Puede ser difícil para los padres encontrar la mejor forma de lidiar con un comportamiento indeseado de sus hijos, lo cual puede ser incluso más desafiante si se trata de un niño autista. Como padre de un niño autista, es importante que reconozcas que la disciplina va más allá de castigar a tu hijo por un comportamiento “travieso”. En cambio, implica modificar ese comportamiento negativo para convertirlo en algo más constructivo.

Método 1
Método 1 de 6:
Utilizar un enfoque de disciplina en función del niño

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    No olvides que, sobre todas las cosas, un niño autista es un niño. Todos los niños tienen sus preferencias, peculiaridades, comportamientos y reacciones. Cualquier niño tiene cosas que le gustan y cosas que le desagradan. El hecho de que sea autista no cambia esta realidad. Cualquier técnica de disciplina que utilices debe abordar las situaciones de comportamientos difíciles con comprensión. Enfócate en proporcionarle a tu hijo el apoyo que necesita para controlarse y convertir ese comportamiento “travieso” en acciones más constructivas.
    • Todos los niños se comportan mal a veces. Pueden romper las reglas (a propósito o sin querer) y tener dificultades para controlarse cuando están enojados. Es importante que seas comprensivo, pero firme a la hora de enseñarle a tu hijo cómo comportarse bien.
    • Recuerda ser justo. No es justo que castigues a tu hijo por tener un "comportamiento autista" (como la autoestimulación o evitar el contacto visual) o por romper las reglas que otros niños pueden romper sin recibir un castigo.
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    Ten paciencia. Es posible que a veces te sientas frustrado al tratar de entender el comportamiento de tu hijo, pero es muy importante que recuerdes que la paciencia es un factor clave. Con el paso del tiempo y al aplicar algunas de las estrategias que se explican más adelante, tu hijo autista entenderá que existen mejores formas de comportarse. De todas formas, comprende que esto no sucederá de la noche a la mañana.
    • Recuerda que algunos niños autistas experimentan desafíos adicionales. Puede ser muy frustrante tener que lidiar con los problemas sensoriales, las dificultades para comunicarse, las emociones intensas y otros conflictos.
    • Ten en cuenta que el lenguaje corporal de un niño autista puede ser muy distinto al de un niño que no tiene este problema. La autoestimulación, mirar hacia otras direcciones y no responder no necesariamente significa que no esté escuchando.
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    Mantente enfocado de manera positiva. La disciplina se debe centrar más en el ánimo y el elogio, y no en el castigo. Tu deber es enseñarle a comportarse bien y elogiarlo cuando aprenda.
    • Pide una cita con un terapeuta si las técnicas no proporcionan los resultados deseados.[1]
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    Aprende a lidiar con las crisis con cuidado. Gran parte de lo que puedas considerar un "mal comportamiento" en un niño autista se presenta en forma de crisis. En especial, puede ser muy difícil reaccionar con un hijo pequeño o con aquellos que no utilizan la comunicación verbal para expresarse cuando están molestos. Lo que quizás pueda parecer una rabieta o "mal comportamiento" en algunos puede ser un intento de expresar sus necesidades, tolerar las experiencias sensoriales desagradables o lidiar con el estrés.
    • Lo ideal es que crees un plan para enseñarle a tu hijo a evitar las crisis por cuenta propia. Las tácticas "disciplinarias" clásicas que se enfocan en los castigos (como los tiempos fuera) pueden empeorar las cosas al frustrar al niño aún más y eliminar cualquier sensación de que tiene el control de sus decisiones. En cambio, enséñale a tomarse un “respiro” a través de técnicas para calmarse a sí mismo que le den el poder necesario para gestionar su tiempo y emociones, además de animarlo a autorregularse.
    • Los artículos de wikiHow " Cómo lidiar con una crisis en niños con autismo" y "Cómo disminuir el comportamiento agresivo en los niños autistas" te ofrecerán consejos más detallados acerca de cómo reducir y lidiar con las crisis.
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    Conserva una actitud y un tono de voz calmados. Los gritos y la lucha por el poder pueden hacer que los niños sufran ansiedad y confusión. La ansiedad puede incrementar el nerviosismo, por lo que tu hijo podría llorar, gritar, chillar o lastimarse a sí mismo. Tu objetivo es ayudarlo a permanecer tranquilo. Mantén un tono de voz bajo y uniforme, por más que sientas frustración.[2]
    • Está bien que ganes algo de tiempo. Puedes decir "Estoy muy frustrado. Necesito algo de tiempo para decidir qué hacer al respecto".

