Escribir una novela requiere de tiempo y esfuerzo, pero el proceso puede ser una experiencia muy gratificante. Empieza tomándote el tiempo para desarrollar la trama y los personajes, luego comprométete a un proceso de redacción constante. Una vez que hayas completado el primer borrador, sigue revisando y editando la novela hasta que sientas que esté completa. Luego puedes pensar en la posibilidad de su publicación.

Método 1
Método 1 de 3:
Crear un mundo ficticio

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    Busca fuentes de inspiración para la novela. Escribir una novela es un proceso creativo, por lo que nunca sabes cuándo se te puede ocurrir una buena idea. Lleva contigo un bloc de notas y una pluma (o el equivalente digital) para que puedas apuntar las ideas adonde sea que vayas. Incluye las oraciones, los fragmentos, las palabras sencillas o incluso los garabatos que se convertirán en parte de una historia más completa.[1]
    • Sin embargo, no te sientes a esperar a que llegue la inspiración. Busca ejemplos de imaginación extraordinaria para estimular la tuya. La inspiración no tiene que ser necesariamente un libro, puede ser un programa de televisión, una película o incluso el viaje a una exhibición o una galería de arte. La inspiración viene en formas infinitas.
    • Piensa en algo de tu propia vida que te haya inspirado, perturbado o intrigado. ¿Cómo puedes explorar este tema más integralmente en una novela?
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    Piensa un poco en el género que más te gusta. No todas las novelas encajan perfectamente en una categoría determinada, pero es útil pensar en el género deseado. Lee libros esenciales para tener una buena comprensión de cómo construir una novela de este género. Si no te has decidido por un género o trabajas con más de uno, no hay problema, lee bastante y crea tu propio género si es necesario.[2]
    • Las novelas comerciales están divididas en muchos géneros, incluyendo ciencia ficción, misterio, suspenso, fantasía, romance y ficción histórica, entre otros. Muchas novelas de estos géneros siguen fórmulas generales y se escriben en series extensas.
    • Cualquiera sea el género que te guste o en el que escojas enfocarte, lee tantas novelas de ese género como sea posible. Esto hará que tengas una mejor comprensión de la tradición en la que trabajas y de cómo puedes ampliar o desafiar esa tradición.
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    Imagínate también al público objetivo. Aunque no debes hacer suposiciones genéricas sobre quién leerá y quién no leerá la novela, piensa en los lectores más probables para la obra. De esta manera, puedes tomar en cuenta este público objetivo a medida que la planifiques, la redactes y la revises.[3]
    • Por lo general, el público potencial depende del género de la novela. Piensa en novelas populares del género que has escogido y a quiénes parecen estar dirigidas. No tienes que aspirar al mismo objetivo, pero al menos toma en cuenta a estos lectores.
    • Por ejemplo, tal vez el género de novela de fantasía que has escogido tiende a atraer a lectores en la adolescencia y a comienzos de los veinte, o el género romance a lectores en los cuarenta y los cincuenta. Sin embargo, siempre recuerda que estas no son reglas estrictas para los lectores.
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    Desarrolla un escenario expansivo y cautivador para la novela. El escenario de la novela va más allá de la ciudad específica en la que los personajes vivirán; puedes imaginar un universo completo. El escenario que crees determinará el ambiente y el tono de la novela, y repercutirá en los problemas que los personajes enfrentarán. Piensa en las siguientes preguntas a medida que diseñas los parámetros del nuevo mundo:[4]
    • ¿Se basará de forma general en lugares que son familiares para ti en la vida real?
    • ¿Estará ambientada en el presente o en alguna otra época?
    • ¿Tendrá lugar en la Tierra o en algún lugar imaginario?
    • ¿Se centrará en una ciudad, en un vecindario o se extenderá a varios lugares?
    • ¿En qué tipo de sociedad se desarrolla?
    • ¿Se llevará a cabo en el transcurso de un mes, un año o décadas?
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    Crea personajes memorables para poblar el mundo. En la mayoría de las novelas el personaje más importante es el protagonista, así que dale rasgos distintivos de personalidad y patrones de pensamiento. No es necesario que los protagonistas sean agradables, pero generalmente son identificables de alguna manera para que los lectores se mantengan interesados en la historia. También puede haber más de un protagonista.[5]
    • Si tienes un adversario principal que se oponga al protagonista y entre en conflicto con él, debe ser tridimensional e identificable, aunque actúe como el “villano” de la historia.
    • Es posible que no necesites desarrollar del todo a los personajes secundarios, pero debes humanizarlos hasta cierto punto. Imagina completamente cada personaje, aunque no los uses de manera detallada.
    • Muchos novelistas dicen que piensan en sus personajes como personas reales, preguntándose a sí mismos qué harían en una situación determinada y haciendo su mejor esfuerzo para mantenerse "fieles" a estos.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Melessa Sargent

