La dieta libre de levadura es un método sugerido para combatir los síntomas que causan las infecciones por cándida (candidiasis). No todos concuerdan en que sea eficaz, pero al menos de manera anecdótica, muchas personas apoyan los resultados, así que puedes probarla. La teoría es que el equilibrio natural de levaduras en el organismo de una persona se ve alterado por un crecimiento excesivo, así que consumir alimentos sin levadura durante seis semanas puede restaurar el equilibrio adecuado y calmar la infección. Las personas propensas a sufrir infecciones por cándida regularmente podrían beneficiarse si reducen la cantidad de levadura que consumen en su dieta en general.

Método 1
Método 1 de 4:
Evaluar el problema

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    Considera tus síntomas. Una infección por cándida se presenta con mayor frecuencia como picazón, ardor y manchas blancas ya sea en la zona oral o la genital. Sin embargo, algunas personas experimentan más síntomas, incluyendo: depresión, dolores de cabeza, fatiga, dolor estomacal e indigestión.
    • Las infecciones por cándida orales o genitales comunes y recurrentes podrían ser signo de una sensibilidad a las levaduras más general. Si bien la infección puede tratarse con una prescripción médica, vale la pena considerar una causa oculta.
    • Algunas infecciones por cándida no responden bien a las prescripciones y podrías considerar útil probar una dieta libre de levadura solo para recuperar el equilibrio que ha sido alterado. Dado que no representa un alto riesgo, probar una dieta libre de levadura es un método popular entre las personas que sufren de infecciones persistentes.
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    Consulta con tu médico de cabecera. Debes contactarte con tu médico para que te diagnostique, ya que muchos de los síntomas sugeridos son generales y pueden deberse a múltiples causas. A menudo es posible medir el crecimiento excesivo de la levadura cándida, pero incluso esto podría no ser seguro y el diagnóstico basado solo en los síntomas es especulativo.
    • Si el médico considera que tienes una infección por cándida, puedes obtener una prescripción para medicamentos antimicóticos (de preferencia, un tratamiento de seis semanas), los cuales puedes tomar mientras sigas esta dieta, ya que te ayudarán a matar la infección por cándida. Los antimicóticos adecuados incluyen: Diflucan (fluconazol), Lamisil (clorhidrato de terbinafina), Nystatin, Sporanox (itraconazol).
    • Muchos médicos tradicionales no están convencidos[1] de que las dietas libres de levadura sean médicamente útiles, así que no te sorprendas si a tu médico de cabecera no le interesa lo que elijas comer. Los cambios alimenticios son difíciles de medir (y podrían depender de cada persona). Por lo tanto, las pruebas podrían ser limitadas por razones prácticas, pero tampoco existen muchas pruebas.
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    Prepárate para cambiar tu dieta. Ya sea que pienses seguirla para el próximo mes y medio o posiblemente para el futuro inmediato, cambiar tu dieta puede ser un gran proyecto si no estás preparado mentalmente. Trata de prepararte con anticipación y busca gente dispuesta a apoyarte.
    • Recuerda que los primeros días probablemente serán los peores, ya que el cuerpo se encuentra en una transición hacia una nueva dieta. Con una dieta libre de levadura, el equilibrio corporal se ve alterado aún más antes de corregirse a sí mismo, como cuando tratas de dar un paseo en bote en un mar rocoso.
    • No te recompenses con formas de hacer trampa en la dieta. En vez de eso, recompénsate con cosas que amas en otros contextos, como permitirte gastar dinero o pasar tiempo haciendo algo que disfrutas.