Método 2
Método 2 de 6:
Crear una rutina para reducir la necesidad de disciplinar al niño

La regularidad en la vida diaria y la disciplina ayudarán al niño a saber qué esperar, y es una parte importante a la hora de ser un padre efectivo.

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    Establece una rutina y estructura predecibles. Con frecuencia, los niños autistas se sienten más seguros cuando pueden predecir sus actividades diarias y encontrarle un sentido al mundo. Designa espacios para cada actividad. Esto lo ayudará a sentirse tranquilo y con un mayor control sobre las cosas.
    • Las rutinas harán que sea más sencillo limitar los motivos por los que podría comportarse mal. Por ejemplo, si siempre llora cuando le pides que haga la tarea después de la escuela, es posible que la escuela lo canse demasiado y necesite tomarse un tiempo para relajarse, o que las tareas sean una fuente de estrés importante para él.
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    Crea "cronogramas con imágenes" para establecer un orden. Un cronograma con imágenes ayudará al niño a comprender cuál es la próxima actividad que debe hacer. Esta es una herramienta maravillosa que los padres pueden usar para guiar a sus hijos con autismo a través de las diferentes actividades que tendrán que realizar a lo largo del día. Además, permite mejorar la estructura de su vida, en particular si el niño con autismo tiene dificultades para tener una visión general de sus actividades diarias. Estas son algunas ideas para crear un cronograma con imágenes:[3]
    • Tú y tu hijo pueden llevar un registro de las tareas al “tildar” las actividades completadas.
    • Tú y tu hijo pueden tener un reloj o un temporizador con luz a mano durante las actividades para determinar la duración de cada una (en el caso de que esto ayude al niño).
    • Ayúdalo a diseñar y dibujar estas imágenes para que se sienta más conectado con ellas.
    • Conserva las imágenes en un libro, una pizarra o en la pared para que pueda verlas siempre que lo necesite.
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    Sé constante con su cronograma. Esto lo ayudará a sentirse más seguro. En el caso de que tengas que hacer algún cambio, procura darle una advertencia y una explicación para que no se irrite tanto. Trabaja junto a sus cuidadores (como profesores o terapeutas) para crear un sistema consistente.[4]
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    Adapta el cronograma de a poco a medida que tu hijo crezca. Si bien el cronograma debe mantenerse relativamente consistente, esto no significa que no puedas hacer lugar para el desarrollo y la disciplina del niño a medida que hace su progresión natural hacia el desarrollo y crecimiento personal.
    • Por ejemplo, la hora del baño puede convertirse en la hora de la ducha una vez que tu hijo aprenda a ducharse de manera independiente.
    • Haz cambios para corregir los problemas, en caso de ser necesario. Por ejemplo, si has programado el ejercicio después de almorzar y tu hijo suele tener dolor estomacal durante la actividad física, es posible que necesite un tiempo para hacer la digestión. Habla con él acerca del problema en el cronograma y piensen cómo reacomodar las cosas (como realizar ejercicio antes de comer o contar con 30 minutos de tiempo libre en el medio).
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    Planifica mucho tiempo de relajación para tu hijo. Los niños autistas pueden ser muy susceptibles al estrés, por lo que es fundamental que tengan mucho "tiempo libre". Esto es muy importante si tu hijo siente que suceden muchas cosas a su alrededor y sus sentidos están sobrecargados. Cuando tu hijo esté angustiado y molesto debido a esta estimulación excesiva, será hora de que tenga un poco de tiempo libre. Simplemente lleva a tu hijo a un lugar seguro y tranquilo para que pueda relajarse en un ambiente simple y bajo una supervisión casual.
    • Programa un momento de relajación después de las actividades que le resulten estresantes. Por ejemplo, si suele llegar cansado o estresado de la escuela, es importante que cuente con al menos media hora de tiempo libre para despejarse.
    • Si tu hijo es pequeño y no puede estar sin supervisión, ofrécele una “vigilancia” casual. Por ejemplo, puede balancearse de un lado a otro y dibujar imágenes en una esquina mientras lees un libro o haces algo con tu teléfono.
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    Programa un tiempo suficiente para la diversión. Los niños con autismo, al igual que cualquier niño, necesitan un tiempo para jugar y disfrutar actividades que escojan por cuenta propia. Dado que el estrés puede ser un problema para los niños con autismo, es fundamental que cuenten con un tiempo para la relajación. Los juegos autodirigidos lo ayudarán a sentirse feliz y emocionalmente equilibrado.
    • Ten en cuenta que tu idea de "diversión" podría ser diferente a la de tu hijo. Por ejemplo, una fiesta ruidosa podría ser estresante para un niño con autismo, mientras que alinear juguetes o dibujar círculos podría ser una manera agradable para pasar el tiempo para él. Si al niño le gusta, entonces cuenta como algo divertido, por más que no puedas entenderlo.
    • Recibir órdenes por parte de un adulto no cuenta como algo divertido, por más que la orden sea que juegue. Si juegas con tu hijo, permite que tome la delantera.
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    Planifica actividades para liberar su energía, en especial si tiene una tendencia hiperactiva. Algunos niños no pueden quedarse sentados o hacer lo mismo durante mucho tiempo. Si este es el caso de tu hijo, asegúrate de reservar mucho tiempo para que se "desahogue" y use su energía excesiva. Los deportes y las actividades al aire libre suelen ser muy buenas opciones para los niños activos.
    • Puedes anunciar pausas no programadas si observas que está ansioso. Por ejemplo, puedes decirle "Veo que tienes problemas para concentrarte. Corramos un poco durante 15 minutos y luego retomemos la actividad".
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    Resuelve cualquier problema médico o del sueño. Si tu hijo no descansa lo suficiente o sufre un dolor o una enfermedad, es normal que exprese su molestia, lo que se podría malinterpretar como un “comportamiento problemático”.
    • Si observas un comportamiento enfocado en un área en particular, pídele a su médico que revise esa área. Por ejemplo, un niño que se golpea la cabeza podría sufrir dolor de dientes o tener piojos. Golpear una parte del cuerpo podría indicar que hay algo malo en esa zona.

