El lucio no suele considerarse un pez adecuado para servir en la cena debido a su apariencia extraña y su abundancia de espinas. Sin embargo, en su mayoría, los aficionados a la pesca saben que se puede preparar una comida muy sabrosa con este pez de agua dulce. Si se lo cocina adecuadamente, el lucio es firme y sustancioso y su carne se desmenuza, por lo cual lo mejor es prepararlo de forma que se mantenga entero y sus sabores naturales se resalten. Una vez que hayas terminado de limpiar y filetear un lucio recién pescado, podrás disfrutarlo ya sea al horno, a la parrilla o frito hasta que adquiera un color marrón dorado perfecto.

Método 1
Método 1 de 3:
Hornear el lucio

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    Precalienta el horno a 190 °C (375 °F). Configura el horno para que funcione por convección y deja que empiece a calentarse a la par que limpias y condimentas el pescado. Debes tener cuidado de que la rejilla central tenga suficiente espacio.[1]
    • Mantén la temperatura del horno ligeramente baja. Esto ayudará a que el pescado se cocine por completo y de manera uniforme sin desmoronarse.[2]
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    Sazona el pescado a tu gusto. Coloca cada filete de lucio sobre una lámina de papel de aluminio y luego incorpora las hierbas, especias y otros ingredientes que desees. Una vez que hayas terminado de sazonarlo, dobla los bordes del papel de aluminio alrededor de los filetes, teniendo cuidado de cubrirlos por completo.[3]
    • Si horneas el pescado sin cubrirlo, obtendrás un producto final demasiado seco.
    • Puedes utilizar ingredientes aromáticos, como la cebolla, las alcaparras, los pimientos morrones en rodajas y el orégano, para darle un toque de sabor al lucio al horno, o bien hacer algo simple añadiendo un poco de ajo picado y rociándolo con mantequilla infundida con limón.[4]
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    Coloca el lucio sobre una bandeja grande para horno. Coloca los filetes de lucio envueltos en papel de aluminio sobre la bandeja para horno de forma que quede un poco de espacio entre cada uno de ellos. Abre la puerta del horno y coloca la bandeja en la rejilla del centro.[5]
    • El papel de aluminio no solo hace que el pescado se caliente de una forma más eficaz sino que también atrapa la humedad, lo cual ayuda a que los condimentos se cocinen dentro de la carne en sí.
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    Hornea el pescado durante entre 20 y 30 minutos. Monitorea el tiempo que el lucio haya estado en el horno mediante un temporizador. El lucio debería estar tierno y desmenuzarse cuando esté listo, y debe tener un color blanco opaco uniforme. Deja enfriar los filetes durante unos minutos y luego colócalos en platos para servirlos.
    • Para probar si los filetes están listos, puedes cortarlos con un tenedor.[6]
    • No cocines el pescado de más. De lo contrario, puede tornarse blando y soso.
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Método 2
Método 2 de 3:
Cocinar el lucio a la parrilla

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    Enciende la parrilla. Cepilla bien la parrilla y luego enciéndela a una temperatura alta (alrededor de 175 °C o 350 °F). Debes dejar que las rejillas se calienten mientras terminas de sazonar y preparar el lucio. Este se cocinará mejor mientras más caliente esté la parrilla, y esto también hará que tu cena esté lista más rápido.[7]
    • Para que el pescado no se pegue, debes tener cuidado de que la parrilla esté lo más limpia posible. Asimismo, debes cocinarlo durante menos tiempo a fuego alto.[8]
    • También puedes usar una bandeja para parrilla. Esta te brindará una superficie que se caliente de una forma más pareja para que así el lucio pueda cocinarse por completo y uniformemente.
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    Sazona o marina el pescado. Espolvorea los filetes con una pizca de eneldo deshidratado, sal de ajo o pimienta con limón o bien aplícales una capa delgada de melaza y de chiles poblanos molidos con una brocha. Asimismo, puedes marinar el lucio de antemano durante entre 3 y 4 horas con tu marinado preferido para la comida del mar.[9]
    • Puedes experimentar con la preparación de tus propios frotes secos empleando una mezcla de ingredientes, como ajo deshidratado, pimentón, azúcar rubia, semillas de cilantro y anís.[10]
    • Escurre el exceso del marinado de los filetes antes de colocarlos en la parrilla, ya que es posible que, si están demasiado húmedos, se desmoronen al exponerlos al calor.
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    Cocínalos a la parrilla durante entre 10 y 12 minutos. Coloca los filetes en diagonal sobre la rejilla de metal a lo largo de los lados de la parrilla. Debes darles la vuelta una vez cuando haya transcurrido la mitad del tiempo de forma que tengas la certeza de que se cocinen de manera uniforme por ambos lados. Por lo demás, debes evitar manipularlos, ya que si lo haces en exceso, es más probable que se destrocen.
    • Una buena regla general es cocinarlos a la parrilla durante alrededor de 10 minutos por cada 2,5 cm (1 pulgada) de grosor.[11]
    • En caso de que vayas a usar una bandeja para parrilla, debes espaciar los filetes de forma que queden separados.
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    Sirve el lucio con los acompañamientos que desees. El lucio a la parrilla combina bien con otros productos saludables, como el brócoli al vapor, los hongos sorgin handi-marroi o el arroz pilaf, aunque también puedes presentarlo de una forma más básica con tomates maduros en rodajas y mazorcas de maíz, dejando que el pescado haga la mayor parte del trabajo. En cualquier caso, una de las formas más nutritivas de servir un pescado magro lleno de proteína como lo es el lucio es cocinándolo a la parrilla.
    • Para cocinar al vapor una comida completa mediante un solo paso fácil y rápido, puedes envolver tanto los filetes de lucio como unos vegetales sustanciosos, como los espárragos o las papas nuevas, antes de colocarlos en la parrilla.[12]
    • Puedes darle los toques finales a la comida preparando una ensalada mixta verde o una ensalada de repollo con verduras de raíz frescas de temporada.
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Método 3
Método 3 de 3:
Freír el lucio