    Melessa Sargent

    Escritora profesional
    Melissa Sargent es la presidenta de Scriptwriters Network, una organización sin fines de lucro que reúne a profesionales del entretenimiento para enseñar el arte y el negocio de la escritura de guiones para TV, funciones y nuevos medios. Esta organización proporciona programación educativa, desarrolla acceso y oportunidades mediante alianzas con profesionales de la industria, y promueve la causa y la calidad de la escritura en la industria del entretenimiento para servir a sus miembros.
    Melessa Sargent
    Melessa Sargent
    Escritora profesional

    Incluye un giro en todo lo que escribas. Melessa Sargent, presidenta y directora general de Scriptwriters Network, dice lo siguiente: “Haz que cada personaje sea distinto y que no haga lo mismo que los demás. Si el personaje es un médico, haz que sea especial como House o Doogie Howser (que era distinto porque era joven). Pregúntate por qué querrían las personas leer acerca del médico o verlo”.

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    Investiga antes y durante el proceso de redacción. La cantidad de investigación que debas hacer dependerá de la novela que vayas a escribir. Por ejemplo, la investigación para una ficción histórica ambientada en la Guerra de la Independencia puede ser más extensa que la de una novela para adultos jóvenes inspirada en tus propias experiencias. En cualquier caso, haz la investigación necesaria para asegurarte de que la novela sea creíble, sin importar el tema.[6]
    • Incluso si escribes una novela de ciencia ficción futurista o una epopeya fantástica, haz una investigación científica o histórica para darle al mundo creado una base realista.
    • Escribir ficción en vez de no ficción no te hace inmune al plagio. Si tomas algo de otras fuentes, asegúrate de darles el crédito correspondiente por medio de las citas o los reconocimientos.
    • Al igual que con otros tipos de planificación, recorres la delgada línea entre no hacer una investigación minuciosa y dejar que esta bloquee el camino a la redacción concreta. Confía en tu instinto.
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    Visualiza las líneas generales de la trama de la novela. Una novela con buenos personajes, pero con una trama pésima, no tendrá resonancia en la mayoría de los lectores. Un tema común al diseñar una trama es la creación del conflicto. La tensión se acumula hasta que el problema llegue al clímax y luego se resuelve de alguna manera. Sin embargo, eso no significa que las novelas siempre tengan un final feliz.[7]
    • Un planteamiento tradicional de la trama es el aumento de la acción (desarrollando los detalles y la tensión de la historia), un conflicto (la crisis principal de la novela) y una resolución (el resultado final de la crisis); sin embargo, este no es el único enfoque.
    • No es necesario que la novela "resuelva" perfectamente el conflicto. Está bien dejar algunos cabos sueltos. Si a los lectores les gusta la novela, estarán muy felices de atar los cabos sueltos por sí mismos (especulación, ficción de fans, debates y cosas por el estilo).
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    Determina la(s) perspectiva(s) narrativa(s) que usarás. Por lo general, las novelas escritas en tercera persona (desde una perspectiva externa que observa a los personajes) o en primera persona (la voz “yo” desde las perspectiva de un personaje). Con esto en mente, también se puede escribir en segunda persona (que se dirige al lector como “tú”) o usar una combinación de varias perspectivas.[8]
    • No es necesario que decidas qué perspectiva usar para la novela antes de que escribas la primera oración. De hecho, puedes escribir el primer capítulo (o incluso todo un borrador de la novela) antes de tener una idea más clara de si suena mejor en primera o tercera persona.
    • No hay una regla estricta con respecto a qué perspectiva funciona mejor para un tipo específico de novela. Sin embargo, si escribes una novela panorámica con muchos personajes, la tercera persona puede ayudarte a manejarlos a todos.