Método 3
Método 3 de 6:
Prevenir problemas del comportamiento

Los elogios, la reflexión prospectiva y las actitudes positivas pueden ayudar a reducir los problemas de comportamiento.

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    Sé un buen ejemplo. Los niños buscan en sus padres el ejemplo para comprender cómo comportarse. Demuestra un buen comportamiento a través de tus acciones aunque no estés seguro de que tu hijo te observe al hacerlo.
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    Asegúrate de darle mucha atención positiva. Si tu hijo se siente rechazado, podría comportarse mal para llamar tu atención. Puedes reducir las posibilidades de que esto suceda al brindarle atención positiva sin tener que recurrir a un mal comportamiento.
    • Si crees que tu hijo busca llamar la atención, enséñale habilidades de asertividad y frases como "Me siento solo", "Necesito atención" o "¿Podrías pasar un rato conmigo? ". Recompensa este comportamiento al prestarle atención cuando exprese su deseo. De esta forma, comprenderá que pedir tu atención es más efectivo que comportarse mal.
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    Habla con tu hijo acerca de las formas de lidiar con las emociones. Los niños no siempre saben reconocer y lidiar con sus emociones. Los niños con autismo necesitan una guía adicional.
    • Habla acerca de los personajes. Siéntete libre de hacer preguntas como "¿Qué crees que el personaje debería hacer para lidiar con su enojo, en vez de gritar?".
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    Aleja al niño de las situaciones estresantes si percibes que tiene dificultades. Si notas que está a punto de explotar, aléjalo de la situación. Puedes sugerirle que se retire o asignarle una tarea en solitario que sepas que es fácil o que disfruta. De esta forma, podrá tomarse un momento para calmarse y volver a centrarse.
    • "Te ves un poco estresado. ¿Por qué no vas a la esquina por un momento? Podemos terminar la tarea dentro de media hora".
    • "Es un día muy lindo. Carla, ¿podrías recoger el correo por mí?".
    • "El perro aún no ha salido a pasear. ¿Podrías llevarlo a caminar por un rato?".
    • "Juan, creo que tenemos poco papel higiénico. ¿Podrías ir al baño y contar cuántos rollos quedan? Toma esta nota adhesiva y lápiz para escribir cosas, si lo deseas".
    • "Veo que te sientes frustrado. Tomémonos una pausa y retomemos esta actividad en 10 minutos. ¿Estás de acuerdo?".
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    Procura redirigir a un niño ansioso o nervioso. Los niños pueden inquietarse en ocasiones, lo que puede llevar a un comportamiento que no es el ideal. Estos son algunos ejemplos de cosas que puedes decir:
    • "¿Estás aburrido? ¿Quieres dibujar algunas imágenes conmigo?".
    • "Aún nos falta recorrer tres pasillos más de la tienda. ¿Podrías contarlos conmigo?".
    • "Noto que tienes mucha energía en este momento. ¡Comenzaré a correr! ¡Apuesto a que no podrás atraparme!".
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    No te estreses por cosas insignificantes. Los niños con autismo son peculiares, y eso está bien. Todos los niños tienen mal humor y días malos, al igual que los adultos. No es necesario que conviertas todas las situaciones de comportamientos inusuales o imperfectos en una batalla. En cambio, acepta la imperfección.
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    Asegúrate de que tus expectativas sean razonables. Los niños con autismo tienen retrasos del desarrollo, lo que significa que necesitarán más tiempo para aprender algunas cosas. Si observas que no cumple con tus expectativas de manera repetida, pregúntate si son demasiado elevadas o existe algún obstáculo que le impida desarrollarse bien. Procura hablar del tema con las siguientes personas:
    • El niño. Por ejemplo, puedes preguntarle "¿Por qué piensas que te resulta tan difícil ocuparte de los quehaceres?".
    • Otros cuidadores de tu hijo o de los niños con autismo o incapacidades en general.
    • Profesores.
    • Terapeutas.
    • Adultos con autismo.
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    Elogia los comportamientos positivos del niño. Ofrécele un cumplido cuando haga algo bien para que sienta que percibes sus esfuerzos y se sienta orgulloso de sí mismo y entusiasmado por seguir comportándose bien. Los elogios pueden ser un motivador muy poderoso. Busca algo positivo que elogiar al menos dos veces al día o más. Por ejemplo, puedes decirle:
    • "¡Gracias por guardar tus juguetes tan rápido! Estoy muy impresionado".
    • "¡Has hecho un muy buen trabajo al ser suave con tu hermano bebé! Eres una hermana mayor increíble".
    • "Gracias por escucharme en el primer intento. ¡Ha sido genial!".
    • "¡Guau! Estás estudiando muy duro. Esta es una señal de que eres muy buen estudiante".
    • "Estoy muy orgulloso de ti por haber sido tan asertivo conmigo hoy".
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    Explícale la relación entre un buen comportamiento y sus consecuencias positivas. Esto te ayudará a motivarlo y a enseñarle la importancia de comportarse bien. Si lo deseas, puedes explicarle que existen ciertas recompensas asociadas al buen comportamiento.
    • "Si ordenas tus juguetes, el piso estará limpio para que puedas jugar. Todas las personas podrán caminar y moverse con facilidad, y tu habitación será un lugar divertido donde pasar el rato".
    • "El perro disfruta estar contigo cuando lo tratas con cuidado. Incluso es posible que se acerque a ti con más frecuencia porque sabrá que lo tratarás con suavidad".
    • "Me siento muy feliz cuando me escuchas la primera vez que te recuerdo algo. Siento que realmente me escuchas y que no tengo que pensar en un castigo para ti. Me gusta cuando te comportas así".
    • "Cuando moderas tu tono, a tu hermano le resulta más fácil estudiar y mamá puede terminar de hacer sus cosas. Las personas disfrutan vivir en una casa tranquila. Es agradable para todos".

