Es posible que te sientas angustiada si has descubierto que tienes un bulto en el pecho durante tu autoexamen mamario, pero podría tratarse de un quiste mamario común. Generalmente, los quistes son pequeñas bolsas de fluido que se forman en los pechos. Si bien la mayoría son benignos y desaparecen solos sin necesidad de realizar un tratamiento, hay algunas cosas que puedes hacer para sentirte más cómoda. Toma analgésicos, aplica calor sobre los quistes y utiliza un sujetador con un buen sostén. Si el dolor o el malestar son graves, habla con tu médico para drenar los quistes, tomar medicamentos recetados o removerlos quirúrgicamente.

Método 1
Método 1 de 3:
Diagnosticar un quiste mamario

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    Determina el riesgo de un quiste mamario. Las mujeres entre 40 y 60 años son más propensas a desarrollar bultos o quistes en los pechos. Los cambios hormonales pueden promover la formación de quistes, por lo cual generalmente se desarrollan justo antes del inicio del período menstrual.[1]
    • Recuerda que los quistes mamarios no son cancerosos. Muchas mujeres desarrollan este tipo de quistes años antes de la menopausia. Incluso los hombres pueden desarrollar quistes mamarios.
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    Realízate un autoexamen mamario en casa. Algunos días después de la finalización del período, busca bultos en las mamas. Coloca las manos en las caderas y observa en el espejo si tienes algún cambio obvio con respecto a la forma de los pechos. Eleva los brazos y mira nuevamente para determinar si tienes inflamación, enrojecimiento o protuberancias. Recuéstate y coloca un brazo detrás de la cabeza. Con la otra mano, masajea en forma de círculos el pecho opuesto para buscar bultos. Repite los mismos pasos al colocar el brazo opuesto detrás de la cabeza y palpar el otro pecho.[2]
    • Asegúrate de palpar toda la mama, desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen.
    • Si te realizas el autoexamen en los días posteriores a la finalización del período, los pechos estarán menos sensibles e inflamados, por lo cual será más fácil examinarlos.
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    Habla con tu médico para realizarte otros estudios. Si observas que el o los bultos están más sensibles a medida que se acerca o finaliza el ciclo menstrual, es posible que puedas sobrellevar los quistes sin tratamiento médico. Habla con tu médico si el bulto es sólido, no cambia durante el período menstrual o te causa dolor. Consulta con el profesional para tranquilizarte. Es posible que el médico te sugiera realizarte un ultrasonido.
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    Realízate el ultrasonido para determinar si el quiste es simple o complejo. El profesional te realizará un ultrasonido en los pechos para determinar si el quiste es sólido o está lleno de líquido. Si es sólido, es posible que quiera extirparlo y analizarlo. Si está lleno de agua, el médico puede drenarlo o guiarte para tratarlo en casa.[3]
    • Te sentirás más cómoda a medida que el quiste drene naturalmente por sí mismo. Algunas mujeres sienten que aplicar calor o tomar analgésicos ayuda a aliviar el malestar.
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Método 2
Método 2 de 3:
Tratar un quiste simple

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    Observa si los quistes presentan cambios. La mayoría de los quistes simples desaparecen solos sin necesidad de realizar ningún tratamiento. Controla si sientes dolor o si cambia de tamaño o aspecto. Recuerda realizarte el autoexamen todos los meses.[4]
    • Intenta llevar un diario o descargar una aplicación para tener un registro de los cambios que identifiques a lo largo del mes. Esto te ayudará a identificar los patrones de los momentos en que el quiste se desarrolla, causa dolor o se drena.
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    Toma un analgésico para el malestar leve. Si los quistes simples te generan una molestia ocasional, toma analgésicos sin receta y sigue las instrucciones del envase. Es posible que solo sientas dolor al finalizar el ciclo menstrual. El acetaminofén y el ibuprofeno son analgésicos que puedes tomar con seguridad para aliviar los dolores.[5]
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    Aplica calor suave sobre el quiste. Si tienes sensibilidad o inflamación en los pechos, coloca una botella con agua tibia, una almohadilla térmica o compresas tibias sobre los quistes durante 10 o 15 minutos. Para hacer una compresa caliente, lávate las manos y empapa un paño con agua tibia. Retira el exceso de agua del paño y presiónalo contra los quistes.[6]
    • Puedes repetirlo a lo largo del día todas las veces que lo necesites.
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    Toma una ducha caliente. Si no quieres usar compresas calientes, toma una ducha caliente para aliviar el dolor. Permite que el agua caiga sobre los quistes durante al menos 15 minutos.[7]
    • Si el agua caliente sobre el quiste te provoca dolor, usa agua fría o busca atención médica.
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    Escoge el sujetador adecuado. Si tienes un quiste grande o más de uno, es posible que sientas que las mamas están más pesadas por el exceso de fluidos. Compra un sujetador que te quede cómodo y te proporcione el apoyo necesario. No uses sujetadores muy apretados o con aro, ya que podrían dificultar el drenaje de los nodos linfáticos.[8] Busca un sujetador que contenga tus mamas sin que sobresalgan o se frunzan por los costados.[9]
    • Los sujetadores incorrectos pueden causar dolor y malestar, por lo cual es importante encontrar uno que les proporcione el apoyo necesario a las mamas. Si necesitas ayuda, busca asesoramiento profesional.
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Método 3
Método 3 de 3:
Obtener un tratamiento médico

