humedad y desalentar el crecimiento de mala hierba. Asegúrate de que no toque el tallo del árbol.
    • Si quieres tener mejores posibilidades de plantar el árbol con éxito, quizás debas colocar varias bellotas en la misma zona. En este caso, planta plántulas jóvenes de bellota directamente en el suelo despejando una zona de 60 x 60 cm (2 x 2 pies) y colocando dos bellotas en ese espacio con entre 2,5 y 5 cm (1 a 2 pulgadas) de tierra encima.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Cuidar de los robles en crecimiento

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    Protege los robles jóvenes. Los robles, sobre todo los que son jóvenes y frágiles, son una fuente de comida para muchos animales herbívoros. Las bellotas suelen ser un bocadillo para las ardillas y los ratones, quienes pueden escarbarlas con facilidad. Asimismo, las plántulas pequeñas son vulnerables a los conejos, venados y otros animales a los que les gusta comer hojas. Si quieres asegurarte de que no se devoren los robles jóvenes, toma medidas para protegerlos. Cuida de los árboles jóvenes colocando alambre para gallinero o una cerca resistente de plástico alrededor del tallo para que los animales no lleguen a ellos.
    • Si vives en una zona en donde sea común que haya venados, quizás incluso debas considerar la posibilidad de colocar una jaula en la parte superior del árbol.
    • Quizás también debas usar pesticidas para proteger el árbol de diversas pestes, entre ellas los áfidos y los abejones de mayo. Ten cuidado al elegir pesticidas. Usa únicamente aquellos que no sean perjudiciales para el roble ni para tu familia.
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    Irriga los árboles durante el clima seco. La raíz primaria larga de un roble permite que extraiga humedad de la tierra profunda incluso cuando la tierra en la superficie se haya secado por completo. En el invierno y los meses húmedos, no suele ser necesario regar los robles pero, cuando estos son jóvenes, el clima caluroso y seco puede ser perjudicial. Un sistema de irrigación por goteo es una manera útil de darles agua a los robles jóvenes cuando más la necesitan. Irriga el árbol con aproximadamente 38 litros (10 galones) de agua mediante un sistema de irrigación por goteo cada semana o cada dos semanas. Irrígalos durante los meses más calurosos y secos por alrededor de 2 años y reduce la frecuencia de irrigación conforme el árbol vaya creciendo.
    • No olvides que no debes dejar que el agua se acumule alrededor de la base del árbol.[8] Dispón el sistema de irrigación de forma que el agua gotee alrededor del árbol en lugar de directamente sobre su base, en donde puede ocasionar podredumbre.
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    Reduce el cuidado a medida que el árbol vaya creciendo. Conforme el árbol crezca y las raíces se profundicen, será necesario que cuides cada vez menos de él. A la larga, será lo suficientemente grande y alto como para que los animales no puedan matarlo y las raíces tendrán la profundidad suficiente como para que sobreviva al verano sin que lo riegues. Lentamente, a lo largo de varios años, reduce la cantidad de cuidado que le des al árbol (que no debe ser tanto aparte de regarlo en los meses secos y protegerlo de los animales). A la larga, el árbol debe poder desarrollarse bien por su cuenta sin dar señales de peligro. ¡Disfruta del regalo para toda la vida que te has dado a ti mismo y a tu familia!
    • En el espacio de 20 años, es posible que el roble empiece a producir bellotas por su cuenta. Sin embargo, según la especie, el crecimiento óptimo de bellotas quizás no suceda por hasta 50 años.

Consejos

  • Coloca una estaca en el suelo con una pantalla alrededor de la plántula de forma que los animales no puedan comérsela.
  • Mira a tu alrededor para fijarte si la bellota vino de un árbol atractivo y de aspecto saludable. Si el árbol padre tiene problemas, utiliza otro árbol de mejor aspecto.
  • Evita desanimarte, independientemente del tiempo que tome. El roble imponente que creció alguna vez fue una pequeña nuez al igual que la tuya.
  • Asegúrate de no olvidar regar el retoño ni descuidarlo. De lo contrario, se marchitará.
  • Mantén la plántula adentro durante el invierno y, si vas a cultivarla en el otoño, mantenla adentro hasta la primavera.
  • Incluso los robles pequeños pierden sus hojas en el otoño. Por ende, no te desanimes si todas las hojas se vuelven marrones o se caen. Tan solo espera a la primavera.

Cosas que necesitarás

  • bellotas (verdes)
  • bolsa de plástico
  • refrigerador
  • aserrín
  • maceta para cultivo
  • tierra apropiada
  • regadera

Acerca de este wikiHow

Lauren Kurtz
Coescrito por:
Horticultora profesional
Este artículo fue coescrito por Lauren Kurtz. Lauren Kurtz es especialista en naturalismo y horticultura. Lauren ha trabajado para Aurora, Colorado administrando el jardín Water-Wise en el Centro Municipal de Aurora para el Departamento de Conservación del Agua. Recibió una licenciatura en estudios ambientales y de sostenibilidad en la universidad Western Michigan en 2014. Este artículo ha sido visto 129 719 veces.
Categorías: Jardinería