Método 4
Método 4 de 6:
Utilizar estrategias de disciplina específicas

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    Procura calmar al niño en primer lugar, en caso de ser necesario. Si el niño llora, grita o se muestra molesto, procura calmarlo. Ya podrás disciplinarlo una vez que despeje su mente para poder escucharte.
    • No te rindas cuando se comporte mal. Explícale claramente que eso es contraproducente. Por ejemplo, puedes decirle "No puedo entenderte si me gritas. Respira profundo y modera tu tono para decirme por qué estás molesto".
    • Recuérdale con paciencia las estrategias que puede utilizar para calmarse, como respirar profundo y contar. Ofrécele utilizar estas estrategias juntos.
    • Valida sus sentimientos y dile que te preocupas por él, por más que no puedas responder a sus pedidos. Los niños pueden calmarse rápidamente una vez que saben que estás dispuesto a escucharlos y sentir empatía por ellos.
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    Dale recordatorios positivos cuando se comporte mal. Los niños, en especial los más pequeños, tienen una memoria limitada y control de los impulsos. Esto significa que podrían olvidar las reglas de vez en cuando. Un recordatorio podría ser suficiente para corregirlos sin tener que recurrir al castigo. Dile exactamente lo que esperas de él. Por ejemplo, "Por favor, camina" puede ser más útil que decir "¡Nada de correr!", dado que lo animará a visualizar un comportamiento positivo. Estos son algunos ejemplos a tener en cuenta:
    • "Por favor, camina más despacio para no resbalarte y caerte".
    • "Modera el tono, por favor. Mamá está intentando leer".
    • "Sé asertivo, por favor. No puedo ayudarte si no me dices qué sucede. Puedes hablar conmigo o usar tu tableta para mostrarme".
    • "Las manos quietas. Puedes tomar un juguete calmante si estás inquieto".
    • "Sé suave con el gato".
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    Dale una advertencia si no presta atención a tu recordatorio. Si el niño se niega a corregir su comportamiento después de tu recordatorio, adviértele que habrá consecuencias si sigue actuando de esa forma. De esta forma, tendrá una última oportunidad para detenerse y respetar las reglas.
    • "Tienes que ser suave. Si no te detienes, te quitaré el juguete".
    • "Contaré hasta tres. Cuando diga tres, tus manos deben estar lejos de su cabello. Uno...".
    • "Moderar el tono es muy importante. Si no puedes mirar la televisión a un volumen normal, la apagaré".
    • "Puedes jugar a los videojuegos después de terminar la tarea. Si no haces la tarea, no podrás jugar a los videojuegos".
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    Aplica consecuencias inmediatas si se niega a mejorar su comportamiento. Si el recordatorio y la advertencia no son suficientes, tendrás que recurrir al castigo. Aplica las consecuencias de inmediato. La espera puede ser menos efectiva.
    • Si esperas demasiado para castigar al niño, no será efectivo, dado que no relacionará el castigo con su mal comportamiento. En este caso, lo mejor es dejarlo pasar por esta vez.[5]
