Cuando una persona sufre algún impedimento del habla (ceceo o incapacidad para articular palabras) suele sentirse insegura, ya que este puede afectar todos los aspectos de su vida. Aunque no lo parezca (en especial si has estado lidiando con este problema durante años), puedes eliminar o mejorar tu impedimento realizando algunas prácticas de oratoria y utilizando reforzadores de confianza. Recuerda que debes buscar la opinión profesional de un logopeda o patólogo para que obtengas más información.

Parte 1
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Mejora tu trastorno

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    Prueba con libros y grabaciones. Separa de dos a tres horas al día para practicar la forma correcta de pronunciar las palabras, moderar el ritmo de tu discurso y practicar la articulación. Escribe las palabras y frases que te cuesta pronunciar.[1]
    • Un enfoque moderno es utilizar la tecnología. Existen aplicaciones (que puedes descargar en tu teléfono celular o tableta) que graban lo que dices para realizar observaciones de tu discurso. Por ejemplo, existe una aplicación gratuita para Android que se conoce como "Talking English" (para hablar en inglés). Puedes encontrar aplicaciones similares en el App Store de Apple.[2]
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    Lee en voz alta. Escoge algunos discursos, cuentos cortos, poemas de un libro de literatura o cualquier otro texto que desees y léelos en voz alta. De esta manera, puedes concentrarte en los sonidos y los movimientos de los músculos que utilizas para pronunciar cada palabra. No te preocupes por cómo se escucha tu discurso al principio.
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    Graba tus sesiones de práctica.[3] Utiliza una grabadora de mano o un micrófono conectado a un equipo de sonido. De esta manera, tendrás la oportunidad de repasar tus sesiones y monitorear tu progreso. Al principio, puede parecerte mucho trabajo practicar la pronunciación, enunciación y dicción correctas pero no debes desanimarte, ya que todo el empeño que le dediques a esta tarea arrojará resultados satisfactorios. Te sentirás muy orgulloso una vez que obtengas una mejora significativa y escuches una de tus primeras sesiones.
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    No te apresures. Algunas personas pueden desesperarse por que les hablas lentamente; pero es más efectivo hablar despacio y con cuidado para darse a entender mejor cuando sufres un trastorno del habla.[4] No tienes que hablar demasiado lento. Simplemente exprésate en un ritmo que sea cómodo para ti y las personas a las que te diriges. Es mejor utilizar un ritmo constante que hablar rápidamente, en especial si deseas que se capte la intención de tu mensaje.

Parte 2
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Utiliza tu cuerpo para mejorar tu discurso

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    Mantén una buena postura. El discurso depende tanto de la mecánica física del cuerpo como de los factores verbales (por ejemplo, la inflexión). Si mantienes la espalda y los hombros encorvados, no dejarás que transite el aire suficiente a través de la laringe (caja de voz) ni ejercerás presión sobre el diafragma. Los mejores conferenciantes y oradores suelen mantener una postura correcta al momento de hablar. A continuación, te mostramos algunos detalles que debes tener en cuenta:[5] [6]
    • Meter el estómago
    • Sacar el pecho
    • Relajar los hombros
    • Erguir la espalda
    • Estabilizar los pies
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    Habla desde el diafragma. Si te colocas en la posición correcta al pararte y al sentarte, tu voz saldrá desde el diafragma y no directamente de la laringe. Además, al relajar los hombros reduces la presión sobre la laringe, lo que significa que hablarás en un tono natural. Si mantienes tus pies planos, tendrás una base vertical muy estable sobre la cual apoyar tu cuerpo mientras hablas.[7]
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    Practica la respiración diafragmática. A veces, los impedimentos del habla (como la tartamudez) son causados por los nervios y la ansiedad.[8] Antes de hablar frente a un grupo, respira profundamente para calmar tus nervios, relaja el cuerpo y permanece en el estado mental correcto para que brindes un discurso adecuado.
    • Siéntate cómodamente y mantén una postura erguida. Respira profundo por la nariz. Utiliza tu mano para sentir tu estómago expandiéndose (como un globo que se infla). Aguanta la respiración y luego exhala lentamente. Siente cómo tu estómago se desinfla debajo de tu mano. Repite este ejercicio antes de hablar en público para aliviar el estrés.
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    Ponte de pie. Otra gran ventaja de mantener una postura correcta es que te verás y te sentirás bien mientras hablas, sin importar si estás realizando un discurso formal o conversando con alguien durante el almuerzo. Una postura adecuada aumenta la confianza en ti mismo para que las personas perciban que sabes de lo que estás hablando.

