Si el hueso del talón (calcáneo) se fractura, ya sea debido a una lesión traumática o como resultado de un uso crónico y excesivo, o de un estrés repetitivo, la recuperación puede ser un proceso largo y difícil. No obstante, puedes maximizar tus posibilidades de una buena recuperación siguiendo los consejos del médico y realizando un programa de rehabilitación con un fisioterapeuta. Si desarrollas algún problema a largo plazo, como problemas para caminar o dolor crónico, discute tus opciones con el equipo de atención médica.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Conseguir tratamiento médico

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    Consulta al médico si tienes síntomas de un talón roto. Si crees que puedes haberte roto el talón, llama al médico de inmediato o ve a una clínica de atención urgente. Busca síntomas tales como:[1]
    • Dolor en y alrededor del talón, que puede empeorar cuando mueves el pie o intentas caminar
    • Moretones en el talón e hinchazón
    • Dificultad para caminar o poner peso en tu pie herido
    • Ve a la sala de emergencias si notas síntomas severos, como una deformidad obvia del pie o una herida abierta en el lugar de la lesión.
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    Da tu consentimiento para realizar exámenes y pruebas para determinar la gravedad de la fractura. El tratamiento adecuado dependerá de la naturaleza de la lesión. Permite que el doctor examine el talón y proporciona tantos detalles como puedas sobre cómo ocurrió la lesión. Hazle saber si tienes alguna otra condición médica (como diabetes) que pueda afectar el proceso de sanación. Además de un examen físico, probablemente ordenarán pruebas de imagen, tales como:[2]
    • Rayos X, que pueden confirmar o descartar una fractura de talón y mostrar si los huesos del pie han sido desplazados por la lesión.
    • Una tomografía computarizada, con la cual el médico puede tener una mejor idea del tipo y la gravedad de tu(s) fractura(s). Es posible que solicite una tomografía computarizada si la radiografía confirma que tienes una fractura en el talón.
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    Habla con el médico sobre las opciones de tratamiento no quirúrgico. Si la fractura no es demasiado grave, y los huesos del talón y los alrededores no están desplazados, el médico puede recomendar inmovilizar el pie durante varias semanas mientras se cura. Te colocarán una férula, un yeso o un aparato ortopédico en el pie para mantener los huesos en su lugar y evitar mayores daños. Sigue las instrucciones del médico para cuidar de la férula o yeso, y haz un seguimiento, según lo recomendado, para asegurarte de que el pie esté sanando adecuadamente.[3]
    • El médico probablemente te recomendará el tratamiento RICE, que por sus siglas en inglés responde a: reposo ("rest”), hielo ("ice"), compresión ("compression") y elevación ("elevation"). Este tratamiento ayudará a que el pie sane y reducirá la inflamación. Implica mantener el peso fuera del pie lesionado, aplicar compresas de hielo y usar un vendaje para comprimir suavemente el área. También tendrás que mantener el pie elevado tanto como sea posible.[4]
    • Es probable que tengas que usar la férula, o el yeso, por al menos 6 u 8 semanas. No pongas ningún peso sobre el pie lesionado hasta que el médico te diga que es seguro hacerlo.
    • El médico también puede darte instrucciones adicionales para el cuidado en el hogar, como mantener el pie elevado por encima del nivel del corazón y usar compresas de hielo en la lesión para reducir la hinchazón.[5]
    • Algunas fracturas de talón son buenas candidatas para un procedimiento llamado "reducción cerrada", en el que el médico manipula el pie para mover fragmentos de hueso, los cuales fueron desplazados, a la posición correcta. Serás puesto bajo anestesia durante este procedimiento.[6]
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    Discute la cirugía para una fractura más severa. Es posible que necesites una cirugía si el talón tiene múltiples fracturas, los trozos del hueso se han movido de su lugar o hay daños en el músculo y otros tejidos blandos del talón. Si el médico recomienda la cirugía, pregúntale sobre los riesgos y beneficios del procedimiento, y discute cómo será el proceso de recuperación.[7]
    • Si los tejidos alrededor del hueso están lesionados e inflamados, el médico puede recomendar que esperes unos días para que baje la inflamación antes de realizar la cirugía. En otros casos (por ejemplo, si hay una herida abierta en el lugar de la fractura), es importante operar de inmediato.
    • La cirugía puede implicar la colocación de tornillos o placas en el talón para mantener los fragmentos del hueso en su lugar.
    • Deberás usar un yeso durante varias semanas después de la cirugía y es posible que tengas que usar una bota especial durante un tiempo después de que te quiten el yeso.
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    Sigue cuidadosamente las instrucciones del médico para el cuidado de la lesión en el hogar. Cualquiera que sea el enfoque de tratamiento que tú y el médico decidan, es importante cuidar el pie adecuadamente luego, para que se cure lo mejor que pueda. Haz citas regulares de seguimiento con el médico y llama al consultorio de inmediato si tienes alguna preocupación o pregunta. Quizás necesites:[8]
    • Usar muletas, un andador u otro dispositivo de ayuda para mantener el peso fuera de tu pie herido mientras te estás curando.
    • Tomar medicamentos de venta libre o recetados para controlar el dolor y la inflamación, especialmente después de la cirugía. Siempre toma estos medicamentos de acuerdo con las instrucciones del médico.
    • Toma antibióticos para tratar o prevenir una infección.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Hacer la rehabilitación después del tratamiento