Método 2
Método 2 de 3:
Hacer el borrador de la novela

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    Programa una rutina de redacción que funcione para ti. Para completar el primer borrador, tendrás que encontrar una hora y un lugar que sean propicios para tus metas de redacción. Puedes escribir a la misma hora cada mañana o noche, escribir en intervalos cortos a lo largo del día o en periodos largos tres días a la semana. No esperes para escribir solo cuando sientas inspiración. En vez de eso, trata la redacción como el trabajo real que es y cumple con una rutina regular.[9]
    • Trata de programar una hora de redacción específica en tu calendario diario. Aunque no sientas ganas de escribir en ese momento o no puedas hacer que las palabras fluyan, siéntate durante la hora programada y ponte a trabajar.
    • Crea un espacio de redacción para que puedas habituarte a la rutina. Busca un lugar acogedor en el que puedas concentrarte. Invierte en una silla que no te produzca dolor de espalda después de un par de horas estando sentado y escribiendo. Pasarás mucho tiempo en este espacio, así que trata de que sea cómodo y funcional.
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    Empieza a escribir inmediatamente si no eres de las personas que planifican. Aunque es bueno empezar teniendo en la mente el género, la trama, los personajes y el escenario, no dejes que todos los detalles te agobien. Algunos escritores logran hacer progresos a medida que empiezan a escribir, sin ningún plan que los guíe. Opta por el método que se adecúe a tu estilo y tu creatividad.[10]
    • Para muchos escritores, planificar con anticipación hace que el proceso de redacción sea más rápido y sin problemas. Sin embargo, para otros, planificar puede ser un obstáculo que les impide escribir. Confía en tu instinto en cuanto a qué es lo que funciona mejor para ti.
    • Aunque seas un planificador, no te obsesiones con cada detalle a medida que prepares la novela. Si te preocupan demasiado los detalles incluso antes de escribir el primer borrador, es posible que asfixies tu propia creatividad.
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    Haz un esquema si quieres organizar la novela. Crear un esquema puede ser una buena manera de organizar las ideas y establecer pequeñas metas para lograrlas a medida que trabajes para alcanzar la meta principal de redacción, que es escribir el libro entero. Sin embargo, si escribes mejor “de manera espontánea” y sin tener todos los detalles, simplemente inspírate y escribe lo que te parezca adecuado.[11]
    • No es necesario que el esquema sea lineal. Puedes hacer un bosquejo sencillo de cada arco del personaje o hacer un diagrama de Venn que muestre como se superpondrán las historias de los distintos personajes.
    • El esquema es una guía, no un contrato. El sentido es simplemente dar inicio al proceso de redacción con una representación visual de la dirección que adoptará la historia. Sin duda cambiará a medida que comience el proceso de redacción.
    • Sigue actualizando o rehaciendo el esquema a lo largo del proceso. Algunas veces, un esquema puede ser más útil después de que hayas terminado uno o dos borradores de la novela.
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    Emplea la redacción descriptiva para atraer a los lectores a tu mundo. Las escenas o los párrafos descriptivos ayudan al público a visualizar los personajes y los escenarios principales de la novela. El truco es proveer suficientes detalles descriptivos para encender la imaginación de los lectores en lugar de atiborrarlos con demasiados detalles. Como con la mayoría de los aspectos de la redacción, la práctica hace al maestro.
    • Practica escribir párrafos descriptivos que presenten a cada uno de los personajes y los escenarios principales. Empieza con una oración breve y pegajosa que brinde un dato simple pero intrigante del personaje o el escenario, luego usa expresiones descriptivas vívidas para escribir el resto del párrafo.
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    Incluye un diálogo con guiones que sea realista y revelador. La mayoría de las novelas incluyen diálogos entre los personajes cuya calidad puede impactar considerablemente en la manera en que el lector percibe la calidad general de la obra. Un diálogo rebuscado, poco realista o cursi puede expulsar la imaginación del lector de tu mundo y, en cambio, un diálogo identificable e interesante pueden atraerla. Escribir un buen diálogo es un arte complicado, pero escuchar a las personas hablar entre sí es un buen punto de partida.
    • Escucha a las personas hablar entre sí y observa cómo (o cómo no) se desarrollan y profundizan las conversaciones a través de lo que dicen.
    • Plasma a los personajes completamente para que puedas visualizarlos hablando el diálogo que escribiste para ellos. Asegúrate de que el contenido y el estilo del diálogo se adecúen al personaje.
    • No uses el diálogo para transmitir información al lector. En cambio, úsalo para humanizar a los personajes, crear el conflicto e impulsar la narrativa.
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    No ignores las escenas de acción, independientemente del género. Por supuesto, las novelas de suspenso tienen mucha acción, pero también las de romance sutil, que simplemente tienen un tipo distinto de acción. Cuanto más tridimensionales e identificables hagas a los personajes, más fácil será hacer escenas de acción que atraigan a los lectores.
    • Dependiendo de tu estilo de redacción, puedes escribir de 8 a 10 escenas de acción clave al principio y luego desarrollar el resto de la novela en torno a estas.
    • No es necesario que incluyas la acción porque sí, no todas las novelas necesitan una persecución de autos a alta velocidad. No obstante, todas las novelas sacan provecho de los momentos clave en los que se introducen y describen acciones decisivas.
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    Escribe el primer borrador sin preocuparte de que tan “burdo” sea. Cuando termines con la planificación, la esquematización y la investigación (al menos, por ahora), siéntate y empieza a escribir el primer borrador de la novela. No te preocupes de usar un lenguaje perfecto, nadie leerá el borrador excepto tú. No es necesario que el primer borrador de una novela sea espectacular, simplemente debe hacerse.[12]
    • Comprométete a escribir en el horario establecido y produce este primer borrador. Quién sabe cuántos escritores maravillosos pasaron desapercibidos sin que nadie los haya leído por tener los gabinetes llenos de novelas incompletas.
    • Ponte metas pequeñas (como terminar un capítulo o algunas páginas, o escribir una cierta cantidad de palabras cada dos días) para mantenerte motivado.
    • También ponte metas a largo plazo (por ejemplo, puedes estar decidido a terminar el primer borrador de la novela en un año o incluso en seis meses).
    • Recompénsate a ti mismo cuando logres una de las metas pequeñas o grandes en el camino. Celebra el éxito, pero luego vuelve a escribir.