Método 2
Método 2 de 4:
Probar una dieta de cuatro a seis semanas

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    Familiarízate con los alimentos que están prohibidos. Si bien no debes concentrarte en lo negativo de la dieta, es importante conocer los límites a medida que te adaptas a un nuevo conjunto de hábitos.
    • Evita cualquier cosa que contenga levadura, como la mayoría de los panes, las pastas y los productos horneados.
    • El azúcar en cualquiera de sus formas (esto incluye la sacarosa, la glucosa y la fructosa) también representa un peligro ya que las levaduras se alimentan y crecen en el azúcar.
    • Los granos refinados, los productos de malta y los productos fermentados (vinagre, soya, jengibre, cerveza y vino), incluyendo todos los tipos de alcohol, contienen levadura o carbohidratos de acción rápida que alimentan el crecimiento de las levaduras.
    • Debes evitar los productos lácteos, como la mayoría de los quesos. La excepción principal de esta categoría es el yogur con cultivos vivos.
    • También evita los champiñones y los hongos.
    • Es recomendable evitar los estimulantes como el café, el chocolate, el té negro, etc., ya que liberan el azúcar almacenado en el cuerpo y por ende, proporcionan un ambiente ideal para la proliferación de las levaduras. Lo mismo ocurre con los edulcorantes artificiales y los alimentos picantes.
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    Familiarízate con los alimentos que puedes comer. En esencia, debes seguir una dieta compuesta de verduras y proteínas frescas, con frutas frescas y productos lácteos (ya que son ricos en azúcares) limitados y granos complejos. Pero, es bueno conocer los detalles para preparar las comidas que disfrutas. Los alimentos que puedes comer incluyen:
    • Carne fresca, pollo y pescado
    • Huevos
    • Garbanzos y lentejas
    • Aguacate
    • Nueces, anacardos, avellanas, nueces de macadamia y coco
    • Arroz marrón (no el arroz blanco) y pasteles de arroz
    • Todas las verduras, frescas o congeladas (incluyendo las cebollas y el ajo)
    • Frutas sin magulladuras (pero no los melones y las uvas)
    • Leche limitada (125 ml por día) o leche de soya o de arroz
    • Yogur natural con cultivos activos
    • Requesón bajo en grasa y sin azúcar
    • Palomitas de maíz caseras
    • Papas fritas simples sin GMS (glutamato monosódico)
    • Tés herbales
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    Familiarízate con las delicias ocasionales. Se trata de alimentos permitidos semanalmente (solo un artículo de cada uno) que no alterarán completamente el equilibrio corporal en una porción, pero sí lo harán si se vuelven frecuentes. Estos incluyen:
    • Pasta integral
    • Pasta de tomate
    • Quesos como el Camembert o el feta
    • Atún en conserva en agua de manantial (a diferencia del atún fresco, el cual es aceptable regularmente)
    • Especias[2]
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    Sigue esta dieta durante cuatro a seis semanas. Al final de dicho periodo, la infección habrá desaparecido y todos los síntomas se aliviarán. Si no te sientes en forma y saludable después de comprometerte con la dieta durante este tiempo, es posible que la infección por cándida no sea la causa oculta de tus síntomas ya que este periodo debe ser suficiente para que el cuerpo recupere su equilibrio.
    • Además, al igual que con cualquier alergia, eliminar de tu dieta el factor desencadenante de tu problema durante un periodo establecido, es una forma perfecta de probar si presentas alguna sensibilidad. El problema puede ser que aunque algunas alergias tienen reacciones muy claras y obvias como una erupción cutánea o un ataque de asma, podrías considerar que los síntomas de una sensibilidad a las levaduras son difíciles de determinar con certeza. Es importante que recuerdes confiar en lo que sientes.
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    Vuelve a incorporar poco a poco los alimentos a tu dieta durante unas semanas. Si la infección ha desaparecido y te gustaría volver a comer ciertos alimentos, es seguro hacerlo sin desencadenar la misma infección.
    • Sin embargo, si eres sensible a las infecciones por cándida en general, tu cuerpo aún reaccionará a un alto nivel de levaduras o a los ambientes generadores de levaduras. Por lo tanto, es sensato reincorporar poco a poco los alimentos y ser consciente de las reacciones negativas. De este modo, podrás determinar si se trata de una sensibilidad a las levaduras o a algo más que dejaste de comer.
    • Podrías notar que te sientes mejor con una dieta libre de levadura a largo plazo, ya que algunos organismos son propensos a sufrir desequilibrios de levaduras. Pruébalo para ver qué ocurre.

Método 3
Método 3 de 4:
Cambiar tu dieta a largo plazo

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    Cambia tu actitud. Lo más importante que debes tener en cuenta es que te centrarás en comer alimentos completamente frescos; nada fermentado, nada horneado, nada de hongos y nada que sea propenso a atraer cualquier crecimiento. Aunque hay más para comer que eso, esta actitud mental general puede ayudarte a tomar decisiones cuando te encuentres con una nueva comida.
    • Piensa en la comida no como un placer para la boca, sino como combustible para todo el cuerpo y elige alimentos que sean agradables para cada parte de tu yo saludable. Relaciona mentalmente la salud positiva y el sentirse bien con los alimentos beneficiosos y recuerda las consecuencias de los alimentos prohibidos.
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    Elimina la levadura de tu dieta. Si crees que una dieta libre de levadura podría ser más saludable para tu tipo de cuerpo en general, trata de eliminar definitivamente la levadura de tu dieta. En vez de pensar en alimentos específicos que están o no permitidos, imagina crear una dieta que será más eficaz para tu cuerpo.
    • Las dietas libres de gluten se han vuelto más populares entre una amplia variedad de personas, pero se ha sugerido que algunos de dichos casos podrían ser en realidad alergias a la levadura[3] , ya que ambas condiciones (las alergias a la levadura y las infecciones por cándida) se presentan en muchos de los mismos lugares. Si has probado una dieta libre de gluten que funciona parte del tiempo, pero no siempre, podría valer la pena investigar dónde difieren ambas condiciones.
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    Únete a un amigo. El apoyo mutuo es una forma excelente de mantener vigente un proyecto y una dieta saludable beneficiará a todos. Incluso si no comen exactamente la misma comida, felicitarse entre sí y recordarse mutuamente lo que está prohibido es más útil de lo que podrías pensar.
    • Planear comidas con anticipación puede mantener tu ímpetu. Dos personas son mejor que una, ya que habrá apoyo mutuo si alguno de ustedes tiene una recaída y preparar la comida será una fuerza motivadora.
    • Comer acompañado es una interacción social positiva. Obviamente no todos tienen tiempo para comer cada comida acompañados, pero incluso relacionarse regularmente marcará la diferencia. Ya sea que se trate de cenar a diario con tu pareja o almorzar una vez a la semana con un colega, cualquier forma de alentarse entre sí es una ventaja.
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    Consulta con un nutricionista. Si te tomas en serio el cambio de tu relación con la comida, vale la pena planificar las comidas que te gustan y que son buenas para ti. Un profesional puede ayudarte a determinar la mejor combinación para satisfacer tus necesidades.
    • Cada persona encontrará un plan de comidas distinto que más les convenga, así que hablar con alguien puede ser un método útil para convertir el comienzo de una nueva dieta en una buena experiencia, en vez de ser estresante o frustrante. Recuerda, consumir alimentos buenos para el cuerpo debe ser agradable. Podrías necesitar un periodo de adaptación, pero no esperes sufrir para siempre. El nutricionista puede ayudarte a averiguar lo que necesitas para sentirte satisfecho.

