La responsabilidad constituye un rasgo admirable que mejora la vida de todos los que te rodean. No se trata solo de hacer tus tareas y alimentar a tu perro sino sobre tomar decisiones adecuadas y hacer lo correcto. Mantente organizado y coherente en tus intentos de ser mejor. Asimismo, practica la responsabilidad con otras personas y también en tu comunidad para demostrar tu carácter. Si bien no siempre es fácil mostrar responsabilidad, te será de ayuda practicar y esforzarte para mejorar con el tiempo.

Método 1
Método 1 de 3:
Ser responsable día a día

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    Elabora un horario para planificar tu rutina diaria. Todos tienen su propio conjunto de tareas que deben llevar a cabo todos los días, lo cual abarca quehaceres pequeños (por ejemplo, limpiar tu habitación o lavarte los dientes) y también grandes (por ejemplo, el trabajo o la escuela). Considera lo que debes hacer durante el día y etiqueta lo que sea más importante. Emplea esta lista para mantenerte organizado y usar tu tiempo con mayor responsabilidad.[1]
    • Lleva un calendario o agenda diaria como una forma de ayudar a mantenerte al día con todo. Asimismo, puedes conseguir muchas aplicaciones de calendarios o agendas diarias para tu teléfono celular con las que puedes mantenerte encaminado.
    • Adjudica tiempo para tus tareas (por ejemplo, puedes escribir "recoger la ropa del suelo, 4:00-4:30"). Esto te servirá para visualizar lo que debes hacer.
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    Sé confiable haciendo lo que acuerdes hacer. Independientemente de que sea tu tarea de la noche anterior o asistir a tiempo a tu cita con el doctor, gran parte de la responsabilidad son las acciones. Debes hacer que tus promesas valgan su peso. Al cumplir con tus promesas, las personas empiezan a confiar en lo que digas. Una persona que se retracta de un acuerdo con seguridad dará la impresión de ser algo sospechosa.[2]
    • La puntualidad es importante. Preséntate cuando digas que lo harás, ya que llegar tarde con regularidad te hará parecer poco fiable.
    • No es necesario que accedas a todas las solicitudes. En caso de que se te pida que abordes un proyecto grande que no te sea posible manejar, será mejor que digas que no a que accedas a hacerlo. No asumir más de lo que puedas manejar es algo muy responsable.
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    Practica el autocontrol evitando lo que no necesitas. Todos quieren las cosas divertidas en la vida pero, en ocasiones, no son las correctas. Ese elegante par de zapatos nuevos en la tienda quizás se vea bonito, pero debes preguntarte si de verdad lo necesitas. El autocontrol también tiene relación con tomar decisiones positivas para no meterte en problemas. Mantén la calma y se te conocerá como una persona con mucho autocontrol.[3]
    • Por ejemplo, el autocontrol es dejar la última rebanada de pizza cuando te sientas lleno. No seas impulsivo. Detente antes de tomar más de lo que necesites o de pelearte.
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    Domina la autodisciplina para terminar con tus quehaceres. La escuela, el trabajo y los quehaceres son lo primero antes que el juego. Si bien estas cosas no suelen ser divertidas y preferirías estar afuera en el sol, una parte de ser responsable es saber cuándo aplicarte y ponerte a trabajar. Recuérdate que las distracciones seguirán allí cuando hayas terminado tu trabajo.[4]
    • En la era de las redes sociales, mantenerse disciplinado es desafiante. Considera la posibilidad de apagar tu teléfono y hacerlo a un lado de forma que no sientas la tentación de revisar actualizaciones de estados mientras estés ocupado.
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    Demuestra responsabilidad día tras día. Si tu intención es parecer responsable, la constancia es clave. Encuentra tu ritmo y ocúpate de todas tus responsabilidades día tras día. Si bien no hay problema con cometer errores, holgazanear demasiado te hace parecer irresponsable.[5]
    • Por ejemplo, dedica una hora al día al estudio. Es mejor ceñirte a ese horario que hacerlo durante una semana y dejarlo durante un mes.
    • La constancia es una prueba de que eres confiable. Para esto, te será de mucha ayuda elaborar un horario, por lo que utiliza una agenda o aplicación en tu teléfono de ser necesario.