Método 3
Método 3 de 3:
Revisar los borradores

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    Escribe tantos borradores como sean necesarios hasta que creas que la novela esté lista. Quizás tengas suerte y solo debas que escribir tres borradores para tenerla lista. Quizás debas escribir veinte antes de que sientas que está terminada. La clave es seguir escribiéndolos hasta que te sientas seguro de que la obra está lista para que otros la lean.[13]
    • Después de que hayas escrito el primer borrador, toma un receso por algunas semanas, luego vuelve a sentarte y léelo como si fueras uno de los lectores. ¿Qué partes necesitan más explicación? ¿Qué partes son demasiado largas y aburridas?
    • Si empiezas a saltarte pasajes largos de la novela, el lector también lo hará. ¿Cómo puedes hacer que la novela sea más interesante para los lectores editando o revisando estas partes tediosas?
    • Quizás creas que el proceso de hacer borradores nunca terminará, pero sí lo hará. Mantente optimista y confiado.
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    Haz una autoedición minuciosa al borrador “adecuado”. No empieces a preocuparte en la edición hasta que hayas escrito un buen borrador de la novela. Después de eso, concéntrate en reducir párrafos u oraciones que no sirvan, deshazte de cualquier expresión rara o repetitiva, y simplifica la prosa. Esencialmente, asegurarte de que el borrador “sea adecuado” también hará que tenga el “aspecto adecuado”.[14]
    • Si has escrito la novela en una computadora portátil, imprímela y léela en voz alta. Edita o revisa cualquier cosa que no se escuche bien.
    • No sientas mucho apego por lo que escribas (por ejemplo, por un párrafo bien redactado que simplemente no hace que la historia progrese). Desafíate a tomar la decisión correcta y recuerda que tal vez puedas usar el párrafo en una novela futura.
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    Pide la opinión de otras personas con respecto al borrador. Empieza mostrándolo a alguien en quien confíes completamente, como un amigo o un ser querido, para que te acostumbres a la sensación de que otros lean la obra. Debido a que no siempre es fácil obtener la opinión honesta de las personas que te quieren y que no desean herir tus sentimientos, pasa a buscar una opinión externa de las siguientes fuentes:[15]
    • Empieza un grupo de redacción. Si conoces a algunas personas que escriban novelas, coordina una reunión para compartir el progreso y pedir consejos.
    • Inscríbete en un taller de redacción en una universidad o un centro de redacción local. Tendrás que hablar de las obras de otras personas y también recibir opiniones de la tuya.
    • Postula a un programa de maestría en Letras o en Bellas Artes en Redacción Creativa. Estos programas ofrecen un ambiente estimulante y acogedor para compartir tu obra con los demás. Además, pueden hacer que te mantengas motivado poniéndote plazos para terminar la obra.
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    Evalúa las opciones de publicación, si deseas. Muchos escritores piensan en su primera novela como una experiencia de aprendizaje que puede ayudarles a escribir una obra de ficción más contundente en el futuro. Sin embargo, si sientes mucha confianza en tu novela y deseas verla impresa, hay varias alternativas por las que puedes optar. Puedes escoger una casa editorial tradicional o una editorial electrónica en línea; además, también puedes optar por la autopublicación.[16]
    • Si optas por la alternativa tradicional, puede ser útil buscar un agente literario para que ofrezca el libro a las editoriales. Se te pedirá que envíes una carta de presentación y una sinopsis del manuscrito.
    • Las editoriales de autopublicación varían ampliamente en calidad. Antes de escoger una, pide algunas muestras para que puedas ver la calidad del papel y la impresión.
    • Si no deseas optar por la publicación, no hay ningún problema. Felicítate por el trabajo que has hecho y pasa al siguiente proyecto creativo.