Método 4
Método 4 de 4:
Elaborar planes de comidas

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    Crea el desayuno que comerás. Algunas personas consideran el desayuno como algo que toman mientras salen corriendo por la puerta, mientras que otras creen que es la comida más importante del día y que debe contener suficientes calorías para empezar el día. Reconoce tus propias tendencias e intereses y prepara las comidas que sean adecuadas para ti. Considera las siguientes opciones al momento de hacer el desayuno:
    • Una fruta
    • Gachas de avena o cereal de arroz
    • Pan sin levadura o los pasteles de arroz
    • Huevo con aguacate y tomate
    • Requesón
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    Crea el almuerzo y la cena que disfrutarás. ¿Necesitas llevar comida al trabajo? ¿Cocinas para dos (o más) personas en casa? A algunas personas les gusta comer pequeñas cantidades y simplemente comen muchos bocadillos, mientras que otras quieren comer un buen plato abundante de comida al anochecer. Debes conocer lo que realmente quieres comer. Considera las siguientes opciones para el almuerzo y la cena:
    • Sopa de lentejas
    • Cualquier carne con muchas verduras
    • Verduras salteadas con arroz marrón
    • Pollo frío con requesón
    • Ensalada de papas
    • Sándwich de humus en pan pita
    • Sándwich de aguacate en pan de masa fermentada
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    Anota las ideas que se te ocurran, de modo que puedas empezar a desarrollar tu propia colección de opciones. Empezarás a usar ciertas ideas regularmente y tendrás una selección de platos útiles, ya que todos tienden a seguir una dieta (una que vigilan o no), pero siempre vale la pena mantener cerca algunas posibilidades para mezclar las cosas de vez en cuando.
    • Puedes buscar nuevas recetas de comidas libres de levadura, ya que siempre hay nuevas ideas publicadas y comentadas en Internet. En ocasiones, simplemente te recordarán los ingredientes que no has pensado usar en mucho tiempo; además, el mismo salteado puede convertirse en una comida completamente distinta ya sea que lo centres en el bok choy y las zanahorias o en las coles de Bruselas y la col rizada.
    • También puedes buscar algunos de tus ingredientes favoritos y modificar un poco los resultados si es necesario. Recuerda que normalmente puedes sustituir la leche común con leche de soya o el vinagre con jugo de limón, siempre y cuando la receta sea simple.

Consejos

  • Céntrate en lo que puedes comer en vez de preocuparte por lo que no puedes comer. Hay una gran cantidad de alimentos saludables y muy sabrosos que puedes disfrutar.
  • Ten a la mano bocadillos saludables para comerlos si eres propenso a sentir hambre entre comidas. De este modo, no recurrirás a las opciones poco saludables ni empezarás a sentirte malhumorado respecto a los límites de lo que puedes comer.
  • Separa tiempo adicional de tu día para preparar tus comidas.
  • Los síntomas pueden agravarse durante los primeros días. Pero esto es normal y se llama periodo de "mortalidad". Luego, se reducirán lentamente.
  • Asegúrate de comer lo suficiente. Una dieta es un estilo de vida, no un desafío. Debes disfrutar la comida que tu cuerpo necesita y puede usar.
  • Consulta con un profesional de la salud si no estás seguro de lo que debes o no debes comer, sobre todo si también tienes otras necesidades de salud.

Advertencias

  • Las pastillas antimicóticas podrían causar efectos secundarios. Si este es el caso, consulta con tu médico de cabecera de inmediato.

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