Mantener el pan fresco es difícil, sobre todo en los hogares pequeños y en los que se encuentran en climas cálidos y húmedos. Aprender a guardar el pan de la forma correcta es la forma más fácil de evitar que le salga moho y poder disfrutar de cada pan hasta la última migaja.

Método 1
Método 1 de 3:
Congelar el pan

  1. 1
    Corta el pan en porciones o rodajas. No sería fácil cortar un pan congelado, así que si lo cortas con anticipación, no tendrás que descongelar todo el pan con cada uso.
  2. 2
    Envuelve el pan y ciérralo bien. Envuelve el pan con papel encerado o de aluminio para que mantenga la humedad y evitar las quemaduras por frío. Si es un pan suave, puedes poner el papel encerado entre cada rodaja para que no se peguen.[1]
  3. 3
    Coloca el pan en una bolsa apta para congelar. Dobla la bolsa alrededor del pan para quitarle todo el aire que puedas cuando la cierres después de cada uso. De esta forma, el pan se mantendrá fresco hasta por seis meses.[2]
  4. 4
    Deja que el pan se descongele. Cuando llegue el momento de comer, deja que los panes se descongelen en el papel encerado o de aluminio antes de calentarlos, para que puedan volver a absorber la humedad que quedó en la envoltura. De esta forma, te asegurarás de que la textura sea igual que cuando lo congelaste.[3]

Método 2
Método 2 de 3:
Almacenarlo en un lugar seco y fresco

  1. 1
    Invierte en una panera. Coloca la panera en un área fresca y alejada de los objetos calientes porque pueden acelerar el crecimiento del moho. Debido a que las esporas de moho viven en el oxígeno, el recipiente debe ser hermético para reducir la propagación.[4]
  2. 2
    Mantén el pan seco. No toques el pan con las manos mojadas y nunca lo lo guardes en un contenedor sellado si tiene humedad visible. Si se deja a temperatura ambiente, la humedad acelerará el crecimiento del moho.[5]
  3. 3
    Evita refrigerarlo. La temperatura del refrigerador puede ayudar a combatir el moho, pero hará que el pan se ponga rancio más rápido. A diferencia del congelador, el refrigerador cambiará la alineación del almidón del pan, lo cual modificará rápidamente la textura.[6]

Método 3
Método 3 de 3:
Hacer un pan duradero en casa

  1. 1
    Incorpora una masa madre en la receta. Básicamente, la masa madre es una forma utilizable de levadura salvaje que aumenta la acidez del pan, lo cual impide que le salga moho y que se ponga rancio.[7]
  2. 2
    Hornea un pan más denso. Un pan denso con una corteza crujiente se enmohecerá más despacio. Recuerda el pan rústico italiano. Agrégale más harina a la masa para aumentar la densidad y aplícale vapor con una botella de atomizador al pan cuando lo hornees para crear la corteza crujiente.[8] [9]
  3. 3
    Agrégale algunos conservantes naturales. Si le agregas algunos conservantes naturales, como lecitina o ácido ascórbico, conservará la humedad y se reducirá la cantidad de levaduras y moho. Algunos ingredientes, como el ajo, la canela, la miel y el clavo también contrarrestan la propagación del moho, pero evidentemente influyen en el sabor de forma significativa.[10] [11]

Consejos

  • El pan con sabor a rancio puede hornearse para volver a ser comestible. Este proceso puede devolverle su sabor, pero solo puede hacerse una vez.
  • Para mantener fresco el pan comido parcialmente durante algunas horas o hasta un día, coloca el lado expuesto hacia abajo sobre una tabla de cortar y déjalo al aire libre.[12]

Advertencias

  • No inhales ni huelas el pan si tiene moho porque podría provocarte problemas respiratorios.
  • No te comas el pan con indicios de moho.

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 49 716 veces.
Categorías: Artículos destacados | Panes