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    Pregunta al médico sobre el tiempo de recuperación. Recuperarse de una fractura de talón puede llevar mucho tiempo. El tiempo de recuperación dependerá de muchos factores, incluyendo la salud general, la gravedad de la fractura y el tratamiento que hayas recibido. Colabora con el médico para determinar cuándo puedes comenzar con seguridad la rehabilitación y pide un cálculo aproximado de cuánto tiempo pasará antes de que puedas volver a tus actividades habituales.[9]
    • Dependiendo de tu condición, quizás puedas comenzar a trabajar en la fisioterapia y otras actividades de rehabilitación dentro de la primera semana después del tratamiento.[10]
    • Si la fractura fue relativamente menor, probablemente pasará alrededor de 3 a 4 meses antes de que puedas volver a tus actividades normales. En el caso de una fractura más grave o complicada, el tiempo de recuperación puede ser de 1 o 2 años.
    • Desafortunadamente, muchas fracturas de talón nunca se curan completamente. Quizás experimentes alguna pérdida permanente de la funcionalidad del pie y el tobillo. Habla con el médico o con un fisioterapeuta sobre lo que puedes esperar.
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    Empieza a mover el pie y el tobillo tan pronto como el médico te diga que es seguro. Mover el pie y el tobillo al principio del proceso de curación puede ayudar a recuperarte más rápidamente y a prevenir cierta pérdida de movimiento. Pregúntale al médico cuándo debes comenzar a hacer simples ejercicios de pie y tobillo, y con qué frecuencia hacerlos. Tal vez tengas que esperar hasta que el dolor permita el movimiento o hasta que las heridas quirúrgicas hayan sanado.[11] Los primeros ejercicios a realizar pueden incluir:[12]
    • Flexiones de tobillo. Siéntate o acuéstate con la pierna extendida delante de ti. Coloca los dedos de los pies lejos de ti, en punta, y luego tira de ellos hacia ti.
    • Alfabetos. Coloca los dedos del pie lesionado en punta y finge que los estás usando para escribir el alfabeto.
    • Figuras en forma de 8. Coloca los dedos de los pies en punta y mueve el pie dando forma a una figura de 8.
    • Inversión y eversión. Coloca el pie en el suelo y gíralo de lado a lado, de manera que la planta quede orientada primero hacia adentro y luego hacia afuera.
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    Trabaja con un fisioterapeuta para desarrollar tu fuerza y rango de movimiento. Pídele al médico que te recomiende un fisioterapeuta con experiencia en tratamiento de lesiones en los pies. La fisioterapia es esencial para recuperarte de la lesión y mantener la salud del talón a futuro. Los ejercicios de fisioterapia pueden ayudar a restaurar la fuerza y la función del pie y el tobillo, que es una parte importante del proceso de curación. Además de los ejercicios, el programa de terapia puede incluir:[13]
    • Masajes para promover la curación y prevenir la rigidez en el área lesionada.
    • Evaluación regular de la fuerza y rango de movimiento durante el proceso de curación.
    • Ejercicios de bajo impacto para todo el cuerpo (p. ej., natación) para mantener al resto de tu cuerpo en forma mientras el pie se está curando.
    • Entrenamiento de caminata mientras empiezas a caminar de nuevo.
    • Ayuda con el aprendizaje del uso de dispositivos de asistencia (como muletas o un andador) y dispositivos ortopédicos (como aparatos ortopédicos o insertos especiales para el calzado).
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    Sigue las instrucciones del médico o terapeuta para caminar sobre el pie lesionado. Una vez empieces a caminar de nuevo, deberás tener mucho cuidado de no agravar la lesión o dañar cualquier aparato implantado quirúrgicamente. Trabaja estrechamente con el médico y fisioterapeuta para determinar qué tan pronto puedes comenzar a poner peso en el pie y qué tipos de actividades con soporte de peso son seguras.[14]
    • El médico o terapeuta te dará instrucciones sobre cómo usar dispositivos como muletas, un andador o un zapato especial para minimizar la carga en el pie.
    • Una vez estés listo para empezar a caminar por tu cuenta, tendrás que aumentar gradualmente la cantidad de peso que pones en el pie. Por ejemplo, puedes aumentar la carga en 9 kg (20 lb) cada 2 o 3 días hasta que vuelvas a poner todo el peso en el pie.[15]
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    Cuida tu salud general mientras la lesión se cura. Sanarse es un proceso complicado, y sucederá más rápido si cuidas adecuadamente de todo tu cuerpo. Mientras te recuperas, asegúrate de comer bien, conseguir mucho tiempo de sueño de calidad, y de hacer actividad física según las recomendaciones del médico y fisioterapeuta.
    • Si tienes una condición médica que podría afectar el proceso de curación, como la diabetes, trabaja con el médico para asegurarte de que está bien manejada durante y después del período de recuperación.
    • Si fumas, habla con el médico sobre cómo dejarlo. Fumar puede retrasar el proceso de recuperación.[16]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Manejar los síntomas crónicos

