Quizá estés preparada para las hemorroides durante el embarazo, pero quizá te sorprenda que puedan aparecer después del parto. Las hemorroides, venas dilatadas alrededor del ano, aparecen debido a una presión o esfuerzo elevados. Pueden salir después del embarazo por el esfuerzo realizado al dar a luz. Por suerte, hay muchas cosas que se pueden hacer para controlar el dolor hasta que desaparezcan.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Aliviar el dolor de las hemorroides

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    Toma baños tibios. Si llenas una bañera con agua tibia, echa 1 taza de sales de Epsom. Si solo la llenas unos cuantos centímetros (un par de pulgadas), echa de 2 a 3 cucharadas. Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente, porque podría agravar el dolor de la hemorroide. Sumérgete en el baño de 10 a 15 minutos unas cuantas veces al día.[1]
    • También puedes usar un baño de asiento, un cubo pequeño que se pone encima del retrete para sumergir solamente el trasero.
    • Puedes aprovechar para relajarte mientras otra persona cuida al recién nacido. Si no, también puedes aprovechar para amamantarlo.
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    Ponte una compresa tibia. Busca una toalla pequeña de algodón limpia y remójala en agua tibia (no caliente). Si quieres, puedes echarle unas cuantas cucharadas de sales de Epsom al agua antes de remojar la toalla. Ponte la compresa directamente sobre la hemorroide durante unos 10 a 15 minutos 3 veces al día.
    • También puedes usar compresas de hielo para reducir la inflamación, pero solo úsalas de 5 a 10 minutos. Asegúrate de no ponerte la compresa directamente sobre la piel, porque podría dañar los tejidos.[2]
    • Procura alternar la compresa tibia con compresas frías.
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    Usa geles o lociones que alivien el dolor y la picazón. Aplícate gel de sábila o algún ungüento que contenga fenilefrina. La fenilefrina actúa como descongestionante, que ayuda a contraer la hemorroide. Se ha demostrado que el gel de sábila previene infecciones y ayuda a sanar heridas menores.[3] También puedes comprar una crema para las hemorroides en la farmacia.[Image:Treat Hemorrhoids After Pregnancy Step 3.jpg|center]]
    • Evita aplicarte cremas con esteroides, porque pueden dañar el tejido delicado alrededor de la hemorroide.
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    Contrae las hemorroides con un astringente. Toma una almohadilla de algodón y remójala con hamamelis. Pon la almohadilla sobre la hemorroide durante varios minutos. Repítelo cuantas veces quieras, en especial después de tener dolor al defecar, o por lo menos de 4 a 5 veces al día.
    • El hamamelis es un astringente y puede desinflamar.
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    Sé cuidadoso al limpiarte. Evita usar papel higiénico para limpiarte después de defecar.[4] En su lugar, llena un bidé portátil de plástico con agua tibia y limpia la zona. Sécate dándote toques leves con un paño suave. Evita usar pañitos para bebé, porque pueden irritar más la zona.
    • Quizá te hayan dado un bidé portátil en el hospital, pero puedes comprar uno en cualquier farmacia.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Prevenir las hemorroides

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    Incrementa tu ingesta de fibra. Es importante evitar hacer esfuerzos y ejercer presión cuando se tiene hemorroides. La fibra ayuda a mantener el agua en las heces y aumenta su volumen para que sean más fáciles de expulsar (y con menos dolor). Procura consumir de 21 a 25 g de fibra al día. Te recomendamos las siguientes fuentes:[5]
    • granos enteros: arroz integral, cebada, maíz, centeno, trigo bulgur, trigo sarraceno y avena
    • frutas (especialmente con cáscara): manzanas, frambuesas, peras
    • verduras: verduras de hoja verde, por ejemplo, acelga, berza, hojas de mostaza, espinaca, lechuga y hojas de remolacha
    • frijoles y legumbres (que pueden causar gases intestinales)
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    Bebe mucha agua. El Instituto de Medicina recomienda beber de 8 a 10 vasos de 250 ml (8 oz) de agua al día.[6] Además de ayudar al cuerpo a desempeñar sus funciones normalmente, la hidratación ayuda con las hemorroides, ya que ayuda a ablandar las heces y facilita su expulsión.
    • También puedes beber extractos o caldos claros si te aburres de beber agua.
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    Considera la posibilidad de usar laxantes. Hay varios tipos de laxantes que pueden facilitar la defecación cuando se tiene hemorroides. Los laxantes formadores de masa suelen contener fibra para aumentar la masa o el peso de las heces. Otra opción es usar ablandadores de heces, que las suavizan y facilitan su expulsión. Los laxantes lubricantes pueden lubricar las paredes de los intestinos y el recto, lo cual también facilita la expulsión de las heces. Sea cual sea tu elección, úsalos solo 1 o 2 veces por semana.[7]
    • Si estás amamantando, consulta con tu doctor antes de tomar laxantes. Algunos ingredientes pueden transmitirse al bebé y causarle diarrea.[8]
    • Puedes probar un ablandador natural como el sen o el psyllium. El sen es un laxante estimulante suave que se ha usado por siglos para aliviar el estreñimiento. Puedes tomar sen como tabletas (sigue las instrucciones del fabricante) o como té antes de dormir. Otra opción es tomar fibra de psyllium, que es un agente formador de masa.
    • La leche de magnesia y el aceite mineral también son ablandadores naturales de heces.
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    Evita usar los laxantes estimulantes. Estos estimulan la expulsión de las heces, pero tienen más probabilidades de crear dependencia que los demás laxantes. Si usas laxantes estimulantes, úsalos solamente 1 o 2 veces, ya que son los más fuertes y pueden causar deshidratación.[9]
    • En vez de usar laxantes estimulantes, procura incrementar tu ingesta de fibra para mejorar la calidad de las heces.
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    Haz ejercicio. Mantén tu cuerpo en movimiento para que tus intestinos se mantengan en movimiento. El movimiento esencialmente los masajea. Puedes hacer cualquier tipo de ejercicio: aeróbico, de resistencia, cardiovascular o solo salir a caminar. A medida que el cuerpo se mueve, los órganos internos se mueven y además reciben un masaje.
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    Prográmate pausas para ir al baño. Programa horas regulares para usar el baño sin interrupciones, lo cual puede facilitar la expulsión. Pero si sientes el impulso de defecar, no esperes. Ve cuanto antes, pero no esperes demasiado tiempo sentado. Estar sentado está asociado con un mayor riesgo de sufrir hemorroides.
    • Evita hacer esfuerzos, porque es una de las causas principales de las hemorroides. Deja que la gravedad ayude, pero deja que los intestinos hagan la mayor parte del trabajo. Si no pasa nada, espera 30 minutos aproximadamente y vuelve a intentarlo.[11]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Reconocer las hemorroides

