Aunque no lo creas, los seres humanos no son los únicos animales que pueden sufrir de caspa. La piel de los gatos también se puede resecar, lo cual hace que se desprendan costras al frotarlos o acariciarlos, exactamente igual que los humanos. Si bien este no suele ser un problema grave, es útil saber qué hacer cuando notas este problema (sobre todo si es consecuencia de una alergia en la piel).[1] Por fortuna, el tratamiento por lo general requiere seguir solo unos cuantos pasos simples.

Método 1
Método 1 de 2:
Eliminar la causa

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    Si el gato es alérgico a las pulgas, dale tratamiento. En la mayoría de gatos, una o dos pulgas no son un problema serio. Sin embargo, en el caso excepcional de que tu gato tenga una alergia a las pulgas, incluso unas pocas podrían hacer que su piel se ponga seca, irritada y escamosa.[2] Un veterinario puede ayudarte a determinar si tu gato sufre una alergia. Si este es el caso, él también podría recomendarte opciones de tratamiento.
    • Los remedios más comunes para pulgas incluyen champús y ungüentos pesticidas. Si tu gato está en riesgo de sufrir una infección, el veterinario también podría recomendar antibióticos. Afortunadamente, la mayoría de los gatos se recuperan rápidamente con tratamientos antipulgas.[3]
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    Cambia la dieta de tu gato si es alérgico a su comida. Al igual que las personas, los gatos a veces sufren alergias alimentarias. Si no puedes encontrar una causa evidente para la caspa de tu gato, esta podría ser la explicación. El veterinario puede ayudarte a confirmar tus sospechas.
    • Si tu gato padece una alergia, es posible que tengas que darle una comida diferente, según la recomendación del veterinario. Si este cambio hace que tu gato deje de obtener los nutrientes que necesita, es posible que necesite suplementos dietéticos.
    • En algunos casos, cambiar de un alimento seco a un alimento húmedo y añadir un poco de aceite de pescado a cada comida puede ayudarte a mantener la piel de tu gato hidratada.[4]
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    Mantén a tu gato alejado de condiciones climáticas cálidas y secas. Tal vez no parezca un riesgo por el que valga la pena preocuparse, pero el clima sí puede dañar la piel de un gato. Generalmente, esto ocurre en gatos de pelaje fino (o en gatos sin pelo). Un clima seco y cálido puede resecar la piel e incluso provocar quemaduras solares, así que, si el sol fuera de casa es abrasador, es mejor que tu gato no salga.
    • Los meses más secos del invierno también pueden hacer que la piel se vuelva escamosa, incluso si el riesgo de quemaduras solares es menor.
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    Evita bañar a tu gato con demasiada frecuencia. Los gatos no son como las personas en lo que respecta a la necesidad de tomar un baño. Son muy buenos para mantenerse limpios, de modo que debes bañarlos con muy poca frecuencia. A menos que el pelaje de tu gato esté muy sucio, grasoso o enmarañado, por lo general solo tienes que bañarlo un par de veces al año.[5] Bañarlo más a menudo eliminará los aceites esenciales de su piel, dejándola reseca y escamosa.
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    Lleva a tu gato al veterinario para que le dé un diagnóstico. Las causas que se mencionaron anteriormente son solo algunas de las más comunes. Existe una amplia variedad de condiciones médicas (algunas serias, otras no) que también pueden resecar la piel. Solo un veterinario puede descartarlas, así que no dudes en buscar ayuda profesional. Algunas otras causas de piel seca incluyen:[6]
    • diabetes
    • seborrea
    • hipertiroidismo
    • tiña
    • dermatitis por Malassezia

Método 2
Método 2 de 2:
Tomar medidas en casa

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    Aumenta un poco las grasas en la dieta del gato. A veces, todo se resume en que el gato no recibe suficientes nutrientes para mantener su piel sana. En este caso, debes incluir un poco más de grasa en su dieta. Trata de cambiar a un alimento con un poco más de grasa o agrégale más grasa a su comida.
    • Una forma saludable de hacerlo es alimentarlo con pescado, que contiene ácidos grasos omega 3, los cuales son muy saludables. También puedes añadir suplementos de aceites saludables.
    • Si tu gato tiene algún problema de salud existente, habla con un veterinario antes de cambiar su dieta.
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    Asegúrate de que el gato tome mucha agua. La deshidratación también puede hacer que la piel se vuelva seca y escamosa. La mayoría de los gatos no necesita mucha agua, pero como es importante para su salud y no contiene calorías, no hay razón para no darle abundante agua limpia todos los días.
    • Cambia el agua de su tazón con frecuencia para asegurarte de que siempre disponga de agua limpia. También es una buena idea lavar el tazón de vez en cuando para matar las bacterias en su interior.[7]
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    Cepilla a tu gato con delicadeza. Cepillarlo de vez en cuando puede eliminar las escamas muertas de la piel y reducir la caspa. Usa un cepillo suave y pásalo siguiendo la dirección de su pelaje. No utilices demasiada presión. La idea es cepillarlo, no restregarlo.
    • Siempre debes cepillarlo suavemente y detenerte de inmediato si notas que la piel se irrita o si percibes signos de dolor.
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    Utiliza un ungüento suave. Lo creas o no, existen lociones hidratantes y ungüentos tópicos diseñados para gatos con piel seca. Puedes conseguirlos en una tienda local de mascotas, pero si no puedes encontrarlos allí, tu veterinario podría recomendarte algunos. También puedes encontrarlos fácilmente en línea.
    • Compra solo productos de calidad y con buena reputación para tu gato. Los mejores productos tendrán muchos comentarios positivos de dueños complacidos.
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    Envuelve al gato con una toalla caliente. La humedad suave y cálida de una toalla caliente puede ayudar a aliviar la piel reseca y dar una sensación de frescura. Sigue estos pasos:
    • Cuando el gato se muestre accesible y tranquilo, consigue una toalla o un trapo limpio y sumérgelo en agua caliente. El agua no debe estar demasiado caliente, de manera que puedas sujetar la toalla con las manos.
    • Una vez que la hayas empapado, sácala y escúrrela hasta que deje de gotear.
    • Coloca la toalla sobre el gato, en las zonas donde tenga caspa. Sujeta la toalla en ese lugar con mucho cuidado mientras sostienes al gato. Deja que repose durante cinco minutos mientras lo acaricias para mantenerlo calmado.

Consejos

  • Usa solamente lociones, champús y acondicionadores diseñados especialmente para gatos; nunca uses productos para humanos. Estos últimos pueden ser demasiado fuertes para la piel de un gato y podrían resecarla aún más.
  • Los trastornos del peso a veces también pueden resecar la piel o volverla escamosa. Si tu gato es demasiado gordo o delgado para su raza y edad, puede ser una buena idea ayudarlo a subir o bajar de peso para acercarse más al "estándar". Aquí puedes encontrar una buena guía para el peso ideal de una mascota.[8]

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 10 468 veces.
Categorías: Cuidado de los gatos