Parte 3
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Busca ayuda profesional

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    Haz que un logopeda te evalúe. Este profesional diagnosticará el trastorno del habla específica que sufres y te ayudará a descubrir sus causas. Luego, decidirá qué intervenciones necesitas para que logres hablar correctamente. Además, determinará la cantidad de sesiones de terapia que necesitas (a las que debes asistir con regularidad para que obtengas mejores resultados). Los terapeutas tienen la capacidad de mejorar los trastornos del habla en niños y adultos.[9]
    • La terapia del habla es muy útil para corregir tu impedimento. El terapeuta indicará la parte del discurso en la que estás teniendo más problemas y trabajará contigo para corregirla. Las sesiones privadas son costosas, aunque la mayoría de las pólizas de seguro financian los servicios necesarios para el tratamiento de este tipo de trastorno.
    • No existe un sustituto para el aprendizaje y la práctica en lo que respecta al uso adecuado y eficaz del lenguaje. Aprovecha cada oportunidad que tengas para practicar y repasar la pronunciación y enunciación correctas que te proporcione el profesional.
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    Acude a un psicólogo o logopeda. Estos profesionales pueden ayudarte a superar tus impedimentos del habla si estos tienen su causa en un sufrimiento emocional o un problema de aprendizaje. La terapia que te brinde el profesional es muy útil si necesitas romper tu silencio y hablar de tus problemas, frustraciones o una tragedia personal. Dichas intervenciones podrían ayudarte a lidiar con la ansiedad y aprender formas eficaces para afrontarla hasta que logres hablar con propiedad.[10] [11]
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    Haz que te coloquen frenillos. Si tus dientes están desalineados, es probable que tengas dificultades para pronunciar algunas palabras a causa de un ceceo. La mayoría de las maloclusiones se corrigen con la ayuda de frenillos. Estos elementos jalan, empujan y ajustan los dientes de manera individual para corregir la dentadura. El problema con estos aparatos es que suelen causar un impedimento del habla, en especial cuando los resortes, las bandas y los alambres se tienen que ajustar cada mes.[12] [13]
    • Cada vez que el dentista ajusta tus frenillos (o incluso tus dientes postizos) es necesario que te entrenes para hablar y comer adecuadamente. Al principio, puede ser muy doloroso pero recuerda que no debes esforzarte demasiado, ya que podrías terminar con una lesión en la boca.
    • En la mayoría de los casos, los frenillos se utilizan con fines ortodóncicos, aunque se pueden utilizar como adornos. Son bastante costosos y es posible que necesites un plan dental. Sien embargo, puedes utilizar tu seguro para cubrir los gastos.
    • A los niños y adolescentes no les gusta utilizar frenillos porque sus compañeros suelen burlarse de ellos y ponerles apodos como "boca de metal" o "cara de ferrocarril". El hecho es que estos siguen siendo el mejor método para corregir un ceceo causado por dientes mal alineados.