Método 2
Método 2 de 3:
Interactuar con los demás

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    Considera las consecuencias antes de hablar o de actuar. Las malas decisiones suelen conducir a una gran cantidad de problemas nuevos. En muchos casos, estos problemas pueden evitarse si piensas en lo que vas a hacer antes de hacerlo. Las personas irresponsables suelen actuar sin darse cuenta de la forma como afectan a los demás. Si piensas, te das a ti mismo la oportunidad de tomar mejores decisiones.[6]
    • Por ejemplo, debes pensar dos veces antes de pelearte con un amigo o dejar de ir a una cita. Las decisiones más grandes tienen consecuencias más severas. Si haces algo ilegal como robar, podrías meterte en muchos problemas a largo plazo.
    • En caso de que tengas problemas para determinar las consecuencias, elabora una lista de los pros y los contras. Describe cuáles son los resultados buenos y malos que podrían ocurrir al tomar una decisión.
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    Haz una pausa y reflexiona sobre tus acciones para determinar qué es lo que puedes hacer mejor. Tómate un tiempo para reflexionar sobre lo que hayas dicho o hecho, sobre todo después de una decisión difícil. En su mayoría, las decisiones afectan a otras personas y, por tanto, debes responsabilizarte por tus decisiones. Toma en cuenta lo que haya salido bien y mal y lo que podrías hacer de otra manera la próxima vez. Emplea lo que aprendas para ser más sensato y responsable.[7]
    • Por ejemplo, si dejas de hacer tu tarea para jugar, considera lo que harías de forma diferente. Podrías pensar "No hacer la tarea fue divertido, pero ahora tengo mucho trabajo que compensar. La próxima vez, lo terminaré lo más pronto posible".
    • En caso de que hieras los sentimientos de alguien, considera los motivos por los cuales haya reaccionado así. Quizás te des cuenta de que "Ese comentario fue más insensible de lo que había considerado, así que escucharé y pediré perdón para mejorar las cosas".
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    Sé honesto con los demás diciendo la verdad. No ser confiable hará que nadie crea jamás que eres una persona responsable. Debes esforzarte por ser lo más honesto posible. Las mentiras generan agujeros más profundos a largo plazo, por lo que, cuando hagas algo mal, debes admitirlo. Esto puede ser muy difícil en ocasiones, pero, si eres una persona responsable, podrás manejarlo.[8]
    • Las mentiras pequeñas (por ejemplo, decirle a alguien que te gusta su nuevo corte de cabello) no son gran cosa pero, si lo que quieres es que los demás confíen en ti, debes evitar las mentiras con las que podrías herir los sentimientos de alguien.
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    Pide perdón por los errores que hayas cometido. Nadie es perfecto y es posible que cometas errores a veces, independientemente de lo responsable que intentes ser. No ocultes tus errores sino, en cambio, responsabilízate por ellos. En caso de que hieras los sentimientos de alguien, dile que lo sientes y harás mejor las cosas la próxima vez.[9]
    • Por ejemplo, es posible que olvides el cumpleaños de alguien. Puedes decirle "Lamento haberlo olvidado, pero te lo compensaré".
    • Mentir es irresponsable y puede meterte en más problemas. En caso de que los demás sepan que cometiste un error, no perderás nada ocultándolo.
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    No culpes a los demás sino, en cambio, busca soluciones a los problemas. No trates de determinar quién es el responsable por un problema sino, en cambio, hazte cargo y busca maneras de mejorar la situación. En caso de que haya sido culpa tuya, primero debes pedir perdón y luego buscar la forma compensarlo. Si bien los problemas ocurren, el no hacer nada suele empeorarlos.[10]
    • Por ejemplo, puedes decir "Lamento que nos hayamos peleado. Creo que malinterpreté lo que quisiste decir. ¿Podemos hablar al respecto?".
    • Controla tus reacciones y trata de no atacar a los demás. Respira hondo y considera lo que harás después. Los ataques personales parecen infantiles y no sirven.

