Reducir 2,5 centímetros de tus muslos puede ser uno de los objetivos más difíciles de pérdida de peso. Sin embargo, respetar un programa diario de ejercicios y adaptar tu dieta te ayudará a observar resultados positivos mucho más rápido. Además, existen procedimientos estéticos para eliminar las molestas bolsas de grasa que se forman alrededor de los muslos y no responden efectivamente al ejercicio. Sin embargo, estos procedimientos conllevan riesgos importantes y efectos secundarios.

Método 1
Método 1 de 4:
Hacer ejercicio

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    Comprende que no es posible reducir grasa en un lugar específico del cuerpo. Debido a la composición corporal, no es posible quemar grasa en una zona específica. Por lo tanto, en vez de enfocarte en perder grasa de los muslos, mantén un entrenamiento de cuerpo completo que te permita perder peso en todas las áreas del cuerpo, incluyendo los muslos.[1]
    • Quemar grasa en la zona interna de los muslos puede ser difícil y requerir tiempo. Ten paciencia y establece objetivos realistas de pérdida de peso general. Es posible tener muslos delgados, pero lograrlo requiere tiempo.
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    Haz un entrenamiento de actividad cardiovascular de larga distancia. Corre en una caminadora durante 30 a 45 minutos, recorre largas distancias en una bicicleta estática o completa una sesión sólida en la máquina elíptica.[2]
    • Los entrenamientos cardiovasculares más efectivos para reducir los muslos grandes implican hacer actividades como correr, trotar o andar en bicicleta por mucho tiempo, dado que permiten quemar grasa sin formar mucha masa muscular o volverse voluminoso. Si planeas correr o trotar al aire libre, evita los terrenos montañosos, dado que pueden promover la formación de masa muscular en las piernas.[3]
    • Si planeas realizar ejercicio con equipos cardiovasculares como la máquina elíptica o la bicicleta estática, mantén baja la inclinación y la resistencia. La intensidad moderada a alta te permitirá maximizar la cantidad de grasa que quemas.
    • Usa una calculadora de la frecuencia cardíaca para determinar la intensidad del entrenamiento y asegurarte de mantener un ritmo estable durante toda la rutina cardiovascular.
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    Evita las estocadas, las sentadillas, las extensiones de piernas y las elevaciones de pantorrillas. Si bien son ideales para construir los músculos de los muslos, estos ejercicios harán que se vean más grandes, y no más delgados.[4]
    • Enfócate en quemar grasa en el cuerpo y luego ocúpate de construir los músculos de los muslos de manera gradual.
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    Haz ejercicios de entrenamiento de resistencia una vez que hayas quemado la grasa de los muslos. Una vez que sientas que has perdido entre 2,5 y 5 cm (una a dos pulgadas) de los muslos a través de un entrenamiento cardiovascular de larga distancia, comienza a incorporar en tu rutina ejercicios de resistencia con pesas.[5]
    • Comienza con pesos ligeros al principio en máquinas de ejercicio como elevación, rotación y prensa de piernas. Haz más repeticiones en cada máquina con menos resistencia para construir la masa muscular lentamente.

Método 2
Método 2 de 4:
Usar prendas que adelgacen u oculten los muslos

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    Usa prendas para la parte inferior del cuerpo que cubran los muslos. Las mujeres pueden usar faldas que cubran la parte más ancha de los muslos, cuatro o cinco dedos por encima de la rodilla. Los hombres pueden usar bluyines oscuros gastados que quepan bien en la cintura y con un corte ajustado.
    • Evita las prendas holgadas, dado que pueden hacer que todo tu cuerpo (incluyendo los muslos) se vea más grande.
    • Una buena idea es evitar las faldas de cintura baja que acortan las piernas y hacen que los muslos se vean más grandes, como así también las faldas a la altura de la mitad de las pantorrillas, dado que pueden dar un aspecto anticuado o de señora.
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    Invierte en prendas que ayuden a darle un aspecto más delgado a la parte inferior del cuerpo. Esto significa comprar prendas que no sean demasiado ajustadas ni holgadas, y con un corte o estilo que haga que la parte inferior de tu cuerpo luzca más delgada.
    • Las mujeres pueden usar vestidos cruzados o de corte princesa que hagan que los muslos luzcan más pequeños y queden bien.[6]
    • Evita los vestidos ajustados y al cuerpo hechos de materiales que ciñen mucho el cuerpo, como el licra, el nailon y el satén.
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    Limítate a los colores oscuros. Los colores oscuros siempre ayudan a dar una impresión más delgada.
    • De todas formas, no tengas miedo de usar estampados, en especial blusas estampadas que alejen la atención de las piernas y los muslos.
    • Si tu cuerpo es más menudo y grande en la parte inferior, evita los estampados grandes o audaces, dado que pueden abrumar el estilo. En cambio, opta por vestimentas más detalladas o estampadas para las faldas o los pantalones.
    • Evita las líneas horizontales, dado que hacen que el cuerpo parezca más ancho y llevan la atención hacia los costados, directamente hacia los muslos. Escoge blusas, faldas y vestidos con líneas verticales que llamen la atención de arriba hacia abajo.
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    Evita los bluyines con líneas horizontales lavadas. Estas líneas en la zona de los muslos solo llevarán más la atención hacia dicha parte.
    • Además, escoge bluyines oscuros lavados que te queden bien, en vez de pescadores o pantalones cortos que solo acentúan los muslos, en vez de hacer que se vean más pequeños.