Parte 4
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Evalúa tu trastorno

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    Busca posibles causas físicas a tu trastorno. Estos pueden constituir ciertos rasgos de nacimiento o lesiones físicas que resultan en enfermedades que limitan la capacidad de hablar. Muchas de estas condiciones físicas pueden rectificarse recibiendo un tratamiento médico oportuno y sesiones de práctica.
    • El labio leporino y paladar hendido eran una causa importante de trastornos del habla hasta que la cirugía se hizo asequible. Ahora, los niños que nacen con esta condición pueden someterse a una cirugía reconstructiva y un equipo multidisciplinario de proveedores los ayuda con la alimentación y el desarrollo del lenguaje y el habla.[14]
    • La maloclusión se produce cuando los dientes no tienen la mordida normal y adecuada. Las maloclusiones suelen resolverse mediante el uso de aparatos dentales, aunque en algunos casos es necesaria la cirugía maxilofacial. Las personas que tienen esta afección suelen hablar con un ceceo, hacer un sonido de silbido al pronunciar ciertas palabras o balbucear.[15]
    • Los trastornos neurológicos causados por accidentes o tumores cerebrales y nerviosos pueden causar un trastorno del habla que se conoce como disprosodia. Este trastorno produce una dificultad para expresar las cualidades tonales y emocionales del discurso como la inflexión y el énfasis.[16]
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    Determina si la causa es un problema de aprendizaje. La dislexia y otros problemas de aprendizaje pueden impedir que una persona aprenda a hablar correctamente. Los niños que tienen problemas de aprendizaje suelen sufrir trastornos del habla, aunque pueden superarlos si reciben terapia.[17]
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    Determina si tu trastorno fue causado por un problema emocional. A menudo, las personas que tuvieron experiencias traumáticas desarrollan problemas con el habla (como la tartamudez). Entre este tipo de experiencias se encuentran la muerte de un familiar, un accidente desastroso o un crimen. Estos pueden afectar la capacidad de una persona de hablar con claridad.[18]
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    Averigua si tu impedimento es permanente. Algunos trastornos del habla son permanentes, en especial cuando son causados por trastornos neurológicos. Por otro lado, si nunca te han enseñado a hablar con claridad y comunicarte de manera efectiva, puedes desarrollar este tipo de impedimento. Si tú o tu hijo no practican el discurso adecuado en la escuela o en el hogar mientras son jóvenes, esto podría dar lugar a un defecto en el habla. Sin embargo, estas condiciones pueden rectificarse.
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    Verifica si tu impedimento es hereditario. Por otro lado, muchas personas descubren que sus familiares también sufren este tipo de trastorno. En efecto, las investigaciones demuestran que es más probable que las alteraciones hereditarias del lenguaje y el habla ocurran en una persona mientras más personas en su familia se ven afectadas por estas. En otras palabras, si ambos padres y un hermano sufren un trastorno del habla, el otro hermano tiene una mayor probabilidad de sufrirlo también.[19]

Consejos

  • Esfuérzate y celebra tu progreso. Acepta y celebra incluso las pequeñas mejoras.
  • Trata de hablar más lento y pronuncia cada palabra correctamente, ya que esto es de mucha ayuda cuando se trata de superar problemas del habla.

Advertencias

  • Acude a un logopeda o patólogo que cuente con un certificado de competencia clínica de la Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición (ASHA, por sus siglas en inglés). Estos profesionales están capacitados para evaluar, diagnosticar y tratar problemas del habla. Nada sustituye el asesoramiento eficiente de un especialista.

Acerca de este wikiHow

Devin Fisher, CCC-SLP
Coescrito por:
Patólogo del habla y lenguaje
Este artículo fue coescrito por Devin Fisher, CCC-SLP. Devin Fisher es un patólogo del habla y el lenguaje que reside en Las Vegas, Nevada. Se especializa en terapia del habla y el lenguaje para personas con trastornos de afasia, deglución, voz, articulación, fonología social-pragmática, habla motriz y fluidez. Además, trata el deterioro de la comunicación cognitiva, retraso del lenguaje y la enfermedad de Parkinson. Tiene una licenciatura y maestría en patología del habla y el lenguaje de la Universidad de Fontbonne. También tiene un sitio web y un blog relacionados donde brinda información y recursos sobre terapia del habla y el lenguaje tanto para médicos como para clientes. Este artículo ha sido visto 50 791 veces.
Categorías: Discapacidades