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    Prepárate para las hemorroides posparto. El cuerpo acaba de pasar por muchos cambios durante e inmediatamente después del embarazo. Estos cambios físicos, mentales y emocionales someten a la mujer a mucha presión. El cuerpo está en proceso de recuperación tras llevar un feto cada vez más pesado y el sistema digestivo se recupera de los cambios físicos del embarazo. Estos cambios pueden aumentar las probabilidades de sufrir estreñimiento, el cual agrava las hemorroides.
    • Las hemorroides posparto son causados normalmente por pujar durante el trabajo de parto.[12]
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    Reconoce las hemorroides externas. Quizá notes sangre en el papel higiénico o en el retrete después de defecar. Este es el síntoma más común. Las hemorroides también pueden causar picazón y dolor. Además, puedes sentir una hemorroide externa al limpiarte. Sentirás un bulto pequeño sensible alrededor de la abertura anal. Las hemorroides internas generalmente no se sienten, pero pueden sobresalir por la abertura anal.[13]
    • Si la hemorroide sobrepasa los 2,5 cm (1 pulgada) de tamaño, busca atención médica, ya que puede ser indicativo de una enfermedad más grave.
    • Un doctor puede diagnosticarte hemorroides internas o externas realizando un examen rectal. Si el sangrado rectal no es producto de una hemorroide, es probable que el doctor recomiende un examen más extenso llamado “sigmoidoscopia” o una “colonoscopía”, porque uno de los síntomas del cáncer de colon es sangrado rectal.[14]
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    Busca las hemorroides externas. Párate de espaldas a un espejo de baño grande o de cuerpo completo. Inclínate un poco hacia delante mientras giras la cabeza para mirar el espejo. Mira tu ano detenidamente para ver si tienes bultos inflamados. Estos pueden ser hemorroides.
    • Otra opción es sentarse con las piernas abiertas y usar un espejo con luz para verlas.
    • Estos bultos pueden ser del mismo color que la piel o pueden ser de un rojo más oscuro.
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    Conoce cuándo buscar atención médica. Si vas a probar tratamientos caseros, las hemorroides normalmente desaparecen al cabo de 1 o 2 semanas. Si no, llama a tu doctor o partera. De vez en cuando, las hemorroides externas, pero con más frecuencia aún, las hemorroides internas, pueden requerir intervención médica. Los tratamientos médicos más comunes son los siguientes:[15]
    • ligadura con banda elástica: se ata una banda elástica alrededor de la base de la hemorroide para cortar el riego sanguíneo
    • inyección de una solución química: para cotraerla
    • cauterización: se quema la hemorroide
    • hemorroidectomía: se la quita quirúrgicamente
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Consejos

  • Haz ejercicios Kegel para reducir las probabilidades de desarrollar hemorroides y para contraerlas al fortalecer los músculos pélvicos.
  • Si necesitas aliviar el dolor temporalmente, puedes tomar paracetamol o ibuprofeno mientras amamantas, pero evita la aspirina.
  • Para quitar parte de la presión de la hemorroide, siéntate sobre un cojín de espuma o especial para hemorroides (con forma de dona).
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Acerca de este wikiHow

Luba Lee, FNP-BC, MS
Coescrito por:
Junta de revisión médica
Este artículo fue coescrito por Luba Lee, FNP-BC, MS. Luba Lee es una enfermera profesional certificada en Tennessee. Recibió su maestría en Ciencias de Enfermería en la Universidad de Tennesee en 2006. Este artículo ha sido visto 79 876 veces.
Categorías: Estreñimiento
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