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    Enharínalo. Mezcla 2/3 de taza de leche (160 ml) y un huevo entero en un tazón de mezclar pequeño. Luego, sumerge en esta mezcla de lácteos cada uno de los filetes de lucio y después cubre ambos lados con harina (si te gusta el pescado más crujiente, puedes aplicarle dos capas de harina). Reserva los filetes enharinados en un plato aparte lleno de harina.
    • Si quieres incorporar más sabor, puedes sazonar la mezcla de harina con especias, como sal, pimienta, queso parmesano, ajo o cebolla en polvo.[13]
    • Asimismo, puedes preparar una masa para freír el lucio en abundante aceite mezclando aproximadamente una taza de harina junto con los ingredientes lácteos y luego sumergiendo primero los filetes en un huevo batido.[14]
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    Llena con aceite una sartén profunda. Si vas a freír el lucio de manera tradicional en la sartén, debes verter en ella alrededor de entre 2/3 y 1 taza de aceite de maní o de colza (160 a 240 ml). Si vas a freír el lucio en abundante aceite, tendrás que verter hasta un litro (un cuarto de galón) para que los filetes puedan sumergirse en su totalidad. Debes calentar el aceite a fuego medio alto hasta que empiece a chisporrotear.[15]
    • Ten cuidado de usar una sartén que tenga espacio suficiente para el aceite y los filetes sin ocasionar salpicaduras ni derrames.
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    Fríe el pescado hasta que adquiera un color marrón dorado. El grosor y el tamaño de los filetes determinarán si cocinarlos hasta obtener un acabado perfectamente crujiente tomará más o menos tiempo. Aquí, tus ojos serán tu mejor criterio. Una vez que los filetes estén tan listos como desees, retíralos con cuidado de la sartén con unas tenazas y colócalos sobre una capa de papeles toalla de forma que puedan absorber el exceso de aceite.
    • Al freír los filetes de la manera tradicional, recuerda darles la vuelta para que puedan cocinarse uniformemente por ambos lados.[16]
    • Ten en cuenta que el pescado suele cocinarse muy rápido en el aceite caliente, por lo que debes estar preparado para retirarlo de la sartén cuando la masa apenas empiece a tornarse oscura.
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    Combínalo con otros acompañamientos tradicionales favoritos. Una combinación perfecta para la leve textura crujiente del lucio frito son las papas fritas, los hushpuppies y la ensalada de repollo. Si quieres algo más liviano, puedes acompañarlo con judías verdes cocidas a fuego lento o una ensalada de papa. Disfruta el lucio mientras aún esté caliente.[17]
    • Asimismo, puedes darle un giro al clásico fish and chips sirviendo el lucio acompañado de frijoles al horno y pan tostado con mantequilla.[18]
    • También puedes disfrutar del lucio frito acompañado de una salsa tártara sabrosa o una pizca de vinagre de malta.
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    Listo.
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Consejos

  • Al limpiar y preparar un pescado recién atrapado, siempre debes armarte con un cuchillo afilado y una tabla de cortar resistente.
  • Asimismo, en caso de que prefieras no tener que quitarle las espinas tú mismo al lucio, quizás puedas conseguir en el supermercado filetes listos para cocinar.
  • Si dejas la piel sobre uno de los lados del filete, esto te será útil para que el pescado pueda mantenerse unido de una mejor forma en la parrilla.
  • La próxima vez que vayas a pescar, lleva contigo en el barco una bandeja portátil para parrilla o una placa calefactora, ya que no hay lucio más fresco que el recién pescado.
  • Los pescados de agua dulce como el lucio, una vez que están cocidos, suelen conservarse durante entre 2 y 3 días en el refrigerador.
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Advertencias

  • Al cocinar con aceite caliente, debes tener cuidado, ya que puedes quemarte gravemente con las salpicaduras y chisporroteos inesperados.
  • Mastica con cuidado, ya que el lucio es un pescado conocido por su cantidad de espinas.
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Cosas que necesitarás

  • horno
  • parrilla o bandeja para parrilla
  • sartén profunda
  • cuchillo afilado para filetear
  • tabla de cortar
  • pinzas, alicate o tenedor
  • tazón de mezclar grande
  • tazas y cucharas medidoras
  • bandeja grande para horno
  • papel de aluminio
  • tenazas de metal

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Categorías: Pescado y mariscos
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