    • Si tu hijo aprende bien a través de las tácticas visuales, crea una serie de imágenes que expliquen cómo es que su mal comportamiento lleva a un castigo, y cómo es que un comportamiento bueno lleva a una recompensa. Esto lo ayudará a comprender la relación entre un mal comportamiento y la disciplina.
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    Adapta el castigo al mal comportamiento. No utilices un solo castigo o tipo de castigo. Un mal comportamiento menor solo debe llevar a un castigo más leve (o simplemente una advertencia), mientras que un mal comportamiento más importante necesitará un castigo más severo. Descubre qué es lo que funciona mejor para el niño.[6]
    • Dale una advertencia verbal para que tenga la posibilidad de corregir su comportamiento. Si te escucha, no tendrás que castigarlo.
    • Prueba con las consecuencias naturales. Si el niño arroja sus juguetes, tendrá que recogerlos o no podrá jugar con ellos durante unos minutos.
    • Considera la pérdida de las recompensas o los privilegios, como no ver la televisión. Asegúrate de que esto no interfiera con sus intereses especiales, dado que la molestia podría ser demasiado elevada como para brindar resultados efectivos.
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    Sé constante. El niño debe comprender que un mal comportamiento tendrá consecuencias, y que no cambiarán en función de quién se porte mal o quién lo supervise.[7]
    • Aplica el mismo castigo para la misma infracción todas las veces.
    • Aplica las mismas reglas para todos los miembros de la familia, incluyendo al niño, los hermanos e incluso los adultos. Si rompes una regla de la familia, tendrás que castigarte.
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    Evita los castigos que causen algún dolor físico, como una nalgada, una bofetada o la exposición a un estímulo intenso. Responder a la violencia con más violencia puede reforzar en tu hijo que está bien ser violento cuando se molesta. Si te enojas con tu hijo, recurre a las mismas estrategias para calmarte que quisieras que el niño aplique. Esto lo animará a imitarte cuando esté enojado o frustrado.
    • Si bien una nalgada puede aliviar el estrés de los padres, algunas investigaciones han demostrado que esto estresa más a los hijos y hace que se comporten más mal y escuchen menos a sus progenitores.[8] [9] También puede traer dificultades en el futuro, como problemas mentales, problemas en el desarrollo cognitivo y peores habilidades sociales.[10] [11] [12] [13] Los padres pueden aprender técnicas más efectivas para facilitar la vida de los hijos y los padres.
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    No critiques al niño, sino al comportamiento. Evita etiquetar a tu hijo como “malo” o “erróneo”. Señala el comportamiento incorrecto de forma tal que puedas animarlo a promover una acción correctiva. Por ejemplo, puedes decirle:
    • “Veo que estás muy molesto con esto. Gritar no te ayudará. ¿Quieres que practiquemos algunos ejercicios de respiración profunda?”.
    • “¿Por qué te tiras al suelo? ¿Te has molestado por lo de la tienda?”.
    • “Golpear a otras personas nunca está bien. Si estás enojado, usa tus palabras, habla con un adulto o tómate una pausa para calmarte”.
    • “Te amo, pero no me siento feliz con la forma en que has lidiado con esa situación. Es importante que lo hagas mejor la próxima. Hablemos del tema”.

