La contaminación cruzada se produce cuando los gérmenes se transfieren de una superficie a otra. Evitarla es especialmente importante a la hora de manipular alimentos. Ya sea que trabajes como cocinero en un restaurante o te preocupe la contaminación cruzada en tu casa, las pautas para la seguridad alimentaria son las mismas. Desde el supermercado hasta la encimera, la regla principal es separar las comidas crudas como el pollo de los productos frescos o los alimentos cocidos. Almacena las carnes crudas en el estante inferior de la nevera, de modo que queden alejadas de las frutas y los vegetales. Utiliza distintos utensilios y tablas para cortar para preparar comidas crudas y cocidas. Asegúrate de lavarte las manos vigorosamente luego de manipular carnes crudas.

Método 1
Método 1 de 3:
Prevenir la contaminación cruzada al comprar alimentos

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    Separa los alimentos cocidos de los crudos en el carro de compras. Las carnes rojas, las aves y los mariscos pueden perder líquidos y contaminar otros alimentos antes de llegar a la caja de pagos. Coloca las comidas crudas al fondo del carro de compras, lo más lejos posible de los alimentos cocidos. Nunca almacenes la carne arriba de los alimentos cocidos, ni coloques los vegetales encima del envase de la carne cruda.[1]
    • Los alimentos listos para consumir ya están cocidos, por lo cual no será necesario cocinarlos. Algunos ejemplos son las frutas, los vegetales y las carnes procesadas. En cambio, las comidas crudas como las pechugas de pollo o la carne molida deben cocinarse antes de consumirlas.
    • El proceso de cocción mata los gérmenes de las carnes crudas para que sean aptas para su consumo. Si un pollo gotea sobre una manzana, consumir esta fruta podría enfermarte.
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    Coloca las carnes, las aves y los mariscos crudos en bolsas separadas al finalizar la compra. Si sueles colocar los productos en bolsas por tu cuenta, separa los alimentos crudos de los cocidos. De lo contrario, asegúrate de que el empleado encargado de guardar los alimentos respete esta separación entre las carnes crudas y los quesos y otras comidas listas.[2]
    • En caso de ser posible, guarda la carne roja, las aves y los mariscos en bolsas plásticas o de papel antes de colocarlas en una bolsa reusable.[3]
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    Coloca los alimentos en el refrigerador dentro de las dos horas posteriores de realizar la compra. Las carnes crudas, los lácteos y los huevos deben refrigerarse nuevamente dentro de las dos horas. Planifica los recados de modo que los alimentos no tengan que permanecer en el vehículo durante mucho tiempo.[4]
    • Si no puedes refrigerar los alimentos dentro de las dos horas, colócalos en una bolsa aislante o en un enfriador.
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    Lava las bolsas reusables con agua caliente jabonosa. No las guardes en el maletero o el asiento trasero del vehículo. Lávalas a mano o en un ciclo caliente de la lavadora con regularidad[5]
    • Si has utilizado una bolsa reusable para guardar alimentos en lata o en caja, no será necesario que la laves. Sin embargo, asegúrate de lavarla siempre que guardes carnes rojas, aves y mariscos crudos. También es recomendable hacerlo luego de colocar productos agrícolas.
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Método 2
Método 2 de 3:
Almacenar la comida correctamente