Método 3
Método 3 de 4:
Mantener una dieta saludable

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    Reduce la ingesta calórica diaria. Las calorías son la moneda energética del cuerpo, pero si consumes demasiadas, los tejidos acumularán más grasa, lo que puede llevar a la obesidad o el aumento de peso. Por lo tanto, enfócate en los alimentos con pocas calorías y que requieran un mayor tiempo de digestión, como los vegetales de hojas verdes y las frutas, las proteínas magras y los alimentos que tienen una menor cantidad de azúcar artificial.[7]
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    Limita el consumo de azúcar. Algunas investigaciones sugieren que eliminar el azúcar de la dieta diaria puede ayudar a reducir el consumo de calorías en un 20 a 40 %.[8]
    • Reemplaza las bebidas con azúcar como el refresco por agua o té verde. El té verde estimula el metabolismo y posee antioxidantes que son muy buenos para el cuerpo. También es importante que te asegures de beber al menos ocho vasos de agua al día.
    • Reemplaza el azúcar del café por estevia, que está hecha de una planta de América del Sur y tiene un sabor dulce pese a no tener azúcar o calorías. También puedes probar con endulzantes naturales como canela o miel.[9]
    • Evita todos los endulzantes artificiales, incluyendo Splenda. Lee los envases de los alimentos para asegurarte de que no contengan jarabe de maíz o sirope de maíz alto en fructosa.
    • Ten en cuenta que el alcohol tiene un gran contenido de azúcar, así que evítalo para reducir la ingesta diaria de azúcares.
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    Come menos carbohidratos e incrementa la ingesta de proteínas. Si bien los carbohidratos son una fuente principal de energía para el cuerpo, una ingesta más elevada de carbohidratos simples (como productos horneados, dulces y galletitas) puede afectar el metabolismo de manera significativa y negativa. Los carbohidratos en forma de cereales (como los panes y las pastas) pueden promover el aumento de peso y la reducción del azúcar en sangre, lo que causa fatiga y falta de energía. Por lo tanto, enfócate en minimizar el consumo de estos alimentos.[10]
    • Reemplaza el pan y la pasta por cereales más integrales, como la quínoa y el arroz integral.
    • Reemplaza los postres dulces de productos horneados por alimentos naturalmente dulces, como las frutas frescas.
    • Incrementa el consumo de proteínas en forma de carnes magras como el pavo o el pollo, en vez de la carne grasa de res o cerdo. Lo ideal es que incorpores cuatro porciones de proteína al día. Una porción equivale a 85 a 110 gramos (3 a 4 onzas) o al tamaño de tu puño. Algunas buenas fuentes de proteína son los huevos y el pescado, en especial hervidos, asados o a la parrilla.[11]
    • Si quieres mantener un estilo de vida activo o una rutina diaria de ejercicios, es importante que tengas la energía necesaria en forma de cereales y proteínas que te permita entrenar y construir masa muscular, incluyendo los músculos de los muslos.
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    Evita los productos lácteos como la leche, el queso y el yogur. Usa proteína de suero para preparar batidos de proteína que te proporcionen la energía suficiente sin engordar.[12]
    • También puedes usar polvo de proteína de clara de huevo.
    • Evita la mantequilla, la mayonesa y la crema de leche. Si preparas una ensalada, usa aceite de oliva, coco o linaza como aderezo saludable.[13]
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    Controla tu ingesta calórica para encontrar la forma de mejorar tu dieta y evitar hábitos alimenticios poco saludables. Calcula tus requisitos calóricos diarios en función de tu peso y nivel de actividad física, y toma nota de tu ingesta calórica diaria durante un mes. Si bien es importante incorporar una ingesta calórica saludable, debes mantener el nivel de azúcar estable para sentirte lleno y satisfecho después de una comida sin sentir hambre.[14]
    • Toma nota de cualquier momento del día en que sientas cansancio o mal humor entre las comidas. Si observas que tu energía disminuye en ciertos momentos del día, prepárate y ten un refrigerio saludable a mano para evitar una disminución en tu nivel de azúcar en sangre. Es posible que notes que no estás tan somnoliento al atardecer si evitas comer pan o carbohidratos pesados en el almuerzo.
    • Toma nota de cualquier comida que te aleje de una dieta saludable y cualquier detonador alimenticio que puedas tener. Quizás el estrés haga que quieras comer galletitas, o una atmósfera social te lleve a beber una copa de vino. Independientemente de los factores desencadenantes, es importante que los reconozcas y frenes al reemplazar las galletitas por una fruta, o un vaso de vino por un vaso de agua o una taza de té verde.
    • De hecho, se recomienda beber un vaso de agua o un té antes de las comidas para estimular el metabolismo y suprimir el apetito, lo que te ayudará a no comer demasiado.
    • La clave para una dieta saludable que te ayude a mantener tu peso y te proporcione la energía suficiente para fortalecer y tonificar los muslos con ejercicio es disfrutar lo que comes. Al reemplazar los alimentos procesados por comida orgánica “real”, tu cuerpo te agradecerá al sentirse mejor y, por ende, lucir mejor.