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    Discute el uso de un dispositivo ortopédico para solucionar problemas para caminar. Incluso con una excelente atención médica y una terapia física constante, una fractura de talón a veces puede dejarte con una pérdida permanente de la función del pie. Esto puede dificultar la marcha, especialmente en superficies irregulares o en pendientes pronunciadas. Habla con el médico o fisioterapeuta sobre el uso de dispositivos para ayudar a mejorar tu caminar y mantener el pie más cómodo.[17]
    • En algunos casos, unas simples modificaciones en el zapato pueden ser útiles. Por ejemplo, puede que necesite usar taloneras, elevadores o copas para el talón en los zapatos.
    • El médico o fisioterapeuta también pueden recomendarte zapatos especiales hechos a medida o un aparato ortopédico para el pie.
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    Trabaja con el médico para controlar el dolor crónico. En algunos casos, podrías experimentar dolor o malestar en el pie incluso después de que la fractura en sí haya sanado completamente. Hazle saber al médico si continúas sintiendo dolor después del tratamiento y la rehabilitación. Él pueden realizar pruebas y exámenes para determinar la causa del dolor y encontrar maneras de tratarlo o controlarlo.[18]
    • Entre las causas comunes de dolor crónico después de una fractura de talón se incluyen los daños en el tejido blando, el cual rodea al hueso, y el hecho de que el hueso no se cure adecuadamente (p. ej., si los fragmentos todavía no están bien alineados después del tratamiento).
    • Dependiendo de la causa del dolor, el médico puede recomendar tratamientos como un dispositivo ortopédico (p. ej., un inserto o un refuerzo para el pie), fisioterapia, medicamentos o cirugía.
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    Pregunta sobre las opciones de tratamiento, si tienes dolor en los nervios después de la cirugía. Si te sometes a una cirugía para reparar la fractura, existe el riesgo de que se dañen los nervios del pie. Si experimentas dolor en los nervios después de la cirugía o como resultado del daño de la lesión, habla con el médico sobre los posibles tratamientos. Algunas opciones comunes para controlar el dolor del nervio incluyen:[19]
    • Inyecciones de esteroides para reducir la inflamación alrededor de los nervios
    • Un bloqueo nervioso, que implica inyectar un anestésico en el nervio para adormecer el dolor.
    • Medicamentos para aliviar el dolor del nervio, como amitriptilina, gabapentina o carbamazepina.
    • Terapia física para promover una curación más rápida.
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    Habla con el médico para saber si necesitas más cirugía. Quizás necesites una cirugía adicional si el hueso sana de forma inadecuada o si desarrollas otras complicaciones, como la artritis de talón. Trabaja estrechamente con el médico, para controlar el progreso de la recuperación, y discute si una cirugía adicional podría ser útil para ti.[20]
    • En algunos casos, es necesario fusionar el hueso del talón con el astrágalo (el hueso que forma la parte inferior de la articulación del tobillo). Esta cirugía impide el movimiento entre los huesos que pueden agravar las lesiones.[21]
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Consejos

  • Recuperarse de una lesión grave como una fractura de talón puede ser estresante y frustrante. No dudes en recurrir a tus amigos y familiares si necesitas apoyo práctico o emocional adicional. El médico también puede ofrecerte consejos si te encuentras con dificultades emocionales.
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Acerca de este wikiHow

Luba Lee, FNP-BC, MS
Coescrito por:
Junta de revisión médica
Este artículo fue coescrito por Luba Lee, FNP-BC, MS. Luba Lee es una enfermera profesional certificada en Tennessee. Recibió su maestría en Ciencias de Enfermería en la Universidad de Tennesee en 2006. Este artículo ha sido visto 1018 veces.
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