Método 5
Método 5 de 6:
Crear un sistema de recompensas

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    Crea un sistema de recompensas que se relacione directamente con las buenas conductas. Al igual que con los castigos, tu hijo debe comprender que, como resultado directo de un comportamiento apropiado, recibirá una recompensa (como un elogio o una estrella dorada). Con el paso del tiempo, esto creará una modificación en su comportamiento y te ayudará a disciplinarlo.
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    Usa actividades como recompensa de vez en cuando. Escribe una lista de las cosas que le encanta hacer. Puedes sugerirle estas recompensas cuando se comporte bien o cuando abandone un hábito negativo.
    • Si bien inicialmente esto puede sonar a “extorsión”, en realidad no lo es si se aplica de manera correcta. La aplicación del sistema de recompensas debe basarse en recompensar la conducta correcta del niño, no en detener un comportamiento negativo.
    • Utiliza esta técnica de manera casual y con moderación. Por ejemplo, puedes decirle "Me siento orgulloso por cómo has podido controlarte en esa tienda ruidosa. Tenemos algo de tiempo libre esta tarde. ¿Quieres leer libros ilustrados conmigo?".
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    Sé abierto con las ideas nuevas relacionadas con la disciplina y la recompensa. Cada niño es diferente, y cada niño con autismo es distinto. Lo que quizás se considere un castigo o “algo aburrido” para el niño podría ser la mejor recompensa para un niño con autismo y viceversa. Por lo tanto, es fundamental que utilices la creatividad y te muestres abierto a las ideas nuevas con respecto al concepto de castigo y recompensa en el área de la disciplina.[14]
    • Preparación. Siempre debes reflexionar detenidamente acerca de la disciplina antes de implementarla. ¿Te sentirías cómodo haciendo lo mismo con un niño sin autismo? Si no es así, dicha práctica de disciplina podría hacer más mal que bien.
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    Establece un sistema de recompensas. Existen muchas formas de lograrlo, pero los dos sistemas principales incluyen:
    • Crea un cuadro de conductas, en el que un buen comportamiento se premia con una pegatina o una marca en el mismo. Si el niño recibe muchas marcas, recibe una recompensa. Haz que sea parte, si lo desea, al colocar la pegatina él mismo.
    • Los sistemas de recompensas con objetos son un sistema muy común que se implementa. Básicamente, se recompensa una buena conducta con un objeto (pegatina, fichas, etc.). Luego, el niño puede cambiar estos objetos por recompensas. Con frecuencia, este sistema se diseña a través de un contrato con el niño en cuanto a su comportamiento y, como tal, puede ser difícil de implementar en niños muy pequeños.
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    Elogia a tu hijo. Háblale con calma y con un tono calmo al recompensarlo. Ser demasiado ruidoso puede estimularlo mucho o molestarlo. No elogies los resultados, sino sus esfuerzos. Esto incluye a hacerle un cumplido por esforzarse para alcanzar sus objetivos. Reconocer su perseverancia y esfuerzo será mucho más valioso para un niño con autismo.
    • Si tu hijo no entiende las palabras habladas, agrega una pequeña recompensa al elogio.
    • Demostrar sinceridad y disfrute por el comportamiento correcto de tu hijo incrementará la frecuencia de dichas conductas.
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    Bríndale recompensas sensoriales. En ocasiones, son más difíciles de brindar que otro tipo de recompensas. Sin embargo, una buena recompensa es aquella que además promueve la actividad sensorial. De todas formas, ten cuidado de no estimular demasiado a tu hijo, dado que esto podría molestarlo. Las recompensas pueden ser:
    • Visuales. Esto puede ser algo que le gusta ver, como un libro nuevo en la biblioteca, una fuente de agua, animales (los peces son especialmente efectivos) o el vuelo de un modelo de avión.
    • Auditivas. Esto puede ser música calmante o de instrumentos relajantes simples como el piano, o cantar una canción.
