Un termómetro de carne ayuda a revisar la temperatura interna de la carne cocida para asegurarse que la carne si está bien cosida y lo suficientemente caliente para matar cualquier bacteria dañina que pueda estar presente y sin cocer la carne demás. Un termómetro de carne también ayuda para revisar las cacerolas con carne, pasteles de carne y platillos con huevo. Como revisar la temperatura interna de la carne dependerá de la clase de carne y cómo la estés cocinando.

Método 1
Método 1 de 3:
Comprando un termómetro

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    Lee bien la etiqueta para asegurarte que estás comprando un termómetro de carne y no uno de dulces o de horno. Si piensas que vas a tener problemas manejando un termómetro digital, compra un medidor con aguja.
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    Compra un termómetro de lectura instantánea para carnes tales como la carne molida para tortitas, chuletas o pollo a la parrilla. Un termómetro de lectura instantánea se inserta en la carne al terminarse de cocer para revisar la temperatura interna.
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    Compra un termómetro de inserción para carnes tales como aves enteras, jamón, rés o de cordero. Un termómetro de inserción está diseñado para insertarlo en la carne antes que ésta se meta al horno y te permite controlar la temperatura y para saber cuando la carne ya se ha cocido.
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    Utiliza un termómetro de carne que esté diseñado para uso de microonda si vas a cocinar carne en el microondas.
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Método 2
Método 2 de 3:
Insertando el termómetro

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    Inserta el termómetro de inserción en la parte más gruesa de la carne, teniendo el cuidado de no tocar hasta el hueso ya que este va a estar más caliente que la carne a su alrededor. No permitas que el termómetro descanse sobre la bandeja de rostizar o cacerola.
    • Cuando cocines aves enteras, inserta el termómetro en la parte más gruesa de la cadera con el lector o calibrador hacía la ala. Ten cuidado que el termómetro no llegue a tocar el hueso.
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    Prueba bistecs, tortitas de carne molida u otros cortes de carne finos insertando un termómetro de lectura instantánea aproximadamente ½ pulgada en la carne. Asegúrate de no insertar todo el termómetro en la carne y evita tocar la parrilla, cacerola o plato. Si estás utilizando un medidor con aguja, espera un par de segundos a que la aguja se deje de mover antes de tomar la temperatura.
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    Retira los corte de carne finos de la estufa o parrilla y pruébalos insertando el termómetro al costado para evitar tocar con el mismo la cacerola o parrilla.
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Método 3
Método 3 de 3:
Temperaturas

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    Asa a la parrilla o rostiza la carne de res o de cordero de acuerdo al término que lo desees. Estas clases de carne van a tener bacterias contaminantes solamente en la parte exterior así que está bien dejar el centro en cocimiento término medio.
    • Término medio (centro rosado brilloso): 145 grados Fahrenheit (63 Celsius)
    • Medio (centro color rosado pálido): 160 grados Fahrenheit (71 Celsius)
    • Bien cocido (no rosado): 170 grados Fahrenheit (77 Celsius)
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    Cocina carne molida, cerdo, pollo o pavo a una temperatura de 165 grados (74 Celsius). Porque la carne es molida, bacteria contaminante podría estar presente en la carne en todo momento. Por eso no es tan aconsejable servir la carne molida que no esté cocida.
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    Asa aves enteras o pechugas a una temperatura de 165 grados Fahrenheit (74 Celsius).
    • También deberías de cocer rellenos a 165 grados Fahrenheit (74 Celsius), ya que muchas recetas de rellenos se les incorpora jugos u otras partes del ave.
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    Rostiza, fríe o asa carne de cerdo a una temperatura de por lo menos 145 grados Fahrenheit (63 Celsius). No es seguro servir carne de cerdo que no esté bien cocida ya que esta carne puede contener parásitos que causan triquinosis.
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    Calienta jamón cocido hasta que la temperatura interna este a 140 grados Fahrenheit (60 Celsius). Un jamón no cocido debe rostizarse hasta que llegue a una temperatura de 145 grados Fahrenheit (63 Celsius).
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    Cocina la mayoría de pescados a una temperatura de 140 grados Fahrenheit (60 Celsius). Pescado fresco como atún o pez espada deberán cocinarse solo hasta un máximo 125 grados Fahrenheit (52 Celsius) o se secará y será incomible.
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    Recalienta todo sobrante hasta que lleguen a una temperatura de 165 grados Fahrenheit (74 Celsius)
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    Retira platos que contengan huevo del horno cuando la temperatura llegue a 160 grados Fahrenheit (71 Celsius) y las cacerolas cuando lleguen a 165 grados Fahrenheit (74 Celsius).
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Consejos

  • Cuando estés rostizando carne, retírala del horno cuando llegue a la temperatura deseada pero no retires el termómetro. Déjalo allí y deja que la carne repose hasta que la temperatura interna deje de subir. La carne seguirá cociéndose incluso hasta 90 minutos dependiendo su tamaño. Tendrá mejor saber si dejas reposando.
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Advertencias

  • Cuando coloques platos de carne en un bufé o que las dejas reposando, utiliza el termómetro para asegurarte que la temperatura interna se mantenga arriba de los 140 grados Fahrenheit (60 Celsius). Si se enfría por debajo de los 140 grados, las bacterias contaminantes empiezan a crecer.
  • No te confíes de los termómetros de salto los cuales no son precisos o en el color del centro de la carne molida para determinar el término.
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Categorías: Carne
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