Consejos

  • Si no puedes proseguir con la historia, imagina a uno de los personajes de pie enfrente de ti diciéndote lo que haría en esa situación.
  • Escribe la historia como quieras. Hay mercado para todos los géneros y lo más probable es que haya algún lugar para tu historia, si está bien escrita y es interesante.
  • Lee muchos libros (especialmente los que sean de algún género similar o que sean pertinentes de alguna manera) antes, durante y después de que hayas escrito la novela.
  • Por lo general, te darás cuenta muy rápidamente si la historia que has escrito ha cautivado tu atención e imaginación. Si no te sientes cautivado, sigue desarrollando ideas y probando métodos distintos.
  • Si tienes problemas desarrollando un personaje que parezca realista, prueba la siguiente estrategia: llévalo contigo adonde quiera que vayas. La próxima vez que vayas a trabajar, al supermercado, al centro comercial o incluso a la calle, imagina qué es lo que haría en tu lugar o tu situación.
  • Vuelve a leer la obra cada cierto tiempo. Si detectas algún error en la trama, no trates de cambiarlo (a menos que sea importante). Simplemente anótalo y corrígelo durante la etapa de edición.
  • Mantener un diccionario y un tesauro cerca ayuda con la ortografía y las descripciones.

Acerca de este wikiHow

Grant Faulkner, MA
Coescrito por:
Escritor profesional
Este artículo fue coescrito por Grant Faulkner, MA. Grant Faulkner es el director ejecutivo de National Novel Writing Month (NoNoWriMo) y cofundador de 100 Word Story, una revista literaria. Grant ha publicado dos libros sobre escritura y ha sido mencionado en The New York Times y Writer’s Digest. Es coanfitrión de Write-minded, un podcast semanal sobre escritura y publicación, y tiene una maestría en Escritura Creativa de la Universidad Estatal de San Francisco. Este artículo ha sido visto 464 941 veces.
Categorías: Obras
Resumen del artículoX

Si quieres escribir una novela, primero elige el periodo en el que transcurrirá la historia, en dónde viven los personajes y la manera en la que el entorno influye en ellos. Luego crea a los personajes que vayan a vivir en el mundo que estés construyendo, y dales algún tipo de conflicto que se deba solucionar. Al empezar a escribir, dedica un tiempo a escribir todos los días, incluso si no tienes ganas de hacerlo. Fija metas pequeñas para mantenerte motivado conforme escribas, en especial al trabajar en el primer borrador.