    • Gustativas. Esta recompensa va más allá de comer cosas. Incluye el poder probar diferentes comidas que le gusten, como un surtido de frutas dulces, algo salado y cualquier variedad de algo que le resulte placentero.
    • Olfativas. Haz que tu hijo huela diferentes aromas para distinguirlos, como eucalipto, lavanda, naranja o diferentes flores.
    • Táctiles. Permite que juegue en la arena, en un pelotero o con el envoltorio de alguna comida (como una bolsa de papas fritas, un plástico con burbujas, una masa de gelatina o plastilina).
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    Sé moderado con respecto al sistema de recompensas. Las recompensas pueden utilizarse mal o en exceso.
    • El acceso a sus cosas favoritas no debe depender de su comportamiento. Por ejemplo, el niño debe poder jugar con su peluche favorito, por más que haya tenido un mal día. Las recompensas deben ser bonos adicionales.
    • No utilices la comida en exceso como forma de recompensa. Esto puede llevar a hábitos poco saludables a medida que el niño crece.
    • Un uso excesivo de recompensas físicas puede reducir la motivación interna del niño. Ten cuidado de no convertir su vida en una serie de objetos e intercambios. Es importante que tu hijo también aprenda a querer actuar bien por su propio bienestar. Utiliza los elogios y elimina gradualmente las recompensas físicas para que sean menos comunes a medida que tu hijo crece.

Método 6
Método 6 de 6:
Comprender el origen del mal comportamiento

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    Ten en cuenta que los niños con autismo pueden pensar de manera concreta. Esto significa que suelen interpretar las cosas de forma literal y, como tal, debes tener cuidado a la hora de escoger tus palabras. Antes de disciplinar a tu hijo, debes entender por qué se comporta mal. Si no comprendes la causa, podrías disciplinarlo de forma tal que refuerces su comportamiento negativo.
    • Por ejemplo, si se porta mal a la hora de ir a dormir y no sabes por qué, puedes enviarlo a tener un tiempo fuera. Sin embargo, este “tiempo fuera” podría ser una recompensa para el niño si su objetivo es posponer el irse a dormir tanto como sea posible. A la hora de disciplinarlo sin comprender la causa, le demostrarás que, si se comporta mal, podrá quedarse despierto hasta más tarde.
    • En ocasiones, los niños se comportan mal debido a un factor estresante externo que no saben manejar (por ejemplo, gritar y llorar porque la música fuerte les lastima los oídos). En estos casos, lo mejor es eliminar el factor estresante, hablar acerca de las estrategias de afrontamiento y comunicación, y olvidar el castigo.
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    Comprende el propósito detrás de su comportamiento. Cuando un niño con autismo exhibe una mala conducta, este comportamiento en realidad tiene un propósito. Al comprenderlo, podrás descubrir cómo prevenir la conducta no deseada y reemplazarla por acciones más apropiadas.
    • Por ejemplo, quizás tu hijo quiera evitar algo o una situación y se “comporte mal” para evitar estas cosas. Quizás quiera llamar tu atención u obtener algo más. En ocasiones, puede ser difícil determinar el objetivo final. Por lo tanto, tendrás que observarlo para poder comprenderlo por completo.
    • En ocasiones, los niños se portan mal sin un objetivo en particular; simplemente no saben cómo lidiar con su estrés. Los problemas sensoriales, el hambre, el sueño, la falta de tiempo libre, etc., pueden causar este problema.
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    Descubre exactamente qué es lo que causa su mal comportamiento. Una pista clave para determinar qué hace tu hijo (evitar una situación o llamar la atención) es observar si se “comporta mal” de manera constante en determinada situación. Si se comporta mal de una forma “inusual” por una actividad que suele disfrutar, esto podría indicar que desea recibir más atención.[15]
    • Por ejemplo, quizás tu hijo se “comporte mal” cuando sea la hora de tomar un baño. Si lo hace antes o durante el baño, puedes concluir que exhibe una mala conducta porque no quiere tomar un baño. O simplemente le molesta algún olor o la temperatura del agua.