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    Drena los quistes. Si el quiste simple te provoca dolor y quieres aliviar la presión, pregúntale al médico si puede drenarlo. El profesional te aplicará anestesia local alrededor de cada quiste antes de insertar una aguja delgada y hueca. La aguja se llenará del fluido del quiste hasta drenarlo por completo.[10]
    • El médico analizará el fluido para confirmar el tipo de quiste.
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    Toma antibióticos para la infección, en caso de ser necesario. Si el médico descubre que tienes un quiste infectado, el mismo estará rojizo, inflamado y será doloroso al tacto. Para tratar un quiste infectado, tendrás que tomar antibióticos. No es necesario extirparlo quirúrgicamente.[11]
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    Consulta con el médico acerca de los tratamientos hormonales. Si la molestia en los quistes está asociada con el ciclo menstrual y sientes mucho dolor y malestar, pídele al médico que te recete hormonas. Sigue las indicaciones del profesional para tomar anticonceptivos orales o terapia de hormonas como, por ejemplo, tamoxifeno o andrógenos para controlar los síntomas.[12]
    • Antes de comenzar cualquier tratamiento, recuerda investigar los efectos secundarios de los anticonceptivos orales o la terapia de hormonas.
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    Sométete a una cirugía para extirpar el quiste. Si el quiste se llena nuevamente y sigue causando dolor, habla con tu médico acerca de la posibilidad de extirparlo quirúrgicamente. Antes de la cirugía, el profesional te aplicará anestesia general. Puedes irte a tu casa el mismo día del procedimiento. El médico te recetará analgésicos y te indicará cómo higienizar la zona donde estaba el quiste.[13]
    • El médico posiblemente te recomiende que dejes de tomar aspirinas y otros medicamentos anticoagulantes antes de la cirugía. También tendrás que realizar un ayuno sólido y líquido de 8 a 12 horas antes de la intervención. Pídele a un amigo que te lleve del hospital a tu casa.
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Consejos

  • Si es la primera vez que descubres un quiste en tus mamas, pide una cita con el médico para que te examine.
  • A pesar de que se necesita más investigación, algunas mujeres creen que pueden prevenir los quistes mamarios al evitar el consumo de cafeína.[14]
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Cosas que necesitarás

Diagnosticar un quiste mamario

  • espejo

Tratar un quiste simple

  • analgésicos sin receta
  • botella con agua tibia, almohadilla térmica o compresas cálidas
  • sujetador de soporte sin aro

Obtener un tratamiento médico

  • medicamentos recetados

Acerca de este wikiHow

Sarah Gehrke, RN, MS
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Sarah Gehrke, RN, MS. Sarah Gehrke es enfermera registrada y terapeuta de masajes licenciada en Texas. Sarah tiene más de 10 años de experiencia enseñando y practicando flebotomía y terapia intravenosa (IV) utilizando apoyo físico, psicológico y emocional. Recibió su licencia de Terapeuta de Masajes en el Instituto de Terapia de Masajes de Amarillo en 2008 y un master en Ciencias de Enfermería en la universidad de Phoenix en 2013. Este artículo ha sido visto 10 504 veces.
Categorías: Salud de la mujer
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