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    Guarda la carne roja, las aves y los mariscos crudos en el estante inferior de la nevera. Los alimentos cocidos pueden ir en los estantes superiores o en los cajones para los productos agrícolas. No coloques los productos cocidos y los crudos en el mismo estante.[6]
    • Si quieres llenar la nevera con carnes y necesitas usar más de un estante, utiliza una coherencia de almacenamiento. Desde arriba hacia abajo, intenta respetar el siguiente orden: mariscos, cortes enteros de carnes de res y cerdo, carne molida, cerdo o pescado y aves enteras o molidas.[7]
    • Antes de almacenar productos listos, asegúrate de limpiar los estantes donde había alimentos crudos.
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    Congela las carnes que no planees utilizar dentro de un par de días. Intenta cocinar la carne roja, las aves y los mariscos cuanto antes. Almacena las carnes molidas, las aves y los mariscos en el refrigerador de uno a dos días. Guarda la carne de res, el cordero y el cerdo crudo de tres a cinco días.[8]
    • Para congelar productos crudos, envuelve el producto con aluminio o coloca distintas partes de carne en bolsas individuales para evitar que el refrigerador congele los alimentos y los jugos goteen sobre otras comidas.[9]
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    Guarda los huevos y los productos lácteos en los estantes, en lugar de la puerta del refrigerador. Estos alimentos son propensos a desarrollar bacterias, por lo cual es importante almacenarlos dentro del refrigerador. Si los colocas en la puerta, estarán expuestos a las variaciones de la temperatura y pueden descomponerse más fácilmente.[10]
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    Desecha inmediatamente los alimentos descompuestos. Estos alimentos pueden provocar un olor fétido, además de esparcir los gérmenes a otros alimentos. Si crees que algún alimento está descompuesto, no lo pruebes, simplemente tíralo a la basura.[11]
    • Generalmente, puedes refrigerar las aves crudas y los mariscos de uno a dos días, las carnes rojas crudas de tres a cinco días. Las aves, mariscos y carnes cocidas pueden almacenarse de tres a cuatro días.[12]
    • El tiempo de almacenamiento de las frutas y los vegetales puede variar significativamente. Puedes almacenar los vegetales de hojas verdes de una a dos semanas, mientras que las cebollas y otras hortalizas de raíz pueden durar varios meses. Desecha los productos agrícolas con señales de descomposición como, por ejemplo, crecimiento obvio del moho, hojas marchitas y suaves o decoloración.[13]
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    Limpia el refrigerador regularmente. Limpia las salpicaduras y gotas cuando sea necesario. Cada uno o tres meses, retira todos los productos del refrigerador y límpialo profundamente. Desecha los productos vencidos que hayas olvidado, quita los cajones y limpia todos los recovecos y rincones.[14]
    • Limpia el refrigerador con una almohadilla nueva de nylon. No uses la misma esponja que utilizas para lavar los platos. Compra un limpiador de cocina multiuso, una solución con lejía diluida o una solución con vinagre diluida con jugo de limón.
    • Recuerda que no debes dejar las carnes crudas en el refrigerador durante mucho tiempo. Mientras limpias la nevera, asegúrate de colocar los alimentos crudos en un enfriador.
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Método 3
Método 3 de 3:
Preparar la comida de forma segura

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    Lávate las manos con frecuencia. Después de manipular carnes rojas, aves o mariscos crudos, siempre debes lavarte las manos con agua caliente y jabón. Lávate vigorosamente durante al menos 20 segundos.[15]
    • Los teléfonos celulares y los teclados de los ordenadores son las superficies con más gérmenes, por lo cual es importante lavarte las manos después de leer una receta o enviar un mensaje de texto.[16]
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    Lava las frutas y los vegetales antes de cortarlos. Lava estos alimentos con agua fría sin detergente ni jabón. Sumerge en agua el brócoli, coliflor y otros productos con muchos rincones y recovecos durante uno o dos minutos.[17]
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    Utiliza distintas tablas para cortar y utensilios para las comidas crudas y las cocidas. Cambia o lava las tablas y los cuchillos que hayas utilizado para preparar carnes crudas antes de usarlos para los productos agrícolas. No almacenes la carne cruda en la misma bandeja que luego quieras utilizar para colocar el alimento ya cocido.[19]
    • Por ejemplo, no condimentes el pollo crudo en la tabla para cortar y luego utilices esa misma tabla para preparar el brócoli. Aunque quieras cocinar el brócoli, es posible que no alance la temperatura interna requerida para matar los gérmenes del pollo crudo.
    • Compra otra tabla si tiene ranuras profundas y difíciles de limpiar.
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    Coloca las especias en pequeños recipientes cuando quieras condimentar carne cruda. Colocar las cantidades necesarias de sal, pimienta y otros condimentos en pequeños recipientes implica que tendrás que lavar más platos. Sin embargo, no tendrás que agarrar los envases con las manos sucias o lavarlas en el grifo cada vez que toques la carne con un ingrediente.[20]
    • Por ejemplo, frota la pechuga de pollo con sal y luego agarra los recipientes con pimienta, ajo y paprika. Cuando termines de condimentar el alimento, lávate las manos y los recipientes.
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    Marina la carne en el refrigerador y hierve adobo adicional antes de servirla. Nunca marines la carne en la encimera ni la dejes en el refrigerador por mucho tiempo. El exceso de adobo puede ser una excelente salsa, pero si ha tocado la carne cruda, puede significar una gran amenaza para la salud. Hiérvela durante al menos un minuto antes de servirla con salsa.[21]
    • También puedes preparar más adobo, dividirlo y conservar una porción alejada de la carne cruda.[22]
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    Lava las encimeras y las superficies luego de preparar comidas crudas. Limpia las superficies con un limpiador de cocina o con lejía o vinagre diluida. Utiliza toallas de papel o un paño designado exclusivamente para limpiar las encimeras y otras superficies. No utilices la misma esponja o paño para lavar los platos y las encimeras.[23]
    • No olvides limpiar el fregadero, donde suelen almacenarse los gérmenes y los residuos de los alimentos. Enjuaga o retira la materia orgánica y luego lávalo con una solución limpiadora.[24]
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