La mayoría de la gente ha tenido la experiencia fastidiosa, pero muy real, de comenzar a leer un libro muy bueno, irse por otro lado o distraerse, y dejarlo abandonado demasiado tiempo, haciendo demasiado difícil recuperar el entusiasmo para volver a leerlo. Perder la página donde te quedaste o, con el tiempo, perder el entusiasmo de leer un libro es una experiencia común, pero no imposible de superar.

Aquí aprenderás cómo puedes combatir la pérdida del entusiasmo para volver a leer un libro y finalmente llegar hasta el último capítulo.

Pasos

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    Usa un separador para no perder la página donde te quedaste. Doblar las esquinas de las hojas, deslizar las solapas de la cubierta o guardar el libro al revés, abierto en esa página, son algunas formas de perderte en la lectura, lo cual hará que volver a adentrarte en el libro parezca demasiado difícil. Si usas un separador de libros, no solo estarás seguro de la página del libro en la que te quedaste, sino que también te servirá como un mecanismo mental, pues te mostrará que ya has llegado a esa parte de la lectura, así que ¿por qué no continuar?.
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    Lee ciertas páginas varias veces si no las entiendes completamente. No hay nada malo en hacerlo, pues demuestra dedicación, no torpeza. De hecho, Benjamín Franklin aprendió por su cuenta a mejorar su comprensión y su estructura en redacción reorganizando los artículos que leía en el Spectator cuando no los entendía. Solía desordenar los escritos y revisar los fragmentos algunas semanas después para recrearlos.
    • Las distracciones, tales como el hecho de tener demasiados pensamientos dando vueltas en tu cabeza, el ruido a tu alrededor, la gente que te pide muchas cosas y la sensación de estar mal, pueden complicar la comprensión lectora. Encuentra momentos de tranquilidad y sin distracciones para captar la información de una mejor manera.
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    No leas material importante a altas horas de la noche. Sin importar qué tan despierto te sientas, tu cerebro está más activo a primeras horas de la mañana o durante el resto de la mañana. Temprano por la noche y las horas no tan altas de la noche sí serían un momento más adecuado para la lectura en general. Si tienes que leer información más técnica para tus estudios o para tu trabajo, trata de dejar los elementos más complicados para la mañana, cuando estás más descansado, y los aspectos más sencillos o los repasos para las noches. Bien podría valer la pena levantarse más temprano.
    • Trata de programar una hora específica cada día para volver al libro. Si no es posible, programa horarios específicos por semana. Lee por lo menos un capítulo a la vez, separándolo en partes más digeribles y terminando en partes finales lógicas.
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    Busca un lugar tranquilo para leer. Asegúrate de no tener demasiadas distracciones cerca, como el sonido de la televisión, la radio u otros miembros de la familia realizando sus quehaceres diarios. Si tienes un rincón favorito en particular o una silla, conviértelos en tu "rincón de lectura".
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    Toma notas a medida que avanzas. Si tienes mala memoria o no quieres perder la ilación del material que lees, toma notas simples en un cuaderno después de cada capítulo o después de cada tema que has leído. Revísalas con frecuencia.
    • Si se trata de tu propio libro y no te importa escribir en él, anota con un lápiz de grafito en los márgenes, usando de palabras claves o símbolos que te ayuden a recordar la información de forma rápida cuando sea necesario. Un libro con buenas anotaciones es un tesoro para su dueño.
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    Involúcrate con el libro. Imagínate en las situaciones descritas, ponte en los zapatos de los personajes. Si se trata de un libro científico o técnico, ¿qué puedes hacer para demostrarte que la información es correcta? ¿Qué experimentos podrías hacer? Usa tu creatividad para mantener tu interés en la lectura. Para otras lecturas que no se traten de ficción, piensa en cómo las cosas que aprendes te sirven en tu vida diaria. Incluso puedes imaginarte tratando de ayudar al personaje.
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    Perdónate por descuidar el libro. Dejar de lado un libro sin terminar por considerar que es "una molestia" o que "no vale la pena el esfuerzo" porque no leerlo te hace sentir culpable o porque odiarías empezar de nuevo, es un problema común. Sin embargo, al perdonarte por no ser constante con la lectura y volver a leer partes del libro que ya habías leído sin preocuparte demasiado de volver a lo mismo, podrías superar los sentimientos de que no vale la pena el esfuerzo y podrías descubrir nuevas perspectivas tras regresar al libro. No hay nada tan encantador como darte cuenta de que estás contento por haber perseverado con el libro sin terminar y descubrir algunas PERSPECTIVAS nuevas en tu mundo y en tu vida.

Consejos

  • Sé perseverante. Aprender a amar la lectura y llegar al final de un libro no es algo innato; sin embargo, es un hábito que se puede cultivar a través de la práctica.
  • La mejor manera de asegurarte de empezar y terminar un libro es hacerte tres preguntas: ¿Por qué me compré este libro? ¿Acaso no tengo tiempo para leer porque soy perezoso? ¿Por qué gasté dinero en un libro que no voy a terminar de leer? Hacerte estas preguntas a menudo te da la motivación que necesitas.
  • Reconoce que leer un libro por placer es diferente a leer un libro para captar información. Si bien ambos tipos de lectura pueden ser divertidos, no son iguales. No te desanimes si eres bueno para un tipo de lectura, pero no para el otro. La práctica te hará mejorar en ambos.

Cosas que necesitarás

  • Separadores de libros
  • Zona tranquila para leer
  • Buena iluminación para leer
  • Libreta y bolígrafo o dispositivo para tomar notas (opcional)

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Categorías: Lectura y comprensión