Método 3
Método 3 de 3:
Abordar desafíos de largo plazo

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    Establece un buen ejemplo para los demás para así convertirte en un modelo a seguir. Los modelos a seguir son personas a quienes los demás pueden admirar. Si quieres convertirte en un modelo a seguir, debes tratar de hacer tu mejor esfuerzo en cualquier situación. Sé amistoso, amable y establece buenos ejemplos para los demás. Considera lo que haría tu atleta, músico o superhéroe favoritos mientras los demás los observan. Debes ser la persona como la que quieras que los demás te consideren.[11]
    • Por ejemplo, estableces un buen ejemplo al tratar a los demás con respeto. Evita gritar o maldecir en lugares públicos e incluye a otras personas que parezcan estar excluidas.
    • Es muy importante ser un buen modelo a seguir cuando estés en presencia de tus hermanos menores o de niños más pequeños. Aprovecha la oportunidad para cuidar de ellos y mostrarles cómo deben comportarse. Si bien es una responsabilidad bastante grande, suele ganarte muchos puntos con los demás.
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    Busca formas de ofrecerte como voluntario y mejorar tu comunidad. Son infinitas las oportunidades para involucrarte con tu escuela o alrededor de tu vecindario. Por ejemplo, podrías ayudar a otros estudiantes con sus tareas, recoger basura u organizar eventos. Debido a que ofrecerte como voluntario requiere un poco de esfuerzo adicional, constituye una manera muy eficaz de dar la impresión de que eres más responsable.[12]
    • En caso de que tengas la intención de impresionar a tu familia, haz el intento de ayudar también en casa. Pregúntale a tu familia por lo que puedas hacer para ayudar. Por ejemplo, puedes ocuparte de algunos quehaceres domésticos para que esa pila de ropa sucia no se acumule.
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    Ocúpate de tareas sin que se te pida que lo hagas. Si lo que quieres es mostrar responsabilidad, debes salir y buscarla en lugar de esperar a que venga a ti. Esfuérzate adicionalmente por demostrar que te importan los demás y utilízalo como una oportunidad para demostrarles a las personas que sabes lo que hay que hacer y que estás dispuesto a hacerlo sin que alguien te lo diga.[13]
    • Por ejemplo, para demostrarles responsabilidad a tus padres, podrías ordenar alrededor de la casa. Lava los platos y ordena tu habitación. Si te es posible hacer lo que debe hacerse sin que se te pida, te verás muy responsable.
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    Acepta los problemas y las decisiones que no puedas cambiar. En ocasiones, cuando algo sale mal, no tienes otra opción más que perseverar. Si bien no es fácil aceptar una negativa, es posible al practicar la responsabilidad. Si no puedes cambiar algo, luchar en contra de ello suele generar problemas nuevos y empeorar los antiguos. Haz tu mejor esfuerzo por seguir adelante y encontrar alternativas.[14]
    • Después de decir o hacer algo, por lo general no es posible retractarte. Sácale el mayor provecho a una mala situación pero manteniéndote positivo y sin dejar de buscar formas de mejorar.
    • Si alguien te dice que no, no debes presionarlo para cambiar de opinión, ya que esta presión podría hacerlo sentir incómodo y hacer que piense que eres inmaduro por no respetar su decisión.
    • Es posible cambiar algunas decisiones. Por ejemplo, podrías hacer el intento de convencer a tus padres de que te permitan ocuparte de una mascota si demuestras responsabilidad. Determina cómo actuar valiéndote de tu criterio.
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    Cíñete a tus compromisos de largo plazo lo más que puedas. Las responsabilidades (por ejemplo, unirte a un club u ocuparte de una mascota) son continuas. A menudo, las responsabilidades que dan la impresión de ser fáciles al principio se tornan más difíciles con el paso del tiempo. Cíñete a una tarea si tienes la dedicación para ello. Mantente dedicado a ello una vez que tu entusiasmo inicial se desvanezca.[15]
    • Por ejemplo, podrías convertirte en líder en una organización voluntaria o entrenar mucho para tu equipo deportivo. Cíñete a ello durante un tiempo sin descuidar tu compromiso.
    • No es necesario que un compromiso de largo plazo sea para siempre. Podrías intentar establecer una extensión de tiempo para mantenerlo (por ejemplo, un año). En caso de que sea absolutamente necesario que lo dejes, debes hacerlo con elegancia.

Consejos

  • Mostrar responsabilidad es importante para cualquier persona que quiera convencer a sus padres de que le dejen hacer algo (por ejemplo, comprar un teléfono celular nuevo). Mostrar responsabilidad hará que tengas mejores posibilidades de hacer que cambien de parecer.
  • Los errores suceden y no hay problema con que cometas algunos. Cíñete a tus intentos de ser responsable y busca formas de mejorar.
  • No es necesario que inviertas en nada sofisticado para mantenerte encaminado. Con una agenda o calendario baratos será más que suficiente.
  • Sé cortés al pedir algo. Si bien es posible que debas recordarle a alguien tu solicitud, esperar sin empezar probará que eres una persona paciente y respetuosa.

Advertencias

  • Para la responsabilidad se necesita un esfuerzo constante, y es posible que te abrumes si intentas hacer demasiado al mismo tiempo. Si bien debes tener en cuenta tus obligaciones, no olvides divertirte también.
  • Existen algunas responsabilidades que son importantes y no puedes comprometerte a ellas con desgano. En caso de que no estés preparado para ocuparte de una mascota, comprometerte con un equipo, etc., debes buscar otras alternativas para no decepcionar a los demás.

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