Consejos

  • Recuerda que las sugerencias mencionadas funcionan, pero pueden variar dependiendo de las necesidades específicas de tu hijo.
  • Si tu hijo se derrumba en ambientes demasiado estimulantes (como la tienda o los centros comerciales muy concurridos), es posible que tenga un trastorno de procesamiento sensorial. La terapia de integración sensorial podría ayudarlo a incrementar su tolerancia a los estímulos dolorosos.
  • Recuerda que tu hijo es un ser humano. Confía en tus instintos y no trates a un niño con autismo de forma tal que te generaría incomodidad al tratar a un niño neurotípico.
  • Intenta y acepta la diferencia del niño.

Advertencias

  • Un uso excesivo del sistema de castigos o recompensas podrían perjudicar la capacidad del niño de pensar por cuenta propia y de que le gusten las cosas. Asegúrate de que siga teniendo acceso a las cosas que le gustan sin tener que "ganarlas" primero, y de que los sistemas de disciplina no microgestionen su vida.
  • Para mejores resultados a la hora de implementar las técnicas mencionadas, se recomienda hablar con un médico para obtener una referencia de un buen terapeuta conductual que se especialice en niños con autismo.
  • Recuerda que algunas formas de terapia de análisis conductual aplicado para autismo y otras terapias provienen de una cultura abusiva, y los especialistas podrían recomendar disciplinas dañinas. Jamás utilices una disciplina que se considere abusiva, manipuladora o demasiado controladora si se aplicara en un niño sin autismo.

Referencias

  1. Myers S.M, & Johnson C.P (2007) “Management of children with autism spectrum disorders. Pediatrics” (Manejo de niños con trastornos del espectro autista. Pediatría). 120(5):1162–82
  2. Barlow, D.H. & Durand, V.M. (2009) “Abnormal Psychology: An integrative approach (5th edn)” (Psicología anormal: un enfoque integrador (5ta edición). Wadsworth: CA.
  3. Rapin, I. & Tuchman RF. (2008) “Autism: definition, neurobiology, screening, diagnosis. Pediatric Clinician North America 55(5):1129–46” (Autismo: definición, neurobiología, evaluación y diagnóstico. Clínica pediátrica de Norteamérica).
  4. http://www.healthychildren.org/English/health-issues/conditions/emotional-problems/pages/Disruptive-Behavior-Disorders.aspx
  5. http://www.brighttots.com/autism_discipline.html
  6. Stephens, T.J., (2014), “Discipline Strategies, retrieved from www.brighttots.com/autism_discipline” (Estrategias de disciplina. Fuente: www.brighttots.com/autism_discipline).
  7. http://www.healthychildren.org/English/health-issues/conditions/emotional-problems/pages/Disruptive-Behavior-Disorders.aspx
  8. https://www.sciencedaily.com/releases/2017/11/171116132702.htm
  9. https://www.minnpost.com/second-opinion/2016/05/spanking-worsens-childrens-behavior-and-linked-long-term-harms-analysis-50-ye/

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