Método 4
Método 4 de 4:
Someterte a un procedimiento estético

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    Considera la posibilidad de someterte a una liposucción. La liposucción es un procedimiento que elimina las bolsas indeseadas de grasa de prácticamente cualquier parte del cuerpo, incluyendo los muslos. Sin embargo, se considera un método drástico y serio para reducir 2,5 centímetros (una pulgada) de los muslos, además de ser una forma costosa de tratar la grasa indeseada de esta parte del cuerpo.
    • Este tratamiento utiliza un tubo muy angosto (llamado cánula) que se introduce directamente en el muslo. La cánula está adherida a un dispositivo de succión que elimina las células de grasa, lo que proporciona un contorno más suave y magro en los muslos.
    • El procedimiento generalmente se realiza de forma ambulatoria, y las molestias y el tiempo de recuperación después del mismo suelen ser mínimos.
    • Sin embargo, la liposucción suele ser costosa. Dependiendo del lugar donde quieras realizar la liposucción y el cirujano que se ocupe del procedimiento, en Estados Unidos, la liposucción de la parte interna de los muslos puede costar entre $2000 y $5000, y entre $1600 y $5000 para la parte exterior de los muslos.[15]
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    Ten en cuenta los posibles riesgos y efectos secundarios de la liposucción. Al igual que otros procedimientos quirúrgicos, la liposucción en los muslos tiene posibles riesgos y efectos secundarios como, por ejemplo:
    • Coágulos de sangre, infección, coágulos de grasa, cambios en la sensibilidad de la piel, sangrado, contornos irregulares y desiguales, inflamación, decoloración de la piel, daño de la piel y los nervios, cicatrices, riesgos asociados a la anestesia, dolor y piel flácida.
    • Es importante tener en cuenta que, si bien la liposucción ayuda a eliminar la grasa de los muslos y les proporciona un mejor contorno, no sirve para tratar la obesidad o compensar una mala alimentación sin ejercicio. No resuelve otros problemas de salud o la falta de actividad física.
    • La liposucción no puede tratar la celulitis, que son marcas de hoyuelos en los muslos y los glúteos. Tampoco trata la piel flácida o caída.
    • Los resultados de la liposucción de los muslos pueden ser duraderos con el paso del tiempo siempre que se tomen las medidas apropiadas de cuidado. Sin embargo, si recuperas el peso en los muslos, revertirás por completo el aspecto de la liposucción. Por lo tanto, es esencial que adoptes un estilo de vida saludable con una buena dieta y ejercicio antes y después del procedimiento.
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    Considera la posibilidad de realizarte un “levantamiento” de muslos (lifting). Este tratamiento, también llamado musloplastia, es más invasivo y moldea los muslos, eliminando el exceso de piel y algo de grasa.[16]
    • El procedimiento a menudo se realiza en combinación con la liposucción para moldear y suavizar los muslos después de eliminar la grasa a través de la liposucción.
    • La musloplastia también se puede realizar de forma ambulatoria, pero la recuperación puede tomar una semana o más. Los pacientes generalmente retoman sus actividades normales dentro de algunas semanas después de la cirugía.
    • Sin embargo, este tratamiento puede ser costoso. En Estados Unidos, el precio oscila entre $2000 y $10 000, siendo el costo promedio $4500.[17]
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    Ten en cuenta los posibles riesgos y efectos secundarios de la musloplastia. Este procedimiento quirúrgico tiene varios riesgos asociados y efectos secundarios como, por ejemplo:
    • Mala cicatrización, hemorragia, acumulación de líquidos, separaciones importantes de las heridas, decoloración de la piel o inflamación, pérdida de la piel, dolor persistente, trombosis venosa profunda, riesgos asociados a la anestesia, cicatrización desfavorable, adormecimiento y otros cambios en la sensación de la piel, y piel flácida.[18]
    • Si bien el cirujano podría eliminar algunas capas de piel de la grasa molesta en los muslos durante el procedimiento, la musloplastia no se enfoca en eliminar muchas capas de grasa. No reemplaza otros quemadores de grasa, como una dieta saludable y ejercicio diario.[19]
    • Antes de que el cirujano realice una musloplastia, debe asegurarse de que tengas un peso estable, dado que perder más peso podría hacer que el tejido de los muslos vuelva a caer. Al igual, un aumento significativo de peso después del procedimiento también puede interferir con los resultados. Por lo tanto, es importante mantener una dieta saludable y un régimen de ejercicios antes y después de la cirugía.[20]

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Categorías: Perder peso